Historia de los medios de communicación y transporte en la República Argentina, Volumen1

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F. Lajouane, 1893 - 16 páginas

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Pasajes populares

Página 95 - A la menor señal de insubordinación, el capataz enarbola su chicote de hierro, y descarga sobre el insolente golpes que causan contusiones y heridas; si la resistencia se prolonga, antes de apelar a las pistolas, cuyo auxilio por lo general desdeña, salta del caballo con el formidable cuchillo en mano y reivindica bien pronto su autoridad por la superior destreza con que sabe manejarlo.
Página 94 - En la solitaria caravana de carretas que atraviesa pesadamente las pampas, y que se detiene a reposar por momentos, la tripulación reunida en torno del escaso fuego vuelve maquinalmente la vista hacia el Sur al más ligero susurro del viento que agita las hierbas secas, para hundir sus miradas en las tinieblas profundas de la noche, en busca de los bultos siniestros de la horda salvaje que puede de un momento a otro sorprenderla desapercibida.
Página 55 - Señoríos, y vos recudan y hagan recudir ( 346 ) con todos los derechos y salarios y otras cosas al dicho oficio anexas y pertenecientes, y...
Página 14 - Yo vi un manojo de estos hilos, en que una india traía escrita una confesión general de toda su vida, y por ellos se confesaba, como yo lo hiciera por papel escrito...
Página 95 - Es el capataz un caudillo, como en Asia el jefe de la caravana; necesítase para este destino una voluntad de hierro, un carácter arrojado hasta la temeridad, para contener la audacia y turbulencia de los filibusteros de tierra que ha de gobernar y dominar él solo en el desamparo del desierto.
Página 237 - ... la pala, y muchas veces hasta tocar el agua con la mano. Este ejercicio es tan fatigoso, que, a pesar de no tener otro vestido sino los calzones, se llenan de sudor por todas partes. Resisten esta fatiga por cuatro o cinco horas, hasta que llegan a algún riachuelo, donde entran a tomar tierra en sitio que por la noche ofrezca seguridad para las balsas.
Página 452 - La comunicación postal reclamada por el crecimiento de su comercio, fue subsanada en sus deficiencias por disposiciones de "la corona que dispuso en 1765 que un paquebote postal de servicio bimensual, condujera, de la Coruña á Montevideo, la correspondencia destinada á las poblaciones del Perú y los extensos territorios separados por los Andes-. Tenían licencia para tomar allá, por cuenta de mitad con el consulado de Cádiz, un cargamento de mercaderías europeas, y á regresar con igual valor...
Página 92 - ... vuelve maquinalmente la vista hacia el sur, al más ligero susurro del viento que agita las yerbas secas, para hundir sus miradas en las tinieblas profundas de la noche, en busca de los bultos siniestros de la horda salvaje que puede, de un momento a otro, sorprenderla desapercibida.
Página 321 - Abrió nuevas vías al comercio interior, facilitando la navegación fluvial y allanando nuevos caminos, como los de Catamarca y Córdoba; de Santiago del Estero y Tucumán; Chile y el Perú por Atacama; San Luis y Mendoza...
Página 96 - Así es como en la vida argentina empieza a establecerse por estas peculiaridades el predominio de la fuerza brutal, la preponderancia del más fuerte, la autoridad sin límites y sin responsabilidad de los que mandan, la justicia administrada sin formas y sin debate.

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