Romancero general, ó, Colección de romances castellanos anteriores al siglo XVIII, Volumen2

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M. Rivadeneyra, 1861

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Página 604 - Pobre barquilla mía, entre peñascos rota, sin velas desvelada y entre las olas sola ! ¿ Adonde vas perdida, adonde, di, te engolfas, que no hay deseos cuerdos con esperanzas locas? Como las altas naves te apartas animosa de la vecina tierra y al fiero mar te arrojas.
Página 419 - Oigo tañer las campanas y no me espanto, aunque puedo, que en lugar de tantas cruces haya tantos hombres muertos. Mirando estoy los sepulcros, cuyos mármoles eternos están diciendo sin lengua que no lo fueron sus dueños.
Página 604 - Dirás que muchas barcas con el favor en popa, saliendo desdichadas, volvieron venturosas. No mires los ejemplos de las que van y tornan, que a muchas ha perdido la dicha de las otras.
Página 43 - Llora la hermosa Padilla El desdichado suceso Como esclava del rey vivo, Y como viuda del muerto. ¡ Ay Pedro! que muerte infame Te han dado malos consejos, Confianzas engañosas, Y atrevidos pensamientos!
Página 524 - El clérigo desdichado Y el dichoso zapatero Dicen de su tribunal Las providencias y aciertos. Si doña Blanca no supo Prendarle y entretenerlo, ¿Qué mucho que la trocase Siendo moneda en su reino? Era hermosa la Padilla, Manos blancas y ojos negros, Causa de muchas desdichas Y disculpa de mas yerros.
Página 84 - Dios servicio, — honraremos los cristianos." Ellos estando en aquesto, — llegó Don Diego de Haro: "Adelante, caballeros, — que me llevan el ganado; si de algún villano fuera, — ya lo hubiérades quitado; empero alguno está aquí — que le place de mi daño; no cumple decir quién es, — que es el del roquete blanco.
Página 534 - Otro del escaso y turbio humor que sudan mis poros, hace espejo y al momento se mira Narciso el rostro. Civil concepto caduco, que solo han visto mis ojos un ganapan puesto á bruces, tentacion de San Antonio.
Página 499 - Serranas de Cuenca Iban al pinar, Unas por piñones, Otras por bailar. Bailando y partiendo Las serranas bellas Un piñón con otro. Si ya no es con perlas, De Amor las saetas Huelgan de trocar, Unas por piñones. Otras por bailar.
Página 419 - Fea pintan a la envidia ; yo confieso que la tengo de unos hombres que no saben quién vive pared en medio. Sin libros y sin papeles, sin tratos, cuentas ni cuentos, cuando quieren escribir, piden prestado el tintero. Sin ser pobres, ni ser ricos, tienen chimenea y huerto; no los despiertan cuidados, ni pretensiones, ni pleitos.
Página 91 - ¡Ay de mi Alhama!" Y que las cajas de guerra apriesa toquen al arma, porque lo oigan sus moros, los de la Vega y Granada. "¡Ay de mi Alhama!

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