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bida; é ante quel rey entrase en el palenque, saliéronlo á rescebir sus Capellanes é Religiosos é Clérigos que en el Real estaban, todos en procesion é las cruces altas, cantando en alta voz: Te Deum laudamus. El Rey descavalgó é adoró la cruz, dando muy grandes gracias á Dios por la victoria que le habia dado. É así se fué aposentar en sus tiendas, é luego el Rey embió sus cartas por todas las cibdades é villas del Reyno, haciéndoles saber la victoria que Dios le habia dado, mandándoles que hiciesen procesiones dando por ello gracias á Nuestro Señor.

CAPÍTULO XX.

De los Caballeros que con los Grandes del Reyno en esta batalla con él se acertaron.

Los Caballeros que iban con los Grandes que en ́esta batalla se acertaron, son los siguientes: con el Conde de Haro iban Fernando de Velasco, su hermano; Pedro de Ayala, hijo de Fernan Perez de Ayala Merino mayor de Guipúzcoa; Juan Roxas, Señor de Poza; Iñigo Lopez de Mendoza, Señor de Santa Cicilia; Juan Hurtado de Mendoza, Prestamero de Vizcaya; Diego Lopez de Padilla, hijo de Pero Lopez de Padilla; Pedro de Cartagena, hijo de Don Pablo, Obispo de Búrgos; Garcisanchez de Alvarado; Gomez de Buytron ; Señor de los solares de Moxica y de Butron, Juan Darce, Señor de ViIlerías; Sancho de Velasco é Fernando de Velasco, su hermano.

Con Don Pedro de Estúñiga, Conde de Ledesma, iban Don Alvaro Destúñiga, su hijo; Don Gonzalo Destúñiga, Obispo de Jaen ; Iñigo Mariscal é Diego Lopez sus hermanos; Sancho de Leyva, Señor del solar de Leyva; Gil Gonzalez de Avila, Maestresala del Rey; Diego de Avila, Señor de Vilafranca é de las Navas; Pedro de Avila su hermano; Juan Vazquez de Avila; el Doctor Alonso de Villegas, Administrador del Obispado de Coria; Ochoa de Salazar, Señor del solar de Salazar; Juan de Salazar, Señor de la casa de Rodesno; Mosen Arnao, Alguacil é Guarda del Rey; Pero Cuello, Señor de Montalvo; Gutierrez Gomez de Trejo, Señor de Grimaldo; Ruy Gomez de Ledesma, Señor de Camariz; Pero Ruiz de Soto; Juan de Barahona, Alcayde del castillo de Burgos; Pero Fernandez de Vallejo, Guarda del Rey; García de Soto; Diego de Orellana, Señor del solar de Orellana.

Con el Conde de Niebla venian Don Juan, su hijo; Diego de Mendoza, Pero Gonzalez de Alcazar; Diego Gonzalez de Mendoza, Señor del Villacedumbre, Fernando Bocanegra; Juan Rodriguez de Valdes.

Con el Obispo de Palencia venian Fernan Perez dé Guzman, Señor de Batres, é Alvaro de Alvila, Mariscal que fué del Rey de Aragon; Tristan de Silva; Juan Descobar.

Con el Conde de Castañeda venian don Juan Manrique é Don Gabriel Manrique, Comendador mayor de Castilla, sus hijos; Don Juan, su herma

no, Señor de tierra de la Reyna; Lorenzo Suarez de Figueroa, Señor de Zafra; Juan Ruiz de Colmenares; Juan de Leyva; Gutierre Ponce de Leon; el Comendador Francisco de Avila; Carrillo, hijo de Gomez Carrillo.

Con el Conde de Benavente venian Don Juan Pimentel, su hijo; Pedro de Silva, Sancho Sanchez de Ayala, García de Losada, é Pedro de Losada su hermano, Pedro de Villagra, Alonso Perez de Villasaña.

Con Fernan Alvarez de Toledo, Tello de Aguilar, Alguacil mayor de Ecija, Alonso Martinez de Angulo, Veinte y quatro de Córdoba, Rodrigo de Bobadilla.

Con la gente de Iñigo Lopez de Mendoza, Gomez Carrillo de Albornoz su sobrino, Pero Melendez de Valdes; Juan Carrillo, Señor de Modejar; Juan de Lasarte, Juan de la Peña, Alcayde de Buytrago.

CAPÍTULO XXI.

De como los Moros despues de ser vencidos en esta batalla, no osaban salir á las viñas ni huertas ni otras partes como solian, é de la gran tala é quema que el Rey mandó hacer en todo lo que se halló tres leguas en torno de Granada.

Esta batalla así vencida, los Moros quedaron tan temerosos, que no osaban salir á las viñas ni huertas ni otras partes, como solian, ni pensaban en al salvo en guardar su cibdad lo mejor que podian. El Rey mandaba todavía talar los panes é viñas é huertas é todo lo que en el campo se hallaba, é fueron derribadas todas las torres é casas y edificios que habia en derredor de la cibdad tres leguas en torno, lo qual duró en se hacer seis dias despues de la batalla vencida. Y estas cosas así hechas, el Rey hubo su Consejo con el Condestable é con los otros Caballeros y Perlados que ende estaban, en que hubo diversas opiniones, porque los mas decian que pues los Moros estaban tan temerosos é habian perdido tanta gente, quel Rey debia estar sobre Granada dos ó tres meses, en el qual tiempo seria forzado que el Rey de Granada le hiciese algun partido que á él fuese muy honroso, é por ventura se haria alguna otra cosa que á servicio del Rey cumpliese : los otros decian que pues á Dios habia placido de le dar tan gran victoria, donde no habia quedado hombre en la cibdad de Granada que fuese para tomar armas, ni Caballero en el Reyno que bueno fuese que no se hubiese acertado en aquella batalla, salvo solo el Rey de Granada que no habia osado salir por temor de los suyos, que se debia contentar con lo hecho por entonce, é para estar sobre la cibdad de Granada eran necesarios muchos mantenimientos, los quales no tenian y eran muy graves de traer por venir de lexos; que era mejor quel Rey se volviese en sus Reynos, é aparejarse para adelante para se poner sobre Málaga ó sobre otra cibdad la que mas le pluguiese; é à la fin se concluyó que el Rey levantase su Real é se volviese para sus Reynos, en lo qual habia diversas opiniones, porque algunos decian que la causa principal por.

que el Rey levantó su Real sobre Granada, fué por gran discordia que dicen que habia entre los Grandes del Reyno con el Condestable. Otros dicen, que porque los Moros en un presente que hicieron al Condestable de pasas é higos, le fué embiada tanta moneda de oro, que por aquella causa él tuvo manera como el Real se levantase, y el Rey se volvió así en Castilla. Fué cosa de maravillar que con todos quantos males los Moros en esta guerra rescibieron, jamas se movió partido al Rey. Y el Rey ordenó de poner fronteros de gente de armas é ginetes aquellos que cumplian, é volverse para Cordova, é dende pasar los puertos para haber dinero, é mandar aparejar pertrechos é provisiones para hacer la guerra, é venir á ella mas con tiempo que en esta guerra habia venido. En este tiempo tremió la tierra en el Real é mas en la cibdad de Granada, é mucho mas en el Alhambra, donde derribó algunos pedazos de la cerca della. En este mesmo año tremió mucho la tierra en el Reyno de Aragon, especialmente en Barcelona y en algunos lugares del Principado de Catalueña y en el Condado de Ruisellon, é fueron por ello despoblados algunos lugares é derribadas algunas Iglesias; é fué tanto este terremoto é tantas veces, que no era memoria de hombres que semejante cosa en aquella tierra hubiesen visto.

CAPÍTULO XXII.

Como el Rey desde el Real de Granada embió sus cartas á las cibdades é villas del Reyno para que le enbiasen sus procuradores por ver con ellos algunas cosas que á su servicio mucho cumplian; é de como ordenó los Capitanes que habian de quedar en las fronteras.

E con esta intencion el Rey venia tan voluntarioso de volver á la guerra, que desde el Real de Granada embió luego sus cartas á todas las cibdades é villas del Reyno, mandándoles que luego embiasen sus Procuradores, por quanto cumplia mucho á su servicio de ver las cosas que para la guerra del año venidero le eran necesarias, mandándoles que viniesen á él á Medina del Campo, ó donde quiera que él estuviese en el mes de Octubre. E ordenó sus Capitanias de la frontera en esta guisa: que en el Obispado de Jaen é de Córdova fuese capitan Don Luis de Guzman Maestre de Calatrava, al qual maudó dar seiscientas lanzas é ginetes; en Ecija y en el Arzobispado de Sevilla estuviese el Adelantado Diego de Ribera con quiñientas lanzas é ginetes. Y el Rey se partió deste Real en diez dias del mes de Julio, é salida la gente del Real y el fardage é todo lo que en él estaba, mandó quemar el palenque é las chozas é todo el Real; é la priesa fué tan grande, que algunos perezosos perdieron algo de su hacienda por no salir con tiempo; y el Rey vino con su hueste en batallas ordenadas por aquellas jornadas que habia traido á la venida, hasta que llegó á la cabeza de los ginetes é mandó que se hiciese alarde de toda la gente de armas é ginetes é hombres de pié. Desde allí el Rey se partió por sus jornadas é vino á Cordova, donde entró en veinte dias del mes

de Julio, donde fué rescebido con muy gran solemnidad é grande alegria, por la victoria que Nuestro Señor le habia dado ; é saliéronle á rescebir el Obispo é toda la Clerecia, con las cruces Religiosos de los Monesterios, hasta la puente de la cibdad, dando muy grandes gracias a Dios por la victoria que al Rey habia dado de los enemigos de la Sancta Fe Católica.

CAPÍTULO XXIII.

De como el Rey volvió á Toledo por dar gracias á Nuestro Señor é á la gloriosa Virgen su Madre, ante quien él había velado sus armas é se habia encomendado al tiempo que para la guerra partió.

Desde Cordova el Rey se partió para Toledo donde habia velado sus armas, é fueron bendichos sus pendones al tiempo que á la guerra iban, por dar gracias á Nuestro Señor é á la gloriosa Virgen su Madre, á quien él se habia encomendado al tiempo que para la guerra partió; é allí fué rescebido como convenia á tan gran Rey viniendo victorioso de sus enemigos. E despues quel Rey estuvo algunos dias en Toledo, partióse para Escalona villa del Condestable Don Alvaro de Luna, por andar ende á monte é rescebir algunos gasajados quel Condestable alli le tenia aparejados; é á pocos dias el Rey se partió dende, y en el mes de Setiembre llegó á Medina del Campo, é vinieron ahí los Procuradores como les era mandado: é dende á pocos dias vinieron ahí al Rey los Perlados é Caballeros que con él habian estado en la guerra, salvo los del Andalucía.

CAPÍTULO XXIV.

De como á Medina del Campo vino al Rey un Doctor embaxador del Rey de Aragon, para requerir que mandase guardar los capitulos de las treguas que por él se habian otorgado en el res! de Almajano.

Venido el Rey á Medina, llegó ende á él un Doctor embaxador del Rey de Aragon que se llamaba Micer Simon del Puy, con su poder para que requiriese al Rey que guardase é mandase guardar los capítulos de las treguas que se otorgaron en el Real de Almajano quando el Rey queria entrar en el Reyno de Aragon, diciendo que por parte del Rey é de los de su Reyno se quebrantaban en algunas cosas. El Rey respondió que no era su intencion de las quebrantar, ni creia que ninguno de sus vasallos subditos las quebrantasen; pero que quando le fuese mostrado, él proveeria en ello. Y este Doctor requirió algunos Perlados é Grandes que en is Corte estaban cumpliesen lo que cerca destas treguas habian jurado, é fué por algunas otras partes destos Reynos á requerir á otros que asimesmo lo habian jurado. En este tiempo el Rey partió de noche de muy gran priesa, por prender por su per sona á Diego Sarmiento, Adelantado de Galicia, por quanto le fué dicho que tratara con los Infantes Don Enrique é Don Pedro de Aragon, que estaba en Alburquerque ; y el Rey tomó el camino de Ma

cientes, que era lugar deste Adelantado, é mandó al Condestable Don Alvaro de Luna que fuese por otro camino, porque el Rey no errase de le haber por una parte ó por otra; y el Rey no lo halló en Mucientes, é hallólo el Condestable en un lugar que dicen Palacios de Vedixa, é prendiólo; y el Rey lo mandó poner en su mesmo castillo de Mucientes donde estuvo preso en grillos por algun tiempo, é fué acusado por el Fiscal del Rey ante ciertos Jueces para ello diputados. E como quiera que le fué probado algo de aquello de que fué acusado, despues de haber estado dos años preso, el Rey lo mandó soltar á suplicacion del Conde de Ledesma, su tio.

CAPÍTULO XXV.

De como el Rey con acuerdo de algunos de los Grandes de sus Reynos é de los Procuradores, otorgó la paz perpetua al Rey Don Juan de Portogal.

Ya la historia ha hecho mencion de como embaxadores del Rey de Portogal habian venido al Rey en la cibdad de Palencia por haber paz perpetua, como dicho es, é como él les respondiera, los quales habian estado con él en la guerra; los quales embaxadores volvieron al Rey estando en Medina, afectuosamente le requiriendo é pidiéndole por merced le pluguiese dar su respuesta. E como quiera que ya muchos consejos el Rey sobresto habia tenido, de nuevo tornó sobresto haber su consejo, é á algunos desplacia mucho desta paz, porque habian perdido sus abuelos é padres é tios é parientes en la batalla de Aljubarrota, é deseaban vengarse del grande daño que entonce habian rescebido, é por esto hubo en el Consejo grandes opiniones, haciendo gran duda si el Rey hubiese derecho alguno de hacer guerra en Portogal por lo que el Rey su abuelo habia hecho, pues el casamiento de la Reyna Doña Beatriz por quien el Rey Don Juan hacia la guerra era disuelto, sin haber quedado generacion alguna de la dicha Reyna; é así por esto, como por la guerra quel Rey tenia con los Reyes de Aragon é Navarra é con el Rey de Granada, les parescia grave cosa haberla de tener tambien con Portogal: concluyóse por el Rey con acuerdo de los de su Consejo é de los Procuradores de las cibdades é villas, que se otorgase esta paz perpetua quel Rey de Portogal embiaba demandar, é otorgóla é juróla el Rey, é asimesmo el Príncipe Don Enrique, su hijo primogénito, en presencia de los embaxadores del Rey de Portogal, por ante Notarios públicos de Castilla y de Portugal; é hízose sobrello contrato por escrito firmado del nombre del Rey, é sellado con su sello. E los dichos embaxadores, con poder que tenian del Rey Don Juan de Portugal é del Infante Eduarte su hijo, otorgaron é firmaron la paz, é se obligaron que el Rey de Portogal y el Infante Eduarte, su hijo, por sus personas la firmarian é otorgarian é jurarian dentro de diez dias que por parte del Rey fuesen requeridos. E por quanto habia debates sobre los daños que los naturales del

Reyno habian rescebido de naturales del Rey de Portogal, é naturales del Rey de Portogal de los del Rey, concordóse que el Rey satisficiese á sus naturales de los daños que recibieran, é asimesmo el Rey de Portogal á los suyos. E á pocos dias que esto fué hecho, el Rey embió por su embaxador al Rey de Portugal al Doctor Diego Gonzalez Franco, su Oidor é de su Consejo, para que antel Rey de Portogal y el Infante Eduarte su hijo otorgasen é firmasen é jurasen la paz de todo lo contenido en los capítulos della, é sellasen con sus sellos el contrato que della se hizo ; los quales lo pusieron así en obra en presencia deste Doctor embajador del Rey por ante Notarios públicos de Castilla é Portugal; y el Rey mandó que se pregonase esta paz en la cibdad de Lisbona, donde se hicieron grandes alegrías por ello. El Rey de Portogal embió al Doctor una rica vaxilla dorada, é asimesmo el Infante Eduarte é sus hermanos Don Enrique é Don Pedro le hicieron presentes de joyas.

CAPÍTULO XXVI.

De como el Doctor Franco en el tiempo que estuvo en Portugal, fué certificado que en Lisbona se hacian muchos aparejos de guerra para los Infantes Don Enrique é Don Pedro, é de lo que sobrello él hizo.

En estos dias que este Doctor Franco estuvo en Lisbona, fué certificado como allí se hacian algunos aparejos de guerra para los Infantes de Aragon Don Enrique é Don Pedro. Y el Doctor lo habló al Rey, mostrándole dello gran sentimiento, diciendo que no se guardaba en ello al Rey de Castilla lo que se debia segun la forma de amistad contratada. El Rey se escuso mucho diciendo que no habia sabido tal cosa hasta entonce. E luego embió á los Infantes de Aragon un Caballero é un Doctor, con los quales embió decir que le era dicho que en su Reyno hacian algunos aparejos de guerra, é compraban armas é caballos é otras cosas para entrar en Castilla, lo qual era contra la buena amistad que él tenia con el Rey; por ende, que les rogaba que en su Reyno no comprasen cosa alguna de que deservicio pudiese venir al Rey de Castilla, é les certificaba que si una vez salian de su Reyno de Portogal y entrasen en Castilla, que despues no los rescibiria en él, é mandó que ningunos de su Reyno fuesen osados de ir con los Infantes de Aragon, ni tomar sueldo dellos, ni les vender caballos ni armas: lo qual mandó pregonar por la frontera é por todo su Reyno.

CAPÍTULO XXVII.

De como el Conde de Castro Don Diego Gomez de Sandoval fué condenado por sentencia por inobediente é rebelde al Rey.

La historia ya ha hecho mencion del proceso que se hacia por los Doctores diputados contra Don Diego Gomez de Sandoval, Conde de Castro, por la acusacion que le fuera puesta por el Procurador Fiscal del Rey, é de como estos Jueces habian man

dado dar sus cartas de emplazamiento para él que parcsciese ante ellos personalmente á decir lo que quisiese en guarda de su derecho contra la acusacion que le era hecha; é por quanto el dicho Conde no habia parescido ante los Jueces por su persona, é por su Procurador que legítimamente su presencia escusase al término que le fuera puesto, en su absencia fué rescebido el Fiscal del Rey á la prueba de lo que al dicho Conde habia acusado. Vistas sus probanzas que por largo espacio de tiempo presentó en el mes de Noviembre deste año, estando el Rey en Zamora, los dichos Jueces pronunciaron é declararon el Conde de Castro Don Diego Gomez de Sandoval haber seydo é ser desobediente é rebelde al Rey é á sus mandamientos, é por tal lo pronunciaron por su sentencia.

CAPÍTULO XXVIII.

De como los Procuradores de las cibdades é villas otorgaron al Rey quarenta è cinco cuentos de maravedises para hacer la guerra á los Moros.

Los Procuradores quel Rey embió á llamar desde el Real de Granada vinieron á su Merced á Medina del Campo, donde el Rey les dixo como su voluntad era de hacer guerra á los Moros en el año siguiente, para lo qual les mandó que luego diesen orden como fuese servido para lo necesario en aquella guerra; é despues de muchas pláticas habidas, los Procuradores otorgaron al Rey quarenta é cinco cuentos de maravedis, que fuesen repartidos en quince monedas é pedido é medio, que fuesen pagadas en cuatro meses pasados del año primero siguiente, los quales fuesen puestos en poder de dos personas fiables que los tuviesen para la guerra de los Moros, el uno allende los puertos, y el otro aquende, los quales fueron Don Ruperto de Moya, Abad de Valladolid, al qual fué mandado que tuviese meytad en una buena torre que él tenia en un lugar de su Abadía que se llamaba Olivares, é la otra meytad tuviese un Maestresala del Rey que se llamaba Pedro de Luzon, que tenia el alcázar de Madrid. En este tiempo se acordó que el Rey arrendase las alcavalas é tercias de sus Reynos por tres años, que comenzasen en el comienzo del año de treinta é dos, é se cumpliesen en fin del año de treinta é quatro con ciertas condiciones; é fueron quatorce los que tomaron sobre sí la carga de las dichas rentas, los quales dieron al Rey cinco cuentos mas de quanto se solian arrendar quando se arrendaban por un año, con condicion que los vasallos del Rey fuesen pagados de sus tierras en dineros contados un mes despues de cumplido cada tercio.

CAPÍTULO XXIX.

De las cosas quel Maestre de Calatrava Don Luis de Guzman y el Adelantado Diego de Ribera hicieron en favor del Infante Be nalmao.

El Infante Benalmao, de quien la historia ha hecho mencion que se vino al Rey quando entró en la vega de Granada, venido el Rey á Cordova, dexólo encomendado al Adelantado Diego de Ribera, que quedaba por Capitan en la frontera, á fin que fuese puesto por Rey en Granada por la mano del Rey como su vasallo, é mandóle que se llamase Rey de Granada, é así se llamó dende adelante, è cada dia se venian algunos Moros á él de los que estaban mal contentos del Rey Izquierdo, hasta tanto que tuvo quatrocientos de caballo. E por mandado del Rey este Benalmao se fué estar en un lugar de Granada que se llamaba Montefrio, é se le habia dado, y estando ende el Maestre de Calatrava Don Luis de Guzman é Diego de Ribera, trabajaron quanto pudieron así por tratos como por entra das é daños que hacian en tierras de Moros que eran en sus fronteras, como algunos lugares é fortalezas del Reyno de Granada rescibiesen por Rey á este Benalmao, y en la frontera del Maestre se le dieron dos villas que decian á la una Cambil, é á la otra Alicun; y en la frontera del Adelantado se le dieron Montefrio é Illora é Ronda é Isnáxar é Archidona é Cazarabonela é Setenil é Turon é Hardales y el Castellar é la cibdad de Loxa; pero no se le dió la fortaleza della, la qual estaba por el Rey Izquierdo, é habia en ella asaz gente de pelea, é por eso el Rey Abenalinao embió rogar al Maestre é al Adelantado que embiasen socorrer á los de la cibdad de Loxa que tenian su voz. El Maestre por las grandes aguas é fortunas del tiempo no pudo luego ir ni embiar, pero el Adelantado con gran trabajo é peligro hizo algunos pasos é puentes, é pasó á Loxa, lo qual no pudo hacer el Maestre, porque los pasos á la parte de su frontera eran mucho mayores é mas peligrosos, é los Moros que tenian la voz del Rey Abenalmao juntáronse con el Adelantado, é pelearon con los Moros de la parte del Rey Izquierdo, é hubieron una cruda pelea, en que fueron vencidos é desbaratados de la parte del Rey Iz quierdo, é fueron de los suyos muchos muertos é presos, entre los quales murió un Caballero llamado Abenzarax, que era Alguacil mayor de Granada. E luego desque los Moros que tenian las fortalez ́s supieron la gente de su parte ser vencida, diéron! . al Rey Benalmao.

AÑO VIGÉSIMO SEXTO.

CAPÍTULO PRIMERO.

1432.

Como en el mes de (1) Hebrero del año de treinta é dos murió el Papa Martin Quinto é fué elegido Eugenio Quarto.

En el mes de Enero del año de mil é quatrocientos é treinta é dos murió en Roma el Papa Martin Quinto, que fué notable hombre é muy bueno en la Iglesia de Dios, é trabajó mucho en recobrar las villas é lugares é castillos del patrimonio de la Iglesia, que estaban por muchos tiranizados, é húbolos todos con mano armada; é desde el primero año que fué criado Padre Santo hasta que murió siempre pagó sueldo á cinco mil hombres darmas. Fué este Padre Sauto asaz liberal; hacia de buena voduró en el luntad todo lo quel Rey le suplicaba; Papazgo quatorce años, é finó en edad de setenta años, é fué criado en Padre Santo un Cardenal que se intitulaba de Sena. Era natural de Venecia; seria de edad de sesenta años: su nombre propio era Gabriel, é despues que fué Papa fué llamado Eugenio Quarto. E como quiera que esta eleccion se hizo en concordia de los Cardenales del Colegio,, algunos Perlados de fuera dél tentaron de contradecir esta eleccion por no haber seido en ella el Cardenal Coluna, pariente del Papa Martin, que lo habia hecho Cardenal secretamente, é no era publicado por algunas razones que eran entre los Cardenales. Y el Papa Martin en su vida ordenara que quando él fallesciese, no hubiesen de elegir á otro que á este quél habia criado Cardenal, y que en otra manera fuese ninguna la eleccion; é decíase que todos los Cardenales, ó la mayor parte consintieran en ello viviente el Papa Martin; pero esta condicion no hubo lugar por algunas razones que á ello se dieron, que no son para escribir en historia.

CAPÍTULO II.

De como el Maestre de Calatrava Don Luis de Guzman y el Adelantado Diego de Ribera tuvieron tales tratos con la cibdad de Granada, que fué ende rescebido por Rey como vasallo del Rey de Castilla el Infante Benalmao.

El Maestre de Calatrava Don Luis de Guzman y el Adelantado Diego de Ribera trabajaron tanto por servicio del Rey, que despues de habida la mayor parte del Reyno de Granada por su favor para el Infante Benalmao, tuvieron tales tratos, que la cibdad de Granada se le dió é lo rescibió por Rey; é como el Rey Izquierdo vido sus hechos perdidos

(1) El Papa Martin Quinto murió en la noche del 20 al 21 de Febrero del año 1431,

por el favor que el Rey de Castilla daba al Infante Benalmao, salió del Alhambra, é fuese para Málaga que estaba por él. E luego el Rey Don Yuzaf Abenalmao entró en la cibdad de Granada con hasta seiscientos de caballo en el primero dia de Enero, en el año de treinta é dos, y fué por todos rescebido por el Rey é aposentado en el Alhambra donde se otorgó por vasallo del Rey, puesto por su mano en aquel Reyno, é se obligó de dar al Rey é á la Corona de sus Reynos cierta quantía de millares de doblas en cada año en parias, é haber é cumplir otras ciertas cosas de vasallage, lo qual todo se puso en escritura, é lo firmó de su nombre, é lo mandó firmar á sus Escribanos, é sellar con su sello de oro. E así quedó el Infante Benalmao pacíficamente por todas las cibdades obedescido Rey de Granada, é villas de sus Reynos, salvo en Málaga, donde estaba el Rey Izquierdo, y escribió luego al Rey la siguiente carta:

por

« Señor: el vuestro vasallo Yuzaf Benalmao, Rey >> de Granada, beso vuestras manos, é me encomien>>do en Vuestra Merced, al qual plega saber que yo >> partí de Illora, é fuí á la mi cibdad de Granada, é >> salióme á rescebir toda la caballería della, é besá» ronme la mano por su Rey y Señor, y entregáron>> me el Alhambra. Esto, Señor, fué por la gracia de » Dios é por vuestra buenaventura. El Rey Izquierdo » se fué á Málaga, é llevó consigo á una hermana > del Alcalde Coxo, su sobrina, é dos hijos del Rey >> Chiquito que habia mandado degollar; é ante que » del Alhambra saliese, robó quanto ende habia, >> agora, Señor, con la gracia de Dios, é con el es>>fuerzo de Vuestra Merced van çontra él vuestro >> Adelantado Diego de Ribera é mis Caballeros de >> Málaga, donde él está. Espero en Dios que con el >> favor de Vuestra Merced yo le habré á las manos.» Con la qual carta el Rey hubo mucho placer.

CAPÍTULO III..

é

De como los Procuradores del Reyno de Galicia é los Perlados é Caballeros de aquel Reyno vinieron á Zamora á jurar é hacer pleyto menage al Príncipe Don Enrique por heredero destos Reynos.

En el tiempo que el Príncipe Don Enrique fué jurado por todos los Grandes destos Reynos por here lero dellos para despues de la vida de su padre el Rey, no vinieron ende Procuradores de las cibdades é villas del Reyno de Galicia, é así entonce no fué jurado por los del Reyno de Galicia, ni les fué hecho el pleyto menage que todos los otros de los Reynos de Castilla é de Leon hicieron; é para lo

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