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Medina, madrina del Príncipe, apareció en la ceremonia montada á la grupa de la mula del Conde de Benavente. (') El domingo 9 de Agosto salió la Reina á misa á presentar al Príncipe, (2) y «el ama iba encima de una mula con albarda de terciopelo, é con un repostero de brocado colorado llevaba al Príncipe en sus brazos; iban al rededor de él muchos Grandes de la Corte; junto con el ama iba el Almirante de Castilla y todos los Grandes iban á pie.»>

En las bodas de la Infanta Isabel con el Príncipe D. Juan de Portugal, celebradas en Sevilla en Abril de 1490, iban las damas á las Justas y regresaban de noche al Alcázar «y la que menos servicio traía ocho ó nueve antorchas ante, cabalgando en muy ricas mulas, é muy enjaezadas de terciopelos é carmesies é brocados.» (3) Y cuando tuvo lugar en Barcelona la tentativa de asesinato del Rey Fernando en 7 de Diciembre de 1492, descendía las gradas de la Casa del Juzgado acompañado por muchos caballeros y ciudadanos, los quales todos cada uno se fué á cabalgar en sus caballos é mulas.» (4)

Al mediar el mes de Marzo de 1497 acampaba en las arboledas de Villasevil (5) la escolta y acompañamiento de las comitivas reales, del Príncipe D. Juan, único hijo varón de los Reyes Católicos, y de la princesa de Austria, Margarita, destinada á ser su esposa. Desembarcó en Santander la hermana de Felipe el Hermoso, y traía consigo los primeros carruajes de lujo y de paseo que se vieron en España desde la caída del Imperio romano, según Gonzalo Fernández de Oviedo, coetáneo de D.a Margarita, á quien llama mi Señora. Afirma que á causa de la comunicación con Flandes «había muchas literas é ovo un tiempo carros de

(1) Los Reyes Católicos en Sevilla, por D. José Gestoso y Pérez, contiene interesantes pormenores de los preparativos y gastos que hizo el Ayuntamiento con ocasión del alumbramiento de la Reina.

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(5) Costas y montañas, por D. Amós Escalante-Juan Garcia.

quatro ruedas que truxo á Castilla la princesa, en que algunas veces con algunas de sus damas salía al campo, pero como esos no los podían sostener sino personas de estado é en tierra llana, é su alteza despues que se embiudó se volvió á Flandes, cesaron tales carros.» (1) (2)

Se desprende de tan curiosa crónica, que aquellos primeros coches no podían transitar por los caminos abiertos en terrenos montañosos tan comunes en la Península; é indica también la existencia de un servicio de literas en la Corte, ó sea de vehículos parecidos á las sillas de mano, pero de mayor fondo para que los viajeros pudieran ir acostados, conduciéndolos dos mulas enganchadas por delante y por detrás de la litera.

Durante la infancia del Príncipe D. Juan, lo paseaba su ama en un cochecito de esta clase, acompañándole la escolta de cien ginetes; y más adelante, se generalizó tanto la moda, que afirma Oviedo usaban literas no sólo los señores, sino las personas de menor calidad.

En Octubre de 1497 falleció el referido Príncipe heredero, y le siguieron á la tumba su hija póstuma y su sobrino D. Miguel, extinguiéndose con tan repetidas desgracias en la familia de los Reyes Católicos la sucesión masculina de la dinastía española.

Cumplido el primer aniversario de la muerte del Príncipe su esposo y celebradas pomposas exequias en Avila regresó D. Margarita á Alemania pasando por Francia provista del salvo conducto concedido por Luis XII. «Estando la Princesa en la villa de Burdeos, llegaron allí mossior de Frenes con algunos gentiles-hombres del Archiduque---su hermano-e madama de haloin con cinco damas de la señora Archiduquesa naturales de Flandes, todos en número

(Libro de la Cámara Real del Principe D. Juan. Segunda parte. Capítulo de las

andas.

(9) Sempere y Guarinos consigna en la Historia del luxo. Tomo II, Capitulo II que el coche llamado de D. Juana la Loca custodiado en las Caballerizas Reales de Madrid debe ser uno de los que trajo su hija política D. Margarita, pero no es exacta tal afirmación, siendo aquel carruaje de época muy posterior y probablemente de fines del siglo XVII.

de sesenta cavalgaduras y todos la acompañaron hasta Gante. Entró allí el 5 de Marzo de 1500 é venía la Princesa en unas andas cubiertas de terciopelo negro las quales traían dos cavallos. El Archiduque llegó á las andas e por la ventana de ellas besó á la Princesa. Los otros principales seglares se apearon e fablaron á la Princesa estando ella en las andas. Lo qual fecho, tornaron á cavalgar e continuaron su camino fazia Gante, tocando las trompetas quasi todo el camino. E cerca de Gante salieron los ministriles de la villa y también tañeron e tocaron las trompetas, sacabuches y cheremias.» (1) Esta reseña demuestra que en Francia y en Bélgica se viajaba como en España á caballo, usando literas algunas damas principales y prueba también que era todavía raro aun en Flandes el empleo de coches, á pesar de haberlos importado en la Península la egregia viuda de D. Juan.

VI

La Archiduquesa D.a Juana dió á luz en Gante el 24 de Febrero del año 1500 al futuro Emperador Carlos V y en su bautizo que se celebró en la Iglesia de San Juan con extraordinaria solemnidad entre las siete y ocho de la noche del sábado 7 de Marzo formaban parte de la brillante comitiva «los que trayan las cosas requisitas del bautismo: el primero mosior de Rex, que traya el capillo muy rico de pedrería é de perlas guarnescido; tras él Micer Philipe, el bastardo de Borgoña, que traya las fuentes; tras él mosior de fleues (2) que traya un rico salero de la sal; e al fin dellos venía el conde de nasoo el moço, con una candela de cera blanca que podría pesar libra e media. Después venía madama Lagrande asentada en una silla en los ombros de quatro hombres, cubierta la silla de brocado; llevaba el niño en los braços enbuelto en una mantellina de brocado

(1) La Reina D." Juana la Loca por Antonio Rodriguez Villa. Libro I. Párrafo V. (2) Chievres.

rico enforrada de armiños. A su lado yba la señora princesa de Castilla con el manto e tocado castellano; e detrás della venían el príncipe de Simay e mosior de Bergas e mosior de Sanpi e otros caballeros etc.» (1)

por

Aunque la colección de documentos históricos publicados el Académico Sr. Rodríguez Villa comprende la reseña de varios viajes realizados por las personas de la familia. Real en los primeros años de la XVI.a centuria, son aquellas crónicas por regla general sobrias en punto á detalles concernientes á los medios de locomoción usados y al estado de los caminos.

La Historia del Emperador, por F. Prudencio de Sandoval, contiene también minuciosas descripciones de las brillantes comitivas que desfilaron en los bautismos de varios príncipes, nietos de los Reyes Católicos, pero que no ofrecen ninguna novedad.

El Príncipe Felipe el Hermoso partió de España para Flandes en 1503, atravesando el territorio francés, á pesar del expresivo mensaje de las Cortes de Castilla reunidas en Toledo para que no corriese aquella peligrosa aventura hallándose en guerra ambos reinos. Quedó desolada doňa Juana, y en cuanto dió á luz al Príncipe Fernando procuró burlar la vigilancia de su madre para partir á reunirse con su marido. «Sabida la nueva de la tregua, en lugar de suspender el viaje, mandó D.a Juana pasar de Fuenterrabía á Bayona unos carros que allí tenía de su recámara, comenzando á poner en orden su marcha.» La Reina Isabel impidió la marcha, disponiendo, entre otras cosas, que no la llevasen las hacaneas.

Al fallecimiento de la insigne Isabel I, ocurrido el 26 de Noviembre de 1804, se condujo su cadáver desde Medina del Campo á Granada en un carro fúnebre, (2) lo cual denota que el camino debía ser de los llamados de ruedas. El numeroso cortejo de caballeros y eclesiásticos emprendió

(1) Rodríguez Villa. La Reina D. Juana. Libro I. Párrafo V.

(2) En la Historia de Prescott, capítulo XVI, aparece el diseño del carro.

el día inmediato la triste expedición por Arévalo, siguiendo por Toledo y Jaén. «Apenas habían salido de Medina, cuando estalló una terrible tempestad que continuó casi sin interrupción durante toda la jornada: pusiéronse intransitables los caminos; desaparecieron los puentes, convirtiéronse los riachuelos en profundas corrientes, y las aguas inundaron las llanuras; no se vieron ni el sol ni las estrellas durante el viaje, y las mulas y caballos eran arrastrados por los torrentes, pereciendo con ellos en algunas ocasiones los ginetes. Nunca, dice Martir (1) me vi en tantos peligros en toda mi arriesgada peregrinación á Egipto. Por último, el 18 de Diciembre llegó el féretro al lugar de su destino; y en medio del furor de los elementos, los apacibles restos de D. Isabel fueron depositados con sencilla solemnidad en el convento de San Francisco de la Alhambra.»>

D. Felipe y D.a Juana partieron de Valladolid para Segovia en el mes de Agosto y sospechando la Reina de Castilla que trataban de encerrarla en la fortaleza de Cogeces, no quiso entrar en la villa derrocándose del caballo en el suelo, y á esta causa estubo aquella noche en su mula andando de una parte á otra por el campo, no bastando ruegos, ni amenazas hasta que otro día determinaron ir á Burgos, á donde D.a Juana holgó de ir.» (2)

Había fallecido Felipe el Hermoso en 25 de Septiembre de 1506, produciendo el desvarío completo de su enamorada esposa. Después de mil extremos, harto conocidos, hechos en los días que sucedieron al fallecimiento, acudió dɔña Juana el 20 de Diciembre á la Cartuja de Miraflores con determinación de acompañar el cadáver hasta Torquemada; hizo abrir la caja de plomo, á pesar de la contradicción del Obispo de Burgos, y después de cerrada se colocó en un carro tirado por cuatro caballos encobertados con ricos paños de seda y oro, emprendiendo á la caída de la tarde el camino de Torquemada, (3) llegaron á media noche á Cavia.

(1) Epistola CCLXXX.

(2) Crónica de Estanques, cap. IX.
(3. Pedro Martyr. Epistola CCCXXXII.

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