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cer tan extravagannte proyecto; pero al mismo tiempo esta disposicion de los ánimos le hacia imposible pensar en abandonar la ciudad ni en intentar nueva salida con la tropa. Naturalmente aquellas disidencias influian desfavorablemente en el espíritu del soldado, más siendo valencianos muchos de ellos, y por lo mismo participando más del trato y de las inquietudes del paisanage.

y

Lo peor fué que de aquellos disturbios se aprovechó Suchet para estrechar el cerco y preparar el ataque, y en la mañana del 2 de enero (1812) aparecieron tres paralelas contra la semiestrella del Monte Olivet, contra el hornabeque del arrabal de San Vicente y contra el frente de Cuarte. Este último era un ataque simulado; los otros dos los verdaderos. El 3 sentaron y comenzaron á jugar sus baterías: con fuego de fusilería y de metralla contestaban los nuestros: entre otras pérdidas tuvieron los franceses la del distinguida coronel de ingenieros Henri, guerrero de gran prestigio por su talento y actividad, que habia sido gefe de ataque en siete sitios consecutivos: l'oráronle, y con razon, los suyos. Pero no considerándose bastante nuestra gente para defender na línea de más de 22,000 piés de estension desde Santa Catalina á Monte Olivet, determinó Blake, de acuerdo con los gefes, retirarse la noche del 4 al recinto de la ciudad, clavando antes la artillería de hierro y llevándose la de bronce, operacion que se ejecutó con tal destreza

que los enemigos no se apercibieron de ella hasta la mañana del 5. Apoderáronse entonces de los puestos abandonados, y comenzó el bombardeo contra la ciudad, de tal manera que en veinte y cuatro horas cayeron dentro de su recinto mil bombas y granadas, causando estrago grande en los edificios, é infundiendo espanto y terror en los moradores, siendo mayor la confusion por la mucha gente que de la Huerta se habia allí recogido y apiñado. Continuando los dias siguientes el bombardeo, que entre otras preciosidades destruyó las ricas bibliotecas arzobispal y de la universidad: reducida la defensa al antiguo muro; sin casi cortaduras en las calles, que no era Blake aficionado á las luchas de este género, y consternados los habitantes con las escenas de dolor que presenciaban y con el temor de un próximo y horrible saqueo, comisiones de vecinos se presentaron á Blake exhortándole á que tratase de capitular; pero en cambio un grupo tumultuario, conducido por un fraile franciscano, penetró en su habitacion pidiendo que llevára la defensa hasta el último estremo. Blake hizo prender a este religioso, y tomó bajo su responsabilidad la suerte del pueblo valenciano.

Sin embargo de haber rechazado con firmeza la primera propuesta de rendicion que el dia 6 le hizo Suchet, convencido de la facilidad con que los enemigos podian aportillar el muro, de no ser posible ni

una resistencia militar ni una resistencia popular de calles y casas, por no consentir la primera el escaso número de tropas y la naturaleza de las fortificaciones, y no estar preparada la ciudad para la segunda, despachó el 8 al campo enemigo oficiales que prometiesen de su parte capitular bajo la condicion de evacuar la ciudad con todo su ejército, armas y bagages, y de que se le permitiera pasar á Alicante y Cartagena. Desechó la propuesta Suchet, y en su lugar le envió la proposicion de una capitulacion pura y sencilla. Entonces reunió Blake una junta de generales y gefes, en número de doce: tratóse en ella detenidamente el punto de admitir la capitulacion ó prolongar la resistencia: cada vocal emitió libremen-te su dictámen, esponiendo sus razones en pró ó en contra; dividiéronse por mitad los pareceres (1); decisivo era el voto del presidente, y de él pendia la resolucion de cuestion tan delicada. Pesados en su ánimo los males de una y otra solucion, prevaleció en él cl deseo de salvar una ciudad populosa de los horrores de una plaza entrada por asalto, y prefiriendo á la responsabilidad de esta catástrofe el sacrificio de su amor propio y de su reputacion militar, optó por la capitulacion. Elegido el general Zayas para pasar con esta respuesta al campo enemigo, regresó en la

(1) En las Noticias históricas manuscritas de Roman se refiere minuciosamente todo lo que pasó en aquel consejo do

guerra, lo que opinó cada uno, y las razones con que cada cuál lo apoyaba.

mañana del 9 (euero, 1812) con la capitulacion firmada por ambas partes (1).

Blake, luego que la suscribió, dió cuenta de lo sucedido á la Regencia en términos precisos y mesurados. El parte comenzaba diciendo: «Aunque la pérdida de Valencia ha sido prevista y anunciada hace mucho tiempo, me es imposible tomar la pluma pa

(1) Capitulacion de Valencia.

Art. 1. La ciudad de Valencia será entregada al ejército imperial. La religion será respetada, los habitantes y sus propiedades protegidos.

Art. 2. No se hará pesquisa alguna en cuanto a lo pasado contra aquellos que hayan tomado una parte activa en la guerra ó revolucion. Se concederá el término de tres meses al que quiera salir de la ciudad, con la autorizacion del comandante militar, para que pueda trasladarse á cualquier otro punto con su familia y bienes.

Art. 3. El ejército saldrá con los honores de la guerra por la puerta de Serranos, y depondrá las armas á la parte opuesta del puente sobre la orilla izquierda de! Guadalaviar. Los oficiales conservarán sus espadas, como asimismo sus caballos y equipages, y los soldados sus mochilas.

Art. 4. Habiendo ofrecido el Excelentísimo señor general en gefe Blake devolver los prisioneros franceses ó aliados de éstos que se hallen en Mallorca, Alicante ó Cartagena, hasta que el cauge pueda concluirse, hombre por hombre y grado por grado, se hará estensiva esta disposicion á los comisarios y otros empleados militares prisioneros por ambas partes.....

Ar. 5. Hoy 9 de enero, luego que la capitulacion esté firmada, algunas compañias de granaderos del ejército imperial mandadas por coroneles ocuparán las puertas del Mar y de la Ciudadela.-Mañana á las ocho de ella saldrá la guarnicion de la plaza por la puerta de Serranos, al paso que 2,000 hombres lo verificarán por la de San Vicente para dirigirse à Alcira.

Art. 6. Los oficiales retirados que actualmente se hallan en Valencia quedan autorizados á permanecer en la ciudad si gustan, y se procederà á los medios de asegurar su subsistencia.

Art. 7. Los comandantes de artillería y de ingenieros, y el comisario general del ejército, entregarán á los generales y comisarios, cada uno en la parte que le concierne, el inventario de todo lo que depende de su ramo respectivo.

Valencia 9 de enero de 1812. -El general de division José de Zayas, encargado por el Excelentísimo señor general Blake.El general gefe de estado mayor del ejército imperial de Aragon, Saint-Cyr-Nugues, encargado por el señor mariscal conde de Suchet.-Convengo en la capitulacion. - Joaquin Apruebo la presente cion.-El mariscal del conde de Suchet.

anterior Blake.

capitulaImperio

<ra dar parte de ella á V. A. sin esperimentar el más profundo dolor. Se debió esperar, y se esperaba en efecto este funesto acontecimiento luego que cayó en manos de los enemigos la plaza de Tarregona. >> Contaba el sitio de Sagunto, y todo lo acontecido hasta la rendicion de la ciudad, concluia: «Yo espero que «V. A. tendrá á bien ratificar el cange convenido «de los prisioneros, y enviar en consecuencia las ór⚫denes á Mallorca. Por lo que á mí toca considero «el cange de los oficiales de mi grado sumamente «lejano: me creo condenado á la cautividad por el resto de mi vida, y miro el momento de mi expa«triacion como el de mi muerte; pero si mis servi «cios han sido agradables á la patria, y si hasta este "momento no he dejado de contraer méritos por ella, suplico encarecidamente á V. A. se digne tomar bajo su proteccion mi numerosa familia. Palabras muy sentidas (dice un historiador español poco apasionado de Blake), que aun entonces produjeron favorable efecto, viniendo de un varon que en medio de sus errores é infortunios habia constantemente seguido la buena causa, que dejaba pobre y como en desamparo á su tierna y numerosa prole, y que resplandecia en muchas y privadas virtudes (1).»

A las cuatro y media de la tarde de aquel mismo dia (9 de enero), conforme á lo estipulado, ocuparon

(1) Toreno, Historia de la Revolucion de España, libro XVII.

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