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ribus illustrantur, cum indicibus necessariis. Recensuit, et cum additamentis suis edidit Edm. Henr. Barker. Londini, 1829.-8.° carton.

5995. PALAIRET (Elias). Thesaurus ellipsium latinarum, sive vocum, quæ in sermone latino suppressæ indicantur et ex præstantissimis scriptoribus illustrantur. Lipsia, 1830.-8.° pasta, con mis arm., fil. dor.

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5996. PALATIUM Reginæ Eloquentiæ, sive exercitationes oratoriæ (auctore P. Le Pelletier). Lutetiæ Parisiorum.=Sumptibus viduarum Nicolai Buon et Ioannis Camusat et Claudii Sonnii, 1641. Fol. taf. enc., fil., mold. ric. dor., con hierr. fin. y flor de lis, con arm. (Hermosa encuadernacion ant.)

La portada, dibujada y grabada por Gregorio Huret, representa á Luis Segundo de Borbon, Principe de Condé, que nació en 1621, y á Armando de Conti, su hermano, que nació en 1629, presentados por Mercurio á la diosa de la Elocuencia. La obra está dedicada á estos dos Príncipes. Boletin del Bibliófilo, serie XII, núm. 219.

5997. PALATIUM Reginæ Eloquentiæ primò quidem à RR. PP. Societatis Jesu, in Gallia exquisito studio et arte magnificâ extructum, nunc verò revisum ac sensui moribus Italorum, Germanorum, aliarumque Nationum accommodatum. Venetiis, 1659.4.° may. pasta, con mis arm., fil. dor.

5998. PALEARIO (Aonio). Concetti per imparare insieme la Grammatica, et la lingua de Cicerone. Di

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nuovo ristampato, con un suo Supplimento copiosissimo de i concetti della lingua Latina. Et il Dialogo delle false essercitationi delle Scuole, intitolato il Grammatico. Venetia. Franceschini, 1567.-8.° pasta fina, con mis arm. y cifr., fil. y cort. dor.

Aonio Paleario, ó dalla Paglia, como le llamaban en su pais, nació en Veroli, ciudad episcopal de la campiña de Roma, de donde le vino el sobrenombre de Verulanus, al parecer hácia principios del siglo XVI, pero no se sabe fijamente el año.

Su nombre de pila era Antonio, pero mas adelante, por amor à las Musas, y siguiendo la moda de aquel tiempo, lo mudó en el de Aonio.

El motivo de esta variacion se esplica bien en cuatro versos griegos, que traducidos en otros cuatro latinos, son los siguientes:

Aonius qui nunc es, eras Antonius olim;

Aonii Aonidum dat tibi nomen amor;

Quin et amans Tulli, meritò quem Tullius hostem
Sensit, ab hoc renuis nomen habere viro.

Sus padres Mateo Paleario y Clara Janarilla, á quienes perdió muy pronto, pertenecian á unas familias nobles y antiguas, y sus nombres únicamente nos son conocidos por el siguiente epitafio que Paleario les dedicó, y que cuidó de qué se grabara en su sepulcro.

MATHEO PALEARIO,

ET CLARE JANARILLE,

OPTIMIS PARENTIBUS,

ET ELYSE, FRANCISCE, JANILLE PALEARIIS,

SORORIBUS HONESTISSIMIS,

AONIUS PALEARIUS POSUIT MUTATO SOLO.

Desde muy joven se aplicó al estudio de las lenguas latina y griega, en las cuales hizo grandes progresos; no satisfecho con esto emprendió tambien el estudio de la Filosofía y de la Teología. El deseo de perfeccionarse en estas ciencias le hizo recorrer la, mejor parte de Italia, inscribiéndose en la lista de discípulos de los Profesores mas

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afamados que encontró, y adquiriéndose el aprecio de los talentos distinguidos y de los sabios de aquella época.

Para saber la estension de sus relaciones no se necesita mas que echar una rápida ojeada sobre el prólogo de sus obras, edicion de Amsterdam, 1696, y sobre el índice de las personas que le escribian, y á quienes él escribia. «Summo in honore fuit Palearius (dice el prólogo) apud >>viros ætatis istius principes; Petrum Bembum, Jacobum »Sadoletum, Franciscum Sfondratum, Ennium Philonardum, »Ecclesiæ Romanæ Cardinales: Janum Benedictum Lampri»dium, Marcum Antonium Flaminium, Andream Alciatum. >>In quibus profectò singulis inerat ejus sæculi haud me>>diocre ornamentum.»

Existe tambien el testimonio de otros varios sabios que manifiestan el aprecio y la consideracion en que tenian á Paleario. Largo sería referirlos todos, pero no debemos omitir el de Daniel Jorge Morhof, que se halla en la edicion arriba citada, y los del Poeta Juan Bautista Pigna, Guillermo Budé y L. G. Gyraldi, que no están allí. «Vixit circa »>id tempus Aonius Palearius (dice Morhof en su Polyhist. »liter., cap. 23) cujus editæ sunt Orationes et Epistolæ, »quæ feliciter adeò exprimunt Ciceronem, tùm qua dictio»>nem, tùm qua numeros, ut dubitem, an præferendus illi »aliquis sit. Paucis, quod miror, etiam viris doctis et acer>>rimis Latinitatis censoribus cognitus iste auctor fuit; sed >>meretur profectò inter præcipuos numerari. Hic mihi quis »discrimen imitationis videat; nàm longè aliter sonat, quod »Palearius scribit, quàm Longolius, et alii inepti Cicero>>nis imitatores.»>

Los versos de Juan Bautista Pigna dicen así:

Aonî, decus Aonum Sororum,
Quos mihi dedit aureos libellos
Riccius tuus, aureos libellos
Qui desiderium omnibus relinquunt,
Quò magis relegunt, magis legendi,
Intentis oculis libenter hausi:
Immortalem animam probas in ipsis.
Ipsi sæcula sempiterna, et esse
Immortalem operam tuam probabunt.

Budé, por último, se espresa en estos términos: «Aonius »>Palearius Politianos omnes, Longolios, Bembos, Sadoletos

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»stili elegantiâ, si non superat, certè adæquat, et haud
»contemnenda ad statum Ecclesiæ, istius quidem tempo-
»ris, accuratiùs pernoscendum suppeditat ipse veritatis
>>testis et confessor longè cordatissimus.» Por último, Gy-
raldi lo elogia en estos términos: «Aonius Palearius Poeta,
»ut opinor, Verulanus, vir non in Poetica modo eleganti
ingenio, sed et solutà oratione, qui nunc publicè Lucæ
»profitetur bonas litteras. Editus ejus est liber de Immor-
»talitate animorum heroico carmine ad Cardinalem am-
»plissimum et doctissimum Sadoletum: legi et ejus elegan-
>>tem Orationem R. P. Lucensium.» (Dial. 2 de Poet. suor.
temp., pag. 572, edic. de Leyden, 1696.)

Su estancia mas larga fué en Roma, donde permaneció
seis años, hasta que tomada esta ciudad por el ejército
de Carlos V en el año de 1527, los desmanes que come-
tian las tropas le hicieron sospechar que no podria dis-
frutar de la tranquilidad que apetecia, y resolvió salir de
Roma y retirarse á Toscana, donde creia hallar la calma
y los medios necesarios para continuar sus estudios.

En una de sus cartas asegura que entonces hubiera
ido de muy buena gana á viajar por Francia, Alemania y
aun hasta por Grecia; pero que su escasa fortuna le habia
impedido satisfacer este deseo.

Hallándose en Toscana, todavía no sabia fijamente el
lugar donde se estableceria, reservándose tomar una de-
terminacion segun las circunstancias y ventajas que se le
presentasen. Pasó por lo pronto à Perusa, donde sus habi-,
tantes quisieron que se quedara, pero el mal estado en
que vió el Colegio de aquella ciudad, y la poca aficion
al estudio que notó en la juventud, le disgustaron sobre-
manera, y resolvió proseguir su camino.

Llegó á Siena, punto que le agradó por su situacion,
en el cual determinó fijarse, á pesar de que aquella ciu-
dad se hallaba dividida en partidos, y de que no se dis-
frutaba en ella de la completa tranquilidad que él desea-
ba. Sin embargo, le decidió á tomar esta determinacion
el génio vivo y penetrante de sus habitantes, quienes por
el cuidado que tenian en cultivar la lengua nativa, juzgó
ser á propósito para estudiar con buen éxito la latina y
la griega.

Para llevar á cabo su resolucion vendió todos los bie-
nes que tenia en Veroli, su patria, que abandonó para

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siempre sin pesar, porque, segun él mismo confiesa, no
contaba en ella con grandes simpatías.

No tuvo por qué arrepentirse de haber cambiado de
domicilio, pues que despues de haber permanecido algun
tiempo en Siena, fué nombrado Profesor de lengua latina
y griega, contando en este destino con gran número de
discípulos.

Viéndose ya establecido en esta ciudad compró en sus
alrededores una casa de campo llamada Ceciniana (que
pretendió haber pertenecido á Cecina, á quien defendió
Ciceron en otro tiempo), con el objeto de retirarse á ella
en los dias de vacaciones, no omitiendo nada para con-
vertir este sitio en uno de los mas deliciosos.

Sus amigos le determinaron á que se casase, lo que
efectuó á la edad de treinta y cuatro años con una joven
de buena familia, á quien amó apasionadamente durante
su vida, y de la cual tuvo cuatro hijos, dos varones, que
se llamaron Lampridio y Fedro, y dos hembras, llamadas
Aspasia y Sofonisba.

La tranquilidad que habia disfrutado hasta entonces

se alteró un poco á causa de una cuestion que suscitó

uno de sus compañeros, lleno envidia al ver oscurecer

su reputacion por el brillo de la de Paleario. No designa

á este compañero mas que con el nombre de Machus

Blatero (charlatan); pero habla de él como de un igno-

rante, que enseñaba en Siena la lengua latina con tan

poca inteligencia, que sus mismos discípulos le miraban

con desprecio. Tampoco nos dice el objeto de la cuestion

en la cual tuvo por defensor á Pedro Aretino, quien ya

por venganza, ya por dar rienda suelta á su genio mordaz

y satírico, compuso contra el envidioso una piececita

italiana, que fué representada públicamente en Venecia.

«Machus Blatero (dice Paleario en su epíst. XVII, lib. 3,

>>al Vizconde Alejandro, Prefecto de la ciudad), is de quo

>>hominibus nostris fabula data est ab Aretino, lepidè et

>>festivè scripta, homo impudentissimus, et puræ veræque

>>latinitatis tàm ignarus, quàm ii qui trans Taurum inco-

>>lunt. Senis quamdiù fuit magnas mihi turbas fecit, veri-

>>tus ne munus interpretationis scriptionum latinarum mihi

>>demandaretur: in qua cùm ille infeliciter multos annos

>>laborasset, apud eruditiores juvenes nihil aliud fuerat

»>assequutus, quàm turpissimum infantiæ nomen: is nunc

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