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mayor parte fueron y eran judios secretos, y no eran judios ni christianos, pues eran bautizados mas eran hereges y sin ley, y esta heregia ovo de allí su nacimiento como habeis oydo, e ovo su inspiracion e lozania de muy gran riqueza e vanagloria de muchos sabios, e doctos, e Obispos e Canónigos, e Frailes, e Abades, e Sabios, e Contadores e Secretarios, e Factores de Reyes e de Grandes Señores, e los primeros años del Reynado de los muy Cathólicos e Christianisimos D. Fernando e Reyna Doña Isabel su muger, tanto empinada estaba en la heregia que los Letrados estaban en punto de la predicar la ley de Moysen, e los simples no lo podían encubrir ser judíos: y estando el Rey y la Reyna en Sebilla la primera vez que allí vinieron, y el Arzobispo de Sevilla D. Pedro Gonzalez de Mendoza Cardenal de España habia en Sevilla un Santo y Cathólico hombre Frayle de Santo Domingo en San Pablo llamado Fray Alonso, que siempre predicaba y reynaba en Sevilla contra esta heregia: este y otros Religiosos y Cathólicos hombres ficieron saber al Rey y la Reyna el gran mal y heregia que habia en Sevilla cometieron el caso al Arzobispo que los castigase y ficiese enmendar, y él fizo ciertas ordenanzas sobre ello e proveyó de ellas en la ciudad y en todo el Arzobispado, y puso sobre ello en la ciudad Diputados de ellos mismos, y con esto pasaron obra de dos años, e no valió nada, que cada una hacia lo acostumbrado: e mudar costumbre es apartar de muerte.

O! Fera pesima formes pecati instrumentum facino ris pabulum mortis: Oh bestia fiera malvada, disforme pecado nudrimento de traycion allamiento de muerte perdimiento de vida.

Podeis saber que segun lo vimos en cualquiera tiempo que esta fiera pesima es la heregía, y como en aquel tiempo los hereges judios malaventurados huian de la Doctrina Eclesiástica asi huyan de las costumbres de los cristianos: los que podian escusarse de no bautizar sus hijos no los bautizaban, e los que los bautizaban, labábanlos en casa, despues que los trahian, y de esto se halló infinita culpa en el reconciliar de infinitos viejos, que no eran bautizados e los Inquisidores los ficieron e facian despues bautizar; habeis de saber, que las costumbres de

la gente comun de ellos ante la Inquisicion, ni mas ni menos que era de los propios hediondos judios, y esto causaba la continua conversacion que con ellos tenian, ansi eran tragones e comilones, que nunca perdieron el comer a costumbre judayca de manjarejos, e olletas de afinas, y manjarejos de cebollas e ajos, e fritos con aceyte, e la carne guisaban con aceyte, e lo. echaban en lugar de tocino, e de grosura por escusar el tocino, y el accyte con la carne es cosa que hace muy mal oler el resuello, e ansi sus casas y puertas hedian muy mal a aquellos manjarejos, e ellos eso mesmo tenian el olor de los judios por causa de los manjares, y de no ser bautizados puesto caso que algunos fueron bautizados mortificado el carácter del bautismo en ellos por la credulidad e por judaizar hedian como judios no comian puerco sino fuese en lugar forzoso, comian carne en las cuaresmas y vigilias e cuatro témporas de secreto guardaban las Pascuas e Sábados como mejor podian embiaban aceyte a las Signagogas para las lámparas, tenian judios que les predicaban en sus casas de secreto, especialmente á las mugeres, muy de secreto, tenian judios rabies que les degollaban las. reses e aves, para sus negocios, comian pan cenceño al tiempo de los judios carnes tajales: hacian todas las ceremonias judaycas de secreto y en cuanto podian asi los hombres como las mugeres siempre se escusavan de recivir los Sacramentos de la Santa Iglesia de su grado, salvo por fuerza de las constituciones de la Iglesia, nunca confesaba la verdad, y acaeció confesar con persona de esta generacion cortarle un poquito de la ropa diciendo: «Pues nunca pecaste, quiero que me quede vuestra ropa reliquia para sanar los enfermos." En sevilla fuè un tiempo que se mandó, que no se pesase carne el Sábado porque la comian todos los confesos el Sábado en la noche, e mandaron la pesar los Domingos de mañana. No sin causa les llamó nuestro Redemptor generatio prava et adultera: no creian dar Dios galardon por virginidad y castidad, todo su hecho era crecer multiplicar. E en tiempo de la empinacion de esta herética pravedad de los gentiles hombres de ellos e de los mercaderes, muchos monasterios eran violados, e muchas monjas

profesas adulteradas y escarnecidas; de ellas por dádivas de ellos por engaños de Alcabuetas no creyendo ni temiendo la descomunion, mas antes lo hacian por injuriar a Jesu Cristo y'a la Iglesia, y comunmente por la mayor parte eran gentes logreras e de muchas artes y engaños porque todos vivian de oficios holgados, y en comprar y vender no tenian conciencia para con los christianos; nunca quisieron tomar oficios de arar ni cabar ni andar por los caminos criando ganados ni lo enseñaron á sus fijos, salvo oficios de poblados y de estar asentados ganando de comer con pocos trabajos.

Muchos de ellos en estos Reynos en poco tiempo allegaron muy grandes caudales e haciendas porque de logros e usuras no hacian conciencia diciendo que lo ganaban con sus enemigos atándose al dicho que Dios mandó en la salida del pueblo de Israel, robar a Egipto por arte y engaño demandándoles prestados sus vasos e tazas de oro e de plata, e asi tenian presuncion de soberbia que en el mundo no habia mejor gente, ni mas discreta, ni mas aguda, ni mas honrada que ellos por ser del linage de los tribus en medio de Isrrael; en cuanto podian adquirir honra, oficios reales, fabores de Reyes e Señores: algunos se mezclaron con fijos e fijas de Caballeros christianos viejos con sobra de riquezas que hallaron bien aventurados por ello por los casamientos y matrimonios, que ansi ficieron, que quedaron en la inquisicion por buenos cristianos e con mucha honra, de todo lo sobre dicho fueron certificados el Rey e la Reyna estando en Sevilla partiéndose dende; quedó el cargo del castigo e de mirar por ello al Provisor de Sevilla Obispo de Cádiz D. Pedro Fernandez de Solis, y el Asistente que entonces quedó en Sevilla que era D. Diego de Merlo para tolerar tan grande mal quedó Fray Alonso segundo, Fray Vicente tambien para ver sobre ello y otros Clérigos y Frailes; y visto que en ninguna manera se podia tolerar ni enmendar si no se facia Inquisicion sobre ello denunciaron el caso por extenso a Sus Altezas, e faciéndoles saber cómo y quién y dónde se hacian las judaycas ceremonias, y como cabian en personas poderosas, y en muy gran parte de la ciudad de Sevilla, y junto con esto

fueron certificados que en toda su Castilla habia esta disforme dolencia, y ovieron Bulla del Papa Sisto Cuarto para proceder con justicia contra la dicha heregia por via del fuego concediose la Bulla y ordenose la inquisicion el año de 1480.

CAPÍTULO XLIV.

De como comenzaron en Sevilla a prender y quemar y reconciliar los herejes judios, e de la gran

pestilencia del año de 1481

e

Habida la Bulla para la inquisicion por Sus Altezas del Papa Sixto concedida estando por Asistente en Sevilla Diego de Merlo, que era un honrado christianisimo Caballero, muy discreto y celoso de la fee de Christo y de la Justicia, vinieron los primeros Inquisidores á Sevilla, dos Frayles de Santo Domingo un Provincial y un Vicario, el uno llamado Fray Miguel, y el otro Fray Juan, e con ellos el Doctor Medina Clérigo de San Pedro, los cuales todos tres ansi como uno con gran diligencia comenzaron su Inquisicion en comienzo del año de 1481 en muy pocos dias por diversos modos y maneras supieron toda la verdad de la herética pravedad malvada e comenzaron a prender hombres y mujeres de los mas culpados, e metiéndolos en San Pedro, prendieron algunos de los mas honrados e de los mas ricos veinte y cuatros e Jurados, e Bachilleres, e Letrados, e a hombres de mucho fabor, e a estos prendia el Asistente, e de que esto vieron fueronse de Sevilla muchos hombres e mugeres, y viendo que era menester demandaron los Inquisidores el castillo de Triana donde se pasaron los presos, e alli ficieron su Audiencia, e tenian su Fiscal e Alguacil, e Escribanos, e cuanto era necesario, e facian su proceso segun la culpa de cada uno, e llebaban Letrados de la ciudad seglares, e al Provisor al ver de los procesos, e allí ficieron su audiencia e tenian sus juntas, e ordenaban las sentencias porque viesen como se hacia la justicia e no otra cosa, e comenzaron de sentenciar para quemar en fuego, e sacaron a quemar la primera vez a Tablada seis

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hombres e mujeres que quemaron, e predicó Fray Alonso de San Pablo, celoso de la fee de Jesu Cristo, el que mas procuró en Sevilla esta Inquisicion, e él no vido mas que esta quema, que luego dende a pocos dias murió de pestilencia, que entonces en la ciudad comenzaba de andar, y dende a pocos dias quemaron de los principales de la ciudad y de los mas ricos los cuales eran Diego de Susan, que decian que valia lo suyo diez cuentos y era gran Rabi, y segun parece murió como cristíano; el otro era Manuel Sauli, e el otro Bartolomé de Torralba, e prendieron á Pedro Fernandez Veredeba, que era Mayordomo de la Iglesia de los S. S. Dean y Cavildo, que era de los mas principales de ellos, e tenia en su casa armas para armar cien hombres, y a Juan Fernandez Abolacia, que habia sido mucho tiempo Alcalde de la justicia, e era gran Letrado, e a otros muchos e muy principales, e muy ricos, a los cuales tambien quemaron, e nunca le valieron los fabores ni las riquezas, e con esto todos los confesos fueron muy espantados, e habian muy gran miedo, e fuian de la ciudad e del Arzobispado, e pusiéronles en Sevilla pena que no fuyesen so pena de muerte, e pusieron guardas a las puertas de la ciudad, e prendieron tantos, que no habia donde los tuviesen, e muchos fuyeron a las tieras de los Señores, e a Portugal, e a tierra de moros. Este año de 1481 no fué próximo a natura humana, en esta Andalucía, mas muy contrario e de gran pestilencia, e muy general, que en todas las ciudades, Villas e lugares de esta Vandalucia, murieron en demasiada manera, que en Sevilla murieron mas de quince mil personas, e otras tantas en Códova, e en Xerez, e en Ecija mas de cada ocho mil personas, e ansi en todas las otras villas e lugares; e despues en el Agosto alzose la pestilencia, y con todo eso por mes de ocho años duró, que poco o mucho acudia oras en unas partes oras en otras de esta Vandalucia, y en el año de 1488 murieron en Cordova otra vez generalmente decian que aun mas cantidad del año ochenta y uno ya dicho. Así que tornando al propósito de la Inquisicion comenzada en el dicho año de ochenta y uno, como vieron que se encendia la pestilencia y huian los cristianos vie

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