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buelta ni se podian valer unos a otros, e desque vieron que la gente se ponia en huida, e segun la aspereza y hacenamiento de la tierra la gente de caballo no podia pelear, digeron al Maestre y a los Señores que iban con él en las delanteras los adalides que si querian escapar que andubiesen presto antes que los moros les tomasen un puesto grande que adelante estaba de manera que el Maestre e los otros Señores comenzaron de meter espuelas, e andar cuanto podian, e como estubieron los de la hueste e de la rezaga toda la gente se puso en huida cada uno cuanto mas podia, e dejaron la via por donde iba el Maestre muchos Caballeros e tomaron la via de Alora, e los moros siguieron el alcance e mataron e cautivaron mil y ochocientos hombres christianos ó poco menos, en que fueron muertos dos hermanos del Marqués de Cádiz, D. Lope e D. Beltran, e Pedro Vazquez, hermano del Mariscal e Gomez Mendez de Sotomayor, Alcayde de Utrera, e Alfonso de las Casas e otros muchos caballeros de Sevilla y de Xerez y de toda la Andalucia, fueron muertos e cautivos, e fué preso el Conde de Cifuentes, Asistente de Sevilla, y D. Pedro Ponce de Leon hermano del Marqués, e su sobrino Juan de Pineda, nieto del Conde D. Juan, e otros muchos criados e parientes del dicho Señor Marqués, e fueron muertos e presos muchos Comendadores de la Orden de Santiago, los cuales fué muerto Juan de Bazan, Comendador de Almendralejo, que fué un muy honrado y esforzado Caballero; e fueron presos D. Lorenzo Ponce de Leon, Señor de Villagarcia que era paje del Maestre, e Juan Zapata sobrino del Maestre, fijo de Pedro Zapata, Comendador de Hornachos: afirmábase entre muchos e cautivos mas de treinta Comendadoros: faltaban e fueron presos e cautivos otros muchos criados e parientes de los Señores adelantados, e de D. Alonso de Aguilar e Alcaydes de esta Andalucia entre los cuales fueron presos Juan de Robles, Corregidor e Alcayde e Capitan de la gente de Xerez, Don Juan hermano del Duque de Medina Sidonia, D. Manuel sobrino del Marqués fijo de D. Pedro de Guzman; el Vayo Monsalve Juan Gutierrez Tello, Diego de Fuentes, e Pedro Esquivel Veinte y cuatro de Sevilla, e Gomez de Figueroa, e Gonzalo de Saavedra

Alcalde Mayor e Veinte y cuatro de Córdoba e otros semejantes fidalgos e ricos hombres.

Asi que el desbarato fecho los moros cogieron el campo e juntar on la cabalgada en Málaga, en que juntaron ochocientos veinte y cinco hombres en que habia en ellos doscientos cincuenta hombres principales Caballeros e Alcaydes e Comendadores e generosos e fiidalgos de grandes rescates, a los cuales apartaron luego e llebaron á la Alcazaba, e pusieronlos aparte, e quedaron allí en el dicho corral quinientos setenta y cinco, estos fueron sin algunos que los moros hurtaron y sin algunos que despues hallaron.

Este desbarato hicieron muy pocos moros maravillosamente, e pareció que Nuestro Señor lo consintió, porque es cierto que la mayor parte de la gente iban con intencion de robar e mercadear mas que no de servir á Dios como fué probado e confesado por muchos de ellos mesmos que no llevaron la intencion que los buenos cristianos han de llevar á la pelea o batalla de los infieles, que han de ir confesados e comulgados e fechos testamento, e con intencion de pelear e vencer á ios enemigos en favor de la Santa Fee Católica, e ovo muy pocos que la tal intencion llebasen, mas por la mayor parte iban todos puestos en cobdicia de haber por robo cosas e alajas como las de Alhama, y otros muchos llebaron muchos dineros y encomiendas de sus amigos, para comprar de las cabalgadas que habian de hacer esclavos y esclavas y ropa de seda como si hecho lo tubieran, e pensaban sin dar e temer á Nuestro Señor Dios el mal propósito que para esto llebaban, quiso por castigar los malos, que reciviesen pena los buenos, que digeron los christianos que estaban presos, que puesto caso que habia muchos moros en los cerros y de cada cabo, que todos los moros que ficieron el destrozo e daño, que no fueron sino hasta quinientos peones e cincuenta de caballo y que todos los otros no llegaron fasta que está fecho el destrozo.

Los Señores Marqués e el Maestre e el Adelantado D. Alonso de Aguilar e todos los que escaparon vinieron á Antequera; muchos fueron á parar a Alhama e otras partes, e muchos estu

vieron por los montes ocho dias comiendo yerbas e bebiendo agua, y despues salian andando de noche, y estando de dia escondidos, e acaeció que venian fuyendo e venian a parar a Hevar, que es un castillo que tenian los moros donde estaban tres o cuatro moros, que está cuatro leguas de Antequera, e como vieron aquellos moros venir por alli dos o tres christianos, presumieron lo que era, que venian desbaratados, e salieron e cautiváronlos, e despues vieron venir mas e dejaron en la fortaleza dos moros con los presos, e soltose uno de los christianos, e mató a él un moro, y fuyole el otro, e alzose con la fortaleza, e tubieron él e los otros dos que él desató fasta que le vinieron a poner cobro los Señores e aquellos que escaparon juntos en Antequera, esperaron todos los que venian, e recogido cada uno los suyos, e visto los que le faltaban con mucho enojo, dolor y angustia, se fué cada uno a su tierra donde ya se entiende con qué placer podrian recibirlos; y fué llamada por mal de los christianos y es hoy dia la del Axarquia, otros le llaman la de las Lomas; que aqui creció mas la enemiga entre christianos y moros.

CAPÍTULO LXI.

De como fué preso el Rey mozo Muley Baudili cerca de

Lucena.

La fortuna que nunca para ni deja en un ser mucho tiempo permanecer las glorias mundanas, ni á los malos disimula sus maldades, yerros luengamente para que siempre hayan de perseguir a los buenos, mas por divina ordenacion vemos que los malos, aunque en algun tiempo prevalecen, presto son consumidos; y los buenos aunque algunas veces porque no conocen á Dios siempre Dios los socorre y consuela, y asi estando esta Andalucia en muy gran tristeza, y no limpios los ojos de llorar en ella, e en gran parte de Castilla donde tocó el dolor, los moros muy enlozanados por la victoria y no contentos con lo pasado pues habia fecho en las Lomas, ordenaron entrar a correr Loja, tierra de christianos, pensando que por temor del estrago fecho no ha

bria quien les ficiese resistencia y fué de esta manera: que el Rey mozo Muley Baudili, que reynaba en Granada desque supo el desbarato que se habia fecho en los christianos, aderezó su gente, e sacó su hueste de Granada en que habia nueve mil peones, y setecientos de caballo, y entró a correr el campo de Aguilar y de Lucena, e desque fueron vistos por los christianos apellidose la tierra e salió el Alcayde de los Donceles con hasta setenta de caballo e unos pocos de peones, e asomó por un cabo a el lado de los moros, e asomó el Conde de Cabra por el otro cabo e el lado de los moros con fasta doscientos de caballo e cuatrocientos peones e los moros en el campo volvian ya de buelta, e el Alcayde de los Donceles fizo tocar una trompeta cerca de la delantera de los moros; e el Conde de Cabra fizo tocar sus trompetas, y los unos christianos con los otros esforzáronse puesto caso que eran muy pocos en comparacion de tantos moros, y el Rey de Granada y su hueste estaban en un llano, y como los christianos asomaban por los cavezos no podian bien juzgar si eran pocos o muchos, e comenzaron á desmayar por el sonido de las trompetas de cada parte, y el Conde por su cabo con su gente bien cogida, rompió por medio de la hueste de los moros y no menos hizo el Alcayde aunque tenia muy poca gente por la otra parte; e desque los moros se vieron cometidos por dos partes, pensaron que toda Castilla estaba alli; comenzaron a fuir como cobardes e cuitados, no mirando la honra de su Rey, toda la peonaje y de la gente de caballo algunos, e otros recivieron ferozmente los primeros encuentros en que los christianos derribaron muchos de ellos, como ellos usan cabalgar corto, ficieron por cada parte entrada e salida en ellos, e desbaratáronlos, entonce comenzaron todos a fuir y los christianos a los seguir e derribando e matando en ellos hasta el rio de Guadagenil, el cual iba entonce crecido e no lo podian pasar salvo por ciertos vados, e de, los que alli llegaron muchos se metieron en el agua e fueron ahogados, asi que orilla del rio fueron muchos muertos a lanzadas, e muchos ahogados en el rio, en tal manera, que de todos los moros, asi de caballo como de a pié, escaparon muy pocos en esta batalla e alcance, a lo que se puede

ver e saber fueron muertos e presos todos los setecientos de caballo, que no escaparon salvo algunos pocos que ovieron lugar de pasar el rio, e otros escondidos e fueron muertos e presos siete mil peones poco mas o menos; así que e se estragó e pereció casi toda la hueste de los moros, que habia entrado entre los cuales el Rey moro, fué preso, y el Alatar viejo Alcayde de Lora, que era un esforzado e nombrado moro fué muerto e ahogado en el rio, que nunca jamás pareció, ni entre los muertos budo ser conocido, era hombre de mas de setenta años el cual habia fecho desde su mocedad guerra a los cristianos, e havidala victoria los christianos cogieron el campo donde hubieron muy gran cabalgada e riqueza primeramente el Rey moro cautivo com otros caballeros moros muchos y de gran rescate e otros muchos de comun rescate y valores y muchas acemilas, e fueron tantas, que se maravillaron los christianos donde habia tantas acemilas, y los moros cautivos les digeron, que cada peon trahia una acemila, o al menos entre dos peones una acemila, por amor del trabajo de las tres marchas e por las vituallas del comer, e aun por parecer mas gente de caballeros; e ovieron muchas armas e ropas e oro e plata e caballos, e ansi volvieron el Conde de Cabra e el Alcayde de los Donceles con la cabalgada e muy honrados.

E D. Alonso de Aguilar en este medio tiempo estando en Antequera supo del desbarato de los moros e salió al campo a la delantera de los que huian e habian escapado, e ovo mas de ochenta moros que tomaron él y los suyos; el primer moro de caballo que encontró solo en Loja fué uno que se llamaba Cide Caleb sobrino del Alfaquí mayor del Albaycin de Granada, e como lo vieron así solo fué muy grande alboroto por un poco en la villa, y digéronle caballero do el Rey y la gente, y respondió allá quedan, que el cielo cayó sobre ellos e todos son perdidos e muertos, entonce comenzaron en Loja muy gran llanto e muy gran lloro y tristeza: este moro mesmo llebó la nueva a Granada donde la gente de ella fué muy triste e cuytada e fué muy llorada por los moros la pérdida del Rey: e saved que los que con él se perdieron eran todos los mas caballeros de los mejores e

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