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mas principales de Granada e de Loja e de toda la frontera. El Conde de Cabra e el Alcayde de los Donceles desque conocieron al Rey moro entre los presos guardáronle e ficiéronle mucha honra e presentáronlo al Rey D. Fernando desque vino de Córdoba, el cual no tardó de venir de Gastilla desque supo la victoria habida por los christianos, al cual el Rey lo tuvo preso algun tiempo, e despues lo soltó sobre reenes, e volvió en tierra de moros, e algunos de los caballeros moros no le obedecieron, e algunos lugares lo recivieron e en algunos no. Fué llamada esta batalla, por mal de los moros, la de Lucena, otros la llamaron la del Rey moro que fué alli cautivo.

CAPÍTULO LXII.

De como los moros tornaron a tomar por Rey al Rey Viejo.

En el año de 1485 luego como los moros de Granada vieron perdido al Rey, e vieron que era tanta gente con él estragada e perdida, embiaron por el Viejo á Málaga, que bolbiese a reynar e vino luego e apoderose de Granada como antes estaba y tuvo la ciudad hasta San Juan del año de 1485 en que fueron tres años en su honra y prosperidad, y en aquel tiempo todo tenia la ciudad de Almeria contra él su fijo Muley Baudili Agife el Infante por su hermano el que se habia perdido cerca de Lucena; e en este tiempo el Rey cautivo se deliberó por rehenes e ciertos partidos secretos de poder del Rey D. Fernando, e fué a Granada e non lo quisieron recivir e fuese á Guadix e allí lo recivieron; e alli estubo algun tiempo fasta que salió de alli para ir á Vera, e desque salió de Guadix nunca mas lo quisieron acoger en ella, e estubo en ella fasta que mataron a su hermano el Infante en Almeria, e entonce huyó él e vinose a Castilla, e estubo acá algunos dias, e despues volviose a Vera, e estuvo allá hasta que se tomó Loja, que se vino a Granada, e lo acogieron en el Albaycin e en todo este tiempo habia division entre los moros como adelante se dirá.

CAPÍTULO LXIII.

Como el Rey D. Fernando tomó a Tahar a los moros.

En el mes de junio del año suso dicho de 1485, fué el Rey D. Fernando a meter la recua a Alhama poderosamente e combalió a Tahara e tomola por fuerza de armas e tomó los moros cautivos que fueron ciento moros poco mas o menos que guardaban la fortaleza o villa; que la gente menuda no osó toda aguardar e fizo talar la Vega de Granada e tuvo allá el San Juan, e en Tahara hubo mucho trigo e cebada e gran presa, de lo cual fizo bastecer a Alhama, e sacó de ella a Luis Puertocarrero, e dejó al Conde de Tendilla por Capitan e Alcayde, e desta vez quedaron los moros de Granada muy atemorizados de el Rey D. Fernando de ver tanta y tan noble caballeria y gente que llevaba, entró y salió esta vez en Alhama dando vista à Granada.

CAPITULO LXIV.

De las siete Islas Canarias.

Las Islas de Canarias son siete situadas dentro del Mar Occeano, y mas vecinas y cercanas a tierra de Africa que de otra tierra, yendo de Cádiz a ellas, queda la tierra a la mano siniestra, son vecinas á la tierra las mas pequeñas, algunas quince leguas, e algunas treinta leguas, e algunas cincuenta leguas poco mas o menos; la mas pequeña linda con la tierra de Tagaos e Mesa, es la primera Isla, como van de Castilla, Lanzarote, que es tierra de mucho pan y ganado, especialmente cabras, es tierra para plantar viñas e árboles salvo que no las ponen por el mucho ganado que los comen e destruyen, no tienen aguas dulces, beben los hombres y ganados aguas llovedizas que cogen en cisternas que llaman maretas; es tierra de muchos conejos e pa

lomas, pocos vecinos e moradores, menos de ciento; tienen buenos pescados; hay desde Cádiz allá doscientas leguas.

Es luego Fuerteventura; llámase la poblacion el Valle de Santa Maria, e tierra de muchas aguas dulces de rios, hay muchas cabras, pocas bacas, parras de ubas, huertas, Almendras y otros árboles; está tres leguas adelante de Lanzarote.

Gran Canaria es luego, que es grande Isla, y muy virtuosa de muchas aguas e rios dulces, e muchos cañaverales de azucar, e tierra de mucho pan, trigo e cebada e vino e Iguerales y muchas palmas de dátiles, es tierra para muchas plantas, tiene buenas viñas y muchos conejos, está diez y ocho leguas delante de Fuerte Ventura.

Tenerife es luego; que es tierra muy virtuosa de pan y ganados, de aguas dulces, donde hay una sierra de las mas altas del mundo, que ven encima de ella algunas veces arder llamas de fuego como hace Monjeves en Sicilia; es grande Isla, habia en ella nueve Reyes e nueve parcialidades, que sojuzgaban toda la otra gente, es tierra de mucho pan, como dicho es, e muy aparejada para plantar viñas e huertas, e todas las otras cosas necesarias a la vida de los hombres; está doce leguas adelante de la Gran Canaria.

La Gomera es luego seis leguas de Tenerife, es muy virtuosa tierra de pan e de ganado, e azúcares e aparejada para plantar viñas e árboles e todas plantas.

La Palma es luego, es tierra de mucho pan y azucar e aguas dulce de la calidad de la Gomera, hay en ella Pastel y no hay en todas estas Islas.

Archila está cuatro leguas adelante de la Gomera, no hay pastel sino en ella.

El Ferro es la cabeza de todas mas lejos, es tierra áspera a lugares; tiene muchos puercos e ganados de todos hay en ella; no tiene ningunas aguas dulces, salvo de cirternas e maretas, e del agua lluvia beben los gananos.

En esta Isla hay una gran maravilla de las del mundo, que el pueblo bebe del agua que un árbol suda por las hojas, hay un arbol de la manera de un álamo, y es verde todavia, que nun

ca pierde la hoja, y su fruto que da, es unas bellotillas que amargan como hiel, e si las comen son medicinales, e no hacen daño al cuerpo, es de altura de una lanza mediana, tiene grandes ramas e copa, es de gordor cuanto pueden abrazar dos hombres, el pié de él suda maravillosamente gotas de agua continuamente que caen en el alberca cuesta abajo de él de tal manera que una gota de agua no se puede perder: de ay han abasto de agua toda la que pueden beber todos los de la Isla, que solia haber ochenta vecinos, e todos e sus casas son artos y abastados de aquel árbol; son las hojas y color como de laurel, sino que son un poco mayores: no hay en todas siete Islas árbol de aquella naturaleza ni en toda España, ni hay hombre que otro tal haya visto en parte ninguna, y por esto parece bien, que es misterio de Dios que quiso dar allí aquel agua de tal manera por dar consolacion a las gentes, que en otro tiempo allí fueron hechadas donde otro pozo ni fuente dulce se falló jamás ni falla.

Estas siete Islas tenian siete lenguajes, en cada una el suyo, que no se entendian ni parecian unos a otros, los cuales ahora los de la nacion de ellas se retienen entre ellos. Antes de ser ganados de christianos en todas andaban desnudos como nacieron ellos e ellas, salvo en la Gran Canaria, trahian unas bragas de pluma como por gala, ellos y ellas, empero no cubrian bien los lugares inhonestos porque no eran cerrados por abajo, salvo una cuerda ceñida por las caderas, y de alli colgaban unas flocaduras de pluma ripiadas.

En todas siete Islas tenian muchos ganados de que parecia que Dios les proveyó en especial cabras de que comian carne y leche e manteca, e queso e hacian mantas de los pellejos con su pelo muy sobados e adovados en que se hechaban, e tamargos que se cobijaban algunas vezes por el sol y por el aire, que trahian en los hombros e en las espaldas, criaban los niños desde que nacian embueltos en pellejos con su pelo muy sobados e adobados de cabritos chiquitos; e de los matrimonios cada uno tenia a su mujer o mujeres, empero por muy livianas cosas se partia el matrimonio, e ellas e ellos se comunicaban con quien querian. Eran idólatras sin ley en la Gran Canaria, tenian una

casa de oracion llamaban alli Teriña, e tenian alli una imágen de palo tan luenga como media lanza tallada con todos sus miembros de fuera, y delante de ella una cabra de un madero entaIlada con sus figuras de hembra que queria concebir, y detrás de ella un cabron entallado de otro madero puesto como que queria sobir é engendrar sobre la cabra, allí derramaban leche e manteca parece que en ofrenda o diezmo, e olia aquello allí mal á la leche o manteca, no tenian hierro de que se servir, salvo de algunos desbaratos que hacian en los christianos que les facian guerra: algunas armas e cuchillos se servian; sembraban el trigo e cebada con cuernos de cabra metidos en varas, especialmente en Gran Canaria e en lugar de arados, e asi bolbian la tierra e cubrian el grano, e cogian multiplicacion de una medida cincuenta, e mas no habia pan salvo gofio embuelto el grano majado con la leche y con la manteca. Fué preguntado a los mas ancianos de la Gran Canaria, que si tenian alguna memoria de su nacimiento, e de quien los dejó allí, y respondieron: nuestros antepasados nos digeron, que Dios nos puso y dejó aquí y olvidonos, e digéronnos, que por la via de tal parte se nos abriria camino, un ojo o luz por donde viésemos, y señalaban hácia España, que por allí habian de ver, e se les habia de abrir el ojo por donde habian de ver. Son en todas estas Islas hombres de buen esfuerzo y de grandes fuerzas, y grandes braceros, y hombres libianos y ligeros y mas los de la Gran Canaria: son en todas las Islas hombres racionales de buenos entendimientos y de agudo ingenio por ser silvestres e pastores ellos e ellas, e son gente fiel e caritativa y de verdad y buenos christianos.

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