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lieron a ellos, e salió la celada de muchos Caballeros del lugar de donde los Moros no se guardaban, e fueron matando en ellos fasta los muros de la Ciudad, en que fueron muertos e presos mas de trescientos Moros, e de esta vez no osaron a salir por alli mas.

Habia en Baza tres principales Caudillos, el mayor era, que se llamaba Hacen el Viejo, a quien todos acataban, el otro llamado Audali era Capitan de la gente, el tercero era Tube Corazogan, Alcayde de Cuxar, que era muy esforzado Caballero, a los cuales embió a requerir que le diesen la Ciudad, e les faria mercedes. Ordenó que supiesen de cierto que con la ayuda de Dios se la habia de tomar, e que no habia de alzarse de alli fasta que fuese señor de ella: e la respuesta fué que no estaban alli para dársela, sino para defendella; e esta vez e otras que les embió á requerir, nunca por entonce quisieron venir en partido. Entonces fizo facer casas e palacios en el real de tapias e madera e tejas, que trahian de los lugares que los Moros despoblaron, e de las casas de las huertas, e fizo facer para sí fuertes palacios e bien altos de donde podian mirar la Ciudad, e otro tanto ficieron facer el Maestre de Santiago, e los Duques e Grandes Señores, que ficieron facer casas muy fuertes donde estaban; el Marqués Duque de Cádiz tenia real por si, e la gran Artilleria, la cual él tubo á cargo en el cerco, e no quiso facer casa de teja, salvo de paja; e todos cuantos en el real habia ficieron casas de teja e de paja, de forma que parecia el real una gran Ciudad con sus calles e fincados.

Ovieron, sobre quitar el agua de una fuente, que mantenia gran parte de la Ciudad de aguas, muchas peleas los Christianos con los Moros, en que de ambas partes murieron gentes, e a las veces la quitaban, e a las veces la dejaban.

Fueron muchas veces Capitanes a correr a Guadix e Almeria, e otras muchas villas e lugares de tierra de Moros, e trujeron muchas cabalgadas, e ficiéronles muchos daños siempre los Christianos siendo vencedores: tenia el Rey sus guarniciones por los caminos por sus trechos, e donde convenia desde Quesada fasta el real por guarda de los harrieros e acémilas, e gente

que bastecia el real de mantenimientos. No se pudo el Rey en este cerco mucho ayudar de su gran artilleria; porque con las muchas huertas e acequias e cerraduras de una parte, e áspera tierra de otras, nunca pudieron allegar a los muros de Baza. En el mes de Julio, estando el Rey en este cerco, vinieron a él dos Frayles de Jerusalen por Embajadores del Soldan de Babilonia de la Orden de San Francisco, el uno castellano, el otro italiano, y el Soldan los embió al Rey a le demandar ayuda de Sicilia para sus guerras, e el rey ovo gran placer de ello, e eso mismo la reyna, a la cual fueron a visitar á Jaen, e el rey e la reyna les ficieron mucha honra, e les dieron respuesta de lo que querian, e les libraron cierta suma de dinero en Sicilia para siempre para el reparo del Monasterio, e de los Frayles, e de la Santa Iglesia de Jerusalen, e del Santo Sepulcro de Nuestro Redemptor Jesu Christo.

Despues de tornados á requerir los Moros de Baza, que diesen la Ciudad al rey, e de ver su contumacia, e respuesta, el rey hizo pertechar e bastecer el real para tener alli el Ivierno, e los Moros pensaban ser imposible al rey, porque la tierra es muy fria, e natural de muchas nieves, e esperaban que en todo el compás donde el rey estaba no quedaria cosa por cubrir de nieve, segun que en todos los años acaecia; mas Nuestro Señor, en cuyas manos son todas las cosas, al cual ovedecen las planetas y signos, fizo lo contrario de lo que ellos pensaron; que el mes de Setiembre llovió ni mas ni menos de lo que era menester para el Otoño, de manera que aprobechó, e no empeció al real, e ficiéronse muchas e buenas sementeras en todas partes, que se cogieron el año siguiente muchos e infinitos Panes, e el mes de Noviembre no llovió ni poco ni mucho en toda España, antes parecia Verano siendo natural Ivierno, e tiempo de aguas e los mas chicos dias del año; esto pareció ser fecho proveido por la Divina Providencia, e ansi fué tenido por todos los Christianos, que milagrosamente Dios proveyó de tales tiempos. Partió la reyna de Jaen e llegó al real á cinco dias de Noviembre, donde le fué fecho solemne recivimiento como solia en los otros lugares o reales; con su venida todos los del real

fueron muy alegres e esforzados; porque en pos de si llevala mantenimientos siempre e gente, e creian que con su venida se les haria mas ahina el partido con los Moros. Los Moros fueron mucho maravillados con su venida en Ibierno, e se asomaron de todas las torres e alturas de la Ciudad ellos, e ellas a ver la gente del recivimiento, e oir las músicas de tantas vastardas, clarines e trompetas italianas, e cheremias, e sacabuches, e dulzainas e atabales, que parecia que el sonido llegaba al Cielo, e iba con la reyna la infanta Doña Isabel su mayor fija, la cual nunca de si partia, e algunas Damas e Dueñas de su casa: e despues de esto, pasados algunos dias desque los Moros conocieron la voluntad del rey, e que no habia de alzar de sobre ellos fasta cumplir su propósito, ordenaron demandar partido con el rey e la reyna, e demandó plazo seguro, salió el caudillo mayor de Baza Hacen el Viejo, e vino al real a fablar en el partido con el rey e la reyna, e demandó plazo para ir a fablar con el rey Muley Baudili Azagal, que estaba en Granada, el cual le dieron, e fué e fabló, e estubo con él e con los de su consejo, e con los de Guadix, e habiendo su consejo entre el Rey e los Caudillos e alcaydes de la tierra, hallaron, que si Baza les tomaban por fuaiza, ó hambre, la cual ya no tenian remedio de se poder mas sostener, que toda la tierra perderia, e que mas valia darla al rey a partido en la mejor forma que pudiesen, de manera que diesen fin a la guerra, pues tenian a Granada en contra; e alli ordenaron de hacer el partido por toda la tierra que tenia el rey Muley Baudili Azagal, el cual embió al rey e a la reyna el mismo Hacen el Viejo, el cual con otros farautes e mensageros vinieron fasta que los reyes se concertaron en los partidos e manera que entregaron a Baza luego al rey la fortaleza e la Ciudad, la cual le entregaron en 4 dias del mes de Diciembre del dicho año de 1489, dia la gloriosa Santa Bárbara, e los Moros de guerra e los gandules se fueron, e de los de la Ciudad los que se quisieron ir con lo suyo a los arrabales e quedaron alli por entonces, e en el partido de Baza entró Guadix, Almeria, e toda la tierra de dicho rey Moro, e toda se la otorgó de dar, e entregar, e todo entró en el partido de Baza, e puesta

en muy gran recaudo la Ciudad e la Fortaleza de gente Christiana e con muchas armas e mantenimientos: el Rey despidió mucha de la gente del Gran Real, de las Comunidades, dejando las que habia menester para lo que le quedaba que hacer.

CAPÍTULO XCIII.

Como el Rey tomó a Almeria e a Almuñecar.

Partió el Rey de Baza con su Caballeria e hueste e fué la via de Almeria, e la Reyna e la Infanta su fija en pos de él una jornada atrás e fueron tomando las fortalezas, e poniendo Alcaydes Christianos en ellas, e guarniciones, e el viaje fué de esta

manera:

Partió de Baza e fué a Canillas, e dende a Purchena e a Tabernas, e a Almeria, a la cual llegó Martes a 22 dias de Diciembre e habia partido de Baza a 17 dias del mismo mes, ansi estubo seis dias en aquel Viage hasta alli e hasta Almeria; e llegando el Rey D. Fernando cerca de Almeria, el Rey Moro Muley Baudili Azagal le salió é recivir con ciertos Moros de Caballo, e se apeó de un caballo en que iba e fué a pie un rato fasta que llegó a él e le besó el pie e la mano estando el Rey D. Fernando a caballo, el cual se abajó un poco e lo abrazó desde encima del Caballo e asi fué fasta donde el Rey paró e su gente, e otro dia Miércoles el Rey Moro entregó al Rey D. Fernando la Ciudad de Almeria e Fortalezas e fucrzas de ella; e el Rey D. Fernando forneció la fortaleza de gente e armas e mantenimientos e otro dia Juebes víspera de Pascua de Navidad llegó la Reyna D. Isabel e su fija e su hueste e folgaron alli la Pascua del Nacimiento de Nuestro Redemptor Jesu Christo e de alli el Rey

Moro embió a entregar a Almuñecar al Rey D. Fernando, e otras muchas Fortalezas, a las cuales el Rey D. Fernando llevó Alcaydes e guarniciones de gentes e se apoderó en ellas.

Estando en Almeria el Rey D. Fernando e la Reyna con su Corte e hueste concertaron Monteria para que a aver placer, e fueron el Rey e la Reyna e la Infanta e fueron con ellos el Maestre de Santiago, el Marqués Duque de Cádiz e otros Caballeros Grandes, e el Rey Moro, e la Reyna su mujer, e el Monte era alli cerca orilla del Mar, e mataron cuatro Puercos Monteses, en que ovieron mucho placer, e acaeció que estaba en el monte un Lobo, e salió a lo raso e como se vido aquejado de la gente metiose en el mar fuyendo a nado; e como aquello vido un mozo de la villa de Utera llamado Alonso Donayré, desnudose e hechose a nado en la Mar en pos del Lobo, en presencia de todos; e toda la Caballeria no miraba otra cosa e siguiolo tanto fasta que las Ondas ni se veia el Lobo, ni el mozo, e todos pensaban que eran ahogados, e dende a poco dieron vuelta el Lobo delante e el mozo detrás de el acarreándolo ácia la gente estaba; e llegando cerca de tierra el Rey D. Fernando entró en su Caballo en la Mar hasta que le daba el agua a las cinchas, e mató el Lobo a lanzadas, e el mozo salió, e fuese por otra parte, e todos ovieron mucho placer de esto; e el Rey preguntó por el Mozo, e nunca vino ante él, que se creyó que le ficiera merced.

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