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CAPITULO XCIV.

Como el Rey tomó a Guadix, e del número de los Christianos Cautivos que sacó de esta entrada e de los partidos con que entonces quedaron los Moros en la tierra.

Pasada la Pascua el Martes siguiente a 29 del mes de diciembre partieron de Almeria el rey e la reyna e Corte e hueste dando la buelta para Guadix e durmieron esta noche en Fiñana, e el rey Moro con ellos, e llegando luego el rey Baudili e sus alcaydes entregaron la Ciudad e Fortaleza e alcazaba e fuerzas de Guadix al rey D. Fernando, el cual fizo bastecer luego muy bien la Fortaleza, e dejó alli guarnicion e buen recaudo, e los partidos, Ciudades, Villas e Lugares eran secretos entre los reyes, empero lo que se alcanzó a saber era que los moros quedasen Mudejares e sus haciendas dejando las ciudades cercadas que no viviesen dentro salvo en los arrabales e en las Alcazabas, en donde quiera que habia fuerza o fortaleza, que no viviesen salvo en lo llano. Se quedó el rey Muley Baudili por Señor e rey de Vandarax, que es una villa fuerte de trescientos Vecinos con otros Lugares e alquerias de su Comarca e por Vasallo del rey de Castilla; e estubieron en Guadix Juebes e Viernes e partiose el rey moro para Vandarax el Sábado segundo dia de Enero buen comienzo del año de 1490 que el rey y reyna y corte y hueste se partieron para Jaen con la gracia de Dios Victoriosos con tanto trabajo e honrra cuanto Nuestro Señor ministarles quiso de donde llegados despidieron toda la gente; ansi que de esta entrada siete meses mas duró el real e gente en el egército de la guerra, donde se hicieron tantos gastos que son innumerables

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de contar, pechaban de veinte en veinte dias todos los Vecinos e moradores de todas las Villas y Ciudades y Lugares por contia de lo que cada uno tenia en manera, que ya no lo podian cumplir ovo subsidios de las Iglesias y Clerecia, e dineros de hermandades e del fisco e de los hereges, que todo se adquiria e era menester para los muy grandes gastos de la guerra; ayudose estonces el rey para la dicha guerra con partidos de dineros que hechó a las Ciudades Villas e Lugares de sus reynos de Castilla en esta Andalucia, con prestidos que hecho de mucho trigo e cebada, lo qual despues bien pagó e ovo en las Comunidades con la fortuna del mucho pechar e de los prestidos muchas murmuraciones diciendo que tomase el rey todas sus haciendas e cumpliese por ellos que no podian cumplir. E como en esta España para tal caso los Vasallos o lo suyo todo sea del rey, mas quiso fatigar los reynos suyos en atreverse a sus Vasallos e sus bienes, que no dejar los Moros alli por siempre los cuales disipaban e mataban en los Christianos lo que numerarse no podia, e conoció el tiempo en que Nuestro Señor permitia llebarlos de Vencida e fuélo forzado fatigar asi mismo a todos estos sus reynos y Señorios, y pareció que quiso Nuestro Señor que todos reciviesen fatiga por quitar la fatiga y el travajo, que tantos tiempos habia que les fatigaban y segun lo que de esta Victoria y entrada floreció aquellos pechos y servicios aprovecharon en ser empleados y gastados en tan santo acto de guerra; los que lo dieron se hallaron mas ricos con lo que les quedó que no de antes; con todo esto se entendió por aquellos que los Angeles digeron en el glorioso Nacimiento de Nuestro Redemptor cuando cantaron la Gloria in excelsis Deo et in terra pax hominibus bone voluntatis: halláronse ricos con los cuales quedó los buenos Christianos e de buena voluntad llegados a razon temerosos de Dios que atribuyendo todas las buenas cosas que los reyes hacen á Dios; porque el corazon del rey bueno, Dios lo rige, y no puede el rey facer la guerra por sí solo, ni con lo suyo sino con ayuda de sus Vasallos e de sus bienes. Redimió e sacó de cautiverio el rey D. Fernando de Baza, e Almeria e Guadix e de las otras Villas e Lugares que ganó en el

viage susodicho, mil e quinientos Christianos hombres e mujeres que estaban cautivos en poder de los Moros enemigos de nuestra fee Cathólica, los cuales con mucha diligencia demandó e fizo buscar fasta en todas las Aldeas y Alcaydias de los Montes e que le fueron trahidos e entregados; muy bastecido el real en todo el tiempo que el rey estubo sobre Baza de Pan e harina, e cevada e carnes, falleció algunas veces el vino; no ovo cosa de que mas mengua oviese, que de paja para los caballos e bestias del servicio; proveyó nuestro Señor que les daba astocha de esparto, e ansi la comian, e desque a ello se hicieron no hacia mengua la paja.

Sirvieron a el rey e a la reyna en el cerco de Baza todos los Caballeros de Castilla muy lealmente de ellos en persona e de ellos con sus compañias, e de ellos con sus Capitanes. Eso mismo todas las ciudades de Castilla embiaron sus Capitanes con sus gentes, con sus pendones e Vanderas tan ordenadamente, que parecia que Dios lo ordenaba todo. Fué Capitan de Sevilla e su tierra el Conde de Cifuentes su Asistente y salio con el Pendon de Sevilla e su tierra el Conde dicho, a quince dias de Mayo de 1489, e volvió entrar en Sevilla a 12 dias de enero de 1490, asi pasaron casi ocho meses.

Partidos.

Los partidos que vulgarmente se decia que el rey habia hecho con el rey Muley Baudili Azagal, que le entregó á Baza, Almeria é Guadix, é Almuñecar, e sus tierras donde el reinaba, fué que le quedó Fandarax: donde se institulase rey con ciertos Lugares e Provincias donde oviese cumplimiento de dos mil Vasallos con sus rentas, e sobre lo que rentase, que el rey D. Fernando le cumpliese á cuatro cuentos de rentas, e mas que le diese luego cierta suma de dineros; que quedasen por Mudejares, en su ley él e sus vasallos eso mismo se hizo con el Caudillo de Baza e con el Alguacil que les dejó el rey Vasallos e

La Leyenda Tradicional. Entrega 53.

Martin Gil. Entrega 37.

les dió e fizo mercedes porque quedaron entonces todos Mudejares y en lo llano sin fortalezas ningunas, y asi quedaron todos por estonces, e desque ellos quiebran el partido, e plugo Dios que quedase el rey Moro aquende del Mar, que ellos hicieron despues tales liviandades y alborotos, que quebrantaron lo que prometieron en manera que fueron echados de las Ciudades y Villas e el rey Moro le fué tirado e se pasó allende.

CAPÍTULO XCV.

Del casamiento de la Infanta Doña Isabel.

Estando la Corte en Sevilla en el mes de Abril se celebró el Matrimonio de la Infanta Doña Isabel con el Principe D. Juan de Portugal á la cual el rey D. Juan de Portugal embió a demandar a el rey e a la reyna, e a ellos plugó de se la otorgar e celebrase el desposorio por escritura e anillos con los Embajadores en dia de Cuasimodo a diez y ocho dias del mes de Abril de 1490 años, fueron fechas en Sevilla por ello muy grandes fiestas, e justas e torneos por los Caballeros Cortesanos, e por los Caballeros de estos reynos, e justó el rey, e quebró muchas varas. Estaba la tela e los Cadalsos donde estaba la reyna, e sus fijas, e el Principe, e los Prelados e las grandes Señoras, e las Damas a cerca de las Atarazanas en aquel compas de entre ellos y el Rio: estuvieron presentes a el Matrimonio los Grandes de Castilla, e a las dichas fiestas el Cardenal de España Arzobispo de Toledo D. Pedro Gonzales de Mendoza, el Duque de Medina Celi, el Duque de Medinasidonia, e el Marques de Cadiz e otros muchos Condes e Grandes Señores e Ricos hombres; duraron las dichas fiestas hasta el dia de Santa Cruz de Mayo, estaba en Sevilla estonces con su Padre e Madre el Principe D. Juan y las Infantas Doña Juana, Doña Catalina e Doña Maria, este fué el primer placer que el rey e la

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reyna ovieron del matrimonio de sus fijos: quien pudiera contar el triunfo las galas las justas, las músicas de tantas maneras, el recibimiento que hicieron a los Embajadores de Portugal, la regla, el concierto, las galas de las Damas, los jaeces é riquezas de los Grandes, e de los Galanes de la Corte, el concierto de cuando salian á ver las justas la reyna e su fijo el Príncipe, e sus fijas, e las Damas que les acompañaban, que fué todo cumplido tan sobrado con tanto concierto, que decir no se puede iban de dia á las justas, e venian de noche con antorchas a los Alcázares, e la dama que menos servicio trahia ocho o nueve antorchas ante, cabalgando en muy ricas mulas todas e muy jaezadas de terciopelos e carmesies e bordados.

GAPITULO XVI.

De la tala de Granada e de la Torre Roma e Alhendin.

El rey D. Fernando despues de pasadas las fiestas del desposorio de su fija, prosiguiendo su conquista contra los Moros de Granada, embió desde Sevilla sus mensageros a la Ciudad de Granada a los Caudillos e Regimiento de ella amonestándoles que le entregasen la Ciudad e le trugesen todas las armas que en ella tenian a tierra de Christianos, que si esto facian, él lo faria muy bien con ellos, y les faria bienes e mercedes, como facia a los otros, que se le habian dado, donde no lo contrario haciendo, que les destruirian los panes e viñas e frutas les faria cruel guerra, e esto embió a el rey a decir al regimiento de Granada y no al rey; porque el rey Muley Baudili prisionero del rey D. Fernando, puesto que estaba en Granada en el Albaycin, e lo tenian por rey despues que cerraron las puertas a Muley Baudili su tio, porque huyó de Velez, e no la descercó,

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