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CAPÍTULO GVI.

Del reino de Navarra e de sus cosas e guerras, e de como reiné jsen él el rey D. Juan rey de Aragon que despues fué, e

de como su fijo D. Carlos fué contra él.

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El Rey D. Juan de Aragon, padre del Rey D. Fernando, obo el reyno de Navarra con su primera muger siendo infante de Castilla, y príncipe de Aragon, é fué desta manera. Obo en Navarra un Rey llamado D. Cárlos, é no obo fijo varon, é obo una fija que se llamó Doña Blanca que le sucedió en el Reyno, que casó con el dicho Rey D. Joan, de la qual el dicho Rey D. Joan, obo dos fijas llamadas la mayor Doña Brianda que casó con el Conde de Fox Febus en Francia en la Gasconia, é la otra nombrada Doña Blanca que casó con el Rey D. Enrique de Castilla siendo Principe, é despues obo un fijo que llamaron D. Carlos, que fué Principe da Navarra, é despues de Aragon, é murió là Reyna Doña Blanca de Navarra tempranamente, é casó el Rey D. Joan segunda vez con Doña Joana, fija del Almirante de Castilla D. Federicus, é siendo el Principe D. Carlos de 14 años arriba, juntáronse con él de dos parcialidades que havia en Na→ yarra, la una la de los Lusitanos que era el condestable de Navarra, Mosen Pierres de Peralta su hermano el tesorero, é metieron vollicio, é escándalo en el reyno en Padre, é fijo demandando el reyno, é requiriendo al Rey D. Joan que lo entregase al principe su hijo; pues era suyo; é el rey alegaba, que aun no era tiempo, que aun no era de edad para gobernar; é tuvieron con el Rey la parcialidad de los Agrimonteses, que es conde de Lerin, é otros muchos cavalleros, é siguiose multa mala entre ellos, é los del príncipe tomaron á Pamplona, que la es mayor

ciudad en Navarra, é donde el Principe fue acercar una villa que llaman Sanguesa, la qual estaba por el Rey, é el rey salió á la descercar, é sabiendo el príncipe D. Cárlos su fijo, saliole al camino partiendo de Olite con su gente é hueste, é obieron su batalla campal el fijo con el padre, donde murieron algunos de una parte, é otra, é el padre fué vencedor, é vencido el fijo, é les desbarató, é prendió con otros muchos, é lo trajo preso á Zaragoza de Aragon, é le tuvo allí aprisionado, é á ruego de la Reyna Doña Juana su muger, lo soltó, é juró entonces el prin cipe D. Carlos, e puso las manos corporalmente sobre la Ostia consagrada de no ser mas contra su padre, sinó estar siempre á su obediencia, é mandado, é como se vido suelto, tornose otra vez á alzar, é fizo quanto pudo contra el padre por lo echar del reino, é viendo que no podia prevalecer contrá el padre con el reino de Navarra, ni su favor, fué á demandar favor al conde de Alminanque, el qual no se lo dió, é fué á demandar favor al conde de Febus de Fox su cuñado, é tampoco se lo dió: é que 'esto vido, fué á demandar favor al rey Luis de Francia, padre del rey Luis, el qual tenia estonces quistion con el Delfin Luis su fijo, el con algunos caballeros de Francia, é respondió al principe Don Cárlos su pariente, diciendo: ¿Qué exemplo daré yo á mis fijos ayudándobos á vos contra vuestro padre? é con esto respondió E el principe D. Carlos anduvo, é tornó á Navarra en persona, pugnando, si pudiera echar del reyno á su padre, é de que vido que no podia, fuese en Nápoles á su tio el rey D. Alonso, hermano de su padre, el qual lo recibió de mui buen grado, é le riñó mucho, é castigó los yerros que contra su padre havia fecho, é le dijo: Sobrino, pues has sido contra tu padre huye delante de su casa; é embiolo en Sicilia al Trafaro, é fizolo principe de ella, é asi vivió el príncipe D. Cárlos en aquella tierra en mucha honra, fasta que falleció el rey D. Alonso su tio, y falle cido el rey D. Alonso, los catalanes dixeron, que querian que viniese su principe, é estuviese en la tierra; é el rey D. Joan, ya rey de Aragon, que sucedió al rey D. Alonso su hermano, plugo de ello, é embiaron por el principe D. Cárlos á Sicilia los catalanes de Barcelona, el qual vino en Barcelona, donde le fué

fecho muy grande, e solemne recibimiento de los barceloneses. E á este tiempo estaba el rey D. Juan faciendo cortes en Fraga, y en Lérida, é el príncipe despues de haver reposado en Barcelona, partió con los grandes de Barcelona á ver, y besar las manos al rey su padre, é en Lérida la reyna doña Joana, é los grandes de la corte lo salieron á recibir, é fueron con él á Fraga, donde el rey estaba; é el rey salió de la villa á un llano fuera della á recibir á la reyna. Descavalgó é se hincó de rodiIlas, é dixo al rey: Señor, suplico á V. A. que perdoneis al principe mi hijo D. Cárlos, é el rey calló, é entonces el principe estando hincado de rodillas dijo: Señor, suplico á V. A. me perdone; é entonces fabló el rey é dixo: Fijo, por amor de la reina, que me lo suplica, te perdono, é tornes mas, é entonce el principe le fué á besar el pié, é el rey huyó el pié del estribo, é diole la mano á besar, é besolo en la boca, é asi con grandes alegrias, é con mucha solemnidad de trompetas y atabales, é muchas músicas se entraron en Fraga, e en la misma posada que el principe havia de posar: quando pasaban estaba un loco á la ventana, e dijo pasando el rey: Ved quan cara lo has de tornar á forender.

E estando el rey e la reyna en aquellas cortes, e el principe D. Cárlos que tenia el rey Cortes con aragoneses e valencianos. Vinieron alli embaxadores de muchas partes, e fueron alli por embaxadores del rey D. Enrique de Castilla un caballero alcayde de Burgos, e un fraile; e un dia dixo el rey al principe: Hijo, bueno será que te cases con la infanta de Portugal; e respondió el principe: Señor, mas con estotra, pues se ha hablado, e está ya de concierto; e dijo el rey: ¿De concierto? luego mas sabes en ello que no yo? Luego el rey embió por el fraile embajador, é preguntole que concierto trahia con su fijo, e el fraile le respondió que él no sabia nada: que no le habian á él dado parte de tal secreto; é entonces fuyó el otro embajador, é vinose á Castilla, e fué fama entonces que el rey D. Enrique lo queria casar con Doña Isabel su hermana, e lo facia Maestre de Santiago; e le queria dar favor para que destruyese á su padre, e entonces su padre lo tornó á prender, e moviéronse los catalanes

á demandallo, e el padre lo llevó preso á Fraga desde Lérida, e los catalanes y barceloneses le cercaron en Fraga al rey porfiando que les diese al principe, fasta que se lo obo de otorgar, e partieron de Fraga el rey e la reyna, e príncipe en son de preso, para Cataluña desque está seis leguas de Barcelona, e allí dió el rey el príncipe á los catalanes, e juró el principe alli otra vez de no salir de la obediencia, e querer de su padre, e los barceloneses acordaron é pacificaron con el rey, e llevaron consigo al príncipe á Barcelona: e desque el principe se vido en Barcelona, él, ni los catalanes no osaron mas de acudir con la obediencia al rey fasta que murió D. Cárlos, dende á cierto tiempo; e de alli decian los catalanes que habian llevado el mal de la corte de su padre. E muerto D. Carlos demandaron los de Barcelona al rey que les diese á su fijo D. Fernando por principe, con condicion que el rey no entrase en Barcelona: e el rey les dixo: que ni él queria entrar en Barcelona, e que le placia que lo obiesen por su parte; e la reyna dixo: que si asi querian tener á su fijo por principe, que ella habia de estar con su fijo en donde estuviese; e asi se concertó, que la reyna e el principe estuviesen en Barcelona, e el rey no entrase: e esto era porque los catalanes barceloneses desamaban mucho al rey D. Joan. E como la reina estuviese en Barcelona con su fijo el príncipe Don Fernando, el rey obo de entrar un dia en Barcelona á ver su mujer la reyna, e su fijo, e su casa; e como esto vieron, e supieron los del consejo de Barcelona, ordenaron e mandaron: que el rey e reyna, e príncipe, todos los botaron en fuera de Barcelona, e luego salieron fuera el rey, reyna, e principe con toda su casa, e desde aquel dia se rebeló Barcelona contra el rey D. Joan, e toda Cataluña, e requirió al rey D. Enrique de Castilla con su obediencia, e no le quiso, e trajeron al infante D. Pedro de Portugal por señor, el qual tuvieron dos años, e poco mas o menos fasta que murió: e muerto invocaron al conde de Provenza fijo del rey Reynel que se llamaba duque de Calabria, e a otros gran. des Señores, los quales, viendo que havian negado é revelado á su rey, no quisieron su partido, e asi quedaron sobre si los catalanes, e desque se comenzó entre ellos, é el rey D. Joan fasta

que se acabó, pasaron diez años, en los quales muchos males, e muertes, e robos se siguieron en aquellos reynos de Aragón en tre los catalanes, e el rey D. Juan.

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Muerto el famoso rey e esforzado D. Alonso, rey de Aragon,' e Valencia, e Nápoles, e Sicilia, e Mayorca, Ibiza, e Barcelona, e Señor de los otros señorios à la casa de Aragon pertenecientes, e anejos, é Infante de Castilla, sucediole el rey D. Joan de Navarra infante de Castilla, conforme á su testamento e al derecho en todos los reynos, e señorios, dejando el reino de Nápoles, que se llama la Gran Sicilia, si trafaro porque la ganó el conde con mucho trabajo por curso de muchos años, porque venia a la casa de Aragon por derecho, e estaba anexo en poder de quien no le venia de derecho, segun la antiguedad de ello lo cuenta e por eso no con consentimiento de la casa de Aragon, si no de su hermano, que lo dexó á D. Fernando su hijo bastardo; el qual fué muy buen rey despues de su padre en Nápoles. E como el rey D. Joan comenzó de reynor en los dichos reynos, e señoríos, vino el principe D. Carlos su fijo, como ya oisteis de la Italia en Barcelona, e semprose la discordia entre él, e su padre, é los catalanes; e tomaron los catalanes á su padre, e tuviéronlo en Bar celona fasta que murió temprana muerte; 'e desque el rey Don Joan vido que su fijo era muerto, á quien pertenecia el reyno de Navarra, envió por el conde de Febus de Fox, e sucedió á D. Carlos, e entregole el reyno de Navarra; e en este tiempo envió tambien por la condesa Doña Brianda su fija, princesa de Navarra, que es como tengo dicho, sucedió á D. Cárlos á quien tocaba. E en este tiempo siempre crecia la discordia, e malquis

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