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derán; é desta manera fueron caidos en reprobado entendimiento, creyendo mas á las mentiras de este libro, que no á Moyses y á Christo. Empero muchas veces se lee muchos de ellos ser convertidos en diversas partes del Mundo. Otro si, ficieron grandes cosas por la fé, é despues de sus dias ficieron escrituras mui provechosas.

E cebados en la dicha descomulgada doctrina del Talmud los Judios que en aquel tiempo vivian en España, aunque antes los ojos veian el destierro ó perdicion suya: aunque requeridos fueron, é amonestados por las dichas predicaciones, é monestamientos, siempre quedaron pertinaces, é incrédulos, é aunque de fuerza dieron el oido, nunca de grado recogieron en el corazon cosa que les aprovechase; antes quitados de oir la predicacion evangélica, les predicaban sus rabies la contraria, é les esforzaban, é ponian esperanzas vanas, é les decian que supiesen por cierto que aquello venia por parte de Dios hacia que los queria sacar de cautivos, e llevarlos á la tierra de Promision, e que en esta salida verian como Dios por ellos muchos milagros, é los sacaria de España ricos, é con mucha honra segun lo esperaban; que si en la tierra oviesen alguna fortuna, ó siniestra que entrando en la mar verian como Dios era su guiador, como habia fecho á sus antepasados en Egipto. Los judios ricos hacian la costa de la salida á los pobres, é usaban los unos con los otros en aqueIla partida de mucha caridad; ansi que en ninguna manera se quisieron convertir, salvo algunos muy pocos de los mas necesitados. Comunmente entre los judios, asi simples como literatos do quiera que habitaban en aquel tiempo havia opinion, y creian todos que ansi como con mano fuerte, é brazo estendido, é mucha honra, é riquezas, Dios por Moyses habia sacado el otro pueblo de Israel del Egipto milagrosamente, que asi estas partidas de España, habian de volver ellos, é salir con mucha honra, é riquezas, sin perder nada de la suyo á poseer la santa tierra de Promision; la qual confesaban haber perdido por sus grandes, é abominables pecados, que contra Dios sus antepasados havian fecho, de lo qual en esta salida, todo á la contra de lo que pensaban les acaeció: como ellos negasen, é enemigos de la verdad

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fuesen: ca en la otra salida que salieron del captiverio de Egipto por mandado de Ntro. Señor que era su valedor, é los queria bien, en pago de los trabajos, é maxamientos que los egipcios les habian dado, é les decian, é les mandó robar á Egipto seguramente, é los robaron quando quisieron salir para ir al desierto, donde Dios les mandó, diciendo que habian de volver, demandaron prestadas joyas de oro, é plata, é seda, é paños é otras cosas; é los egipcios que les prestaron, segun dice el capitulo 12 del Exodo; é entonce muy bien cupo: ca ellos eran buenos, é humildes, é creian en Dios soberano é Eterno, criador del cielo, é la tierra: los egipcios eran malos, é gentiles, é idólatras; é ahora por la contra los judios eran malos, é descreidos, é idolatras, é no fijos de Dios eran malos, salvo fijos de Canaan, e perdicion; é los christianos son buenos, é fijos de Dios, de ley, é bendicion, é de obediencia, e pueblo de Dios, e fijos de Israel; pues de que del pueblo de Israel ovieron comienzo de salvacion, e ovieron ley, e conocieron, e recibieron el Mesias verdadero que los redimió que fue Ntro. Redentor J. C. Dios e Hombre, que Dios havia prometido de embiar, e embió, el qual ellos por su malicia no conocieron, e recibieron los que entonces eran, ni quisieron dar el oido á sus grandes milagros, e maravillas que fizo; e antes con malicia lo persiguieron, e mataron e el yerrò hecho, no se arrepintieron, ni quisieron creer la verdad, ni por la muchedumbre de los milagros de los Apóstoles, e discípulos de Jesucristo que eran de su linage, por lo qual Dios los guardó para que se arrepintiesen, e recibiesen la santa Doctrina de su Sto. Mesias que les embió que era Ntro. Redentor J. C. quaren→ ta años, e en cabo de los 40 años, viendo Ntro. Señor como era pueblo rebelde, incredulo, e duro de cerviz, e sin provecho, embió sobre ellos su ira, e del emperador de Roma Vespasiano, Tito su fijo, que destruyeron á Jerusalen, e toda su comarca, é mataron un cuento, e cien mil judios, é vendieron ochenta mil, é captivaron, é prendieron toda la tierra de ellos, é truxeron á Roma, é todas sus tierras muchos cautivos, é de todos aquellos ochenta mil vendidos, é de los otros cautivos, é desterrados, vinieron á Francia, é á España muchos en muchas veces

que se libertaron por diversas maneras, é modos; de donde estos que este tiempo eran vivos procedieron asi, en linage, como en la contumacia; de los cuales se fallaron en los reinos de Castilla, treinta mil vasallos e mas, que eran treinta mil casados e mas; de lo qual escribió Rabi mayor D. Abraham Señor su suegro, que supiese por verdad que desterraba el rey é la reina treinta y cinco mil vasallos que eran treinta y cinco mil casas de judios: é de los Rabies que yo baptizé á la vuelta que volvieron de Allende, que fueron diez, ó doce, é de uno que era mui agudo á natura, que llamaban Centollo, é era de Victoria, é yo puse por nombre Tristan Bogado, fuí yo certificado, que havia en Castilla mas de treinta mil judios casados, é que havia en Aragon seis mil casados; esto se entiende con Cataluña, é Valencia, en que havia mas de ciento é sesenta mil ánimas al tiempo que el rey, é la reyna dieron la sentencia que los que no quisiesen ser christianos que fuesen desterrados de su España para siempre. En el tiempo del edicto de los seis meses, vendieron, é malvarataron quanto pudieron de sus haciendas, é aparejaron su viaje los chicos, é les grandes, mostrando grande esfuerzo, é esperanza, de hacer prospera salida, é cosas divinas; é en todo ovieron siniestras venturas; ca ovieron los christianos su faciendas mui muchas é mui ricas casas, é heredamientos por pocos dineros, é andaban rogando con ellas, é no hallaban quien se las comprase: é daban una casa por un asno, é una viña por poco paño ó lienzo, porque no podian sacar oro ni plata. Empero es verdad que sacaron infinito oro, e plata escondidamente, é en especial muchos ducados, é cruzados abollados en los dientes, que los tragaban, é sacaban en los vientres, é en los pasos donde habian de ser buscados, e en los puertos de la tierra, é de la mar; é en especial las mugeres tragaban mas, ca persona le aconteció tragar treinta ducados de una vez.

CAPÍTULO GXI.

De como salieron, e por donde los judios de Castilla.

En el plazo de los seis meses vendieron, é malvarataron los judios lo que pudieron de sus haciendas, é casaron todos los mozos, é mozas que eran de doce años arriba unos con otros, porque todas las hembras de esta edad arriba fuesen á sombra é compaña de marido, e comenzaron á salir de Castilla; los primeros en la primera semana del mes de julió, año del nacimiento de Ntro. Redentor J. C. de 1492. Salieron de Castilla, e entraron en Portugal con consentimiento del rey D. Joan. Los siguientes salieron por Venavente; tres mil ánimas, é mas que entraron en Portugal por venganza, salieron por Zamora: treinta mil ánimas á Miranda, que entraron en Portugal, salieron por Ciuda-Rodrigo: al Villar treinta y cinco mil ánimas, é salieron por Miranda de Alcántara, á Marban quince mil, salieron por Badajoz: á Hielvez diez mil ánimas. De las que estaban en frontera de Navarra, metieronse en Navarra dos mil ánimas; de los que moraban en Vizcaya, entraron por Laredo en la mar, e de los de Medina del Pumar, é sus tierras trescientas casas; e entraron por Cádiz en la mar ocho mil ánimas de los del Andalucia, e de los del Maestrazgo de Santiago. Otros muchos fueron por Cartagena, e por los Puertos de Aragon, e de aquellas comarcas; e otros fueron á embarcar por los puertos de Aragon e sus confines. Los de los reinos de Aragon, e Cataluña, embarcaron por los puertos de Cataluña, e Aragon, e entraron por la mar, e muchos dellos entraron en la Italia, otros á tierra de moros, al reino de Tunez, e de Tremecen, e á otros reinos donde su ventura los echaba. Estos fueron de los reinos de Aragon, e de Cataluña: e los de Castilla que embarcaron por los puertos de Cartagena, e confines del reino de Valencia, de los quales los

mas tuvieron siniestra fortuna, robos, e muertes en la mar, e en la tierra por donde iban, e arribaron ansi de los cristianos, como de los moros.

CAPÍTULO GXII.

De como los judios vivian en España, e de sus riquezas,

e oficios, e de la fortuna que llevaban.

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Volviendo á contar de los judios que embarcaron en el puerto de Santa Maria, e en Cádiz, e de los siniestros, e fortunas que acontecieron á los unos, e á los otros en este destierro, digo que estos judios de Castilla en cuyo tiempo fue este edicto del Rey, e de la Reina, estaban heredados en Castilla, e plantados en sus mejores ciudades, villas, e lugares, e en las tierras mas gruesas, e mejores, e por la mayor parte moraban en las tierras de los Señorios, e todos eran mercaderes, vendedores, e arrendadores de alcavalas, e rentas de achaques, e hacedores de señorios, tundidores, sastres, e zapateros, curtidores, zurradores, sederos, especieros, bujoneros, texedores, plateros, e de otros semejantes oficios, que ninguno rompia la tierra, ni era labrador, ni carpintero, ni albañies, sino todos buscaban oficios holgados, e de modos de ganar con poco trabajo: era gente muy sutil, e gente que vivia comunmente de muchos logros, e usuras con los christianos, e en mucho tiempo muchos pobres de ellos eran ricos. Eran entre sí muy caritativos los unos con los otros aunque pagaban sus tributos a los señores e reyes de las tierras donde vivian; nunca por ello venian en mucha necesidad, porque los consejos de ellos, que llamaban Alhamas, suplian por los necesitados: eran bien señores de lo suyo do quier que vivian: havia entre ellos muy ricos hombres, que tenian mui grandes riquezas e faciendas que valian un cuento, e dos cuentos, e tres. Personas de diez cuentos donde era asi, como Abraham, señor

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