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que en ellas estaban, é con muchas librerias de su hebraico, é ovieron que hacer en poner las personas en salvo, é con todo eso se quemaron que murieron luego 18 personas, é quedaron muchos quemados vivos que se escaparon huyendo, de lo qual murieron despues mas de 80 personas; é despues dió pestilencia en la juderia que de acá fué que en muy pocos dias murieron mas de quatro mil personas de pestilencia, é de cámaras mas de dos mil.

CAPÍTULO GXIV.

De los judios de la ciudad de Fez.

Podeis saber que en el Reyno de Fez, é en la ciudad de Mesma ovo anexamente muchos judios, asi como acá en España, cá se hallaban mas de cien mil vecinos, é tambien fueron robados, é muertos no ha muchos años, como en Castilla todos en un tiempo. Ovo un judio que llamaron Aron, sabio, é muy sutil, que privaba mucho en demasiada manera con el Rey de Fez, en manera que él regia, e mandaba en el reino quanto el queria, de lo qual los moros eran muy mal contentos los que algo valian, e alvorotaron el Comun contra el Rey, e contra los judios, e levantose el comun de Fez, e mataron al Rey, e al privado Aron; e dende entraron en la Juderia, donde havia en la ciudad mas de dos mil casas, e metieronla á espada, e mataron, e robaron, e no dexaron mas de los que decian que querian ser moros; e ansi ficieron en todas aquellas comarcas, e ficieron Rey de Fez; e en su tiempo aquellos tornadizos judios no tenian mas ley que de Mahoma, que de antes, como hacian acá los malos conversos sobre quien vino la Inquisicion, e ovo quien dijo al Rey, como aquellos judios havian sido moros por fuerza, que proveyese sobre ellos á ver si eran moros, ó nó; e el Rey mandó salir al campo todos los judios moros tornadizos que habia en Fez,

e mandó que á los que quisiesen ser judios, quedasen, e los que quisiesen quedar moros por su grado, que lo quedasen, e que fuesen libres, como los otros moros, e los que quedasen judios que fuesen sugetos á ciertas leyes, e condicion, que les puso, que no calzasen zapatos, salvo apargates de esparto, que no cavalgasen en cavallo ensillado, e que nunca cavalguen en la ciudad, salvo que todos anden á pie, que no tomen ni traigan armas: que los hombres nunca vistan alborneces, ni toquen tocas, salvo todo negro: que las mugeres judias non traigan caragueles, nin la cara tapada, ni truxesen tocas moradas, nin vistiesen Almexia; e sobre todo ficieron otras muchas ordenanzas en perjuicio de los judios. E estando en el campo mandaron que se partiesen los judios, e los moros que quedasen par de ellos á otra parte, e ellos temieron que lo querian facer por matarlos, que dixesen que querian ser judios, e no quedaron sino muy pocos judios, todos los mas quedaron moros tornadizos, e de estos quedó la ciudad e toda la tierra llenos, de donde ahora hay infinitos de ellos; e despues acá se han libertado, e tornado á ser judios muy muchos de ellos, que hay de aquel metal, dando al Rey una pieza de oro, e les dá licencia que sean judios, asi lo acostumbran e hacen aun ahora.

CAPÍTULO QXV.

De como el Rəy D. Fernando demandó á Perpiñan.

Quando el Rey D. Fernando estaba sobre Granada embió embajadores al Rey Carlos de Valois de Francia demandándole á Perpiñan, e el condado de Rosellon, el qual se lo prometió que en alzando de sobre Granada se lo daria, dándole la suma del dinero que sobre ello se le debia, eso esta esperanza despues de ganada Granada, e puesta en concierto, partió el Rey de Cór

doba con la Reina, e Príncipe, e toda la corte para Barcelona, e fueron á Zaragoza, donde estuvieron algunos dias, e dende á Barcelona en el agosto del año de 1492. Estando alli vinieron los embajadores del Rey de Francia con el concierto de le entregar á Perpiñan, á los quales dió el Rey D. Fernando muy grandes dádivas de oro, plata, caballos, joyas con que se volvieron á Francia, e vueltos el Rey Cárlos havia mudado de propósito, e dilató la data de Perpiñan, e ovo mucha dilacion, e el Rey D. Fernando ovo mucha turbacion de ello, e ovo muchos desconciertos entre los fronteros de ambas partes; e el Rey D. Fernando comenzó de demandar por via del Papa su condado, e el Papa vista su justicia, mandó al Rey de Francia que le diese lo suyo á su dueño, e en esto se dilató un año que no lo quiso entregar, e por ventura no le entregara, si la muerte del rey Fernando de Nápoles no interviniera en ello; lo qual intervino en esta manera: que por codicia de tomar, e señorear el reyno de Nápoles, e que sabia que le havian de conquistar á Perpiñan mientras el ausente, lo quiso entregar como adelante seguirá, y por ir mas seguro sobre Napoles.

BAPÍTULO CXVI.

De la ouchillada que un mal hombre dió al Rey D. Fernando.

Estando el Rey D. Fernando alli en la ciudad de Barcelona esperando de cobrar á Perpiñan con su condado de Rosellon por trato de los embajadores, el diablo envidioso de los santos misterios, e cosas que Ntro. Señor habia fecho, e mostrado por este muy noble Rey, envidioso, e pesante de todas sus cosas, honras, e prosperidades, puso en corazon á un maligno, e dañado hombre, que lo oviese de matar, e acaeció que estando el Rey un viernes vigilia de la Concepcion de la Virgen Ntra. Señora, siete

dias del més de Diciembre del dicho año de 1492, en la cása del Juzgado y oyendo al Pueblo en lo cual habia estado desde las ocho hasta las doce, e desque se lebantó del Juicio descendió por unas gradas abajo, fasta una Plaza que dicen la Plaza del Rey con muchos Cavalleros y ciudadanos con el los cuales cada uno fue á cabalgar en sus caballos e mulos y el Rey se paró en lo mas cerca de las gradas avajo cerca del suelo a departir con su Tesorero, y allegose cerca de él por detras aquel dañado y traidor hombre, y asi como el Rey acabó de partir con el Tesorero avajó un paso para cabalgar en su mula y el que tendia el paso, y el traydor qué tiraba el golpe con un alfange e espada corta ancha no fasta tres palmos, y quiso Nuestro Señor milagrosamente guardarlo, que si le diera antes que se mudara partiera lo por medio la cabeza hasta los hombros y como se mudó, alcanzoło con la punta de aquel mucron una cuchiHada desde encima de la caveza por cerca de la oreja el pescuezo avisó fasta los hombros; y como el Rey se sintió, e visto herido, pusose las manos en la cabeza y dijo: Santa Maria Val, y comenzó de mirar a todos y decir, o que traicion, o que traicion; que pensó que era alli ordenada entre muchos traicion contra él, y mirando a todos no vido ir ninguno contra si, mas vido un mozo de espuelas, Sancedo, que este era su nombre e un su trinchante llamado Ferrol, que daban de puñaladas alli al traydor y otros alli tomandolo y teniendolo, los cuales le impidieron de manera que el no le pudo dar al Rey mas de un golpé, y entonce el Rey dijo: no muera, no muera ese hombre, e asi quedó que no ló mataron, herido de ciertas puñaladas y Hebȧronlo preso y metieronlo al Rey en Palacio a curar, y el traydor curaronle tambien por entonce; o anima advierte quien. podrá contar la turbacion y lloro, la grita que ovo en la ciudad diciendo: traicion, traicion, mataron al Rey, muerto es el Rey: armáronse los cortesanos y armaronse los de la ciudad en favor del Rey y andaban por las calles de la Ciudad todos a una parte y otra, corriendo todos espantados llorando a muy grandes gritos, y con muy grandes plantos y tristezas, asi hombres como mugeres, que no se veian los unos á los otros por toda la Ciu

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su tierra e en todo el reyno de Nápoles, e comenzó de reinar en Nápoles, e el Rey de Francia tenia muy gran cobdicia del reyno de Nápoles, porque le decian que le pertenecia de antiguo, y por poderlo ir a tomar mas desembarazado e desempachadamente, deliberó de entregar a Perpiñan fingiendo que lo hacia por descargar el ánima de su padre, y antes que entrase fizo su paz amistad y hermandad, sobre lo cual ficieron e firmaron cierta Capitulacion y prometieron de ser amigos y hermanos, y amigos de amigos y enemigos de enemigos, salvo que si el Rey de Francia fuese contra la Iglesia que entonces no fuese el Rey D. Fernando ovedecido a la capitulacion; fecho esté concierto el Rey D. Fernando embió la suma del desempeño del dinero del Rey de Francia, y entregole a Perpiñan y las otras fortalezas del Condado; y fizo presente de toda la suma del dinero a la Reyna D. Isabel, para ayuda de los gastos fechos en la guerra de los Moros, para manifestar magnificencia y grandeza: otros digeron que lo habia fecho porque mas que aquello se debia a las rentas corridas y por descargo del ánima de su padre que habia fecho e fizo muchos daños en aquel Condado del Rosellon, que destruyó cuando se reveló Perpiñan, se mu→ chas Villas e Lugares que destruyó totalmente que nunca jamas acá se poblaron, e tambien el Papa ante quien el Rey D. Fernando lo demandaba, le demandó so pena de escomunion que diese lo suyo a su dueño; el dia de Nuestra Señora de Setiembre se entregó Perpiñan, y luego partieron para allá el Rey y la Reyna y el Príncipe y Corte desde Barcelona, y ficieron por ello muchas alegrias y dió el Rey a los franceses muchas dádivas e joyas de oro e plata con que fueron a su tierra, e le dejaron sus fortalezas del Condado del Rosellon; asi vieron sus ojos lo que deseaban, y cobró aquellas fortalezas y ciudad en cavo de mas de treinta años, que habia que estaban empeñadas y en poder del Rey de Francia.

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