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muertos de ellos los que no huian. Yo sé que en todas las islas de esta comarca, que es infinito el número de gente, e gran mundo, le temen, e han gran miedo, e les puedes facer mucho mal e daño sino obedecen al gran Rey de Castilla su Señor, pues ya conoces las gentes destas Islas, e su flaqueza, e sabes la tierra, pues antes que me tomes mis tierras e Señorios yo me quiero ir contigo con mi casa en tus Navios a ver los grandes Rey e Reyna tus Señores, e a ver la tierra mas abundosa e rica del Mundo donde ellos están, e a ver las maravillas de Castilla, que son muchas, segun tu Indio me ha dicho.

E el Almirante habiendo compasion de él, e de su fija, e de sus fijos, e de sus mugeres, se lo estorvó. Viendo su inocencia, e buena voluntad le dixo: Que él lo recibia por Vasallo del Rey e de la Reyna, e que por estonce se quedase, que aun le faltaba mucho por descubrir, e que tiempo habria de otra vuelta para cumplir su deseo, e fizo su amistad, e asi se ovo de quedar con su gente, e casa.

El Almirante navegó dende el Austro al Oriente por aquellos Mares; entre otras Islas muchas pobladas de aquellas mesmas gentes desnudas, segun escribió el Almirante, de las cuales por no facer tan larga escritura dexó de escribir, e vasta esto porque toda la gente era como la susodicha, e cuando volvió para la Española de donde habia partido, vino a salir por entre las Islas de los Carives facia por donde habia ido el segundo viage.

Ya no facian cuenta de él en la Española, ni de sus Navios, sino pensaban que él fuese perdido e en Castilla asi mesmo lo temian, que habian escrito de la Española, como no parecian tanto tiempo habia.

Alegráronse con su venia los que lo bien querian, e por la contra otros que le no tenian voluntad, les pesó, porque no dexase aprovechar a ninguno ni resgatar cosa alguna, salvo todo para el Rey, e Reyna, porque habia muy grandes gastos fechos en la demanda, e habia grandes murmuraciones contra el, no falló cogido oro, ni ovo quien lo procurase de lo haber, ni quien lo supiese ni osase buscar por temor de los Indios mien

tras él en el dicho viage. Desque fué venido luego que puso por obra de haber lo mas que pudo, e por la discordia que ovo entre ellos, fizo justicia de algunos dellos e otros envió presos al Rey, como atrás es dicho.

Los gastos eran muchos, los provechos eran pocos fasta estonces, la sospecha que no habia oro era muy grande allá, e acá en Castilla ovieron falta de mantenimientos: allegó la gente a estar en gran necesidad e necesidades, lo cual remedió de acá el S. D. Joan Fonseca Obispo de Vadajoz, que despues lo fué de Córdoba, e despues de Palencia, que tenia el cargo de proveer.

Ovo quien fizo entender al Rey e a la Reyna que siempre seria mas el gasto que el provecho, de manera que enviaron por el Almirante e vino en Castilla en el mes de Junio de 1496 años vestido de color de ábito de Frayle de S. Francisco de Observancia, e en la hechura poco menos que ábito, e un cordon de S. Francisco por devocion, e truxo consigo algunos Indios que antes que él de alli partiese habia prendido al Gran Cacique de Caonaboa, e aun su hermano, e aun su fijo que hasta diez años no empelea, salvo de que los aseguró, e despues que dixo que los traia a ver al Rey e a la Reyna para despues volverlos en su honra, e estado, traia a el Caonaboa e aun su hermano de fasta 35 años a quien puso por nombre D. Diego, e a un Mozuelo sobrino suyo, fijo de otro hermano, e muriose el Caonoboa en la mar de dolencià e poco placer,

Traia un collar de oro el dicho D. Diego hermano del dicho Caonoboa que le facia el Almirante poner cuando entraba por las Ciudades e Lugares, hecho a escalones de Cadenas que pesaba seiscientos castellanos, el cual yo vi, e tuve en mis manos, e por huéspedes en mi casa al dicho Sr. Obispo, e el Almirante, e al dicho Sr. D. Diego.

Truxo estónce el Almirante muchas cosas de allá de las del uso de los Indios, Coronas, Carátulas, Cintos, Collares e otras muchas cosas entretegidas de Algodon, e en todas figurado el Diablo en figura de Gato, e de cara de Lechuza, e de otras peores figuras de ellas entalladas en madera, de ellas fechas de

vulto del mesmo Algodon, e de lo que era la alaja. Trajo unas coronas con unas alas, e en ellas unos ojos a los lados de oro, e en especial traia una corona que decia que era del Cacique Caonoboa, que era muy grande e alta, e tenia a los lados estando tocando unas alas como adarga, e unos ojos de oro tamaños como tazas de plata de medio Marco cada uno, alli asentados como esmaltados por muy sotil, e estraña manera, e alli el Diablo figurado en aquella corona; e creese que asi se les aparecia, e que eran idólatras, e tenian al Diablo por Señor. Los que de aquellos indios que trajo vinieron, presentó, con las cosas de oro que trajo, al Rey, e a la Reyna; de los cuales él fué muy bien recibido, e ovieron mucho placer de ver las cosas estrañas, e de saber de lo descubierto, aunque el Almirante tenia hartos contrarios que no lo podian tragar por ser de otra Naeion, e porque sojuzgaba mucho en su Capitinia e cargo a los soberbios e adversos, e estuvo de esa vez el Almirante en la Corte, e en Castilla, e en Aragon mas de un año, que con las guerras de Francia no lo podian despachar; e despues ovo licencia, e flota, e despacho de sus AA., e estando él en la corte se negoció, e concertó, e se dió licencia a otros muchos Capitanes que lo procuraron para ir a descubrir e fueron, e descubrieron diversas islas.

Partió el Almirante a las Indias en fin del mes de Agosto de 1497 años con tres Caravelas, e atinó facia ciertas Islas donde no habia llegado en las partes del Austro en par de las Islas de los Carives, e descubrió e falló las islas de las Perlas, e no quiso que resgatasen, salvo muy poca cosa por demuestra de que los Marineros fueron de él muy mal contentos, porque les habia dicho que de lo que Dios e echase en encuentro en aquel viage, que partiria con ellos, e despues dixoles que el Rey, e la Reyna los enviaban a descubrir por aquella via, e no arresgatar; e siguió su viage de vuelta a la Española, e llegado a ella, dió forma de las Minas del Oro, e en las Poblaciones donde trabajó mucho, e falló muy grandes Minas de Oro, como él creia que las habia, e lo decia, e no era creido de muchos asi Cavalleros como Marineros; e Escuderos, e gente comun que facian

burla de su fablar, e fechas Minas, e dadas órden muy agudisima en el buscar el oro pasó cerca de un año que no pudo ha→ llar la abundancia de él; e en el año de 1499 comenzó de fallar la abundancia de 1500, e como se cogia en nombre del Rey, e de la Reyna, aunque pagaban algo a los que trabajaban, esandaban en las Minas, como el Almirante lo recibia e adquiria todo, ovo muchas murmuraciones contra él, e él se engorró, e tardó de enviar el oro al Rey algo mas de lo que debia, en tal manera, ovo quien escribió de allá, e vino acá a decir al Rey e a la Reyna que encubria el oro, e que se queria enseñorear de la Isla, e otros que la queria dar a Genoveses, e otras muchas cosas, de lo cual lo menos, o ninguna cosa se debiera creer que él tal hiciera; e el Rey envió un Gobernador fulano de Bobadilla a la Española, e envió por el Almirante, el cual el dicho Gobernador se lo envió en ramo de preso con el oro que tenia el cual aportó a Cadiz en el Verano del año de 1501, e presentado al Rey con el oro que trajo e él dado su descargo, el Rey le mandó, que porque convenia a su servicio, que no entrase jamás en la Isla Española, e por los servicios que habia fecho confirmale su Almirantazgo para siempre con sus derechos, e rentas, e que anduviese en la corte, e estuviese en Castilla donde él quisiese, e díxole que en esto creyese que le facia mucha honra e merced, e que le quitaba del peligro de los Castellanos, que estaban muy indignados contra él, e que si allá volviese, no podria escusar el alboroto, que seria dar a los indios mal ejemplo.

El Almirante visto la voluntad del Rey, e de la Reyna, les suplicó a SS. AA. para ir a descubrir por la via del Septentrion el estado derecho de, la tierra firme que le habia quedado por descubrir, porque aunque la voluntad fué el ir aquella via cuando desde allá fué a descubrir la tierra firme, lo echo por la otra banda, e el Rey le dió licencia, e fué con tres Navios a descubrir por el Septentrion e ovo en el viage muchos siniestros, e afrentas, e fortunas despues de haber pasado allende de la Española, que falló las mares muy bravas, e no pudo andar tanto cuanto él quisiera; e aunque descubrió en el viaje muchas

Islas, segun él escribió, su propósito; no pudo aver el efecto que él deseaba, e en algunos puertos con las fortunas estuvo retraido algunas estancias de tiempo que le impidió el descubrir, e del mucho navegar, o del mucho trabajo, u del humor de aquellos Mares, que de tal manera pegan en aquellos Navios, se les comieron de Bruma, e maravillosamente él, e la gente en uno a una Isla cerca de la Española: el Navio iba tambien muy perdido, donde por via de Indios el Gobernador supo de él, e enviaron por él, e lo truxeron con la gente que habia ido con él a la Española, e dende lo envió en Castilla e lo truxo Diego Rodriguez Comitre vecino de Triana año 1504, el cual dicho Almirante Christobal Colon de maravillosa honra da memoria, natural de la Provincia de Milan estando en Valladolid el año 1506, en el mes de Mayo, murió in senectute bona, inventor de las Indias, de edad de setenta años poco mas o menos. Nuestro Sr: lo ponga Amen.

Deo gracias.

Por ahora no quiero escribir del descubrir de las Indias, pues a todos es notorio, e otros muchos que lo descubren, e sabenlo escribir e recontar lo que ven por toda España. Sucediole su mayor fijo en el Almirantazgo, e rentas, e honras, que el por su trabajo e industria, e buena ventura ganó en la huena ventura, e buena dicha del Rey, e de la Reyna que para ello le aparejaron e dieron.

CAPITULO GXXXII.

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De la Isla de la Palma en Canaria.

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En el nombre de Dios, aunque sepais! muy breve, la toma de la Isla de la Palma, porque esplicadamente no lo supe, me pa→

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