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CAPITULO GXXXV.

Quando e como el rey Carlos de Francia, fijo del rey Luis de Francia, entró con gran poder en Italia.

Carlos, Rey de Francia, fué hombre de mediano cuerpo, e feo de gesto, e de cuerpo, e de mala e de fea composicion, e arsi fueron sus fechos. No recibia consejo de los sabios, ni de los antiguos, segun de él se decia, antes seguia los apetitos de su voluntad; era muy elevado en adquirir de la honra e grandes señorias, placiéndole mucho cavallerias, batallas, gente de guerra. No creia que en el mundo havia su par de ligero movimiento, sin pensar muy bien, e sin cotejar la victoria, e honra que en salir de sus reynos a tan lejas tierras podria alcanzar siendo vencedor, con la mengua, e gastos, e pérdidas, e muerte de sus gentes que le podria venir siendo vencedor: sin tener necesidad de justo titulo salió de Francia en el mes de septiembre del año de 1494 con quarenta mil hombres de guerra, e con muy grandes artillerias por tierra e mar, con intencion de tomar para si el Reyno e Ciudad de Nápoles, e por sojuzgar la Italia. La causa e primer movimiento de esta guerra fué la muerte del buen rey e esforzado D. Fernando de Nápoles, fijo del inclito e buen Rey D. Alonso de Aragon, que como murió le sucedió su fijo D. Alonso, Duque de Calabria: llamábale el Gancho por mal señalado de ojos, el qual era hombre muy mal quisto en en el Reyno; e haviéndole muy gran miedo todos los Cavalleros de Nápoles, que era muy esforzado, e muy osado para lo que queria facer, el qual havia mandado matar e mató algunos grandes Señores del Reyno siendo Duque de Calabria, especialmente al Principe de Salerno, e al Principe Vizuñano, e mató a un linage de Nápoles que llamaban los Garrajos, que son gran

des Señores, muchos; e comenzando de reynar, publicose que el Papa Alexandro VI que entonce imperaba, le envió a demandar setenta mil ducados de oro de tributo del Reyno cada un año de tributo, que pagaba a la iglesia cada un año de los pasados, que se le debian a la iglesia de los años del tiempo de su Padre, porque diz que tanto tiene la Iglesia Romana sobre aquel Reyno, e diz que no respondió bien al Papa, ni le entendió pagar tal tributo, salvo como le pagaban los Reyes antepasados, que hacian pago con ́una Hacanea adornada que presentaban cada año al Papa, còn la qual se contentaba; e como aquellos Cavalleros de Nápoles tuvieron muy mala voluntad al Rey D. Alonso que nuevamente comenzaba a reynar, no queriendo estender la cerviz al yugo, e ficieron liga, segun pareció por la obra, de dar el Reyno al Rey de Francia, si antes morir e perder sus estados que no sufrir por su Rey al Duque de Calabria D. Alonso el Gancho.

Los quales cavalleros traydores de Nápoles fueron estos: el Principe de Salerno, el Príncipe de Buzañano, el Príncipe de Altamura, el Señor Virgilio, Capitan mayor de todo el Reamen de Nápoles, yerno del mismo D. Alonso de una su fija bastarda, e otros muchos. De algunos de estos se publicó luego la traicion del Señor Virgilio no fasta que despues la puso por obra. Entonce sus sequases se fueron, e enviaron a se convidar al Rey Carlos de Francia con el reyno de Nápoles, e se ficieron sus vasallos, e le estaba aparejado para se le dar. Algunos dixeron que el mismo Papa fué convertidor en este mismo concierto, porque el rey D. Alonso le reveló el tributo, e por otros enojos que tenia de él de sin razones que le havia fecho; en especial, diz que el Papa habia comprado del rey D. Fernando una Provincia en la Pulla plana in finibus campanadi, que son doce e trece villas, e una ciudad que llaman Tripoli, e estas havian sido de los Garrafos que havia muerto el Rey D. Alonso siendo Duque de Calabria e Príncipe de Nápoles en vida de su Padre, e él no las quiso dar al Papa, e por esto se dixo que el Papa fizo liga con los Cavalleros de Italia contra él, e que él fué in primis consentidor que viniese a Nápoles el rey de Francia, e

aun se dixo que le envió un Breve para que viniese, e despues de visto que havia sido mal consejo aquel, le envió otro Breve para que no viniese, ni en ninguna manera se moviera de su tierra para Italia, porque si al camino de tal viage se metia, no se podria facer sin muy gran daño e estrago, asi del Imperio Romano como de su gente Francesa; e amonestole e requirole en el segundo Breve como a fijo obediente, que no quisiese tomar el tal camino, e el rey de Francia echolo en disimulaciones, e echó fama que queria ir contra el Turco, e otros decian que queria ir a conquistar a Jerusalen, e no dexó por eso de desmover con los quarenta mil hombres por la tierra, e por la mar con su armada, dexando primero fechas amistades e hermandades con el invictisimo Rey de España, e con el Rey de Inglaterra, e con los grandes Señores sus comarcanos. Entró por la Italia con su gran poder, e el Duque de Milan le fué favorable, e dió lugar por su tierra: las Señorias de Génova, e Florencia, e Piza, e Luca, e Sena, todas se le humillaron, e dicron lugar que pasase mantenimientos por sus dineros, e pasó por todas estas Señorias, e acercándose á Roma, el Papa fué muy pesante e temeroso de su vida.

CAPITULO GXXXVI.

Como el rey de Francia entró en Roma.

El Santo Padre Alexandro VI viendo que el Rey de Francia se acercaba a Roma, e oyendo los estragos e robos que la gente de guerra iba haciendo, le envió a decir al rey de Francia que se fuese donde iba, o qué queria en aquellas tierras de Roma e de la Santa Iglesia; el rey de Francia le envió a decir que él iba a Roma primeramente por le besar pies e manos, e que de alli le hablaria a su voluntad; empero que su partida de Francia havia sido a tomar el reyno de Nápoles que era suyo c

le pertenecia; pero que despues que le tuviese, con la ayuda de Dios pretendia e tenia entendido pasar a Jerusalem, e la Santa Tierra de Promision, e que para esto suplicaba a Su Santidad que lo dexase pasar por la Ciudad de Roma, de lo cual el Papa fué muy mal contento, e dixo que lo otorgaba con condicion que entrase en Roma él con quatro mil hombres de armas e mil peones: e este concierto fué entre el Rey e el Papa, e el Rey entró en Roma con la condicion dicha, con quatro mil hombres de armas, e mil peones arqueros e artilleros e gente de guerra, el tercer dia de Pascua de Navidad, dia de San Juan Evangelista, a 27 dias del mes de Diciembre, tres dias andados del año del nacimiento de Nuestro Redentor Jesucristo de 1495 años. El Papa le fizo muy solemne recibimiento, que salió con toda Roma a lo recibir; e el mismo Papa lo recibió en las Gradas de San Pedro, e alli se vieron, e besó el Rey el pie al Papa dentro de la iglesia de San Pedro; e el Papa le fizo muy gran fiesta, e dió muchas colaciones alli dentro de San Pedro, e de alli el Rey se fué a aposentar con aquella gente en la casa de San Marco, e alli estaban donde el Papa le mandó, e el Papa se quedó en Sacro Palacio. La otra gente que havia quedado aquel dia media jornada de la Ciudad con condicion que no havian de entrar por Roma, salvo que se pasasen por de fuera, de que llegaron de Monte Trasco e de Viterbo, donde queda→ ban; e luego otro dia de los Inocentes llegó toda la gente Francesa de guerra, e lanzose en Roma a pesar e placer del Papa e Comun Romano; e el Rey le envió a decir al Papa que no oviese enojo, e estuviese seguro, que él le prometia de no le enojar, nin tomar, nin le demandar cosa alguna de lo suyo, nin de la Iglesia; e que esto le prometia de su real fee; e entrada la multitud de gente Francesa en Roma, se apoderaron e aposentaron en Campo de Flor, que es lo mejor que hay en Roma, a pesar de los vecinos tomaban queles posadas tenian, e sobre él aposentar, e despues de aposentados ficieron muchos robos, e fuerzas, e muertes de hombres, e metieron a saco mano gran parte de la Juderia, donde havia pasados de tres mi vecinos Judios, e forzaron muchas mujeres de todas suertes, casadas e

doncellas, e los romanos por defender sus casas peleaban con ellos, e tambien mataron de ellos, en que murieron de una parte e de otra mientras alli estuvieron mas de mil hombres, segun se decia, e que eran mucho mas; e el Papa sabiendo e viendo tan grandes estragos, e robos, e fuerzas, e descortesias, e muertes que los Franceses facian, fué muy turbado, e envió a suplicar al rey sobre ello lo ficiese enmendar, e era sospecha entre el Papa y los de su Consejo que el rey tenia algun mal propósito, como despues pareció. Pasaron algunos dias asi, e un Domingo siguiente, que fueron 5 dias de Enero del año de 1495, el rey descubrió su mal propósito del todo, e envió a demandar al Papa quatro cosas, o mas especialmente a Civita vieja, e a Terrachina, dos fortalezas de Roma, e al Cardenal de Valencia por Legado, e al fijo del Gran Turco, hermano del Turco Embaxador e Señor de Turquia e Constantinopla, que el Papa tenia preso gran tiempo havia, e porque lo tuviese a buen recado e no lo soltase, le daba el Turco su hermano cada año setenta mil ducados, porque se temia mucho de él, que era muy varonil e velicoso hombre, e si se lo soltase que le tomaria el Imperio e Señorio. El Papa visto su mal propósito del rey, le concedió e dió todas estas cosas por le contentar, e cou condicion que otra cosa alguna no le demandase, e el rey se lo prometió por su fee real de no le demandar mas cosa alguna, como otra vez primero lo havia dicho; e asi havido esto el rey estándose quedo en Roma prosiguió su dañado intento, e propósito e mala voluntad, e envió a demandar a el Papa el CasLillo de Santo Angelo, e el tesoro de la Iglesia. El Papa entonce enviole por Embaxador al Cardenal D. Bernardino Caravajal, Castellano, diciéndole: Que se maravillaba mucho de haberle prometido por su fee real no le enojar, ni demandar cosa alguna de la Iglesia, e haviéndole dado lo que fasta alli demandó, queria ir contra la Santa Madre Iglesia, e demandar lo que era imposible darle: que supiese por cierto que él no le podia dar en ninguna manera ei Castillo de Santo Angelo, ni menos le podia dar los tesoros: que el Castillo es de la Iglesia, e la Iglesia no tiene otros tesoros sino Cruces, e Cálices, e Cuerpos Santos.

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