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pitan que era General del Reyno; e todos los otros que estaban puestos para la resistencia del rey de Francia. E de que vido toda la traicion e poca lealtad de aquellos suyos, en quien confiaba e tenia la esperanza que antes murieran por él que no hacerle vileza, volviose a Nápoles con muy gran dolor de su corazon, viendo el perdimiento de su reyno, e derezó luego de sepasar en Sicilia, e sacó sus tesoros, e joyas, e casa, e familia, e púsolo todo en las Galeras de su armada: e ovo quien dixo que pues ya mas no podia facer, que renunciase el reyno en su fijo D. Fernando, Duque de Calabria, que era mozo de menos de veinte años e muy esforzado, e de muy buen sentido; e entonce el rey D. Alonso llamó a su fijo D. Fernando, e le renunció el reyno, e se lo dió, e confirmó, e creó nuevo Rey, e juró sobre un Libro Misal de nunca mas reynar en Nápoles, e rogó a todos los Caballeros de la Ciudad que lo recibiesen por su Rey, e le fuesen leales, que él creia que por sus grandes pecados permitia Dios que perdiese el reyno, con lo qual plugo mucho á todos los de la Ciudad, e recibieron a D. Fesnando por su rey, e le besaron la mano. E esto asi pasado, en quatro Galeras cargadas de sus joyas e tesoros se metió con su fijo el rey D. Fernando II ya dicho, e con la reyna de Nápoles, mujer segunda que fué del rey D. Fernando su Padre, hermano del rey D. Fernando de Castilla, e con su fija hermana suya, que despues, aunque tia e sobrino, casó con el dicho D. Fernando, rey nuevamente constituido; e con todas sus joyas, e familia, o lo mas que pudieron llevarse, pasaron en Sicilia en la ciudad de Mesina; e aun no era partido el rey D. Alonso de Nápoles, ni entrado en las Galeras, e vino por la otra parte un gran Capitan de Francia, llamado Antonio el Bastardo, con mucha gente Francesa, e de la de Reamen de guerra, e en presencia del rey D. Alonso, le abrieron las puertas los traydores de la Ciudad, e lo recibieron en la Ciudad e alzaron Vanderas por todas las torres, diciendo: Francia, Francia. E entonce se metió el rey D. Alonso en una de sus quatro Galeras, e fizo poner fuego a tres Naos suyas que quedaban en el Puerto, que no ovo quien las poblase, e asi pasó por el Faro de Sicilia, adonde el propio

año murió de dolencia e enojo, e díxose comunmente que el rey D. Alonso fué ocasion de su perdimiento porque no quiso en tiempo obedecer ni pedir socorro al rey D. Fernando su Primo; antes decian que decia mal de los Españoles, e de la reyna Doña Isabel; e decian que no tenia en nada a ninguno, e esto junto con lo otro ayudó a su perdimiento.

CAPITULO GXL.

De la traicion de los capitanos del rey don Alonso.

Antes que el rey de Francia llegase a la Ciudad de Cápua, donde estaba el Capitan General del rey de Nápoles, que era el señor Virgilio Ursino, e otros Capitanes con la gente de guerra, lo salieron a recibir el mesmo Virgilio, e los otros, e lo recibieron por señor e por su rey, e sin afrenta, e sin convate lo metieron en la Ciudad de Capua, que es llave elpuerta de todo el Reamen, e el rey la tomó pacíficamente, e se apoderó de ella, e como esto fué sabido por toda la tierra, la tierra de Bruto con toda la Pulla se le dieron al rey de Francia sin ver ninguna afrenta, que son muchas Ciudades, e Villas, e Lugares; Brutomon, Fedronia, Harleta, Ascoli, Baricon, Trayana, Foza, Galipol, Taranto. No quedaron sino Brudiz e Otranto. Diéronse con otras muchas Ciudades Nápoles, Venosa, Marfeta, Altamura, Astoni, Leche; e estas son todas muy buenas Ciudades, e creyó que con solo temor lo hacian por la crueldad que hizo en San German e en su comarca, e dexó en Gaeta a Mr. Dulalte, e envió a la Puebla a Mr. de Borbon, e él en persona fué a Nápoles, donde estaba el Capitan D. Antonio el Bastardo, e falló las puertas aviertas, e entró, e fizo poner cerco a los seis Castillos que tiene Nápoles. Conviene a saber, San Telmo, Castil de lobo, Petifalcon, Capuana, San Vicente, Castilnovo; de estos con po

ca afrenta se le dieron los quatro, e túvose Castilnovo, e túvose San Telmo, amercó e ahorcó de los que estaban dentro veinte y siete hombres españoles; e asi se apoderó en Nápoles, e se vido señor de ella; e vido entalladas las victorias del buen rey D. Alonso de Aragon, Infante de Castilla en Alabastro, e otras muchas maravillas e antigüedades de Nápoles, e las puertas fechas a mil maravillas de oro e azul; e fizolas arrancar e por la mar enviolas a Francia por envidia, porque la loa e fama de aquellos reyes de Nápoles de gloriosa memoria cesase; e el suyo se levantase: e havida la victoria de Nápoles, ansi de la Ciudad, que es de las mas gentiles del mundo, e de las mas fermosas e ricas de todo el reyno del Orbe poblado del Mundo, como de toda la mayor parte del Reamen, en levado, e tan sublimado fué de vanagloria que se tituló e nombró Rex Regum, et Dominus Dominantium, Rey de Reyes, Señor de los Señores; titulo que solo a Dios pertenece. No miró lo que por espejo en la Santa Iglesia tenemos; S. Deposuit Potentes de Sede, et exaltavit humiles, dicho por Nuestra Señora de la Gloria Virgen Madre de Dios; e lo que dixo la boca del Redentor nuestro a 1, 18 capítulos de San Lucas: Omnis qui se exaltat, humiliabitur et se humiliat, exaltabitur; e el siervo mortal que usurpa á su Criador Dios inmortal Soberano Rey de Reyes e Señor de los Señores usurpa. Ved si es razon quedar sin pena; e aqui es bien decir lo que dixo Martin Clavero, criado del Duque de Gandia.

Dios depone los potentes
de sus grandes poderios,
quitales los señorios
por serles desobedientes.
A los que son obedientes
e los hace prosperados,
hace ser ensoalzados
los humildes esurientes.

CAPITULO GXLI.

De la gran liga que se fizo contra el Rey de Francia, e de la Batalla que se dió en la Mota entre el Rey de Francia, e el Rey D. Fernando de Nápoles, e Fernando Gonzalo Fernandez, e otras cosas.

Bien sabeis, que desque el Rey Carlos partió de Francia para la Italia, nunca se despidió, ni partió del Embaxador de España don Antonio de Fonseca ya dicho, fasta Roma, e llegado el Rey en Roma, ya es dicho de los desconciertos que fizo, e como fué contra la Iglesia, e contra el Papa, e no cumplió con lo capitulado del compromiso que habia firmado, e prometido al Rey don Fernando de España, por lo que el D. Antonio de gran loor, le rompió los capítulos delante, en que se quebrantó la amistad de los dos muy grandes Reyes, e se volvió enemistad; e luego D. Antonio lo fizo saber al Rey de España todo lo que en Roma, e en Italia era pasado, para que proveyese, como a su honra, e Estado convenia, e el Papa muy gustoso injuriado, e robado se quejó al Rey de España e a todas las Señorias de Italia se adoleciesen de Roma, que era caveza de la Iglesia de la Cristiandad; e recontado a cada uno las demasias, los robos, las injurias que el Rey de Francia con la gente Francesa, havia fecho, e facia cada dia, e rogándoles, e mandándoles que luego ficiesen liga, e hermandad contra él para lo echar de la Italia; lo qual luego fué fecha, e concertada, e fueron en ella el Papa mesmo, e el Rey de España D. Fernando, e el Duque de Milan, la Señoria de Venecia con el Estandarte de San Marco, e otras muchas señorias, e Reynos; los quales luego se pusieron todos en armas contra el Rey de Francia, e se pusieron con sus tierras al exército de la guerra.

El Rey Don Fernando asi como supo de los capitulos rompidos antes de la liga concertada, luego proveyó e envió a Gonzalo Fernandez, segundo fijo de la noble casa de Aguilar con setecientos de Cavallo, e tres mil Peones al socorro de Nápoles, por cuanto en lo capitulado era la amistad con condicion que el Rey de Francia no fuese contra la Iglesia ni contra el Papa, lo cual asi como fué en Roma quebrantado el dicho Rey, aun cuando le leyeron delante de él los capítulos firmados de su nombre no se quiso retraer, ni enmendar de ello, antes como dicho es borró 7 capítulos; e temiendo lo que él fizo que lo haria por amparo, e guarda de Sicilia; el Rey proveyó de España antes de tiempo lo que fué á tiempo al dicho Fernando Gonzalez con la dicha gente Española, e la amistad quebrada, mandó en todos sus Reynos pregonar guerras con Francia, e prosiguiendo la liga Gonzalo Fernandez arribó con su gente en Sicilia Ultrafaro, reyno del Rey D. Fernando de España, envotó la gente de Sicilia con cartas del Rey D. Fernando, e juntose con el Rey mozo de Nápoles D. Fernando II, e fué e descindió en tierra en el Reamen de Nápoles, e juntaron su gente el Rey mozo, e Gonzalo Fernandez e havia en su favor tres mil hombres de armas de Sicilia; e el Rey de Francia despues que supo la venida del Reamen de aquella gente, fuese á la Mota a buscar a Gonzalo Fernandez, e alli se hallaron los unos con los otros e ovieron su batalla, e pelearon muy valientemente los Franceses con Gonzalo Fernandez, e con el Rey de Nápoles el mozo, la cual batalla fué muy bien reñida de nuestras portes, e los franceses fueron vencedores, e Gonzalo Fernandez con la gente Española, e el Rey D. Fernando fueron vencidos, e estonce Martin Alonso, e Pedro de Paz, e Diego de Arellano, Españoles capitanes de la gente de España con Gonzalo Fernandez como hombres diestros en la guerra conocieron ser vencidos por defecto de se haver floxamente en la batalla algunos de los de su favor, e batallas; recogieron e ficieron 600 de Cavallo, e volvieron de súpito sobre los Franceses; e ovieron otra vez la batalla, e volvieron Gonzalo Fernandez de Córdoba, e el D. Fernando el mozo de Nápoles a socorrer los suyos con toda la gente que havia

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