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dos Maestres vivió obra de dos años el Maestre D. Rodrigo Manrique, e murió, e quedó el Maestradgo a D. Alonso de Cárdenas: esto fecho asi entre los dos, cada uno defendia lo que

era suyo.

Antes de esto, dicho Maestre siendo Comendador mayor, luego como falleció el Maestre de Santiago en Trujillo, aunque tenian muchas fortalezas, temia mucho que viniese sobre él el Maestre D. Juan Pacheco, Marqués de Villena, fijo del Maestre, e otros Grandes, y demandó favor al Duque de Medina D. Enrrique, que estaba en Sevilla, embiándole a decir que fuese valedor e amigo para aver el Maestradgo, y que le prometia que quando él no lo pudiese ser, que él lo seria, y otro Grande no, que él daria su voto a él; y el Duque con esta embajada, estaba en esperanza de aver el Maestradgo e segun lo que pareció pensó que el Comendador mayor nunca pudiera salir con tan grande empresa: y a este tiempo tenia el Comendador mayor estas fortalezas aseguradas de su Encomienda e del Maestradgo a Xerez, e la villa de Llerena, e Reyna, e Montemolin, e Hornachos, e Medina, e otras; e fasta la muerte del rey D. Enrrique avia tenido por amigo al dicho Señor Duque de Medina, e tenia mucha confianza del, puesto caso que nunca lo llamó nin lo ovo menester. En este tiempo el Conde de Feria avia tambien cobdicia del Maestradgo, y era en contra al Comendador mayor, el qual era mucho amigo del Duque de Medina, que tenian casados sendos hermanos, e ovieron manera que llegó a ciertos Comendadores, y alzaron por Maestre de Santiago a D. Diego de Albarado, Comendador de Lobon, para que despues renunciase el ávito e dignidad en el Duque de Medina, e fizo saber al Duque como el Comendador mayor se llamaba Maestre de Santiago, e de aqui propuesto facerle guerra el dicho Conde al dicho Comendador mayor, y el dicho Duque de Medina eso mesmo propuso de le venir a tomar por fuerza el Maestradgo al dicho Comendador mayor, e siguiose guerra contra cllos segun se sigue.

CAPÍTULO XXXIX.

De la pelea que ovo el Conde de Feria con el Maestre en Xerez e de como el Conde】 fué vencido.

El Conde D. Gomez Suarez de Figueroa, Conde de Feria, tenia gran parte en la villa de Xerez de parientes e criados que vivian con él: asi mesmo los malaveres que querian mal al Maestre Comendador mayor e otros: y el Maestre tenia la fortaleza, e tenia con él el Comendador Juan de Basan, e sus valias e otras pocas valías: e la parcialidad del Conde metió al Conde en la villa, e tomaron la iglesia de San Bartholomé por fortaleza e muchas casas fuertes, e barrearon bien la mayor parte de la villa, e querian echar por fuerza de armas a los de la parte del Maestre y tomar si pudieran la fortaleza; e el Maestre desque lo supo partió para allá desde Segura con la mas gente que pudo, e llegó salido el sol un dia, e con su vista esforzóronse mucho los de vando, e desque reposó, e como mandó pelear, armose la pelea entre el Maestre y el Conde, e duró desde las diez del dia fasta visperas, en que ovo de ambas partes muchos feridos e algunos muertos, y el Conde fué vencido, y él y los suyos salieron huyendo de la villa, e a el salir fueron dellos muchos presos e despojados, y el Maestre no quiso seguir el alcance ni lo dejó seguir a los suyos, porque si el alcance se siguiera no pudiera el Conde dejar de ser muerto o preso. Así quedó la villa de Xerez por el Maestre', tambien como la fortaleza, en la qual hizo poner tal recaudo que nunca despues la perdió. Esta pelea fué miércoles 11 dias del mes de enero, año de 1475 años.

El Conde así desbaratado se fué a Zafra e el Maestre a Medina de las Torres, e dende por los otros lugares del Maestradgo e Llerena, el qual fizo bastecer bien todos los Castillos, así de viandas como de armas e gente.

CAPÍTULO XL.

De como el Duque de Medina fué de Sevilla poderosamente e entró en el Maestradgo, e de los robos que los suyos

ficieron e de como fueron él e los suyos vencidos.

Partió de Sevilla el Duque D. Enrrique en 9 de Enero del dicho año de 1475, con dos mil de cavallo, gente muy lucida, e peones los que quiso llebar, a tomar el Maestradgo de Santiago; e iban con él la flor de la Cavalleria de Sevilla, y su tierra, y por Capitanes muchos de los mas Nobles e generosos, entre los cuales iba D. Martin, fijo del Conde de Cabra, yerno del Conde de Arcos, y Martin Alonso de Montemayor, nieto del Conde D. Pedro Ponce, y el Mariscal Fernan de Arias de Saavedra, e otros muchos, la cual gente iban de guerra e de fiesta, que el dicho Señor Duque llebaba muy gran Capilla de Cantores, e muchas trompetas e sacabuches, e músicas acordadas, e niños cantores de la Iglesia Mayor, e muchos arreos de vestimentos e ornamentos, e llegando á Aracena, supo la nueva del desvarato del Conde de Feria, e siguió su via fasta Fregenal, e alli vino el Conde e dende partieron con toda la Hueste, e fueron á Xerez, e defendióseles, e de que vieron que la villa e fortaleza estaban a tal recaudo, que con muchos tiros de pólvora e saetas, e con mucha gente se defendia, fuéronse por Burguillos á Zafra, e dende entraron asi poderosamente en el Maestradgo por los Santos, e dende e Rivera, é la fortaleza de Rivera les dió el Alcayde de Tordecillas, donde se detuvieron algunos dias, e recaudaron lo que pudieron de la Renta de la Mesa Maestral, e dende · vinieron a Fuente de Cantos, e todas las otras Villas e Lugares de por allí recivieron muchos daños en sus personas e Haciendas, que les tomaron e robaron aquella gente de guerra, muchos ganados, bueyes, y bacas y ovejas, e ovo fasta de ochocientas ovejas, e otros de menos en que ni una no dejaron, que todas las comieron sin las pagar; e muchas bestias caballos e asnos, e muchas alajas de casas que les robaron e ropas que muchos malos

hombres de la hueste robaron, e hurtaron e imbiaban a cargas a Sevilla por los caminos a trabesias de los quillosos de Zufre, lo cual fue visto e manifiesto de esto los Señores Duque e Conde no eran sabidores, ni les placia de ello, empero como la gente era mucha desmandábanse, e los malos y ladrones habian lugar de emplear sus deseos: despues de alli haber estado algunos dias toda la hueste, partiose el Conde para Medina a combatir las Torres, y el Duque fue a dar vista a Llerena, donde el Maestre estaba, e pasó por cerca de la Villa su gente muy bien reglada e acaudillada, e no llebaba ya tanta como habia trahido, que algunos se habian despedido, viendo que no eran menester, e por los grandes gastos: el Maestre se asomó entre las almenas a mirar las batallas, e tubo bien cerradas las puertas de la Villa, que por todo aquel dia no se dejó á ninguno salir ni entrar, y era aquel dia martes de Carnestolendas a 7 dias de febrero, e el Duque e su hueste se fueron aquella noche a aposentar en Guadalcanal, e no curaron de hechar guarda al Campo, sino muy seguros, como si en su casa estubieran; y el Maestre salió aquella noche de Llerena con fasta trescientos cincuenta de Cavallo e otros tantos peones, e al cuarto del Alva, miércoles de la Ceniza entró en Guadalcanal, e comenzaron a decir todos a grandes voces cuantos llebaba consigo: «Cárdenas, Cárdenas» e tocando las trompetas, e la gente de a pié hechaba los herrojos a las puertas, y los de la Villa conocieron que era el Maestre, e algunos guarecian a sus huespedes, otros los robaban, e otros se fueron a juntar con la gente del Maestre e le ayudaban.

E la gente del Duque desque vieron e conocieron que el Maestre andaba por la Villa con su gente abriendo y cerrando las puertas, salian huyendo todos los demás ahorrados por poner sus personas en salvo, e muchos salian cabalgando diciendo Cárdenas, Cárdenas, e ibanse en salvo; y el maestre enderezó a la posada del Duque, e cuando llegó ya el Duque salia, e sacolo su huesped, e guareciolo como no lo conocieron que como era de noche no pudo ser conocido, e los que salian de la posada con él decian: Cárdenas, Cárdenas; e Martin Suarez nunca se

partió del Duque, e guiándolos el huesped de la posaba fueron a parar a Alamis, e ansi escapó el Duque aquella noche.

E fue preso D. Albaro su hermano, e otros muchos fidalgos, e los del Duque salieron todos huyendo de la villa, e unos tomaron camino de Alamis, e otros camino de Cazalla, y D. Martin de Cabra, e Martin Alonso Montemayor e los suyos ovieron lugar de cabalgar, e desque fué de dia ficieron rostro al Maestre, e pelearon e aun fueron ambos feridos por guarecer algunos de la gente, e pusiéronse á vista a un cavo de la Villa e un arroyo en medio donde recogieron doscientas e cinquenta lanzas e muchos peones, que escapaban de la Villa, e fuer huian alli: e de alli se vieron alli aquel dia a Alamis el Maestre e los suyos, e los de la Villa ovieron allí aquel dia muy gran cabalgada e despojos de caballos e de acemilas e mulas, e de lo que pareció, alcanzo fueron mas de cuatrocientas bestias, dejando lo hurtado; e ovo el Maestre la vagilla de plata e los arreos, e la Capilla e cantores, e los instrumentos de músicos, y esto guardó el Maestre, e despues se lo imbió: e ovieron allí el Maestre e los suyos otras muchas vagillas de oro e plata, e camas, e ropa, e repuestos e arcas, e reposteros e armas e otras muchas cosas, con la cual presa e cabalgada se vinieron a Llerena aquel dia e repartió bien la cabalgada con los que lo siguieron, e guardó las cosas de la Iglesia e la vagilla del Duque fasta que fueron amigos, que se la dió: e ansi bolbió el Duque a Sevilla por sus pecados, e por los pecados de muchos malos e ladrones, que consigo llebó, que habian robado en este viage a muchos labradores, e trabajadores, que no debian cosa alguna ni merecian mal; e les habian comido sus bacas, e obejas e ganados, segun dicho es; e no quiso Dios que aquello pasase sin pena muchos dias; apareció evidente, que oyó los gemidos e peticiones de aquellos labradores e de sus mujeres e fijos, que viéndose robados e perdidos clamaban a Dios.

El Conde supo esta nueva estando en Medina, que queria combatir las Torres, e luego a la ora se fuè a Zafra, y aun por se ir a prisa quedaron algunos pertrechos, e tiros de pólvora perdidos que cobraron los de las Torres.

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