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el año 1430 años, e alli dos años mas o menos, e guarecieron alli, e nunca murieron en aquel lugar aunque en toda la comarca murieron muy muchos, e havia entonce gente en aquel lugar e en aquella tierra que se acordaban de 70 años e mas, e nunca vieron alli morir a nadie de pestilencia ni havian morido de esta vez de este año de 1507, havia memoria de 440 años que en Cabeza de Baca no havian morido de pestilencia, e este dicho año de 1507 murieron tantos, que se ovieran de decimar el lugar.

E comenzado de cesar la pestilencia en toda las comarcas que dichas son, ausi como fuego que va tras lo seco, se comenzaba de encender en los lugares mas cercanos la pestilencia, e ansi entró en todo el reyno de Granada, e por toda Castilla por donde no havia andado: e ansi fué esta pestilencia general e universal, e fué hambre, este dicho año tambien, de manera que en muchas partes tambien de hambre se morian, e ansi fué gran fatiga e presura magna en toda España, que no podian valer los padres a los fijos, ni los fijos a los padres; e los vivos fuian de los muertos, e unos de otros: los que estaban en el campo de los de las Villas' porque no se les pagase; e los muertos se enterraban por dineros que no havia quien los enterrase, e los que enterraban facian una joya en que enterraban veinte o treinta juntos e mas. E fué tan grande pestilencia e hambre, que desde el tiempo de San Laureano Arzobispo de Sevilla que fatigó Dios a España por hambres e pestilencias siete años, en que perecieron mas de la mitad de la gente de España, e aun mas murieron de hambre e pestilencia, e fué aquella gran pestilencia el año del Nacimiento de Ntro. Redentor Jesu Xpto. de 575 poco mas o menos en el tiempo de Justino I Emperador de este nombre, e del Emperador que imperó luego tras de él en Roma Justiniano, e de los Papas Feliz IV, Bonifacio II, Agapito Ie Silberius IV.

CAPITULO GEVIII.

De como el rey D. Fernando partió de Nápoles.

Volviendo a hablar de las cosas del justísimo rey D. Fernando, de lo que fizo desque lo despidieron de Castilla el rey D. Felipe e los Cavalleros como haveis oido; él fué muy bien recibido en sus reynos de Aragon e Cataluña, e porque era mucha razon ir a visitar sus reynos de Nápoles e Sicilia al Levante, fizo luego aderezar una muy fermosa flota de Galeras, e Navios, e Naos de Armada, e de Fustas, e estando en Barcelona, e embarcose en ella con la reyna su muger, e con su hermana e sobrina las reynas que fueron de Nápoles, e con otras muy hourada compañia de su familia e casa, e con mucha gente de armas; e partió de Barcelona a 7 de Agosto de 1506, e enderezó su via para Nápoles por la costa de Francia: les mandó facer muy grandes recibimientos, e dar las cosas que ovieron menester, e muchos presentes, e mantenimientos de valde, e asi lo ficieron en todas las Ciudades, e Lugares e Puertos por donde fué fasta que llegó a Génova, e alli le ficieron muy gran recibimiento; e alli le dieron la nueva de la muerte del rey D. Felipe su yerno, e alli ficieron sus sentimientos, e'el Rey se retrajo ciertos dias en la Galera que iba, e puso luto, e mostró mucho sentimiento, e despues siguió su via de Puerto en Puerto fasta Gaeta, e dende a la Ciudad de Nápoles, donde le ficieron el siguiente recibimiento.

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CAPITULO GCIX.

Del recibimiento que ficieron al rey D. Fernando en su Ciudad de Nápoles.

Entró su Alteza Domingo 1.o de Noviembre, havia quatro dias que estaba en la Fortaleza de Castil Lobo esperando se concertase su entrada, que es dentro de la mar el dicho Castil de Lobo, e este dia a las 8 de la mañana se movieron del puerto de Nápoles 20 Galeras con el mas lindo tiempo del mundo, muy ricamente aparejadas con muchas vanderas e muy ricas, enarboladas e sin facer remar fueron todas tras la Capitana fácia Castil Lobo, donde S. A. estaba, e alli el Rey se entró en la Galera real, e entrando, el Castillo tiró grueso fácia la mar, e respondieron las Galeras con su artilleria gruesa con piedras, e en acabando comenzó Castil novo, e Castillo, que fué cosa para espantar, e en este medio las galeras llegáronse al muelle, e al entrar las Naos que estaban en el Puerto, e las Galeras que estaban en la Ciudad dispararon tiros de pólbora, de tal manera que teñian la tierra, e parecia que se queria hundir; e luego el Rey e la Reyna su muger se embarcaron, e fueron recibidos del magnífico señor Gran Capitan, e todos los Grandes del reyno, e el Gran Capitan llevó a la Reyna del brazo por una puerta artificial que tenian fecha, que costó quatro mil ducados, e mas fasta ponerla debajo de un arco triunfal quince mil ducados, donde havia infinitos Cantores, que como SS. AA. fueron debajo, comenzaron a cantar Te Deum laudamus.

Alli juraron las libertades del reyno: el Rey mandó llamar al

señor Principe Colona, e al señor Fabricio, e al Duque de Fermini, e tomó el Rey el Estandarte en su mano, e le dió al señor Fabricio, fizole Alférez mayor de todo el reyno, e mandó al señor Próspero Colon, que tomase a su derecha mano al Gran Capitan, e su Alteza cavalgó en un cavallo blanco con una guarnicion toda chapada, e llevaba vestida una ropa rosagante de carmesi de pelo muy rica enforrada en raso carmesi, e llevaba su collar muy riquísimo, e un bonete de terciopelo negro con un rubi e una perla de las mayores que nunca se vieron. La Reyna cavalgó en una Acanea blanca con una guarnicion chapada: llevaba una vestidura de raso muy rica, e una copa a la Francesa de manga ancha sembrada de unos lazos sotiles de oro.

Como fueron salidos debajo del arco les tenian el pálio muy riquísimo, las varas del qual las llevaban los Electos de Nápoles: de rienda llevaban al Rey e la Reyna los Nobles varones en la ordenanza; el señor Fabricio por consejo de algunos Cavalleros se puso con el Estandarte delante de la guarda del Rey, e el Gran Capitan le mandó llamar, e le mandó poner delante del Rey, porque quando el Rey confirmó las libertades del reyno e dió el Estandarte, mandó al Gran Capitan que en todo lo demas mandase como su persona propia. Junto con el Estandarte iban los Reyes de Armas, e luego el Gran Capitan a la mano del Próspero, e despues la Banguardia 100 Alabarderos, e los Embaxadores del Papa, e del rey de Francia, e luego los. Principes del reyno, e Grandes Señores del reyno; e iban en el mas honrado lugar de él los Principes de Firmini, los dos Reverendos Cardenales Borja e su Trento iban tras del Pálio, e asi de mano en mano de este modo fué su Alteza por toda la Ciudad, por todos cinco sexos, donde en cada sexo havia diez o quince mugeres con sus maridos e parientes muy ricamente ataviados, e con muchos géneros de música, e como S. A. llegaba a cada sexo, salian todos e todas a besarles las manos al Rey e a la Reyna, e quando llegaron a la Iglesia mayor, salieron quantos Clérigos e Frayles havia en la Ciudad a recibirlos con una procesion' muy solemne, e alli se apearon el Próspero, el Conde de Melfa, llevaron de riendas al Rey e a la Reyna fas

ta la casa del Conde de Mene, adonde todas las honradas dueñas del pueblo le ficieron muy honrado recibimiento, e pasaron por debajo de un arco que tenian fecho muy rico, e en aquel e todos los otros, e la puente, como su Alteza salia de cada uno luego, sacaban los instrumentos que llevaban, los quales eran quatro pares de atabales, e 26 trompetas italianas, e 22 vastardas, con otros infinitos géneros de música, conviene a saber, cheremias, e sacabuches &c.: facian tanto estruendo, que si alguna ave pasaba la facian caer en medio de la gente; e el señor Gran Capitan llevaba una ropa rosagante de raso carmesí abierta por los lados e forrada en muy rico brocado, e llevaba un sayo de oro de martillo, e un collar que valia, mil ducados, e un joyel muy maravillado, e sus Alabarderos, e sus Pages vestidos de seda de sus divisas en torno de su persona; e Próspero Colona, e Fabricio, e el Duque Fermini salieron de una manera e ropas rosagantes de brocado aforradas en damasco plateado, e sin ninguna cosa al cuello, porque entre los Cavalleros havia tantas cadenas e collares, que havia mas de 200 collares, e cadenas e infinitas. Salieron en tan buena orden los Cavalleros que para en Italia fué una cosa de notar.

Duró tanto el recibimiento que era una hora de noche antes que S. A. llegase a palacio, e encendieron tantas hachas que parecia que fuese de dia, que solo el Gran Capitan sacó 30 Pages de librea con hachas, e como S. A. fué en el palacio, fué recibido de la Reyna su hermana, e sobrina de la reyna de Ungria, fija del rey D. Fernando, e de la Duquesa de Milan. El Rey las abrazó a todas con mucho amor, las quales estaban acompañadas de muchas Damas fijasdalgo ataviadas con mucho oro e brocado e pedreria, donde se mostró muy bien la gran riqueza de aquella Ciudad. Entraron con SS. AAJ Embaxadores del rey de Francia, e de Venecia, e Florentines, e de todas otras Potencias de Italia, los quales todos truxeron a SS. AA. presentes. La Ciudad de Nápoles le fizo presente de todas las cosas de comer e de gentileza que ellos pudieron haver, e de 30 mil ducados en dinero, e aposentamiento suyo fué donde estaban las dichas Reynas en Castil Lovo.

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