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bien noche, e se fué a su casa, e estando toda la gente acostada e segura, salió D. Pedro Giron del Monasterio de las Cuevas, e pasó en un Barco e vino al Duque donde estaba en la cama, e fizolo levantar, e fué antes que se acostase, e en fin le dixo, que havia sabido que el Rey le queria cortar la cabeza por lo de Gibraltar, e por otras cosas, que le convenia huir con la vida, e como quiera que ello fué él le sacó huyendo a Portugal, e llevó consigo su Ayo Juan Ortiz de Guzman, e tal priesa dieron al camino, que nunca los pudieron alcanzar aunque salieron de la Ciudad por todos los caminos con asaz priesa e diligencia por mandado del Rey, e luego el Rey visto esto, envió a llamar a todos los Alcaydes de la tierra del Duque, e vinieron todos, salvo el de Niebla que no quiso venir, e demandoles las Fortalezas, e todos fueron obedientes e se las entregaron, e puso en cada una de ellas el Rey un Alcayde por la Reyna su fija e por sí, e envió a D. Iñigo de Velasco Asistente de Sevilla a requerir al Alcayde de Niebla, e no quiso dar la fortaleza, diciendo que no podia darla sin mandado del Duque su señor, e el Rey envió al Alcayde Mercado que se la demandase por auto de justicia, el qual tampoco quiso dar la Fortaleza, ni la Villa, antes fizo cerrar las puertas de la Villa e guardarla, e el Alcayde fizo sus requerimientos e pregones, e asignoles tiempo a los Alcaldes e Regimiento de la Villa con que se oviesen de dar so pena de muerte; e al Comun eso mesmo, e el Alcalde a todos los apercibió e asignó tiempo, lo qual todo pasó; e desque esto vido envió a Utrera por la gente de a pié, que andaba a la suiza especialmente por los que ende havian quedado, que muchos de ellos eran idos al socorro de la Arzila que esba cercada de Moros, e fueron sobre Niebla, e una madrugada la entraron 1500 hombres de aquellos suizos, o poco mas o menos, e metieron a saco mano, e robaron quanto en ella havia, e el Alcalde Mercado entró con ellos, e prendió los Alcaldes e Regidores de la Villa, e ahorcó seis hombres de ellos porque revelaron el mandamiento del Rey, e desque esto vido el Alcayde fizo su partido, e dió la Fortaleza al Rey, e la gente de la Suiza que fué la que entraron en la Villa, se volvieron a

Utrera todos cargados de robo, e algunos tomaron oro e plata en gran suma, fuéronse huyendo con ellos que nunca mas parecieron a fuen de la Villa de Niebla robada, e afrentada, e desventurada, e muchos vecinos de ella perdidos para siempre sin remedio, e muchas mugeres infamadas, e no supieron porqué pecados les vino tanto mal. El rey puso Alcayde por la Corona real en la Fortaleza como havia fecho en las otras Fortalezas, e dió el cargo de la gobernacion de la tierra del Duque al Arzobispo, e a otros Cavalleros de la Ciudad. Todo esto acaeció en el mes de Noviembre de 1508 estando el rey D. Fernando en Sevilla.

CAPITULO CEXVI.

Arcilla.

En este medio que el rey estaba en Sevilla vino el rey de Fez con mas de 40 mil Moros sobre la Villa de Arcilla, e como los Xpnos. salieron a pelear e defender la Villa, los Moros les dieron tanta priesa, que volvieron a huir e se metieron en la Villa, e los Moros a las vueltas con ellos, e los Xpnos. se retraxeron a la Fortaleza, e ovieron harto que facer en se defender en ella, e los Moros robaron la Villa, e la aportillaron toda por muchas partes, e tuvieron cerco a la Fortaleza cerca de quince dias desde el dia de todos Santos que entraron en la Villa, e tiraron muchos tiros de lombardas grandes e chicas, en que les ficieron asaz daño, e la tomaran si no fuera por el Conde Pedro Navarro que ocudió con el Armada real que se halló en la mar de facia Oran, donde el rey D. Fernando la

mandaba entonces andar, eso mesmo socorrió luego Ramiro Guzman Corregidor de Xerez con gente de Xerez, e de Cádiz, e del Puerto, e el Rey socorrió con la gente de Armas e Ginetes desde Sevilla, empero pararon los mas en Xerez, e en el Puerto, e en Lebrira, e algunos pasaron fasta allá, e quando llegaron ya eran los Moros fuera de la Villa, e alexados algo de ella que con el Artilleria de la Armada real de Castilla les dieron desde la Mar e desde la Fortaleza tanta prisa que ovieron de salir de la Villa e alejarse. Dexaron la Villa muy destruida e derribada; de los Xpnos. no mataron ni llevaron sino muy pocos, porque se acogieron a la Fortaleza, e quando los Moros salieron fuera de la Villa luego los Xpnos. dieron prisa en adobar e facer la Fortaleza, e el Conde Navarro ni los otros que alli pasaron al socorro se movieron de alli fasta que la dexaron defensible, e la gente de Armas, e Ginetes, e Suizos, que no pasaron tampoco, no volvieron a Sevilla fasta que la fortaleza de Avila fué adobada, e le vino gente de Portugal de refresco, e quedó a buen recado. E vuelta la gente del socorro, el Rey e su Corte se partieron para Castilla, e quedó el Gran Capitan en Sevilla, e dende a pocos dias se fué en pos del Rey. El desvarato de Niebla acaeció mientras la gente era ida al socorro de Arcila, e todas estas cosas acaecieron en el dicho mes de Noviembre del dicho año de 1508.

CAPITULO GEXVII.

De la toma de Oran.

Mandó el rey D. Fernando en comienzo del año de 1509 ordenar e facer dos Armadas: la una envió en favor del Papa, e por su mandado a Nápoles contra Venecianos, porque estaban en algunas cosas reveldes al Papa, e no le querian dar las tierras que tenian de la Iglesia, e para esto porque no podia con ellos, invocó contra ellos al rey de Francia e al rey D. Fernando, e el rey de Francia fué en persona porque se le seguia interés, que diz que le tenian a él tomadas muchas tierras del Ducado de Milan, e el Papa fizo su exército contra los dichos Venecianos por la tierra, e el rey D. Fernando envió 5 mil hombres en 8 Naos e 14 Galeras, e envió la dicha Armada a su reyno de Nápoles para que alli estuviesen al mandamiento e servicio del Papa, como adelante se dirá de lo que en este tiempo acaeció en la Italia.

La otra fué bienaventurada Armada para allende de contra los Moros del reyno de Tremesen, enemigos de nuestra Santa Fe Catholica, e fué una muy grande e fermosa Armada, e el Cardenal de España Arzobispo de Toledo D. Francisco Ximenez Frayle de la Orden de Señor San Francisco, hombre de santa vida e loable exemplo por facer servicio a Dios gastando sus tesoros, quise tomar el cargo de la Capitania de esta Armada, e el rey D. Fernando se la concedió, e fueron con él ciertos Condes e nobles Capitanes, e el Conde Pedro Navarro por Capitan mayor de la Armada real debaxo de la capitania de dicho Arzobispo, e recogieron la gente en Cartagena, e alli se em

barcaron, e de alli partió el Arzobispo con la gracia de Dios con toda la Armada de Naos, e Galeras, e Fustas e Navios, en que fueron mas de ocho mil hombres de pelea, de hombres de armas, e ginetes, e infanteria a la Suiza, con mucha e muy noble Artilleria, e muchos mantenimientos, e todos de muy buena gana de pelear con los Moros por servir a Dios e acrecentar su fe catholica; e partieron del puerto de Cartagena en 16 dias del mes de Mayo año susodicho 1509 miércoles con próspero tiempo e viento, e otro dia Jueves dia de la Ascension de Ntro. Señor, llegaron e tomaron puerto en Mazarquivir el Cardenal e los Condes e Capitanes dieron forma de lo que con la ayuda de Dios otro dia Viernes havian de facer.

E otro dia antes de amanecer la infanteria se comenzó a desembarcar, e a las diez del dia estaban desembarcados, e se ficieron quatro Esquadrones de gente de mas de dos mil hombres cada uno: la gente de a cavallo no pudo tan aina desembarcar, e dábanse priesa e no con mucho concierto, e entre tanto el Cardenal desembarcó, e entrose en la iglesia de Mazarquivir, e de alli fué a la posada, e comió un poco bien de prisa con harto cuidado, e desque ovo comido cavalgó en una Mula, e un Frayle amigo suyo con él en otra que decian Fray Francisco Ruiz, e fueron todos los suyos con él a cavallo e armados; e la Cruz delante, e salió el campo de los Xpnos., e santiguóles e dioles a todos la bendicion, e mandó que la gente de a cavallo se pusiese en órden, que andaban mal ordenados a causa del desembarcar; e en los Xpnos. havia harta tardanza en aparejarse, e los Moros estaban puestos en forma para pelear e muy cerca, unos en ir tras las infanterias, otros en desembarcar sus cavallos e armas, e el Cardenal mandó poner guardas en unos llanos de Sierra que atraviesan entre Mazarquivir e la Sierra grande de Oran que iban a combatir, e esto proveido ya se hacia tarde, e el Cardenal asi por importunidad de algunos como por sentirse cansado e flaco, se volvió de Mazarquivir, e dende alli peleaba muy fuertemente como a su Religion e Abito pertenecia, incado de rodillas e las manos alzadas demandó a Dios victoria como facia Moysés quando era caudi

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