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otros, e corrieron fortuna, e otros aportaron a Cerdeña, e otros a Sicilia, e otros a otras islas, e partes de la Italia, donde la fortuna los echó. El Conde fecho recoger toda la gente e embarcar, como dicho es, ansi la suya como la del dicho D. Garcia, e todos revueltos en unos Navios e otros corrieron la fortuna, e el Conde volvió alli despues de haver corrido fortuna al puerto de los Alhebes, e estuvo alli, e de alli se fué a Tripol con lo que quedó con él de su flota e de la otra, donde aun en estas vueltas perecieron muchas gentes de sed en los Navios; ansi que fué este desventurado viaje e de gran perdimiento.

Iban en la Flota del Conde 10 mil hombres, e en la de D. Garcia 5 mil, ansi que metieron la Isla 15 mil hombres, salvo que no discindieron todos en tierra, que quedaron todos los que era menester para guardar la flota. Murieron en la manera que dicho es, segun todos decian e se pudo saber, mas de quatro mil hombres. Perdiéronse muchas armas e artilleria que quedaron a los Moros.

CAPITULD QOXXIV,

Como el rey D. Fernando quiso pasar allende; e de la cisma contra el Papa Julio.

Sabido por el Rey la muerte e desvarato de D. Garcia, propuso pasar allende en persona, puesto caso que ya lo tenia él mucho en cuidado, e gana de pasar allende a facer guerra a los Moros; de la muerte de D. Garcia recibió mucha pena, e pensó con la ayuda de Dios vengalla, e pensó aderezar una gran Armada real, estando en Burgos se llegaron en Sevilla e en Málaga,

e en todos los puertos de la mar de esta Vandalucia, e llegáronse infinitos mantenimientos de trigo, cebada, e vinos, e quesos, e lociuos, e armas, e todas las otras cosas que fueron menester, e envió por todos estos reynos de Castilla e por los de Aragon a percibir gente; e envió al rey de Inglaterra su yerno, marido de su fija Doña Cathalina, que le enviase gente con flechas, e armas del uso de Inglaterra, e le envió 1500 hombres que vinieron en Cádiz, e él vinose a mas andar a la Vandalucia, e entró en Sevilla en comienzo del mes de Febrero de 1511, e estando alli fizo pregonar guerras con los Moros de allende, que son en la tierra de Africa, estando él ansi en Sevilla muy codicioso de pasar allende, cada dia entendiendo enderezar las cosas necesarias, publicose que en persona pasaba S. A., e asi era cierto que pasara sino ocurriera el impedimento que ocurrió, e los Pueblos e Ciudades recibian mucha pena porque pasaba en persona, por los inconvenientes que podrian venir a estos Reynos con su ausencia: e algunas Ciudades le escribieron, especialmente la Ciudad de Toledo, e la de Segovia, e la mesma Ciudad de Sevilla, cada una su epistola maravillosamente notadas con muchos requerimientos que no pasase en persono, sino que enviase sus Capitanes e gente, como facian los Romanos, e el Rey respondió a todos satisfaciendo muy bien, que en todo caso con el ayuda de Dios él havia de pasar en persona.

E estando el Rey en este tan santo propósito en Sevilla le vinieron correos e cartas de la gran vuelta e guerra de la Italia, e como con el favor del rey de Francia se havian levantado ciertos Cardenales e él Duque de Ferrara, cismáticos contra el Papa Julio por le amenguar e meter cisma en la iglesia de Dios, e por le tomar e señorear las Ciudades de su Patrimonio; eso mesmo se havian levantado e revelado algunos Cavalleros de la Italia, e el Papa teniendo su Ciudad de Bolonia, que havia ya echado de alli los tiranos Bentebollas que se la tenian por fuerza mucho tiempo havia: el rey de Francia con poco temor de Dios ayudando a los Cardenales cismáticos, e al Duque de Ferrara, e a otros tiranos, les dió favor e mucha gente de Franceses con que cercaron la Ciudad de Bolonia, e la combatieron e toma

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ron, e el Papa se retruxo a Roma, que no estaba mucho lexos de la dicha Ciudad; e el Papa tenia ordenado de facer un Concilio, e los Cardenales cismáticos ordenaron de facer otro con favor del rey de Francia en Piza, diciendo que querian deponer al Papa, e facer otro Papa a uno de los dichos Cardenales cismáticos llamado D. Bernardino de Carvaxal, Español castellano que queria mal al Papa, en manera que se revolvió en la Italia muy gran cisma contra el Papa, e contra la Santa Madre Iglesia, e el Papa envió al rey de España D. Fernando en Sevilla, e a todos los Reyes Xpnos. Católicos, que le socorriesen e ayudasen a destruir aquella cisma mal aventurada que se havia levantado, e enviasen a favorecer la Santa Iglesia Romana. E el rey D. Fernando como Católico e Xpno. fijo obediente de la Santa Madre Iglesia, lo uno por la socorrer e ayudar, e lo olro porque vido mudada la disposicion del tiempo para pasar en Africa, por caso de la dicha cisma e guerras, ovo de dexar la pasada de allende, aunque los Navios estaban a punto, e los mantenimientos llegados, e muchas gentes de los que havia de pasar ya venidos, e partidos de sus tierras para pasar; e fizo saber a todos la gran necesidad e impedimento porque se dexaba la pasada de allende.

La dicha Ciudad de Bolonia que es cámara del Papa, tomaron los Franceses a 10 dias del mes de Mayo de 1511, e en pocos dias lo supo el rey D. Fernando, e tuvo cartas del Papa para impedir la dicha pasada allende, estando en Sevilla, de lo qual fué muy enojado, e ovo de mandar despedir las gentes; e en este tiempo llegaron a Cadiz 1500 hombres flecheros ingleses e hombres de armas, que el rey D. Enrique de Inglaterra, yerno del rey D. Fernando le envió para la dicha guerra, a los quales envió el Sr. D. Joan de Fonseca Obispo de Palencia a los despedir e pagar el sueldo a Cádiz, a los quales despachó para que se oviesen de volver, quince dias, e 20 del mes de Junio del dicho año. El Rey se partió de Sevilla en 21 dias de Janio, e no paró fasta Burgos, donde estaba la Reyna Doña Joana su fija; e de alli trabaxó por quantos modos pudo para escusar la cis

ma; e de alli escribió al Dean e Cabildo de la Santa Iglesia de Sevilla la presente carta.

El Rey.

«Venerables Dean y Cabildo de la Santa Iglesia de Sevilla: Ya sabeis como por servicio de Dios Ntro. Señor e ensalzamiento de nuestra Santa Fe Católica estaba determinado este verano pasado de ir en persona á la empresa contra los infieles enemigos de la Christiandad, e como teniendo para ello aparejada una grande e gruesa armada e exército, con la qual mediante la ayuda de Dios Ntro. Señor, segun las nuevas que entonces tenia de todas las partes de los infieles se esperaba que se ficiesen grandes cosas en servicio de Dios Ntro. Señor, e en acrescentamiento de la Religion Christiana; Ntro. muy Santo Padre me fizo saber que le havian tomado la Ciudad e Condado de Bolonia patrimonio antiguo de la Santa Iglesia, e que algunos procuraban de poner cisma en la Iglesia; exortándome e requiriéndome que por lo que la serenisima Reyna mi muy cara e muy amada fija e yo debemos a Dios Ntro. Señor e a la Santa Iglesia, quisiese tornar por la defension de ella; a causa de lo qual me fué forzoso dexar la dicha empresa contra los infieles; e deseando que las dichas cosas de la Iglesia se remediasen sin armas, procuré juntamente con el serenisimo rey de Inglaterra mi muy caro e muy amado hermano e fijo se escusase la dicha cisma, pues Su Santidad tiene convocado Concilio general, para reformacion e bien de la Iglesia e sin cisura; e asi mismo procuren que a la iglesia le sea restituida las tierras e patrimonios que le han sido ocupadas, e haviéndolo trabajado quanto a humano ingenio e fuerza, e por todas las vias e maneras que han sido posibles: e haviéndose justificado la causa por parte de Su Santidad muy enteramente, e no se pudiendo haver aca

=182= bado la dicha restitucion se ficiese, ni que se aparten de procurar la dicha cisma en la Iglesia de Dios, oyendo los clamores del Vicario de Jesucristo e de la Santa Iglesia Romana nuestra Madre que con mucha justicia nos enviaron a demandar ayuda para su difinicion, e conociendo la mayor obligacion que todos los Príncipes Xpnos. tenemos, que es la defension de la Santa Iglesia Romana nuestra Madre, que con mucha instancia nos demandaron ayuda, nos havemos declarado públicamente con Su Santidad para defension de la Iglesia, e recobracion de las tierras que le han sido ocupadas, e para trabajar de escusar la ocasion de la dicha cisma: por ende Yo vos ruego e encargo que pues veis que esta es la mayor, e mas árdua, e justa causa de las que se pueden emprender en favor de la Iglesia e de la Cristiandad; e a esto mas especialmente son obligados los Eclesiásticos que otros: querrais rogar en vuestros sacrificios e oraciones a Dios Ntro. Señor que por su clemencia quiera escusar e remediar la cisma que algunos quieren poner en la Iglesia, e dar victoria a la Iglesia, e a los que havemos tomado la defension de ella, ordenando que de aqui adelante tanto quanto durase la dicha cisma e empresa, se faga plegaria e oracion particular cada dia, e tañan las campanas a la una despues de medio dia por todo el pueblo generalmente para que Dios Ntro. Señor quiera escusar la dicha cisma, e dar victoria a la Iglesia. De Burgos a 6 de Noviembre de 1511.-Yo el Rey.-Por mandado de S. A.-Yo Miguel Perez de Almanzan.»

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