Imágenes de páginas
PDF
EPUB

con todo el fardaxe, e como llegaron dando lanzadas en los primeros que havian ido en la primera batalla, luego los de la segunda comenzaron de huir, salvo algunos de ellos de cavallo que comenzaron detener e pelear, e alli Baxari fué derrivado del cavallo e dexado por muerto, e dexó alli el espada e la toca, e un Moro que llevaba la vandera le ayudó a cavalgar en un cavallo, e el Moro quedó cautivo: asi escapó a uña de cavallo huyendo; e el Mandarin tambien fué herido en la primera batalla, e escapó huyendo en uña de cavallo. E como los Moros todos volvieron las espaldas a huir, los Xpnos. los siguieron en alcance dos o tres leguas hasta la Saja, en que mataron mas de 700 Moros, e prendieron e cautivaron 225, e ovieron e cogieron gran despojo e cavalgada de muchas asemillas e cavallos, e tiendas, e todo el fardaxe, e las asemillas fueron mas de doscientas, e los Xpnos. volvieron del alcance, e aun ardia el fuego por el campo e montes e matas, e como llegaban a donde estaban alaunos Moros escondidos, ellos por no quemarse se descubrian e venian a ser atados, e asi prendieron muchos, en manera que la cavalgada fué grande e de gran valor e precio en tierras de Baxari; desque volvieron los Capitanes Moros e contaron los que faltaban de los que havian ido con ellos a quemar los panes, mas de mil Moros traxeron menos que havian quedado muertos e cautivos. Esto se supo despues de ellos, e decian que esto les havia acaecido por el pecado que havian cometido en quemar los panes.

En esta batalla dieron muy grande esfuerzo un Joan de Moron, Castellano natural de Moron, que estaba estante en Tanger, criado en la frontera de Ronda quando era de Moros, e un adalid Portugués llamado D. Diego Leron Duarte, que los mas de los Portugueses eran de opinion e D. Duarte con ellos de no pelear, salvo guardar su Ciudad, e estos dos le dixeron e amonestaron muchas veces e muy afincadamente que pelease en todo caso, e le dixeron que con la ayuda de Dios tenian muy cierta la victoria, e como hombres que sabian mucho de la guerra e se havian visto en muchas, conocieron el tiempo e sazon, e dieron de si tales razones a D. Duarte e a toda aquella

gente, e tales autoridades, certificándoles que si tal dia perdian, que nunca otra tal verian ni cobrarian, e que aquel dia era el mas aparejado que nunca ellos havian visto para vencer pocos a muchos, e ganar mucha honra, e ansi fecho el amonestamiento por aquellos dos esforzados hombres, toda la batalla cobró muy gran corazon e ánimo de pelear; con muy grande esfuerzo pelearon pocos á muchos, como dicho es, e Joan de Moron mató muchos Moros por su lanza, e fizo mucho estrago en ellos, e de quatro e cinco Xpnos. que murieron en el alcance fué él uno, Dios lo quiera perdonar; las tiendas ambas del Baxari e del Mandarin vinieron en cavalgada, e en esta batalla se fallaron 200 hombres e mas Castellanos e Vizcainos, que estaban en aquel tiempo levantando la cerca de la Villa, e fortaleciéndola de canteria e albañileria, e diéronles a tres mil maravedises de parte de la cavalgada a los que menos dieron: en esta batalla no murieron mas de siete Christianos.

CAPITULO GGXXXII.

Volviendo a fablar de las cosas de Italia.

Volviendo a fablar de las cosas de Italia, ya es dicho cumplidamente de la batalla de Rávena, de que pasó aquel dia tenebroso de batalla que huyeron muchos, e todos aquellos que quedaron vivos dexando los que fueron presos, fueron a juntarse con la gante de D. Ramon, Capitan General, e el Papa le socorrió e envió 6 mil infantes, e halló por todo 8 mil hombres, e 800 hombres de armas gruesas, e mil de a cavallo ligeros, en manera que el exército se hizo en pocos dias, e el Duque de Urbino TOMO II.

27

se acercó tambien con su gente al Capitan General, e comenzaron de triunfar, e buscar a los Franceses, e señorear la tierra, e cobrar las Ciudades e Villas de la Iglesia, e en este tiempo vinieron de muchas partes gentes en favor de la Iglesia, e la gente de España encaminadas a ello por la gran providencia e saber del Rey D. Fernando, asi Alemanes como Venecianos e Húngaros, e las Ciudades e Villas de la Italia estaban ya tan hartas de guerras e tan enoxadas e tan fatigadas de la aborrecible suxecion de los Franceses, que toda la tierra se alzó contra eilos diciendo: Iglesia, Imperio e España, e como lo quenta la presente carta que envió el inclito Rey D. Fernando al Arzobispo de Sevilla D. Daza.

El Rey.

«Muy Reverendo en Christo P. Arzobispo de Sevilla e de nuestro Consejo: vi vuestra última letra, e agradezcoos mucho lo que en ella decis, las nuevas de la batalla que obo en la Ciudad de Rávena entre nuestro exército e los Franceses; no os la escribí porque nuestros Capitanes vinieron a aquella batalla contra mi espreso mandamiento, e la causa porque les mandaba por entonce no oviesen batalla era porque yo tenia proveidas e encaminadas tantas cosas en favor de la Iglesia, que juntȧndose todas sin pelear con la ayuda de Dios vencieran los nuestros, e los contrarios havian de dexar el campo e la tierra, e por los alardes que se ficieron en las partes de la gente que quedó de la dicha batalla, es averiguado que la gente de nuestro exército que en aquella batalla se perdió entre Peones e Cavalleros no llegaron a 1500 hombres, e del exército contrario sin duda murieron pasados de 12 mil hombres entre ellos el Capitan General; despues desta batalla nuestro exército se rehizo en Vizo-Rey, se partió de Nápoles en favor de la Iglesia con

8 mil infantes Españoles, e aun 800 hombres de armas, e mil de cavallos ligeros, e por otra parte los Suizos, porque enviamos nuestro Santo Padre e Yo, e los Venecianos vinieron con nuestros Comisarios por la parte de Verona, por donde el Emperador mi hermano por amor de mi les dió paso, e quedaron ya juntos con la gente de Venecianos en el exército que han comenzado a facer. La movida de estos dos exércitos ha sido csta: que la Ciudad de Rávena e todas las otras Ciudades de la Romania que estaban ya por los Franceses, se levantaron todas e se rindieron en la obediencia de la Iglesia, e se rindieron las fortalezas de ellas al Duque de Urbino que estaba alli con gente de la Iglesia, e Bononia comenzaba a tratar con Su Santidad, asimismo el Emperador mi hermano fizo poner en Verona que se la tenian ocupada los Franceses; luego tras de esto la gente de los Venecianos con los Suizos cobraron la Ciudad de Brexa; el Marqués de Mantua con mil cavallos ligeros en nombre del imperio entró en la Ciudad de Plasencia, que es en el Ducado de Milan: la Ciudad de Milan se levantó contra el rey de Francia. En todo lo susodicho murieron alguna copia de Franceses, e toda la gente que quedaron de los Franceses, se recogieron a la Ciudad de Alexandria de la Pulla que es facia la parte de Teste. Los de Milan dieron libertad al Cardenal de Médicis legado del Papa que havia sido preso en la batalla de Rávena, e fi cieron absolucion general con él: pareciome que era razon que ficiese saber esto para que lo fagais saber a los de vuestra iglesia, e al Ayuntamiento de esa Ciudad, para que vean todos claramente como Dios Ntro. Señor quando menos lo piensan los hombres torna por su misma causa. De Burgos a 1. de Julio de 1512 años.»

En quanto a lo que dice la sobredicha carta, Milan se levantó e toda la Comunidad de ella no pudiendo sufrir la sujecion de los Franceses, e los echaron fuera diciendo: Imperio, España, España. Fueron luego socorridos e asociados del exército Español e del Papa, e quedó la Fortaleza por los Franceses por entonces, fasta que el año de 1513 que se dió a partido. E discurriendo el exército por la comarca, Génova se dió a las for

talezas de ella, e se levantaron contra los Franceses, e quedó la fortaleza nueva inespugnable que el rey de Francia havia hecho con que creia teuer sojuzgada a Génova para siempre; el exército de la Iglesia e Español vino sobre tierra de Florencia, e combatieron una Ciudad suya que se llama Practo, e tomáronla e metiéronla a saco mano, e como esto vido Florencia se dió al Papa a partido, e dió luego para el exército doscientos mil ducados porque no la cercasen, e humillose e diose con toda su tierra á la obediencia del Papa e de la Iglesia: e luego se dieron Piza e su tierra, e el Duque de Ferrara vino a la obediencia del Papa, diciendo: Tivi soli pecavi, e el Papa los recibió e perdonó con ciertas condiciones de penitencia que le dió: e ansi fué toda la tierra de Italia e Lombardia quitada de la su• jecion de los Franceses e puesta so el yugo de la Iglesia. Ntro. Señor sea loado por siempre. Quedaron por ganar que no se dieron el Castillo de Milan, el de la Lanterna en Génova, que es el que fizo el dicho rey de Francia en Génova.

GAPITULO GGXXXIII.

De la toma de Navarra e su tierra.

No pudiendo venir en concordia las cosas de entre el rey D. Fernando e el rey D. Joan de Navarra, fijo de Mr. de la Brit, porque el rey de Navarra era de la parcialidad de los cismáticos, e no quiso cumplir una capitulacion que havia entre ambos Reyes, en que se contenia que havia de dar paso para pasar en Francia, e ciertas fortalezas, lo qual no faciendo no se podia pasar de Castilla a facer guerra a Francia; e desque el rey D. Fer

« AnteriorContinuar »