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neo, segun la antigua costumbre: Constante, desconfiando de ellos, dejó para guarnecerlos las hordas de bárbaros que habia traido á sueldo desde Francia.

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En breve, reforzadas estas por otras mas numerosas de sus compatriotas, los suevos, vándalos y alanos, empujados desde las Galias por los francos, vinieron á caer sobre España como aves de rapiña sobre una presa indefensa. Horrible es la pintura de aquellos desastres que hace un historiador contemporáneo 2.

El fuego, el hambre, el pillaje, la epidemia y el asesinato vinieron á purificar las maldades de la civilizacion hispano-romana, y las fieras mismas cebadas en carnes de hombres secundaron al cuchillo de las hordas septentrionales.

S XLVIII.

Mártires españoles en la persecucion vandálica.

FUENTES.-Víctor Vitense: Hist. persecution. Vandal.

TRABAJOS SOBRE LAS FUENTES.-Masdeu, tomo XI, § 83.-Florez: España sagrada, tomo XIV, trat. 52, cap. vi, § 42.

La mayor parte de aquellas hordas bárbaras yacian aun en las tinieblas del Paganismo. No siempre era el furor de destruir la civilizacion romana lo que impelia á la matanza y al exterminio. Tambien el fanatismo religioso armaba sus manos sanguinarias.

Los españoles enervados en la paz, se enaltecieron en la adversidad; y los Obispos, algunos de los cuales se habian manifestado tan

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Segun el cómputo de Idacio, autor el mas seguro en esta materia, la irrupcion de los bárbaros en España sucedió el martes 28 de setiembre del año 409. «Debachantibus per Hispaniam Barbaris, et saeviente nihilominùs pesti<«<lentiae malo, opes et conditam in urbibus substantiam tyrannicus exactor diripit, et miles exhaurit : fames dira grassatur, adeò ut humanae carnes ab hu«<mano genere vi famis fuerint devoratae: matres quoque, necatis, vel coctis «per se natorum suorum sint pastae corporibus. Bestiae occisorum gladio, fa<< me, pestilentia, cadaveribus adsuetae, quosque hominum fortiores interi«<munt, eorumque carnibus pastae passim in humani generis efferantur inte«<ritum. Et ità quatuor plagis, ferri, famis, pestilentiae, bestiarum, ubiquè in << toto orbe saevientibus praedictae à Domino per Prophetas suos adnuntiationes ‹implentur.» (Idatii Cronicon).

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ambiciosos y turbulentos en el siglo anterior, al sonar la hora de la adversidad se mostraron dignos de ocupar sus puestos. San Agustin, que en los últimos años de su vida hubo de llorar iguales desastres en su país por parte de los vándalos, presentaba á sus coepíscopos de África la conducta de los Obispos de España como un modelo que debian imitar 1.

Mas en aquella general matanza no se guardaron las fórmulas romanas, ni se escribieron actas, ó si llegaron á escribirse, no han alcanzado hasta nosotros. Ni un solo nombre se ha salvado de los muchos que perecieron en aquella persecucion; ni aun el de una noble doncella decapitada por Gizerico en Andalucía, por no quererse rebautizar, y cuyo martirio refiere otro escritor cási coetáneo. En cambio han llegado hasta nosotros los nombres de otros españoles martirizados por el mismo Gizerico en África. Distinguíanse entre sus servidores y consejeros los españoles Arcadio, Probo, Eutiquio, Pascasio y un niño llamado Pablito; y el bárbaro Gizerico no podia menos de apreciarlos conociendo su honradez é importancia. Mas negándose á complacerle en materia de religion, los encarceló y privó de sus bienes. La persecucion de sujetos tan notables en la corte del terrible Vándalo, llamó la atencion general, y el obispo africano, HonoratoAntonino, dirigió una carta patética al confesor Arcadio, y en su nombre á los demás, alentándolos á morir por la pureza de la fe,

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San Agustin, Op., tomo II, edicion de San Mauro, 1729.- Epist. 228, n. 5, col. 832, dice á Honorato acerca de los casos en que puede huir el Prelado: « Ità quidam Sancti Episcopi de Hispania profugerunt, priùs plebibus par<< tim fuga lapsis, partim peremptis, partim obsidione consumptis, partim cap«tivitate dispersis: sed multò plures illîc manentibus, propter quos manerent, <«<sub eorumdem periculorum densitate manserunt. >>

2 San Gregorio Turonense: Hist. Francor., lib. II, n. 2 : « Per idem verò " «tempus persecutionem in Christianos Trasamundus exercuit, ac totam His«<paniam, ut ad perfidiam Arianae sectae consentiret tormentis ac diversis mor<< tibus compellebat. Undè factum est, ut puella quaedam religiosa, praedives «opibus, ac secundum saeculi dignitatem, nobilitate senatoriâ florens, et quod <<< his omnibus est nobilius, fide catholica pollens, Deoque omnipotenti irrepren<«<sibilitèr serviens, ad hanc quaestionem adduceretur. Cùmque Regis fuisset << oblata conspectibus, coepit eam primùm ad rebaptizandum blandis sermoni«bus inlicere... Ex hinc ad legitimam deductam quaestionem post eculeos, post «flammas et ungulas Christo Domino capitis decisione dicatur. >>

3 Puede verse en la Historia de la persecucion vandálica por Ruinart, que

como lo hicieron los cuatro primeros despues de varios tormentos; siendo Pablito condenado á la pena de azotes y esclavitud perpétua '. Los Obispos lanzados de sus sillas por los vándalos tanto en África como en las Baleares, hallaron un asilo entre los Católicos de la Península, donde vinieron á guarecerse.

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S XLIX.

Los godos.-Su raza y religion.

FUENTES.-San Isidoro: Historia Gothorum.

Incierto es todavía el origen de aquella raza: los que han hablado de ella se contentan por lo comun con referirse á Tácito y otros historiadores romanos de escasa fe en esta materia. Si en lugar de rebuscar ideas inconexas entre los escritores romanos hubieran acudido al Padre de la Historia, Herodoto, hubieran encontrado en él un guia mas antiguo y seguro para sus investigaciones, á poco que se depure el oro de su narracion de entre la escoria de las fábulas griegas. La vida nómada de los antiguos escitas, sus carros, su adhesion á la familia, las decisiones de sus reyes y adivinos, el culto al dios de la guerra simbolizado en una espada, todo está pintado con el mas vivo colorido.

San Isidoro hace derivar los godos ó getas, de los escitas, y aun halla afinidad en estas palabras. Esta opinion es ya la mas comun en el dia. Su situacion era desde las costas del Báltico á las orillas del

la dió en latin en su obra: Acta martyr. sincera. Masdeu (ilustr. 12, tomo XI, tradujo al castellano esta patética exhortacion.

1 La patria de estos santos Mártires se ignora: el autor del falso Cronicon de Dextro quiso honrar con ella á Salamanca, que á mediados del siglo pasado, cuando ya la superchería estaba descubierta, obtuvo rezo propio fundándose en aquel falso supuesto. (Florez: España sagrada, tomo XIV, trat. 52, cap. vi). 2 El libro IV, ó Melpomene, de Herodoto, en que describe minuciosamente las costumbres escíticas. (Puede verse la curiosa traduccion del P. Pou, jesuita, edicion de Madrid de 1846, pág. 207). Masdeu, apoyándose en Jornandez y en el arzobispo D. Rodrigo Jimenez, los cree descendientes de la Escandinavia. Yo creo preferible el testimonio de san Isidoro al de Jornandez, siendo de una misma época con poca diferencia y viviendo igualmente en aquella nacion. Tambien Alzog se inclina á darles orígen escandinavo.

mar Negro y entre las márgenes del Don y el Danubio. Desde aquella misma época se los halló divididos en dos grandes familias. Los unos se llamaban ostrogodos (godos orientales), y sus reyes eran de la familia Amala: los otros visigodos(ú occidentales) tenian sus jefes de la familia Baltha. Aquellos, mas internados en la Tartaria y separados de los visigodos por el Dnieper (Borysthenes), eran mas bárbaros que estos, á quienes la mayor proximidad á la civilizacion romana habia suavizado algun tanto las costumbres. Por desgracia la herejía arriana, con que se les contaminó al predicarles el Cristianismo, no dejó germinar algunas buenas cualidades que se ocultaban bajo aquella grosera corteza. Al invadir el Imperio romano, guardaron una posicion análoga á sus nombres: los ostrogodos se fijaron en Italia, los visigodos entraron en España, empujando á los otros bárbaros que les habian precedido. El imperio visigodo fue mas célebre y duradero que el ostrogodo; y cuando se habla de godos sin mas aditamento, se entiende generalmente por ellos á la nacion visigoda.

S L.

Los visigodos en España.

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Los godos acaudillados por Alarico llegaron bajo los muros de Roma, y el emperador Honorio hubo de capitular con ellos, cedien

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Recapitulatio ejusdem Isidori in Gothorum laudem (tomo I, pág. 214). Acerca del Arrianismo de los godos y su predicacion por el obispo Ulfilas (360 á 380) véase Alzog, tomo II, § 148 ya citado. No es tan recomendable el otro párrafo siguiente (149). En él recapitula Alzog en muy pocas líneas la historia de los cuatrocientos años de la Iglesia goda en España y Francia, á pesar de su carácter excepcional, que exige se trate de ella con algo mas de pulso y detencion. Incurre, además, en varias inexactitudes: el obispo Pancraciano, de Braga, que cita en dicho párrafo, es fabuloso, inventado por el falsario que forjó el disparatado concilio I Bracarense, fingido como otras muchas fábulas de este jaez, para sostener el derecho de primacía. El obispo Patanio, ignoro quién fuese; de donde se ve cuán poca y recóndita debe ser su celebridad, si llegó á existir. La persecucion de Eurico se concretó á las Galias. Por lo que hace á los suevos, al invadir la España, eran gentiles y no católicos; como se verá en el capitulo V.

2 Aunque son mas de moda los nombres de Alt-rich, Atta-hülfh, Theod

doles las Galias, y dándoles derecho á la conquista de España, devastada por los vándalos, suevos y alanos.

Cansados estos de matanza y devastacion, y apurados por el hambre general consiguiente á ellas, se acababan de repartir la Península, ocupando los vándalos la parte meridional de Andalucía; los alanos, Portugal y Extremadura; y los suevos, Galicia, Leon y gran parte de Castilla la Vieja 1. Los vándalos que habian ocupado á Galicia con los suevos tuvieron que ceder á estos. Oprimidos. los españoles por la espada de los bárbaros y fatigados del yugo romano, pesado aunque carcomido, hallaron ventajas en la dominacion de los ⚫ visigodos, mas humanos y racionales que las otras hordas bárbaras. Al frente de ellos venia Ataulfo, casado con su prisionera Gala Placidia, hija del gran Teodosio y hermana del débil Honorio (416), de quien se consideraba aliado.

La espada de Ataulfo contuvo á los vándalos; mas no fue tan pesada para los españoles como la de los otros bárbaros, y la religion católica fue algun tanto respetada, contribuyendo quizá á ello los consejos y súplicas de su esposa, y la amistad con los romanos.

No es de nuestro propósito el tejer la historia de la dominacion visigoda en España y esa larga série de batallas, matanzas, decepciotalas, asesinatos y regicidios, que nos presenta la historia civil de aquellos tiempos, asunto algo extraño á nuestra mision.

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Los visigodos arrianos, aliados por lo comun con los imperiales, lucharon cási siempre victoriosamente contra los vándalos y suevos, entonces idólatras. En tan horrible lucha el Clero católico y las iglesias padecieron no poco. Cruel en extremo era la posicion de los españoles en aquella época, abandonados de los romanos, vejados de los bárbaros, sirviendo su país de teatro para las sangrientas luchas de razas advenedizas. El sentimiento de independencia, que animara

red, etc., conservarémos siempre en este período, y en todos, los nombres latinizados que han usado nuestros historiadores y escritores clásicos.

1 << Subversis memoratâ plagarum grassatione Hispaniae provinciis, Barbari << ad pacem ineundam, Domino miserante conversi, sorte ad habitandum sibi << Provinciarum dividunt Regiones: Gallaeciam Wandali occupant et Suevi, si<< tam in extremitate Occeani maris occidua. Alani Lusitaniam et Carthaginen«<sem Provincias: et Wandali cognomine Silingi Baeticam sortiuntur. Hispani << per civitates et castella residui à plagis, Barbarorum Provincias dominantium << se subjiciunt servituti.» (Idatii Cronicon).

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