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aquello para elogiarlo, esto para enseñar á evitarlo. Yo nada publico que antes no lo hayan referido varones respetables, cási todos ellos sacerdotes, con cuya autoridad me escudo.

Respecto de la disciplina, parte esencial de la Historia eclesiástica, debe hacerse otra salvedad. Hay algunos que por no tener conocimientos de Derecho canónico se escandalizan sin razon cuando oyen referir ciertas cosas de disciplina eclesiástica, muy distintas de la vigente. Pero deben saber que si el dogma y la moral son inmutables, no así la disciplina, que varia segun los lugares, tiempos y circunstancias. Tan descabellado es querer que se haga hoy en dia lo que se hizo en otro tiempo, como exigir que se hiciera en otro tiempo. todo lo que se hace ahora.

Para suplir en parte la falta de una historia de nuestras ciencias eclesiásticas, he procurado dar algunos datos acerca de ellas y de nuestros establecimientos literarios en sus relaciones con la Iglesia de España, concretándome á lo mas preciso, por el poco espacio que podia dedicarles.

Réstame solo por decir, que á las impugnaciones que se me hicieren, pienso responder en el mismo tono que conmigo se use, pero sin faltar á la cortesía, ni menos á la caridad. Estoy pronto á rectificar mis equi

lo

vocaciones, pues no tengo interés en sostener nada de que afirmo pero en puntos oscuros, difíciles y dudosos soy libre en opinar.

In necessaris unitas, in dubiis libertas, in omnibus charitas.

Salamanca 1.° de enero de 1855.

DR. VICENTE DE LA FUENTE.

INTRODUCCION

Á LA

HISTORIA ECLESIÁSTICA DE ESPAÑA.

SI.

Estado de la historia eclesiástica de España.

Á mediados de 1747 reuníase en la embajada española en Roma, una multitud de abates y jóvenes españoles, residentes á la sazon en la capital del orbe cristiano para oir un discurso latino que iba á leer el auditor D. Alfonso Clemente de Aróstegui: tenia aquella memoria por epigrafe: De historia Ecclesiae Hispaniensis excolenda exhortatio ad Hispanos.

El pensamiento del Auditor era, que algunos de aquellos jóvenes aventajados escribiesen allí mismo la historia eclesiástica de España, aprovechando la multitud de materiales de que podian disponer en la capital del orbe cristiano, pues por su parte le faltaban las fuerzas (si vires mihi non deessent).

El discurso se recibió con aplauso, se imprimió con lujo, y se circuló con profusion. Al año siguiente el P. Burriel en su erudita aprobacion del tomo III de la España sagrada de Florez, copiaba algunas palabras del discurso de Aróstegui; pero ninguno de ellos, ni de sus sucesores, hizo mas que acumular materiales, preciosos sí, pero

heterogéneos, para la historia eclesiástica de España. Mas de un siglo ha transcurrido desde entonces, y todavía pudiera volver á leerse el discurso de Aróstegui, sin enmendar una palabra. ¿Será que en España hayan faltado escritores para la historia eclesiástica, cuando han sobrado para la profana? ¿Será aquel estudio ingrato para los españoles, cuando por el contrario han propendido siempre y con preferencia al estudio de todos los ramos de las ciencias eclesiásticas?

Sea de esto lo que quiera, es indudable que el vacío existe, y que supuesto no le llenaron hombres profundos y laboriosos, que en la tranquilidad y sosiego del claustro pudieran desempeñar esta noble tarea, es ya hora de que vengamos á suplir la falta, en medio de la agitacion de nuestro siglo, sin las luces, ni la experiencia que á ellos les sobraban. Entre tanto que preparamos y coordinamos los materiales para una historia eclesiástica de España en toda su extension, presentarémos por ahora este trabajo, que pueda interinamente llenar aquella laguna.

Mas siendo preciso acomodarse á la marcha seguida en la Historia universal de la Iglesia por Alzog, á la cual esta servirá de complemento en lo relativo á nuestra patria, es de absoluta necesidad seguir un método análogo, tanto en la narracion como en la doctrina, á fin de que resulte un conjunto uniforme.

S II.

Division de la historia eclesiástica de España.

La division consignada por Alzog en el § VIII de su introduccion1 es la misma que adoptarémos aquí para la marcha de nuestra historia particular, dividida en las mismas épocas y períodos, y en armonía con las de nuestra historia civil. Los tres grandes períodos de la Historia eclesiástica general corresponden á los siguientes de la nuestra: 1.o España romano-gótica. Influencia del Cristianismo en España, durante la dominacion de los romanos y los godos: comprende los siete primeros siglos posteriores á la venida de Cristo. 2.° España arábigo-cristiana: comprende los ocho siglos que mediaron desde la invasion de los sarracenos en España, hasta la toma de Granada á fines del siglo XV.

1 Tomo I, pág. 31.

3.o España independiente: abraza los cuatro últimos siglos.

Estos tres períodos de nuestra Historia nacional se adaptan completamente á los de la Historia eclesiástica general: por otra parte las nuevas fases que la Iglesia española presenta en cada una de ellas son tan notables, que aun cuando la Historia general no las presentara, nos veríamos precisados á inventarlas.

No menos se adaptan á esta division las épocas particulares de cada período: cada uno de ellos se subdivide en dos épocas, á saber:

PRIMER PERÍODO.

Primera época: Iglesia hispano-romana. Comprende la propagacion del Cristianismo en España, sus persecuciones, doctrina, disciplina, organizacion y monumentos notables, que nos restan de ella, hasta la invasion de los godos. Segunda época: Iglesia hispano-goda. Comprende desde principios del siglo V hasta la invasion de los árabes en igual fecha del siglo VII. Division de razas y creencias entre vencedores y vencidos; disciplina especial de la época. Concilios: abjuracion del Arrianismo por los vencedores y consiguiente fusion de razas: unidad de legislacion civil y religiosa: monacato: literatura gótico-religiosa.

SEGUNDO PERÍODO.

El segundo período comprende otras dos épocas no menos notables y distintas.

Primera época: Iglesia hispano-arábiga (ó restauradora). Desde la invasion de los sarracenos en España hasta la conquista de Toledo en 1085', la introduccion del rito romano y alteraciones en la antigua disciplina española. Persecuciones de la Iglesia mozárabe. progresos de la restauracion debidos á la Iglesia. Concilios: division nueva de diócesis. Vida regular. Literatura eclesiástica. Disciplina y liturgia mozárabe.

Segunda época: Iglesia española restaurada. Desde la muerte de Gre

1 Coincide exactamente con la época de Gregorio VII adoptada por Alzog: el 23 de mayo de 1085 en que murió Gregorio VII, es la fecha de la entrada de Alonso VI en Toledo.

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