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era dado á la poesía; los versos que de él nos restan son bastante regulares. Los nombres de todos estos literatos son españoles y latinizados. Mas el de Merobande pareceria pertenecer mas bien á la raza goda, si no hubiera testimonios que acreditan ser español. Consérvase de él un poema acerca de Jesucristo, escrito por Merobande, escolástico español. Al citarle Idacio asegura, que su crédito fue tal en el siglo V, que mereció se le alzaran estatuas. Militar afortunado contra los Bacandas, ó guerrilleros españoles, hubo de sucumbir á la envidia de sus émulos, que le obligaron á dejar el campo y regresar á Roma 2. En medio del estruendo de las armas, de los alaridos de los bárbaros, place encontrar no tan solo sacerdotes, sino tambien valerosos guerreros, que consagran su númen á cantar las batallas del Señor, como pocos años antes hiciera el poeta Prudencio.

Paulo Orosio.

Pero la figura mas noble y que descuella entre todos los literatos del siglo V es la del gallego Paulo Orosio. La Providencia, que permitia el error en aquel país, le ilustraba con los varones mas esclarecidos de España, como nota san Braulio. Avito, los dos Toribios,

<«tudinem de sale Hispano in jugis caeso Tarraconensibus. » (Sismond., tomo I, pág. 1108).

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1 Pueden verse en el apéndice 3.o al tomo XV de la España sagrada.

2 <«< Asturio Magistro utriusque militiae, gener ipsius successor ipsi mittitur Merobandis, natu nobilis et eloquentiae merito, vel maximè in poëmatis studio, veteribus comparandus, testimonio etiam provebitur statuarum. Brevi «tempore potestatis suae Aracellitanorum frangit insolentiam Bacandarum. << Mòx nonnullorum invidiâ perurgente ad urbem Romam sacrà praeceptione re

«Vocatur. »

3 Mondéjar probó que era gallego: D. Pablo Dalmases y Ros, cronista de Cataluña, imprimió un tomo en fólio (Barcelona, 1702) para probar que era de Tarragona. Florez, tomo XV, capítulo último, § 26 de la España sagrada, faIló imparcialmente por Galicia, á pesar de no haber tenido á la vista entonces el texto siguiente de san Braulio que corta la disputa: «Recordamini elegan<«< tissimos et doctissimos viros, ut aliquos dicam Orosium Presbyterum, Turi«bium Episcopum, Idatium, etc.>>

En carta de san Fructuoso, estando en Galicia, dice san Braulio acerca de aquella : « Provincia, namque quam incolitis et graecum sibi originem defendit «quae magistra est litterarum et ingenii, et ex ea ortos fuisse recordamini ele

Idacio, Ceponio, san Martin Dumiense y Bachiario, la ilustraron con sus virtudes y escritos 1.

Hallábase Orosio en Galicia cuando los vándalos invadieron aquella provincia (409). A pesar de la dulzura de su carácter se vió perseguido por los bárbaros, de cuyas manos se salvó milagrosamente, consiguiendo embarcarse precipitadamente en un bajel que le condujo al África. Allí trató con intimidad á san Agustin, que hace de él un brillante elogio. A su lado escribió el Conmonitorio contra los errores de Prisciliano y Orígenes, obra que consultó con el mismo santo Padre. Respondió este brevemente á sus dudas, y deseando consultar á san Jerónimo sobre el origen del alma racional y otros puntos de alta importancia, le remitió dos opúsculos (las cartas 166 y 167) por conducto de Orosio, que pasaba á Palestina, aprovechando su celo, alegría en obedecer y actividad para viajar 2.

Llegó Orosio á Belen pobre y desconocido, pero con grande deseo de aprender (415): su talento le dió á conocer, de modo que celebrándose un concilio en Jerusalen para condenar los errores de Pelagio, asistió á él con los demás Presbíteros. Al tiempo que preparaba su regreso se descubrieron las reliquias del protomártir san Estéban. Habiendo conseguido secretamente una parte de ellas el presbítero Avito, que tambien estaba en Jerusalen, las entregó á Orosio con una carta muy tierna para el obispo Balconio (Papa le llama en el epígrafe) y clero de Braga, á fin de que tuviesen al santo Protomártir por abogado y patron en sus tribulaciones. Mas al llegar á Mahon no pudiendo pasar á España, vióse precisado á dejar allí las reliquias, siguiéndose á esto gran número de prodigios, y entre otros la conversion de 540 judíos.

gantissimos et doctissimos viros ut aliquos dicam Orosium Presbyterum, Tu«ribium Episcopum, Idatium et Carterium laudatae eruditionis Pontificem : ac «per hoc Christi gratia superabundantiùs praedicanda, quam Regio segnitiae «est culpanda.

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En el tomo XV de la España sagrada y sus apéndices pueden verse la epístola de Avito al obispo Balconio, sobre la traslacion de las reliquias de san Estéban, los opúsculos de san Martin de Braga y de Bachiario, y al § 325 y siguientes las pruebas de haber sido gallegos tanto Orosio como Bachiario.

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2

« Ecce venit ad me religiosus juvenis, catholica pace frater, aetate filius, honore compresbyter noster Orosius, vigil ingenio, promptus eloquio, flagrans << studio, utile vas in domo Domini esse desiderans. »

CAPÍTULO V.

CONVERSION DE LOS SUEVOS Á LA RELIGION CATÓLICA.

S LXIX.

Los suevos en Galicia.

Los suevos al apoderarse de Galicia eran todavía idólatras. A la muerte de Rechilan (448), que era gentil, sucedióle en el mando su hijo Rechiario, el cual se hizo católico á despecho de su gente. Mas su conversion no mejoró sus costumbres, y continuando en los rapaces instintos de su nacion, vino á morir á manos del godo Teodorico, mas afortunado aunque no menos tirano y sacrilego. La derrota de los suevos fue tan completa, que el historiador contemporáneo, Idacio, dió su reino por destruido, y en efecto les hubiera sido fácil á los godos acabar con los pocos suevos que restaban. Retirados en un rincon de Galicia, eligieron reyes: uno llamado Maldras fue el que prevaleció, y dió á conocer á las provincias comarcanas, á fuerza de robos, perfidias y devastaciones, que aun habian quedado suevos en Galicia. El fratricida Maldras fue asesinado poco despues de su crimen (462), y le sucedió Frumario. Los gallegos, abandonados de los romanos y vejados por los bárbaros, acudieron por fin á las armas, y se hicieron respetar, transigiendo con Frumario en una cosa que su cautivo Idacio llamó sombra de paz; mas aquellos bárbaros lan pérfidos como ladrones ni aun esta quisieron cumplir 3.

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«Rechila Rex Suevorum Emeritae gentilis moritur, mense Augusto: cui « mòx filius suus Catholicus Rechiarius succedit in regnum, nonnullis quidèm << sibi de gente sua aemulis, sed latentèr. Obtento tamèn regno, sine mora ul«teriores regiones invadit ad praedam.» (Idacio, Cronicon Olymp., 307).

2 «Inter Suevos et Gallaecos, interfectis aliquantis honestis natu, malum <<< hostile miscetur. » (Id., Olymp., 310). «Gallaecorum et Sueyorum pacis quae<< dam umbra conseritur.» (Ibid.). « Idatius, qui suprà tribus mensibus capti«<vitatis impletis mense Novembris miserantis Dei gratiâ contra votum et ordi«nationem supradictorum delatorum redit ad Flavias. » (Ibidem).

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<< Suevi promissionum suarum, ut semper, fallaces et perfidi, diversa loca « infelicis Gallaeciae solitò depredantur.» (Ibid., Olymp., 311).

A la muerte de Frumario subió al trono Remismundo: á las perfidias y rapacidad de sus predecesores añadió su defeccion al Arrianismo. Habiendo tratado de atraerse al godo Teodorico, se casó con una hija suya (465). Con los godos que vinieron de la Galia Narbonense debió llegar un apóstata, llamado Ayax, gálata de nacion, que habiéndose hecho arriano, contaminó con este veneno la corte de los suevos 1.

S LXX.

San Martin Dumiense.

Los reyes arrianos de los suevos fueron tan oscuros, que la historia ignora completamente hasta sus nombres por espacio de noventa y cuatro años (466 á 560). Es probable que se ignorasen los demás, á no haber sido por su conversion al Catolicismo.

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Theodomiro se llamaba el rey de los suevos á cuya fe debieron estos el, salir del error. Angustiado por la suerte de un hijo suyo llamado Miron que padecia una enfermedad mortal, á la vez que larga y penosa, noticioso de los milagros que obraba Dios por la intercesion de san Martin, obispo de Tours, é impulsado del amor paternal, envió unos comisionados para llevar al sepulcro del Santo, á pesar de ser arriano el Monarca, tanta cantidad de oro y plata como pesaba su hijo, y promesa de hacerse católico si curaba. Dios quiso

1 «Ayax, natione Galata, effectus Apostata, et senior Arianus, intèr Sue«vos Reges sui auxilio hostis catholicae fidei et Divinae Trinitatis, emergit. De « Gallicana Gothorum habitatione hoc pestiferum inimici hominis virus advec «<tum. » (Idacio, Olymp., 311).

2 San Gregorio Turonense le llama Charrarico: Florez gasta mucho papel y conjeturas en probar que este era padre de Theodomiro; y que primero se convirtió Charrarico con la corte, y luego Theodomiro con el pueblo. Pero todas estas son conjeturas fundadas en la equivocacion del nombre del Rey por los co piantes, ó por el mismo san Gregorio, que no es autor seguro en cosas de España, como ya notó Pagi hablando de esta materia. (Florcz, España sagrada, tomo II, parte 2.a, cap. 1; y tomo XV, cap. vIII, § 28 y sig.), Villanuño siguió á Florez buenamente (tomo I, pág. 121). Pero Masdeu rebatió á Florez, alegando razones sacadas de san Isidoro, que en cosas de España es mas seguro que san Gregorio Turonense. (Masdeu, tomo XI, § 80). En efecto san Isidoro no nombra á tal Charrarico, y antes expresa que, desde Remismundo á Theodomiro, todos los reyes suevos fueron arrianos.

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probar su fe; mas al repetir la embajada, mandando al mismo tiempo erigir en Orense un tempio á san Martin, obtuvo la gracia apetecida, y los embajadores volvieron con la conviccion de hallar sano al Príncipe, como se verificó. Al tiempo de entrar en el puerto los embajadores de Theodomiro con las reliquias de san Martin, aportaba tambien al mismo punto un sacerdote húngaro, y llamado Martin, á quien Dios enviaba para llevar á cabo la conversion de los suevos. Un gálata los habia pervertido, y un húngaro venia desde Oriente á cortar el error 3. Versado en las lenguas orientales, en la interpretacion de las santas Escrituras, y sobre todo del Derecho canónico, era tenido con razon por el hombre mas ilustrado de su tiempo * en una época en que, domada algun tanto la rudeza de los bárbaros, principiabán á renacer las letras. Tal era el apóstol que la Providencia deparaba á los suevos y á Galicia. A su apostólico celo se debió la instruccion y conversion definitiva al Cristianismo de Theodomiro y de toda su corte y pueblo. A las inmediaciones de Braga edificó un monasterio llamado Dumiense, del que fue Abad. y Obispo á la vez. Por eso en España se le llama por lo comun san Martin Dumiense los canonistas le conocen mas bien por Martin de Braga.

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La noticia de aquellos prodigios, referidos por san Gregorio de Tours, puede verse en el apéndice 2.o al tomo XV de la España sagrada.

2 «Sed nec hoc credo sine Divina fuisse Providentia, quòd eo die se com«<moveret de patria, quo beatae reliquiae de loco levatae sunt, et sic simùl cum << ipsis pignoribus Galliciae portum ingressus sit.» (Turonensis: De miraculis sancti Martini, lib. I, cap. XI).

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Pannoniis genitus, transcendens aequora vasta

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Galliciae in gremium Divinis nutibus actus

Confessor Martine, tua hac dicatur in aula

Antistes cultum instituit, ritumque sacrorum,

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Teque, Patrone, sequens famulus Martinus eodem
Nomine non merito, hic in Christi pace quiesco.

Epitafio de san Martin de Braga.

«Pannoniae ortus fuit et exinde ad visitanda loca Sancta in Oriente properans, in tantùm se litteris imbuit, ut nullus secundus suis temporibus ha<<<beretur.» (Turonen., lib. V, cap. xxxvi).

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