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HISTORIA ECLESIÁSTICA

DE ESPAÑA.

PRIMER PERÍODO.

PRIMERA ÉPOCA.

IGLESIA HISPANO-ROMANA.

CAPÍTULO I.

FUENTES Y TRABAJOS SOBRE ESTE PERÍODO.

FUENTES.

Missale mixtum.—Bula de Calixto II, en el apéndice 2 del t. III de la España sagrada.

TRABAJOS SOBRE LAS FUENTES. Ibañez (D. Gaspar, marqués de Mondéjar): Predicacion de Santiago en España, acreditada contra las dudas del Padre Cristiano Lupo, etc., Zaragoza: 1682.- Florez: España sagrada y sus continuadores, principalmente en los tomos III y VI (al principio y sin fólios) y XXX, que es de Risco. - Masdeu: Historia critica de España, tomo VIII, § 123, 24, 25 y 26.- Aróstegui (D. Clemente): De Jacobi majoris praedicatione in Hispania.-Fr. Lamberto de Zaragoza : Teatro histórico de las iglesias de Aragon, tomos I y II.-Natal Alejandro: Historia ecclesiastica, saec. I, dissert. 15. - Cenni (Cayetano): De antiquitate Ecclesiae Hispan. dissert. 1, tom. I, cap. 1: Romae, 1741.

SV.

Controversias sobre el origen del Cristianismo en España.

La predicacion del Evangelio en España es la piedra de toque, por la cual los hombres superficiales hace tiempo que calculan el valor de una historia eclesiástica.

El impugnar la predicacion de Santiago en España le valió á Natal Alejandro grandes aplausos entre los extranjeros y mucha parte de su crédito, mejor adquirido por otros conceptos. Quejábase Cayetano Cenni de que si adoptaba esta opinion se desacreditaria entre los extranjeros, y que si la impugnaba se adquiriria la animadversion de los españoles. El astuto anticuario intentó un término medio, aceptando la tradicion, pero destruyendo sus fundamentos, consiguiendo de este modo desagradar á todos. ¿Quién sabe si nos estará deparada igual suerte por defender nuestras tradiciones patrias, desechando las de importacion extranjera, con que despues del siglo XI se trató de realzar algunas de nuestras iglesias particulares? Sea de esto lo que quiera, dirémos la verdad tal cual la concebimos, y cualquiera que sea el fallo que nos aguarde.

S VI.

Predicacion de san Pablo.

La propagacion de la Fe en España fue muy rápida y próxima á los tiempos del Salvador: verificóse en tiempo de los Apóstoles, y se debió en gran parte á estos mismos. La importancia histórica y mercantil de nuestra patria, tanto entre los judíos, como entre los romanos, y la fama de la nobleza de carácter y valor de sus habitadores no podian menos de atraer sobre ella las miradas de los Apóstoles.

Algunas de nuestras iglesias han querido datar su origen de la predicacion de san Pedro: la sana crítica ha desterrado ya de nuestra historia estas vanas pretensiones, apoyadas en documentos desautorizados ".

1 Dissert. 1, cap. II, n. 1.

ደ Pueden verse reunidas todas estas tradiciones en las Antigüedades eclesiásticas de España por Fr. Pablo de San Nicolás (edic. de Madrid de 1725,

Por el contrario la creencia de la predicacion de san Pablo en España es inconcusa hoy en dia, como ya lo dijo Cayetano Cenni1. El Apóstol indicó por dos veces en su Epístola á los romanos el propósito de predicar en España: Cum in Hispaniam proficisci coepero, spero quod praeteriens videbo vos. Y poco mas abajo repite : Per vos proficiscar in Hispaniam'.

Al comentar Ecumenio esta carta infiere, no sin fundamento, por esta repeticion, el cariño que el Apóstol profesaba á los españoles. La tradicion constante de la Iglesia, tanto oriental como occidental, confirma expresamente esta predicacion 3.

Dase por supuesto que en ella le acompañaba Sergio Paulo. Entre las iglesias, que por tradicion le reconocen como su fundador, podemos consignar la de Tarragona, que enseña todavía con veneracion la piedra sobre que solia ponerse para predicar, á fin de superar de este modo el defecto de su escasa estatura.

Los menologios griegos conservan la memoria de las santas Xantipa y Polixena, convertidas por él en España *. Xantipa, mujer de Probo, prefecto español, se convirtió á la Fe por la predicacion de san Pablo, en lo que le imitó su hermana Polixena, y ambas despues de varias vicisitudes padecieron martirio.

Las provincias en que acontecieron su conversion y muerte todavía se ignoran, pues las designaciones que se han hecho son arbitrarias ".

cap. IX). Este autor, hombre de mucha lectura, pero poca crítica, reunió allí cuanto en su tiempo se decia acerca de esta materia. El P. Argaez, todavía peor crítico que el anterior, no escaseó este orígen á las catedrales de España. (Véase la impugnacion en el cap. I, tomo III de la España sagrada).

1 << In Hispanias profectum esse hodie negare ausit nemo.» (De antiquit. Eccles. Hisp., diss. 1, cap. II, n. 16). Alzog la da tambien por corriente, tomo I, nota á la página 157 de nuestra edicion.

2 Ad Romanos, xv, 24 et 28.

3 En el tomo III de la España sagrada pueden verse todos los testimonios siglo por siglo.

* El Martirologio romano autoriza en parte esta tradicion: En España, dice, la conmemoracion de las santas mujeres Xantipa y Polixena, que fueron discípulas de los Apóstoles.

5 Segun el Menologio griego.

6 Florez, España sagrada, tomo III, cap. 1, n. 12 y sig.

3

TOMO I.

S VII.

Predicacion de Santiago.

La nacion española ha hecho, por decirlo así, cuestion de decoro nacional la predicacion de Santiago en nuestro país, esforzándola mas y mas, segun ha crecido el empeño de combatirla. Esta tradicion ha sido siempre en ella, nacional, continua y unánime; y si algo vale la tradicion entre los Católicos, respetable debe ser la que se apoya en el sentimiento unánime de una nacion grande y siempre católica desde los primeros siglos, apoyando su tradicion en un culto religioso inmemorial, en los testimonios irrecusables de varones extranjeros del siglo IV y siguientes, y en la opinion constante de los sábios nacionales y extranjeros, hasta que vino á ponerlo en duda un documento estúpidamente apócrifo, cuya admision hace muy poco honor al criterio de los que han fundado en él sus invectivas '.

1 A fines del siglo XVI (1593) se publicó en Madrid la Coleccion de Concilios del Sr. Loaisa, arzobispo que fue de Toledo: por defender la primacía de esta iglesia contra el arzobispo de Santiago, manchó para siempre su reputacion literaria, publicando un escrito apócrifo y descabellado, que dijo haber hallado en un manuscrito en el archivo de aquella catedral, y cuya falsedad no podia esconderse á la ilustracion de aquel Prelado (fól. 287 de dicha edicion). En él se hacia decir al arzobispo de Toledo D. Rodrigo en el concilio IV de Letran, que la venida de Santiago á España y su predicacion eran consejas que habia oido contar de niño. Mas ni el arzobispo D. Rodrigo asistió al concilio de Letran, ni pudo decir tal desatino, cuando rezaba lo contrario el Breviario mismo de su iglesia.

Baronio, á quien no sin fundamento se acusa de poco afecto á nuestras cosas (por lo cual el Consejo de Castilla prohibió la circulacion de algunos tomos de sus obras), inclinó al papa Clemente VIII á que se mudase el rezo de san Pio V relativo á Santiago, en el cual se consignaba abiertamente la tradicion. La cor→ te de España la defendió con teson en Roma, donde á pesar de eso prevalecieron los escrúpulos de Baronio; mas el papa Urbano VIII volvió el rezo á su primitivo estado, diciendo en la leccion quinta al dia 25 de julio: «Mox in His«paniam profectus ibi aliquos ad Christum convertit: ex quorum numero sep<< tem postea Episcopi à B. Petro ordinati, in Hispaniam primi directi sunt.»>< En vista de las razones de Florez y otros críticos españoles, algunos extranjeros modificaron ya su opinion, entre ellos el P. Mamachi (en su obra : Origines et antiquitates christianae ) aunque no por entero. Florez le combatió ventajosamente en el tomo VI de la España sagrada.

Tan constante era la tradicion entre los sábios extranjeros en el siglo XVI, que el sábio jesuita Cornelio Alápide la llamó: Universalis immemorabilis non tantum Hispaniae, sed et fidelium ubique traditio, cui refragari nemo potest 1.

Mas no es solamente en una tradicion, antigua sí, pero desnuda de pruebas, en lo que España funda su opinion, como la pintó Cayetano Cenni: aquellas permanecen en pié, á pesar de su impugnacion, sin que ni sus razones, ni las de otros críticos que las han repetido, basten á desautorizarlas. Prescindiendo de las demás, aumentadas por los que han escrito ex professo acerca de esta materia, es un testimonio de esta verdad el himno de nuestro oficio gótico, que lo expresa abiertamente :

Regens Joannes dextra solus Asiam,

Ejusque frater potitus Spaniam.

No teniendo Natal Alejandro que contestar á esto, elude la dificultad, diciendo que el oficio gótico no estaba aprobado por la Iglesia, falsedad indigna de tan gran historiador: además que la aprobacion de la Iglesia no hacia falta para su valor histórico. En error análogo incurrió Cayetano Cenni, al negar la antigüedad de aquellos himnos, calumniando á los Padres del concilio de Braga de haber prohibido los sagrados himnos y por consiguiente estos. La verdad es que Cenni, no entendió el sentido genuino y harto óbvio de aquel cánon, por el cual se prohibia introducir en la liturgia los himnos compuestos por particulares y en idioma vulgar.

El descubrimiento de las obras de Dídimo 3, maestro de san Jerónimo, ha venido á dar una razon mas á favor de España. Hac ratione videlicet, dice Didimo, quod alteri quidem Apostolorum in India degenti, alteri vero in Hispania, alteri vero ab ipso in alia regione usque ad extremitatem terrae distribuit, etc. Este Apóstol, á quien se destinó la España, no pudo ser san Pablo, que no asistió al reparto, ni fue destinado á una sola region.

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2

Véanse los trabajos sobre las fuentes al principio del capítulo, prescindiendo de otros muchos que se pudieran haber alegado.

3 Didymi Alexandrini de Trinitate libri tres, nunc primùm ex Pasione

yano codice graecè editi, latinè conversi, etc.: Bononiae, 1769.

Risco, España sagrada, tomo XXXIII, fólios sueltos, al principio.

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