Varios Prelados de España han concedido 2320 dias de indulgencia á todos los que leyeren ú oyeren leer un capítulo ó página de cualquiera de las publicaciones de la LIBRERÍA RELIGIOSA. HISTORIA ECLESIÁSTICA DE ESPAÑA, ADICIONES HISTORIA GENERAL DE LA IGLESIA, ESCRITA POR ALZOG, Y PUBLICADA POR LA LIBRERÍA RELIGIOSA. POR D. VICENTE DE LA FUENTE, Doctor en Teología y Jurisprudencia, Catedrático de Derecho canónico en la Universidad de BR 1022 F95 Esta obra es propiedad del Autor, y la presente edicion es propia de la LIBBERÍA RELIGIOSA. 11-6-63MFP Por encargo del M. Iltre. Sr. D. Ramon de Ezenarro, Pbro., Doctor en Jurisprudencia, Dignidad de esta Santa Iglesia, y Vicario General del Excmo. é Ilmo. Sr. D. José Domingo Costa y Borrás, Obispo de Barcelona, he recorrido con la detención y atencion debidas la obra que lleva por título: Historia Eclesiástica de España, ó Adiciones á la Historia general de la Iglesia, escrita por Alzog, y publicada por la LIBRERÍA RELIGIOSA, por D. Vicente de la Fuente, Doctor en Teología y Jurisprudencia, Catedrático de Derecho canónico en la Universidad de Salamanca y en el Seminario Central de la misma ciudad. Á mas de no haber encontrado en dicha obra ningun error contrario á la fe católica y buenas costumbres, no puedo menos de declarar en elogio justamente debido á su autor, que este ha logrado hacer altamente interesante la lectura de sus Adiciones por la gravedad, claridad y sencillez con que refiere los hechos, no menos que por el órden y conexion que ha sabido establecer entre ellos. Es además acérrimo defensor de las gloriosas tradiciones relativas á nuestra primitiva Iglesia de España, haciendo resaltar al lado de la mas sana y severa crítica, la mas completa imparcialidad. Esta, acompañada de una laudable ingenuidad, resplandece tambien en cuantas páginas tiene que consignar hechos menos gloriosos para nuestra Iglesia, evidenciando al propio tiempo los infinitos é inmensos bienes que aquella con su benéfica influencia ha proporcionado en todos tiempos á nuestra hoy por demás desventurada Patria. Poniendo resueltamente el dedo en la llaga, no para enconarla, sino para cicatrizarla, manifiesta la inutilidad de los remedios hasta ahora aplicados, é indica los que serian oportunos y aun necesarios para preservar á la Iglesia y al Estado de la cangrena que va apoderándose de este y de aquella, y que á seguir del mismo modo, acabará con entrambos. El autor, en fin, con desinteresado celo y singular |