Tosoro De Autores Espanoles

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Pasajes populares

Página 6 - ... tu gentil cuello; goza cuello, cabello, labio y frente, antes que lo que fue en tu edad dorada oro, lilio, clavel, cristal luciente, no sólo en plata o viola troncada se vuelva, mas tú y ello juntamente en tierra, en humo, en polvo, en sombra, en nada.
Página 67 - Sentado, a la alta palma no perdona su dulce fruto mi robusta mano; en pie, sombra capaz es mi persona de innumerables cabras el verano. ¿Qué mucho si de nubes se corona por igualarme la montaña en vano, y en los cielos, desde esta...
Página 154 - La más bella niña de nuestro lugar, hoy viuda y sola y ayer por casar, viendo que sus ojos a la guerra van, a su madre dice que escucha su mal: Dejadme llorar orillas del mar.
Página 130 - Manda Amor, en su fatiga, que se sienta y no se diga, pero a mí más me contenta que se diga y no se sienta.
Página 160 - En un pastoral albergue, Que la guerra entre unos robles Lo dejó por escondido O lo perdonó por pobre. Do la paz viste pellico Y conduce entre pastores Ovejas del monte al llano Y cabras del llano al monte.
Página 143 - Del cuello pendiente ella, viéndole tomar la espada, con lágrimas y suspiros le dice aquestas palabras: — Salid al campo, señor, bañen mis ojos la cama; que ella me será también sin vos, campo de batalla. Vestios...
Página 64 - Galatea suaves, a su audacia los términos limita, y el aplauso al concento de las aves. Entre las ondas y la fruta, imita Acis al siempre ayuno en penas graves : que, en tanta gloria, infierno son no breve fugitivo cristal, pomos de nieve.
Página 163 - Todo es gala el africano, su vestido espira olores, el lunado arco suspende y el corvo alfange depone.
Página 274 - Y yo de papel haré una librea teñida con moras, porque bien parezca, y una caperuza con muchas almenas. Pondré por penacho las dos plumas negras del rabo del gallo; que acullá en la huerta anaranjeamos las carnestolendas.
Página 6 - Mientras por competir con tu cabello oro bruñido al sol relumbra en vano; mientras con menosprecio en medio el llano mira tu blanca frente el lilio bello; mientras a cada labio, por cogello, siguen más ojos que al clavel temprano, y mientras triunfa con desdén lozano del luciente...

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