7 de julio

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Perlado, Páez y Compañía (Sucesores de Hernando), 1906 - 231 páginas
 

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Página 157 - ... trémula diestra rugió órdenes. El comandante de la Milicia que mandaba en aquel punto a los cazadores sintió en su interior un estremecimiento terrible, una rápida sensación de frío, a que siguió súbito calor. Ideas ardorosas cruzaron por su mente, su corazón palpitaba con violencia, su nariz, pequeña, perdió el color, resbaláronsele por la nariz abajo los espejuelos de oro, apretó el sable con el puño, apretó los dientes, y alzándose sobre las puntas de los piececillos, hizo...
Página 37 - Las cortes admiten con singular aprecio este acero, fasto vivo del pronunciamiento de la libertad, y trofeo del héroe predilecto de ella. Las mismas dispondrán de él según su agrado.
Página 167 - Diga V. al rey que mande rendir las armas inmediatamente á los facciosos que le cercan, pues de lo contrario las bayonetas de los libres penetrarán persiguiéndolos hasta su real cámara.» Mas no obstante tan áspera respuesta, mandó aquel general cesar las hostilidades, y tratóse de parlamento, enviando Ballesteros el emisario del rey al conde de Cartagena. Formóse para tratar este negocio...
Página 158 - ... besos. Pero aquel hombre pequeño estaba decidido a ser grande por la fuerza de su fe y de sus convicciones, borró de su mente la pérfida imagen doméstica que le desvanecía y no pensó más que en su puesto, en su deber, en su grado, en la individualidad militar y política que estaba metida dentro del don Benigno Cordero de la subida de Santa Cruz. Entonces el hombre pequeño se transfiguró. Una idea, un arranque de la voluntad, una firme aplicación del sentido moral bastaron para hacer...
Página 36 - ... en las Cabezas, y del amor que profesan á los apoyos »de la libertad Ahí tenéis ese libro precioso que »nos rescató de nuestra eterna desventura, por las »apreciables víctimas del heroísmo Vais á recibir »así mismo la divisa que hoy reina ¡Batallón de »Asturias!
Página 158 - ... terribles angustias a fogosos enardecimientos. Ante sus ojos cruzó una visión, y ¡qué visión, Dios poderoso! ... Pasó la tienda, aquel encantador templo de la subida a Santa Cruz, pasó la anaquelería, llena de encajes blancos y negros en elegantes cajas. Las puntillas de Almagro y de Valenciennes se desarrollaron como tejidos de araña, cuyos dibujos bailaban ante sus ojos, pasaron los cordones de oro, tan bien arreglados en rollos por tamaños y por precios, pasó escueta la vara de...
Página 158 - ... aquel hombre pequeño estaba decidido a ser grande por la fuerza de su fe y de sus convicciones; borró de su mente la pérfida imagen doméstica que le desvanecía y no pensó más que en su puesto, en su deber, en su grado, en la individualidad militar y política que estaba metida dentro del don Benigno Cordero de la subida de Santa Cruz. Entonces el hombre pequeño se transfiguró. Una idea, un arranque de la voluntad, una firme aplicación del sentido moral bastaron para hacer del cordero...
Página 157 - Don Benigno no había matado nunca un mosquito: don Benigno no era intrépido, ni siquiera valiente, en la acepción que se da vulgarmente a estas palabras. Mas era un hombre de honradez pura, esclavo de su dignidad, ferviente devoto del deber hasta el martirio callado y frío, poseía convicciones profundas, creía en la Libertad y en su triunfo y excelencias como en Dios y sus atributos, era de los que...
Página 198 - ... un espíritu superior, pero sin aparente brillo; un entendimiento poco común, pero sin alto vuelo; una sensibilidad más delicada que fogosa, que antes parecía timidez que verdadera sensibilidad; figura insignificante y dulces facciones ante las cuales podían encender perdurables fuegos la amistad y la fraternidad, pero ni una sola chispa el amor.
Página 23 - Volviendo al Duque, Su Excelencia poseía gran fortuna; era generoso, amable, ilustrado hasta donde podía serlo un duque y general y español por aquellos tiempos. Si se hubiera curado de la manía, tan común entonces como ahora, de figurar en política .contra viento y marea, habría sido una persona inmejorable; pero entre las muchas debilidades que le trajo...

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