Obras [ed. by G. de Villegas].

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Página 230 - Bien podéis salir desnudo, pues mi llanto no os ablanda; que tenéis de acero el pecho, y no habéis menester armas." Viendo el español brioso cuánto le detiene y habla, le dice así: "Mi señora, tan dulce como enojada, "porque con honra y Amor yo me quede, cumpla y vaya, vaya a los moros el cuerpo, y quede con vos el alma. "Concededme, dueño mío, licencia para que salga al rebato en vuestro nombre, y en vuestro nombre combata.
Página 366 - Cercado es, cuanto más capaz, más lleno. De la fruta el zurrón casi abortada, Que el tardo otoño deja al blando seno De la piadosa yerba encomendada ; La serva, a quien le da rugas el heno, La pera, de quien fue cuna dorada La rubia paja, y pálida tutora La niega avara, y pródiga la dora.
Página 235 - Ciego que apuntas y atinas. Caduco dios y rapaz Vendado, que me has vendido, Y niño mayor de edad, Por el alma de tu madre. Que murió siendo inmortal, De envidia de mi señora. Que no me persigas más. Déjame en paz, Amor tirano, Déjame en paz.
Página 238 - Dulce madre mía, ¿Quién no llorará, Aunque tenga el pecho Como un pedernal, Y no dará voces Viendo marchitar Los más verdes años De mi mocedad? Dejadme llorar Orillas del mar.
Página 37 - Mientras por competir con tu cabello oro brunido al sol relumbra en vano, mientras con menosprecio en medio el llano mira tu blanca frente el lilio bello, mientras a cada labio, por cogello, siguen mas ojos que al clavel temprano, y mientras triunfa con desden lozano del luciente cristal tu gentil cuello: goza cuello, cabello, labio y frente, antes que lo que fue...
Página 316 - ... las muñecas con las dos hermanas. Juana y Madalena, y las dos primillas, Marica y la tuerta. y si quiere madre dar las castañetas, podrás tanto dello bailar en la puerta; y al son del adufe cantará Andrehuela: «No me aprovecharon, madre, las hierbas...
Página 167 - El viento delicado hace de sus cabellos mil crespos nudos por la blanca espalda, y habiéndose abrigado lascivamente en ellos, a luchar baja un poco con la falda, donde, no sin decoro, por brújula, aunque breve, muestra la blanca nieve entre los lazos del coturno de oro; y así, en tantos enojos, si trabajan los pies, gozan los ojos.
Página 430 - Eral lozano así novillo tierno, de bien nacido cuerno mal lunada la frente, retrógrado cedió en desigual lucha a duro toro, aun contra el viento armado : no, pues de otra manera a la violencia mucha del padre de las aguas, coronado de blancas ovas y de espuma verde, resiste, obedeciendo, y tierra pierde.
Página 230 - Trescientos cenetes eran deste rebato la causa, que los rayos de la luna descubrieron las adargas; las adargas avisaron a las mudas atalayas; las atalayas los fuegos; los fuegos a las campanas, y ellas al enamorado que en los brazos de su dama, oyó el militar estruendo de las trompas y las cajas.
Página 283 - Sofí cuatro estandartes. Mas ¿ qué aprovecha domar Invencibles capitanes, Y contraponer el pecho A mil peligros mortales; Si un niño ciego le vence No mas armado que en carnes, Y en el corazon le deja Dos harpones penetrantes?

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