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La Compañía de Jesús

en el Río de la Plata, hasta su extrañamiento

Investigaciones arqueológicas en los antiguos Templos y Conventos Jesuíticos de esta parte de América

(Véase el número anterior)

La actual iglesia de San Ignacio, de esta ciudad fué principiada á edificarse en el año 1722, y el principal cooperador para su fábrica fuélo el acaudalado vecino de la ciudad de Buenos Aires, don Juan Antonio Costa, que contribuyó con empeñosa asiduidad, y con su dinero, para la edificación de la actual iglesia de San Ignacio (hoy parroquia de la Catedral al Sud).

Parecía que un movimiento inusitado se había apoderado de este vecindario, que edificaba casi simultáneamente los templos más notables quizá para aprovechar la presencia aquí de los jesuitas arquitectos, Blanqui y Primoli.

Para la edificación del templo jesuítico de San Ignacio habían venido de Europa estos arquitectos jesuitas, y empezó la obra de la construcción de esta iglesia, en el año 1722.-Estos mismos arquitectos dirigieron la obra de la iglesia de San Francisco (A)

(A) La iglesia y convento de la orden franciscana se debe à la cooperación que prestaron dos obispos argentinos de origen eúskaro, que lo fueron fray Gabriel Arregui, de Buenos Aires y que fué electo obispo del Rio de la Plata en el año 1729, y Fray Juan Arregui, electo obispo en el año 1735, ambos de la orden seráfica del Patriarca de Asis.

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Frontis del tempio de San Ignacio, llamado el Colegio Máximo», estilo renacimiento jesuítico

que principió en el año 1726, como también la de La Merced y la de San Telmo, que fueron dirigidas en su construcción por los jesuitas Blanqui y Primoli.

De manera que, ya sea el deseo de aprovechar la presencia de estos distinguidos arquitectos jesuitas, ya sea la rivalidad de las órdenes religiosas de franciscanos, mercenarios, domínicos y jesuitas, el hecho es que esos templos se construyeron casi en la misma época y bajo la dirección de los mismos arquitectos. Hasta qué punto el amor del barrio influyó en los vecinos pudientes para levantar en cada centro de la ciudad colonial un templo, es cuestión que no podemos decidir; pero todos los grupos del vecindario de la primitiva ciudad de Buenos Aires desearon levantar su monumento, edificando iglesias suntuosas en proporción á lo que era la ciudad colonial del año 1722. Tales son las únicas noticias que hemos podido adquirir sobre la fábrica de la iglesia del "Colegio Máximo", actual iglesia parroquial de San Ignacio.

Como se ve por la lámina que presentamos, el frontis de la iglesia de San Ignacio no pertenece á los seis órdenes de arquitectura dórico, corintio, toscano, jónico, greco-romano ú orden completo, es verdaderamente lo que se llama "renacimiento jesuítico", como en todos los templos jesuíticos, tanto de aquí como de Europa, pues confunde en su clasificación, porque las volutas que llevan los capiteles jónicos en sus columnas en los templos jesuitas, estas están ó aparecen sobre el cuadrado donde se asienta el plinto ó la base (B).

Como todos los antiguos templos de la Compañía de Jesús, este templo de San Ignacio tiene en su frontis esta leyenda:

DOMUS DEI PORTA CŒLI.

Que traducido al castellano, significa:

(B) Las dos torres que tiene este frontis no son del renacimiento jesuítico, son relativamente modernas y de otro estilo

"Casa de Dios, puerta del cielo". Y en la cúspide del frontis, tiene estas letras:

J. H. S.-Que quiere decir:

Jesús hominun

dor de los hombres.

salvator, ó sea: Jesús salva

La decoración de la puerta transversal que tiene esta iglesia, y que se abre sobre la calle de Alsina, no corresponde al estilo "renacimiento jesuítico" porque ha sido su portada cubierta con tanta moldura, que ha venido á resultar jenuinamente del estilo "churrigueresco".

En el ángulo sudoeste de la manzana limitada hoy por las calles de Victoria, Bolívar, Perú y Alsina, existe aún una casa de altos y bajos, casa que no tardará en ser demolida al construirse el bulevar diagonal que va á cruzar esta manzana; esta casa: cuya

construcción es toda de bóvedas, la cubre una gran cúpula con su cupulino, que ha sido la que cubría una antigua capilla que tenía su entrada por la antigua calle de San Cristóbal ( y que sucesivamente ha ido cambiando el nombre por Santa Clara, Alzaga, Potosí y hoy Alsina, esta cúpula, que sólo puede verse desde las azoteas de las casas contiguas; es la casa y capilla noviciado de los Jesuitas llamada: Las Temporalidades, porque allí, percibían los Jesuitas los frutos y beneficios de sus prebendas. (1)

Esta casa es tres veces histórica, porque á más de haber sido el noviciado de la Compañía de Jesús, después de la expulsión de los Jesuitas en el año 1767, el Virrey que sucedió en el mando á don Pedro de Cevallos, que lo fué Don Juan José de Vertiz y Salcedo,

(1) En los planos antiguos de la ciudad de Buenos Aires la casa que fuéTemporalidades de los PP. jesuitas está designada: Antigua Cuna ó la Cuna Vieja, y mide 27 31 varas de frente al Oeste por 44 varas de fondo al Este, toda edifica-da en bóvedas.

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Puerta transversal del templo de San Ignacio (estilo churrigueresco) que se abre sobre la calle Alsina

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