Manual de la literatura española moderna

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Brockhaus, 1857 - 648 páginas
 

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Página 505 - cementerio. Pero vasto cementerio, donde cada casa es el nicho de una familia, cada calle el sepulcro de un acontecimiento, cada corazón la urna cineraria '-' de una esperanza ó de un deseo. Entonces, y en tanto que los que creen vivir acudían á la mansión que presumen de los muertos, yo comencé á
Página 508 - venas. Quise salir violentamente del horrible cementerio. Quise refugiarme en mi propio corazón, lleno no ha mucho de vida, de ilusiones, de deseos. ¡Santo cielo! También otro cementerio. Mi corazón no es mas que otro sepulcro. ¿Qué dice? Leamos. ¿Quién ha muerto en él T ¡Espantoso letrero! ¡Aquí yace la esperanza!!! ¡Silencio, silencio!
Página 480 - educación como la española, en lo cual bien pudiera no tenerla ; á trueque de defender que el cielo de Madrid es purísimo, defenderá que nuestras manólas son las mas encantadoras de todas las mujeres: es un hombre, en fin, que vive de esclusivas; á quien le sucede poco mas ó menos lo que á una
Página 485 - te pido empleos , no honores ; líbrame de los convites caseros y de dias de dias ; líbrame de estas casas en que es un convite un acontecimiento; en que solo se pone la mesa decente para los convidados ; en que creen hacer obsequios cuando dan mortificaciones; en que se hacen finezas; en que se dicen versos; en que
Página 478 - que una gran mano, pegada (á lo que por entonces entendí) á un grandísimo brazo, vino á descargar sobre uno de mis hombros, que por desgracia no tienen punto alguno de semejanza con los de Atlante? No queriendo dar á entender que desconocía este enérgico modo de anunciarse, ni desairar el agasajo
Página 483 - nada mas ridículo que estas gentes que quieren pasar por finas en medio de la mas crasa ignorancia de los usos sociales? ¿qué para obsequiarle le obligan á usted á comer y beber por fuerza, y no le dejan medio de hacer su gusto? ¿porqué habrá gentes que solo quieren comer con alguna mas limpieza los
Página 506 - como se ha llamado hasta ahora. Al llegar aquí me acordé del verso de Quevedo Y ni los v . . . ni los diablos veo. En el frontispicio decía: л Aquí yace el trono; nació en el reinado de Isabel la Católica, murió en la Granja de un aire colado.
Página 481 - había tenido la habilidad de ponerse malo aquella mañana; el famoso T. se hallaba oportunamente comprometido para otro convite; y la señorita que también había de cantar y locar estaba ronca en tal disposición que se asombraba ella misma de que se la entendiese una sola palabra, y tenia un panadizo
Página 507 - Puerta del Sol. La Puerta del Sol: esta no es sepulcro sino de mentiras. La Bolsa. Aquí yace el crédito español. Semejante á las pirámides de Egipto, me pregunté, ¡es posible que se haya erigido este edificio solo para enterrar en él una cosa tan pequeña! La Imprenta Nacional. Al revés que la
Página 480 - y que cuando se hallan en sociedad por desgracia sin un socorrido bastón, darían cualquier cosa por no tener manos ni brazos, porque en realidad no saben dónde ponerlos, ni qué cosa se puede hacer con los brazos en una sociedad. Llegaron las dos, y como yo conocía ya á mi Braulio, no me pareció conveniente acicalarme

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