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VIII.

La bandera blanca.-Persevera el estandarte Real. La escarapela.

Es tiempo de continuar ahora juntamente la marcha de las alteraciones hechas en banderas y vestidos, al empezar una época fecurda en transformaciones de toda especie; la de Felipe V, que cambiada la dinastía, con ella cambió leyes, costumbres, trajes, haciendo hasta en el habla cambios. Acabada la guerra de sucesión, cuando por la victoria vió asegurada la corona, mostró gran empeño en organizar los ejércitos permanentes de tierra y mar, separando los servicios de los varios institutos, que hasta entonces habían estado confundidos, creando las carreras ó cuerpos especiales y estableciendo la uniformidad en divisas y vestuario. Todos estos particulares se establecieron en decreto dictado en 28 de Febrero de 1707, y en él se decía:

Y es mi voluntad que cada cuerpo traiga la bandera coronela blanca con cruz de Borgoña, según estilo de mis tropas, á que he mandado añadir dos castillos y dos leones repartidos en los cuatro blancos, y cuatro coronas que cierren las puntas de las aspas.»

Creada la unidad táctica, tenía una sola bandera y cada cuerpo otra, que era la llamada coronela, regulándose la forma, las dimensiones, el color y hasta las figuras, pero dejábase á los batallones una libertad poco menor que tenían los antiguos capitanes, pudiendo po

ner en sus banderas particulares el color principalmente marcado en las armas de la provincia ó ciudad que les diese nombre. Con este motivo hizo el Sr. Cánovas del Castillo, en el estudio de la escarapela, reflexiones importantes.

« Bien meditado, dice, no carece el decreto de razón heráldica, aunque se tratase ya de dar á las banderas sentido colectivo y nacional. El color blanco, señalado por Luis XIV á las banderas y escarapelas francesas, y tenido ya en Francia por color regio, debía ser forzosamente preferido en España para todo lo que fuese de índole real, supuesto que la dinastía era una misma, y que lo propio en España que en Francia, componían ya el Estado y el rey una sola entidad ó persona política.....1

>Que el blanco estuviese ó no bien reputado como color real francés, al rayar el décimoctavo siglo, nada importa á nuestro propósito; basta con que general y aun oficialmente se le tuviese por tal, cosa que no puede dudarse. Y todavía hay que añadir, que fuera de la coronela, en todas las demás banderas del ejército español, mandó usar Felipe V el principal color del escudo de cada provincia, con lo cual mostró rendir al arte del blasón los debidos respetos. Lo regio sustituyó, cual era forzoso, á lo nacional, local ó indígena; pero en la parte en que esto último se conservaba, rigurosamente imperó el principio heráldico entonces, por más que á la larga

El mismo concepto asienta D. Manuel Danvila en su obra El Poder civil en España.

aquella prescripción última fuese derogada, recibiendo casi todas las banderas de nuestros batallones, con excepciones poco explicables, el color blanco. >>

En efecto, por otra disposición de 17 de Marzo de 1734 se mandó que cada regimiento tuviera tres banderas, todas de tafetán blanco; la coronela con el escudo de armas reales en el centro; las otras dos con la cruz de Borgoña, si bien en los cuatro remates de la cruz podían tener escudos de las armas de la provincia. Se redujo al mismo tiempo el gran tamaño de las banderas antiguas, fijando en once pies la longitud del asta, comprendidos regatón y moharra.

Quedaba generalizado el color blanco y como consecuencia natural vistieron de blanco las tropas, calzón, casaca, polaina, llevando el sombrero de candil ribeteado de blanco '; la distinción de los cuerpos consistía en el color variado de las bocamangas 2,y no se concibe, como presidiendo el pensamiento de la uniformidad, habiendo dictado desde 1728 precepto para que el batallón de galeras usara «la bandera del Comandante blanca con las armas del Rey, y á las cuatro esquinas cuatro ferros (rezones), y las demás blancas con la cruz

' Valieron estas prendas á los soldados el calificativo de blanquillos, en contraposición de los del Archiduque, nombrados azules.

* En la biblioteca particular de S. M. el Rey existe un curioso manuscrito que se titula, Teatro militare in cui si rappresentano le divise ed uniformi delle truppe della Reale Casa de Borbon in Spagna, Italia é, Francia. El autor, Marqués D. Alfonso Taccoli, dedica este trabajo al rey Carlos III en 1760, pintando los uniformes de todos los cuerpos.

de Borgoña '», en el intermedio se circulará esta orden, sin ejemplar, que merece por lo mismo conocerse.

«Teniendo el Rey resuelto que el cuerpo de navíos de la Armada se divida en tres escuadras, y que cada una de ellas tenga su puesto en un Departamento de los tres establecidos en España, como son Cádiz, Ferrol y Cartagena, ha deliberado S. M., para que cada una de estas divisiones se conozca por las banderas é insignias de que han de usar, lleven todos los navíos de cualquiera de las tres referidas escuadras los pabellones ó banderas largas de popa, blancas, con el escudo de las armas Reales en la forma que se practica.

>> Los navíos que se armaren en Cádiz, usarán en las insignias de banderas cuadras, cornetas, rabos de gallo, gallardetes, banderas de proa, de botes, de lanchas, sobre blanco, el referido escudo de armas Reales. Los navíos que se armaren en el Ferrol, usarán en todas las referidas insignias y banderas de proa, de botes y lanchas, de la cruz de Borgoña sobre blanco con cuatro anclas en los extremos del cuadrado que forma la referida cruz. Los navíos que se armaren en Cartagena, usarán en las mencionadas insignias y banderas de proa, de botes y lanchas, sobre color morado el escudo de armas reales sencillo, de castillos y leones, conforme al dibujo que se volvió aprobado» 2.

Estas alteraciones no traían, sin embargo, novedad extraordinaria á las banderas. Recuérdese por lo indi

1 Ordenanzas de galeras de D. José Patiño, 1728. Firmada de Patiño, en Sevilla, á 20 de Enero de 1732.

cado en el capítulo v, que desde la venida á España de Felipe el Hermoso había cuerpos y bajeles que llevaban la bandera blanca con las aspas de Borgoña, insignia que llevó siempre la escuadra de Flandes y no pocas compañías de los Tercios que sostenían la guerra de los Países Bajos. En el reinado de Felipe III se generalizó mucho esta bandera, principalmente en la mar; las cartas de marear, los libros con estampas de las campañas, y aun las medallas que con abundancia se acuñaban en las Provincias Unidas, ahora Holanda, muestran repetidamente en los combates del mar Pacífico, de las Molucas y Filipinas, los galeones españoles de D. Antonio de Morga, de Castro, Pulgar, Velasco y demás generales de aquellos tiempos, la dicha bandera con la cruz de San Andrés, sin perjuicio de que llevaran el estandarte Real las capitanas.

Santa María refiere', que en la recuperación de Salsas, año 1640, la primera bandera que entró en las fortificaciones exteriores fué la coronela del tercio del Conde de Molina; que esta bandera se presentó luego en acción de gracias á Nuestra Señora del Buen Suceso, en Madrid, y que era blanca, con los bastones de Borgoña en forma de cruz, con una letra negra que decía: Dar

LA VIDA: OSSAR MORIR.

La redacción del decreto mismo de 28 de Febrero de 1707, da á entender que la bandera blanca con la cruz de Borgoña había campeado en la guerra de sucesión que le aseguró en el trono, pues que, dice, era estilo

1 Patrocinio de N. Sra. en España.

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