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III.

Armas de Castilla y de León.-Cómo se unen.-Armas de Barcelona y de Aragón.-Se unen también. - Empieza á darse importancia à los colores. - Fórmanse las armas de España.

Definidas legalmente las principales insignias españolas, hay que retroceder á los tiempos que D. Alonso llamaba antiguos por ver cómo se llegó á los términos consignados en su compilación.

Los más de nuestros heraldos, gente crédula, apoyándose en los cronistas primitivos, en tradiciones populares y en cantares de gesta, admitiendo sin dificultad las noticias fabulosas del origen de población, asientan que el inventor en este país de las insignias en la adarga fué Brigo, cuarto Rey de España, que puso la figura de un castillo en la suya; que los reyes godos, hasta Rodrigo, trajeron por armas un león rojo, y que Pelayo, por conservar la costumbre ó porque ganó la ciudad de León, puso por armas un león de gules en su escudo de plata, si bien lo mudó después con la cruz que se le apareció al dar la batalla á los moros.

No hay para qué detenerse en considerar estas especies desacreditadas. Sentado queda en el capítulo anterior lo que con verdad se sabe de los reyes godos, y como Pelayo, que los sustituía en el solio de la Reconquista, nsaba por insignia ó estandarte la cruz. La conquista de León por este primer caudillo no está tam

poco probada, ni aun temporalmente, y no puede olvidarse que su nombre por entonces era Legión y no León: si más adelante, cambiando de nombre, llegando á ser capital ó cabeza del reino al que lo comunicó, vino á influir, con la adopción del animal simbólico, cosa es verosímil y que generalmente se admite, por más que en ningún documento se apoye la presunción.

El primer dato seguro referente al simbolismo aparece en lugar que no cabe tener por sospechoso; en narración arábiga. Al referir el historiador Ben Abderrabih las campañas de Abderrahman III, al Nassir Ledin Allah, llamado por los cristianos Miramamolín, cuenta que marchando por tierras de infieles «avanzó hasta que estuvo en los reales enemigos debajo del estandarte del león corpulento»'. Abderrahman III rigió el califato desde el año 912 al de 961, intervalo durante el cual reinaron en León Ordoño II, Fruela II, Alfonso IV, Ramiro II, Ordoño III y Sancho I, pero la cita se refiere probablemente á la gran victoria alcanzada por los árabes en Valdejunquera sobre los ejércitos reunidos de León y de Navarra en 921.

No mucho después ofrece otro testimonio, sin intención de exhibirlo, el cronista Noguerol al tratar de la reedificación de la cindad de Zamora por Fernando I el Magno, que ocupó el solio de 1037 á 1065. Habla del palacio real, que años adelante se llamó de D.a Urraca, que subsistía entero en los momentos de la redac

1 Debo esta importante noticia á la amistad del erudito arabista D. Francisco Fernández y González.

ción y que en parte subsiste todavía, con expresión de haberse esculpido en la torre principal un león saltando, esto es, lo que en heráldica se llama león rampante '.

Con ambas declaraciones se adquiere la evidencia de que en los siglos x y XI estaba consolidado el blasón ó insignia simbólica del reino en escudos y banderas, y viene á corroborarla otro documento indiscutible, la Crónica rimada, en que ninguno de los heraldos ha parado mientes, que yo sepa.

Unidos los reinos de Castilla y de León, se encuentra perplejo el Rey D. Fernando el Magno acerca de la seña común que debe adoptarse; no quiere que prevalezca sola la de León, aunque lo tiene en su fuero por cabeza del reino junto; menos quiere que desaparezca el símbolo hasta entonces reverenciado; y teniendo por ardua la cuestión, acude á la experiencia, saber y lealad de los hijos de Lain Calvo, como los que más pudieran agraviarse, confiándoles la decisión.

«Alli levantó el Rey á los cuatro fijos de Lain Calvo,
Tomólos por las manos, consigo los puso en el estrado.
Oitme, caballeros, muy buenos fijosdalgo

Del mas honrado alcalde que en Castilla fue nado.
Dísteme á Castilla e besásteme la mano,

Con vusco conquerí los reinos de España fasta Santiago,

Mi cuerpo e mi poder métolo en vuestras manos,
Que vos me consejedes sin arte e sin engaño,
Rey soy de Castilla e de Leon, asi fago.
Sabedes que Leon es cabeza de todos los reinados,
É por eso vos ruego e vos pregunto tanto,
¿Cuál seña me mandades faser? Atal faré de grado,

1 Memorias históricas de la ciudad de Zamora.

Ca cuanto yo valga, non vos saldré de mandado.

Dixieron los castellanos: «En buen punto fuestes nado:
Mandat faser un castillo de oro e un leon indio quitado '>
Mucho plogo al Rey cuando los reinos se pagaron.»>

No cabía, en efecto, determinación más sabia: ninguno de los pueblos abdicaba el derecho constituído, y así como ligaban los intereses, así ligaron los distintivos poniendo á una el castillo de oro y el león de gules, con primacía galantemente concedida al que se allegaba. Los reinos se dieron por satisfechos sancionando la propuesta de los ancianos aceptada por el Rey, y determinaron precedente histórico que había de seguirse á través de los tiempos, como fundado en razón y justicia, como conservador de afecciones y memorias que nada tenían que ver con la personalidad del monarca.

Y no ciertamente porque las personas dejaran de tener en España, ya en el siglo XI, las señales departidas en las armaduras e sobre sus caballos, de que hablan las leyes de D. Alfonso con referencia á tiempos remotos, pues consta que los Condes de Urgel llevaban el escudo jaquelado en el año 990, que los Lunas, no mucho después, simbolizaban su apellido, y que no se tenía por novedad la divisa de los caballeros, por indicación de hacerse desde un principio diferencia entre el reino y el Rey.

1 Un león indio, dice la crónica impresa: pudiera en el original escribirse un león iudio, esto es, judío, y aludir al león de Judá. En resumen quiere decir un león rojo ó colorado.

2 Zurita, Anales de Aragón. Part. 1.a, lib. 1, folios 15 v. y 29 v. Edic. de Zaragoza, 1610.

No obstante la declaración de la Crónica rimada, desconociéndola acaso, mientras ciertos autores como Olao y el P. Caramuel seguían mencionando el castillo del Rey Brigo y el león de los reyes godos, componiendo con ellos las armas modernas, discutían otros la fecha y ocasión en que por primera vez se unieron los dos blasones. Ambrosio de Morales negaba, con Moret, la supuesta antigüedad visigótica de las figuras, atribuyendo á Alfonso VI, el que ganó á Toledo, haberlas puesto juntas en el escudo; Bernabé Moreno de Vargas era de parecer que fué Alfonso VII el Emperador quien en 1147 tomó por armas el castillo y el león, en memoria de haberse unido en su reinado Castilla У León con Galicia y parte de Portugal, opinión que emitió igualmente Pinel y Monroy. En la Crónica del Tudense aparecía distinto juicio, prorrogando el plazo hasta el reinado de Alfonso VIII, con razones, originales por cierto, en punto á la adopción del león '; asimismo atribuye al vencedor de las Navas la junta de los blasones. Florián Docampo; Diego Gutiérrez Coronel quiere que se verificara rigiendo ya unidos para siempre los reinos D. Fernando III el Santo y el Sabio; D. Antonio Agustín lleva el acto aún más allá: al reinado de Alfonso X.

Algunas de estas opiniones discute el P. Berganza, dando, en lo que respecta al origen de los sellos, razo

↑ 1ste rex Adefonsus primo castellum in armis suis depinxit quanvis antiqui reges patres ipsius leonem depingere consueverant eo quod leo interpretatur rex vel est rex omnium bestiarum.-Luce Tudensis.-Escribía este autor en el siglo x

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