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prosiguieran las investigaciones honrando al comisionado con la presunción de que llegara á vencer las dificultades de la empresa '.

Siendo como es por demás intrincado el terreno de las tradiciones, que tienen generalmente un fondo de verdad, pero que por lo común también se desfiguran y transforman pasando de boca en boca; despojarlas de la ficción con que las embellece de continuo la poesía popular; mostrar desnudo el esqueleto de que proceden, parece acción meritoria de homenaje á la verdad, á los menos; los más ven con enojo la desaparición de los ropajes tan brillantes como engañadores, aunque no todos dejen de conocer las consecuencias del error á que conducen.

II.

La basílica de San Juan de Letrån en el Puerto de Santa Maria.-Fundación.-Objeto. -Existencia. Fin.-Imagen de Nuestra Señora del Rosario.-Translaciones.

El año de 1840, último en la existencia de un establecimiento fundado por la piedad y sostenido por la caridad mientras respondió al objeto benéfico del instituto, se buscaron en los archivos del departamento marítimo de Cádiz los datos que pudieran servir al conocimiento de lo que había sido, pareciendo entre ellos un

Real orden de 2 Enero 1886.-Apéndice núm. 17. 2 Apéndice núm. 13.

informe redactado el año 1786 con motivo de reclamación de los herederos de D. Luis Lorenzo Rodríguez, pretendiendo fundar cierta solemnidad.

El teniente vicario general del departamento, Doctor D. José de Villaverde y Rey, formuló con estos antecedentes un resumen que tituló Relación histórica de la fundación de la basílica de San Juan de Letrán en el Puerto de Santa María y demás correspondientes á ella. El manuscrito, firmado en Cádiz el 31 de Julio de 1846, llena nueve fojas de marca común en folio y se conserva original en el archivo del Ministerio de Marina.

Veinte años adelante apareció en El Departamento, diario de marina, ciencias, artes, literatura, industria é intereses locales, que se publicaba en San Fernando, una Reseña histórica de la sagrada y venerable imagen de Nuestra Señora del Rosario que llevó en su galera Capitana D. Juan de Austria á la batalla de Lepanto en 1571, y se reverencia como Titular y Patrona en la capilla parroquial castrense del Colegio Naval Militar, por F. de H. Ocupaba parte de los números 4, 5, 6 y 8 de Octubre de 1866, comprendiendo por consiguiente el de la fiesta de aniversario del triunfo de la armada cristiana.

El autor, Dr. D. Fernando de Hermosa de Santiago, primer capellán párroco castrense y profesor del mismo Colegio naval, sirviéndose, al parecer, de la relación primera del Dr. Villaverde, corrigiendo el desaliño del estilo, y continuando las noticias, reprodujo, cual se sabe, la incompleta historia de la basílica de San Juan de Letrán en el Puerto de Santa María.

De esta Reseña ampliada, como consta por nota ', son las referencias que en el tomo tercero de Disquisiciones náuticas, en la titulada Prácticas religiosas, se hacen de la basílica de San Juan de Letrán y de la imagen que en ella tuvo culto, aumentadas con documentos que ensanchan un tanto la historia del templo y del hospital. Hasta ahora no existen otras fuentes conocidas. Resumiéndolas en lo que importa al objeto presente no es larga la exposición.

Designado el Puerto de Santa María por invernadero de las galeras de España, el presbítero D. Diego de Ojeda fundó á sus expensas por los años de 1512 una capilla que sirviera de hospital á los míseros forzados, obra piadosa aprobada por la Santidad del Papa León X, en Bula expedida el 27 de Junio de 1514, por la que concedía al mismo tiempo la consagración y erección en basílica de la referida capilla, hermanándola con la de San Juan de Letrán de Roma en título, gracias y privilegios.

Los oficiales, marineros y soldados de las galeras acordaron en 1565 dar ensanche al pensamiento, instituyendo cofradía que atendiera también al alivio de los enfermos y decoroso enterramiento de los difuntos. Interesaron al Comendador Mayor de Castilla D. Luis de Requesens, teniente general de la mar, acudiendo con el importe de limosnas voluntarias á la instalación de una casa pegada á la ermita de Santa Lucía, que por de pronto hiciera servicio de hospital, separado del de la

En las páginas 225 y 247.

chusma, mientras que á costa de los cofrades se fabricaba un edificio de planta unido á la iglesia de San Juan.

En la visita que el príncipe generalísimo, D. Juan de Austria, hizo al invernadero de las galeras el año de 1568, hubo de dar su valioso apoyo al caritativo proyecto de los tripulantes ', pues alcanzó del Pontífice Pío V licencia para la institución de la cofradía con el título de Piedad y Caridad, por Bulas fechadas en 19 de Marzo de 1569 y en 27 de Enero de 1570.

Mientras se comenzaba la campaña de la Liga en Levante se continuaron las obras de construcción, de modo que, consagrada la capilla en 1571, año mismo de la batalla de Lepanto, se colocó en ella, al decir del señor Villaverde, la imagen de Nuestra Señora del Rosario, que se denominó también de la Victo ia por ser la misma que llevó en la galera el generalísimo al alcanzarla.

Es sensible en la presente ocasión que el señor teniente

Vander Hamen noticia en la Historia de D. Juan de Austria la visita del Príncipe al Puerto de Santa María en 1568; entonces reconoció el sitio y traza del muelle que fabricó el capitán Florío. El Dr. D. Teodomiro Ibáñez ha tenido la bondad de comunicar un documento de mayor crédito: en partida de bautismo que obra al folio 323 vuelto del libro de la parroquia, consta que el 23 de Junio de 1568 fué el Príncipe padrino de D. Francisco Manso de Andrade, hijo del gobernador Antonio Manso.

D. F. de Hermosa la nombra por error de la Santa Liga. Este fué el nombre de los cuatro hospitales que habían de erigirse en diversos puntos en conmemoración de la junta de las armas cristianas; la cofradía se tituló hasta su extinción de la Piedad y Caridad.

Vicario general no indicara el documento que le sirvió de fundamento al estampar la primera noticia de la imagen, si vió algún otro que el informe dicho. Para ser colocada en la capilla el año de 1571 era preciso que el Príncipe vencedor la remitiera desde la escuadra, en los meses que median de Octubre & Diciembre. Desde la instalación, hasta que tres siglos más tarde se trató de cambiarla de lugar, nada más dice de ella el Sr. Villaverde.

La reseña del Sr. Hermosa contiene datos no menos vagos: «Asegura la tradición más fundada, dice, que el piadosísimo don Juan llevaba en su nave ó galera capitana una bella imagen de la Virgen Santísima, donación de los venecianos, y á la presencia de esta efigie, y á la poderosa intercesión de su prototipo en el cielo, debióse tan milagroso triunfo.

>> El Príncipe invicto donó la peregrina imagen á la hermandad y basilica, y desde entonces se consideró como singular Patrona de la Marina española.

>> En virtud de varias soberanas disposiciones de los señores reyes D. Felipe II, D. Felipe III, D. Felipe IV y D. Felipe V, la antigua capilla lateranense tomó el título de Pontificia y real y la advocación de Nuestra Señora del Rosario y de la Victoria. »

El autor manifiesta que estas noticias, agregadas á la primera Memoria ó Relación histórica, proceden de notas y apuntes sueltos que había en la Secretaría del Colegio naval, sin firma ni autorización, y no apunta ocurrencia alguna desde 1571 á 1819, espacio largo de tiempo, en que la basílica pasó por muchas vicisitudes.

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