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misterios de la vida de Jesús, teniendo en los brazos al· Niño en actitud de esparcir rosas. Abajo invocan á la Virgen el fundador Santo Domingo y un Pontífice, simbolizando las excelencias de la oración distintos grupos. magistralmente colocados. Dos niños juegan con las cuentas de un rosario; dos jóvenes abrazadas lo presentan por escudo á un caballero que las amenaza; un anciano espirante implora con él el auxilio divino 1.

La idea material tenía no obstante partidarios fuera de la esfera del arte, ó los tuvo desde el siglo XVI, produciendo tipos que merecieron reprobación de los Pontífices. Consignase en los citados Anales de la Orden de Predicadores haber condenado el Papa Alejandro VII en 1564 una tabla titulada Seraphicum Rosarium, en que se representaba á San Francisco y á Santa Clara recibiendo el Rosario de manos de la Virgen María; que Inocencio XI mandó poner en 1683, á propuesta de la Sagrada Congregación del Índice, en el de libros prohibidos, una estampa grabada figurando dos Padres de la Compañía de Jesús en actitud de recibir también el uno un libro, el otro un rosario, con esta leyenda al pie: Deipara Virgo cum filio inspirat, commendatque Societate Jesu institutionem sodalitatum & officii, Rosariique· usum. Por fin, que Clemente XI corrigió otra manifestación semejante nombrada Sanctissimæ Trinitatis Ro

sarium.

En España no se han recogido noticias que consien

Aun en la imagen procesional de Santa Maria sopra Minerva, de Roma, se figuró el Rosario por una guirnalda de botones de rosas, explicándolo con la letra et circundabant eam flores rosarum.

tan apreciar la historia de las cofradías del Rosario con particularidad de sus imágenes; una autoridad en la historia eclesiástica opina, sin embargo, que los de esta advocación del Rosario, teniéndolo en la mano ya la Virgen, ya el Niño Jesús, ya Madre é Hijo, no se han conocido hasta después del siglo xv. Es probable que se introdujeran y generalizaran después de la institución de la festividad de la Virgen del Rosario en 1573 y á imitación de la imagen que la Archicofradía de Roma veneraba en Santa Maria sopra Minerva. Se diría que la impulsión se nota en suceso próximo narrado por uno de los capitanes de D. Juan de Austria enviado á la Goleta de Túnez, de este modo:

«Que oyó decir públicamente que los enemigos (turcos) habían echado una bala en la dicha Fuerza, y que se había abierto por medio en el aire; y en la una parte de ella estaba una imagen de Nuestra Señora del Rosario, estampada, la cual habían puesto con mucha veneración en un relicario de la iglesia, y queriéndolo ver este respondiente, fué á la iglesia de la dicha Fuerza, y los frailes y clérigos della le mostraron en un relicario una media bala, no muy grande, y parecía que estaba estampada la dicha imagen de Nuestra Señora, la cual le dijeron que era la que habían echado del campo de los enemigos, y se la mostraron con grande reverencia cantando el Te Deum laudamus '.»

El académico y catedrático Sr. D. Vicente de la Fuente. Archivo de Simancas. Se publicó la relación entera por apéndice de las Memorias del cautivo de la Goleta de Túnez, pág. 262, con epígrafe. «Lo que refiere el capitán Juan D'Orta acerca de la Goleta, á 23 de Agosto de 1574.»

Entre la gente mareante, muy devota en general de la Estrella del Mar, no existieron cofradías ni imágenes del Rosario, si se ha de juzgar por las relaciones y series de documentos conocidos, entre los que abundan las noticias de votos, romerías, invocaciones y fiestas en acción de gracias, á las advocaciones del Carmen, Guadalupe, Concepción, Monserrate, Buen Aire, Piedad, Angustins, Milagros, Caridad, Dolores, Consolación, Remedios, Soledad, Guía, Mar, Misericordia, Anunciada, Loreto, Victoria, Regla, Begoña, Iciar, Aranzazu. La única excepción encontrada en las colecciones de papeles de marina, desde el siglo xv al presente consiste en el que se titula ':

«Relación de la gente de mar de las siete galeras, y escudos que gozan, para el repartimiento de los 2.686 reales 10 maravedises consumidos en la fiesta que se hizo á Nuestra Señora del Rosario el día (en blanco) de Diciembre de 1730.>>

Las siete galeras Capitana, Patrona, Soledad, San Joseph, Santa Teresa, San Phelipe y San Jenaro componían la última escuadra que tuvo España de esta clase de embarcaciones definitivamente abolidas en 1748. El repartimiento, en que entraron capitanes, oficiales, cómitres, etc., en proporción al respectivo sueldo, está fechado en Cartagena á 12 de Diciembre del mismo año 1730, llevando al pie la siguiente nota:

«Los 11 reales y 28 maravedises que sobraron se dieron de limosna á la cofradía del Rosario.>>

1 Bibliot. del Minist. de Mar. Colecc. inéd. de Vargas Ponce.

No se expresa el motivo de la fiesta ni aparece rastro que sirva á descubrirlo. El año de 1730 se habían reunido numerosas fuerzas de mar y tierra en la costa desde Málaga á Barcelona, por instigación de la reina Isabel Farnesio que tenía puesta la mira en Italia, y es posible que la escuadra se asociara á un acto de generalidad. De cualquier modo no se innovaron con él las costumbres ó prácticas religiosas en la marina, por lo que dan á entender las ordenanzas.

Las recopiladas por D. José de los Ríos y Córdoba, con fecha 28 de Enero de 1722, establecen entre las obligaciones de los capellanes, respetando la costumbre antigua, celebrar la fiesta de la Concepción el 21 de Diciembre. En las especiales de capellanes de marina que se publicaron el año de 1761 se encarga que exhorten á las tripulaciones á la devoción del Santísimo Rosario, pues así lo ordena el Rey en el titulo I de la Politica, art. 41.

En la Instrucción de 1764 se repite el anterior mandato, haciendo el de que «no permitan más demandas en los pagamentos que por las Ánimas y por la Virgen del Carmen y Santa Bárbara, patronas de los navegantes.»

Con estos antecedentes es de comparar la aserción de algunos escritores de la orden de Predicadores ó de la devoción del Rosario, al consignar que unidas en Mesina las escuadras de la Liga el año 1571, llevó el Legado del Papa rosarios en suficiente número para que cada sol

♦ Bibliot. del Minist. de Mar., Colecc. inéd. de Vargas Ponce, Ley 10. Indiferente.

dado tuviese el suyo. Uno de esos escritores dice que «desde que se dió la señal de ponerse en marcha (el 7 de Octubre) los dichos soldados se pusieron todos de rodillas, colgaron á sus cuellos sus rosarios como señal de aligación en la batalla, y no se pusieron de pie hasta el momento en que las dos flotas se juntaron».

Vander Hammen refiere que lo que distribuyó monseñor Odescalchí en aquella ocasión, eran Agnus Dei de cera. En éste y otros particulares parece mejor informado que el autor de la verdadera honda de David.

VI.

Crítica de la tradición.-Otras tradiciones que la contradicen. Cómo se celebró el triunfo de Lepanto.-Nuestra Señora del Rosario no ha sido nunca patrona de la marina española.

Sería caso raro que llevando D. Juan de Austria la imagen tradicional en su galera omitieran la circunstancia tantas relaciones como van citadas, comprendiendo

1 Martínez y Sanz.

El Agnus Dei es un sello de cera mezclada con bálsamo y aceite consagrado, que los Papas bendicen el primer año de cada septenario de su pontificado. La ceremonia se verifica con gran solemnidad con asistencia de cuatro Cardenales. El sello tiene estampado un cordero echado sobre un libro y teniendo una bandera con el signo de la cruz, con la leyenda alrededor AGNUS DEI QUI TOLLIS PECATA MUNDI, MISER RE NOBIS. Las ceremonias de la consagración y las virtudes están descritas por Hector Spínola en el opúsculo titulado Il significatione et beneditione con la virtu de gli Agnus Dei.-Roma, 1576.

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