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sobre los generosos esfuerzos de Vuestra Majestad y de los representantes de la nacion, para que precaviendose todo motivo de inquietudes y de agitaciones, y reunidos los Españoles todos á un centro comun, cual es la Constitucion y el Trono Constitucional, se consoliden este y aquella de una vez para siempre por la mas feliz concordia, y con ella, la felicidad de nuestra adorada Patria, y la de Vuestra Majestad que son una misma !

N° XLII.

1. Mensage del Rey á las Cortes sobre las últimas ocurrencias de Cadiz.

A LAS CORTES.

Con la mayor amargura de mi corazon he sabido las últimas ocurrencias de Cadiz, donde sopretexto de amor á la Constitucion se ha hollado esta, desconociendose las facultades que la misma me concede. He mandado á mis Secretarios del Despacho que presenten á las Cortes la noticia de tan desagradable acontecimiento, en la íntima confianza de que, penetradas de él, cooperarán enérgicamente con mi Gobierno á que se conserven ilesas, así como las libertades patrias, las prerogativas de la Corona que son una de sus garantías. Mis deseos son los mismos que los de las Cortes, á saber, la observancia y la consolidacion del sistema Constitucional; pero las Cortes conocen, que tan opuestas son á él las infracciones que pudieran cometer los Ministros contra los derechos de la nacion, como las demasías de los que atentan contra los que la Constitucion asegura al Trono. Yo espero, que en esta solemne ocasion las Cortes darán á nuestra Patria y á la Europa, un nuevo testimonio de la cordura que constantemente las ha distinguido; y que aprovecharán la oportunidad que se les presenta, para contribuir á consolidar, del modo mas estable, la Constitucion de la Monarquía, cuyas ventajas no pueden esperimentarse, y aun estarían espuestas á perderse, si no se contienen al nacer los males que empezamos á sentir. FERNANDO.

San Lorenzo, 25 de Noviembre de 1821.

2. Contestacion de las Cortes al anterior Mensage.

SEÑOR,

Las Cortes Estraordinarias, al paso que han recibido con el mayor aprecio la nueva prueba de confianza que Vuestra Majestad se ha dignado

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darles en su Mensage de 25 del presente, han visto con sumo pesar el motivo que le produce. No se equivoca Vuestra Majestad en el concepto que tiene formado de los sentimientos de los representantes de la nacion. Las Cortes, que nunca podrán menos de desaprobar altamente cualquiera insubordinacion ó esceso contra el órden público, cualquiera falta de respeto á las leyes, están dispuestas, como siempre, á cooperar con todo el lleno de sus facultades constitucionales, para que ni las libertades de la nacion, ni la autoridad legítima de Vuestra Majestad sufran el mas leve menoscabo, íntimamente persuadidas de que, sin la conservacion de estos sagrados objetos, no puede haber Constitucion en España, ni tener la debida seguridad y garantía los derechos de los Españoles, si no la tienen igualmente las prerogativas que la misma Ley fundamental señala al Gobierno. Las Cortes, pues, renovando á Vuestra Majestad, con este motivo, sus inalterables sentimientos de lealtad al Trono y de amor á vuestra augusta Persona, van desde luego á tomar en la mas seria consideracion, cuanto Vuestra Majestad se ha servido manifestarles; y esperan dar á Vuestra Majestad y á toda la nacion un nuevo testimonio, de que nada omitirán para consolidar el régimen Constitucional, que es inseparable del órden y de la rigurosa observancia de las leyes.

Madrid, 26 de Noviembre de 1821.

3. Representacion dirigida al Soberano Congreso Nacional con fecha 17 de Diciembre de 1821, por las Autoridades de la Ciudad de Sevilla.

AL SOBERANO CONGRESO NACIONAL.

El estado de agitacion y de alarma en que se halla este Pueblo, desde que tuvo noticia de la resolucion de las Cortes sobre el Mensage del Rey acerca de las ocurrencias de Cadiz, ha obligado á las autoridades que suscriben, reunidas á invitacion del mismo Pueblo, á dirigir á Su Majestad la esposicion que manifiesta la adjunta copia. Las autoridades reunidas se abstienen de hacer reflexiones sobre las ocurrencias de la efervescencia de este Pueblo que ha llegado á aprender, que las disposiciones de los actuales ministros no son las mas conformes con lo que exige la conservacion de nuestro sistema constitucional; la prevision y sabiduría de las Cortes las calcularán con mas exactitud. Pero lo que no puede menos de manifestar al augusto Congreso, como negocio de la mayor gravedad y transcendencia, es, que esta capital y su benemérita guarnicion han visto con el mayor sentimiento declarados el Gefe Político y Comandante Ge

neral de esta Provincia inobedientes al Gobierno, sin haber tenido presentes, al hacer esta terrible declaracion, las causales de esta desobediencia, y los documentos en que la fundaron estas autoridades, representando á Su Majestad y Diputacion permanente de Cortes, unidas al Pueblo Sevillano, su Ayuntamiento Constitucional y Diputacion de Provincia, contra la conducta del actual ministerio. Las Cortes habrán procedido sin duda en este negocio, del modo mas justificado para mantener ilesas las libertades públicas, y las prerogativas del Trono, y calmar al mismo tiempo la agitacion que se había manifestado en varias provincias de esta Monarquía; pero la esperiencia ha acreditado aquí, que no solo no se han conseguido tan laudables objetos, fallando decididamente en este negocio contra el Pueblo, sino que los clamores de este pudieran comprometer de un modo muy serio estas mismas prerogativas Reales y libertades públicas, si las Cortes, en vista del resultado de su resolucion, no volviesen á entender de nuevo en este asunto, haciendose cargo al mismo tiempo de la conducta del ministerio, y teniendo presentes las causas que han ocasionado en esta capital su resistencia á las órdenes emanadas de él, y pesando escrupulosamente en la balanza política si era mas conveniente, que por salvar las apariencias al decoro del Trono, comprometido ya estraordinariamente por los deaciertos de los ministros, se comprometa la tranquilidad de la Nacion en una guerra civil, que sería probablemente el término á que nos conducirían los resultados de esta lucha, entre los Pueblos y siete Ministros que han perdido ya la confianza pública. Las autoridades esperan de la prudencia y justificacion del Congreso la calma apetecida de esta provincia, en inteligencia de que por mas deseos que tengan los actuales Gefe Político y Comandante General de dejar sus respectivos mandos, no se podrá conseguir esto sin comprometer la tranquilidad de esta ciudad y su provincia, si las personas que deben reemplazarlos no son nombrados por otro ministerio que merezca la opinion de que no goza ya el actual.

Ramon Luis Escovedo. Francisco Antonio Comat, Intendente.

Justo Garcia de la Mata, Alcalde 1°. Mariano Breson. El Comandante del 2o Batallon de Voluntarios Nacionales, Antonio Perez Duran. El Teniente Coronel de Farnesio, Manuel Rosio. José Antonio de Agreda. José María Osorio, Regidor. Síndico segundo, Antonio Ruiz Bustamante. Antonio María Casano, Comandante del 3° Escuadron de Artillería. El Comandante de Voluntarios Nacionales de Caballería, Pedro de Torres. El Procurador Síndico primero, Manuel de Asme. Francisco Nicolas de la Barrisa. García de Porras, Regidor. Regidor,

Zacarías Mongas. Contador principal de la provincia, Diego Valdés. El Gefe de Escuela de Artillería, José Andrés. Regidor, Carlos Mendoza. Rafael Chinchon, Síndico. El segundo Comandante de Cataluña por ausencia del primero, Evaristo Rodriguez de Calleja. El Comandante General, Manuel Velasco. El Teniente Coronel, Rafael Montes. El Comandante del Tren de Artillería Nacional, Manuel de la Rosa. Gabriel Campelo, Síndico. Comisionado por el Pueblo, Ramon de Rosas. El Comandante, Ramon Ulerned. Regidor, José Pares. Como Consul del Consulado, Manuel de Eschevarría. El Prior del Consulado Nacional de Comercio, Vicente de Torres y Andueza. Regidor, Domingo Buch. Alcalde Constitucional, 2° Antonio Fabre. El Primer Comandante del batallon ligero de la Constitucion, Ramon María de Labu. José María de Sendella, Regidor. Como Consul del Consulado Nacional, Celedonio Alonso. El Secretario del Ayuntamiento Constitucional, José Lopez Rubio.

Sevilla, 17 de Diciembre de 1821.

4. Representacion dirigida á Su Majestad con fecha 17 de Diciembre de 1821, por las autoridades, tropa y habitantes de la Ciudad de Sevilla.

SEÑOR,

Las Autoridades de esta Capital han tenido otra vez que reunirse, para tratar del grande objeto de la salvacion de la Patria. Las estraordinarias ocurrencias no pueden medirse por las reglas comunes, así como nada es mas fácil que hacer valer todo el poder de las leyes, cuando estan los Pueblos en calma y como adormecidos en la idea de su libertad. Una nueva agitacion pública, anunciada con los síntomas mas funestos, acaba de demostrar que los habitantes de Sevilla no estan dispuestos á recibir al Comandante General y Gefe Superior Político nombrados para suceder á los que actualmente desempeñan estos destinos. Creyendo su seguridad comprometida en la venida de estas personas, enviadas por un ministerio que, por tantos pasos impolíticos y anticonstitucionales, ha perdido la confianza, no ha temido levantar su grito, declarando estar resueltos á morir mil veces, antes que prestar su obediencia á unos Gefes ominosos, enviados en circunstancias sospechosas, y resentidos, sin duda, de los sucesos pasados. Tal ha sido el clamor general desde que se traslucieron las órdenes últi

mamente comunicadas, para llevar á efecto la exoneracion de las autoridades superiores militar y política de esta provincia; consiguiente á la declaracion de las Cortes, publicada en la Gaceta estraordinaria del 12 de este mes, graduandose la efervescencia á proporcion que se disminuía la esperanza de conservar en su seno á los dignos Gefes Don Manuel Velasco y Don Ramon Luis Escovedo.

Con efecto, Señor, estos funcionarios manifestaron desde luego estar prontos y decididos á entregar inmediatamente sus mandos, dando así un solemne testimonio de la veneracion y respeto con que miran las Soberanas determinaciones, y esta misma decision han ratificado en presencia de las autoridades reunidas. Pero ¿cómo conciliar esta justa obediencia con el pronunciamiento del Pueblo y sus alarmas amenazantes? Cómo esponer la capital á los desórdenes de multitud de hombres inflamados, que creen un deber suyo resistir con la fuerza lo que las mismas autoridades tratan de obedecer? Será Sevilla el primer suelo que se manche con sangre Española, y donde se ofrezca el primer ejemplo de la violacion mas escandalosa de todos los derechos sociales? Se eclipsarán aquí, por primera vez, las glorias de nuestra heróica revolucion? Señor, las personas del nuevo Comandante General, y Gefe Superior Político peligran sí vienen á esta ciudad. Las Autoridades reunidas no responden de un atropellamiento que se está anunciando con el mayor ahinco. El decoro debido á su caracter, el respeto á la investidura con que vienen, la seguridad personal que debe inspirarles la Ley fundamental bajo que vienen, todo lo aventuran poniendo á la Patria en uno de los mayores conflictos. Porque sucedida una sangrienta catástrofe, ¿que ideas formarán de nuestro estado político los estrangeros interesados en desacreditar nuestra marcha, y presentarnos á los ojos de la Europa como un país envuelto en la anarquía? Qué armas no daremos á los enemigos internos, que aun por desgracia abriga la nacion, para que combatan un sistema de Gobierno, que si no autoriza, presenta escenas que no se vieron en la época del despotismo? Los mismos amantes de la libertad temblarán sobrecojidos al considerarse espuestos á iguales invasiones.

Estos males, Señor, que acaso serían los preludios de una guerra civil, ó una agresion estranjera, son los que tienen á la vista las Autoridades, reunidas al tiempo de dirigir á Vuestra Majestad esta esposicion respetuosa. La conveniencia pública, formada por una reunion de circunstancias imprevistas, exige que Don Tomas Moreno Daoiz, y Don Joaquin Albitur sean destinados á otras provincias. En ellas podrán hacer servicios muy importantes, al paso que en esta causan mucho mal, porque entran con violencia, y no gozan la confianza de los gobernados. Las

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