No hay obra permanente, porque las obras de los tiempos de reenquiciamiento y remolde son por esencia mudables e inquietas; no hay caminos constantes; vislúmbranse apenas los altares nuevos, grandes y abiertos como bosques. De todas partes solicitan... Revista de Cuba: periodico mensual de ciencias, derecho, literatura y bellas ... - Página 347 1883 Vista completa -
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