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signar aqui la opinion de Mr. Trone de Contu-valece en las tierras altas, fuertes y secas, y
re sobre las variedades de la caña dulce. Dice en las montañas. Le aprovechan mucho las
asi dicho señor.
lluvias abundantes, y la sequedad le es muy
«Aunque á primera vista parece que en la contraria: comienza á perecer á los trece, ca-
caña no hay diferencias, el estudio y la ob-torce ó quince meses; presenta maduros de
servacion clara y profunda de esta planta ha veinte à treinta cañutos pequeños, poco hin-
hecho conocer evidentemente las modificacio-chados, algunas veces derechos y cortos de
nes que ha tenido, las diferencias que presen-1 á 2 pulgadas de largo, de un color amarillo
ta, tanto en sí misma como en el producto de cetrino, y es muy sensible à las influencias
sus funciones, se distinguen claramente, no del otoño. Su jugo es poco abundante, pero da
tan solo en las diversas colonias en que la mucho azúcar y de buena calidad: algunas ve-
cultivan, sino tambien en los diversos terrenos ces produce gran porcion de una materia ja-
de cada colonia. Runfio reduce à tres las va-bonosa estractiva, que hace dificil la diseca-
riedades de la caña que ha visto en la India y cion, y se opone á là estraccion del azúcar:
todas las toma del color. Los chinos han co-esta materia es mas abundante y dañosa des-
nocido las diferencias de esta planta, y segun pues de los calores de junio y julio.
dicho autor, distinguen dos especies de caña: «La caña de constitucion delicada y buena
á la primera llaman tacsio, é incluyen en ella prevalece en las tierras llanas y en las altas,
todas las que tienen la corteza delgada; á la con tal que sean muy lijeras: las lluvias muy
segunda dan el nombre de gamsio, y compren-abundantes la hacen de mala calidad, y la de-
de todas las que tienen la corteza gruesa. masiada sequedad la mata. Su cosecha se ha-
«Por las observaciones que en las colonias ce á los doce, trece y catorce meses; presenta
de América, relativamente á las modificacio-maduros de veinte á treinta cañutos, los cua-
nes que esperimenta la caña, asi del clima, les, segun las circunstancias, son pequeños,
del terreno y del cultivo, como de las influen-gruesos, de 3 à 4 pulgadas de largo, poco hin-
cias de las estaciones, del agua, de la seque-chados, frecuentemente derechos, y algunas
dad, del aire, de la luz y del sol, puede distin-veces encorvados. Su color es naranjado, y
guirse esta planta en caña de constitucion unos rayos de color rojo, un poco oscuro,
fuerte y caña de constitucion delicada, notan- anuncian frecuentemente la época de su
do tambien en estas dos categorías gradacio- muerte.
nes particulares que forman otras tantas sub- «El jugo de esta variedad de caña, es muy
divisiones, á las cuales daré los nombres de abundante y de fácil depuracion. En la prima-
caña de constitucion fuerte en primero, se- vera da mucho azúcar, de no difícil estrac-
gundo y tercer grado: caña de constitucion de-cion. Este azúcar es hermoso y de buena ca-
licada y buena, y caña de constitucion delica-lidad, y tiene un lijero color de bálsamo. En
da y mala.

«La caña de constitucion fuerte en primer grado, solo prevalece en tierras llanas, francas y húmedas. Es la mas vigorosa de todas, se eleva hasta doce pies, y sus cañutos son muy gruesos é hinchados; nunca tienen mas de 2 ó 3 pulgadas de largo; su color es amarillo cetrino. Esta caña vive en América hasta diez y ocho ó veinte meses, en cuya época presenta maduros de cuarenta á cuarenta y cinco cañutos. Es muy suculenta, y en jugo da mucho azúcar, de escelente calidad y de fácil estrac

cion.

el otoño da muy poco azúcar, que no se puede
estraer sino por medio de un fuego moderado,
y aun en este caso, conserva un olor parecido
al del pan recien sacado del horno.

«La caña de constitucion delicada y mala, prevalece en las tierras cascajosas, y en las que se cultivan por primera vez y son muy húmedas: la sequedad le aprovecha, y la abundancia de lluvia le daña, á lo menos para la elaboracion de la materia azucarada. Ofrece maduros de treinta á cuarenta cañutos, gruesos de 4 á 5 pulgadas de largo, rara vez hinchados, y casi siempre derechos. Su color es «La caña de constitucion fuerte en segundo amarillo pálido, tirando á veces á verde, y cogrado, tiene los mismos caractéres que la pre-mienza á perecer á los quince, diez y seis y cedente, pero no tan perceptibles. Prevalece diez y siete meses. Su jugo es frecuentemente en las tierras llanas que sou un poco fuertes, y muy abundante y siempre de fácil depuracion. que se dividen fácilmente con la labor: perece En la primavera, despues de una larga sequeá los quince ó diez y seis meses, y no tiene dad, produce mucha sal esencial, de fácil esmaduros mas que treinta y cinco cañutos, cu-traccion y muy hermosa. yo color es de un amarillo de ámbar. Esta ca- Despues de haber llovido mucho, partiña es algo sensible á las influencias de las es- cularmente en otoño, el jugo es escaso; contaciones; su jugo es muy abundante, y se se- tiene una porcion mas ó menos abundante, de ca con mucha facilidad: da mucho azúcar y de un cuerpo mucoso, que no ha podido llegar buena calidad, cuya estraccion es fácil en to- al estado de azúcar, y que hace muy difícil la do tiempo, y conserva un olor lijero de caña.estraccion del que contiene, sobre todo, cuan«La caña de constitucion fuerte de tercer do no lo cuecen con el mayor cuidado; este grado, tiene los mismos caractéres que las azúcar conserva siempre el olor del pan cuan→ dos precedentes, pero menos perceptibles. Pre-do lo sacan del horno,

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Estas dos especies de cañas están algunas veces torcidas, el aire las deja caer fácilmente, y cuando están echadas en la tierra, los puutilos que despues haremos notar, tienen en la superficie de los nudos, se desenvuelven y forman raices.

Por estas consideraciones se ve cuánto importa al cultivador conocer bien la caña, y la tendencia de sus funciones comunes y particulares, à fin de que pueda usar como un instrumento de los diversos agentes de la vegetacion y madurez, para dirigir y ayudar con igual conveniencia su accion, asi sobre la cana dulce, como sobre la caña azucarada.

Las diferencias que Trone establece entre las cañas de azúcar, nos parece que dependen del terreno en que se crian, y del estado del aire y circunstancias del cultivo. El labrador inteligente se puede aprovechar de ellas, sin esperar de todos los mismos productos. Y á la verdad no se encuentra en ellas mas que una variedad de colores, y que no caracterizan de esenciales estas diferencias. Creemos que las plantas de caña de constitucion delicada y buena, cogidas en una tierra lijera, producirán cañas de constitucion fuerte en primer grado, puestas en tierra franca y húmeda, y vice

versa.»

Anudando ahora el hilo de nuestra interrumpida narracion, continuaremos diciendo, que se ha querido suponer que la caña tempranera, era mas susceptible de naturalizarse con mas facilidad que la especie ordinaria, en un clima menos cálido; pero la esperiencia no ha justificado nunca tales promesas, hechas en diferentes épocas, y por una multitud de hombres especiales, interesados en el progreso de la agricultura.

las islas Molucas, óá la otra parte del Ganges, al Asia, que particularmente se creyó un tiempo fuese su patria. Asi, pues, casi en ninguna parte de Europa, salvo nuestras costas meridionales, es posible cultivar dicha planta, como no sea como planta de recreo, entre cristales o invernaderos. La caña dulce es á la verdad en ellos uno de sus mas magníficos ornatos, y crece magestuosamente, desde 10 hasta 15 y mas pies de alto.

Una vez sentadas estas nociones generales, vamos á entrar en materia dando las esplicaciones que mas indispensables nos parecen, para el exacto conocimiento del interesante vegetal que nos ocupa: sus caractéres botánicos y su vegetacion, los tomamos de Mr. Trone de la Conture.

Caractéres botánicos de la caña dulce.

«Es originaria de la India, y no del Nuevo Mundo como algunos han creido y aun escrito. Aunque en el Nuevo Mundo florece, los órganos de la fructificacion están alli privados de algunas condiciones esenciales para la fecundacion del gérmen, que por lo tanto es estéril: su reproduccion se hace por estacas, y de este modo se multiplican prodigiosamente. La temperatura de la zona tórrida es la que mas le conviene; pero se puede estender á las templadas hasta los 40o de latitud, y aun mas allá. Considerada esclusivamente como planta se desarrolla en cinco ó seis meses, y florece por noviembre ó diciembre. Cuando la flor inuere, muere la planta, cuya existencia es mas o menos larga si no florece.

«La caña dulce tiene tres jugos diferentes; uno puramente acuoso, otro estractivo y mucoso el tercero. La proporcion y calidad de estos dos últimos, depende de una multitud de circunstancias particulares, cuyo conocimiento ilustra mucho sobre los cuidados que el cultivo exige. Compónese ella, como todas las demas cañas, de muchas secciones ó cañutos.

Pero si la razon aconseja que se abandone el cultivo en grande de la caña de azúcar, tanto en Francia como en Italia, y aun en la mayor parte de nuestras provincias, resta á los aficionados de dichos paises el recurso de hacer tentativa para modificar tal vez un tanto su constitucion; empresa, sin embargo, no muy «Cada seccion, señalada esteriormente por fácil, puesto que la caña se ha encontrado un cordou, se llama nudo ó cañuto: cada casiempre la misma en los varios puntos donde ñuto tiene un nudo de dos ó tres líneas de esse ha creido haber descubierto que crecia es- pesor, con unos puntitos particulares dispuespontáneamente, y puesto que su cultivo, (¡co-tos en triángulos, y formando dos ó tres órdesa admirable!) tan antiguo y tan general, no ha producido mas que tres especies, todas tres inferiores á su tipo, marcha enteramente opuesta á la de todos los vegetales, que el cultivo perfecciona en muchas especies. La caña de azúcar, por el contrario, es la misma en todos los paises, cuando se cultiva en un suelo profundo y de primera calidad, y al grado de calor que necesita para cumplir naturalmente y sin esfuerzos todos los períodos de su existencia. La caña dulce, repetimos, se ha encontrado siempre idéntica, ora sea natural del pais donde se cultiva, ora se haya llevado á Madagascar, á las costas de Coromandel, a Ceilan, á Bengala, á Siam, al Japon, á Java, á

nes, de los cuales salen las raices. Se ve en este nudo un boton algo mas grueso que una lenteja, y terminado en punta, el cual contiene el germen de una caña nueva. A este mismo nudo sigue un entrenudo, cuya estension es desde una hasta 6 pulgadas, y está terminado por una hoja que se estiende á veces hasta 4 pies. Esta hoja se divide en dos partes por una nudosidad particular. La parte inferior, que nunca tiene mas de un pie de longitud, envuelve el tallo que le sirve de silicua. La sustancia esterior se compone de vasos leñosos muy apretados, y lo interno de vasos undulosos, cuya disposicion es tal, que presentan otras tantas capas horizontales, sostenidas á

iguales distancias por otros vasos leñosos que atraviesan por entre ellos. Las cavidades de estos vasos hexágonos, como los alveolos de las abejas, y sin comunicacion entre sí, contienen el jugo azucarado.

La caña es originaria de las Indias Orientales. Desde la antigüedad mas remota conocieron los chinos el arte de cultivarla y el de estraer su jugo: de esta industria se tuvo noticia en Europa dos mil años antes que en ella fuese introducida la planta.

La caña pasó á la Arabia á fines del siglo XIII, cultivóse primero en la Arabia Feliz, y de alli pasó á Nubia, al Egipto y á Etiopía. Segun Juan Leoni, ya en 1500 se cultiva

«Los vasos leñosos se dividen tambien á diversas distancias en dos partes, de las cuales se desvia una en direccion vertical, conservando la otra la horizontal. Estas últimas forman una especie de tabique, y vienen á reunirse en un bacecillo, que rompiendo la corteza, apa-ba la caña en Nubia, en Egipto y en Marruerece en forma del boton que hemos indicado cos, y era considerable el comercio de azúcar en la superficie del nudo, propiamente dicho. que se hacia en dichos paises. «El número de secciones ó cañutos de la caña, llega algunas veces à ochenta.

«Su cepa ó tronco se compone tambien de secciones, como el tallo, su longitud es de 6 á 8 pulgadas, corva y terminada en punta à manera de huso. De ella salen las raices que son muchas, cilíndricas, de 8 à 10 pulgadas de largo á lo mas, y de una línea de diámetro poco mas o menos.

«El tallo, en el tiempo de la cosecha, se divide en dos partes: la una despojada de hojas y en la cual se contiene ya formado el azúcar, tiene á veces hasta cincuenta cañutos, y la otra, á que se da el nombre de cabeza de caño ó cogollo, formada tambien de cañutos de varios tamaños, y cuyas hojas verdes, en número de doce á quince, se elevan en dos planos opuestos y en forma de abanico.

«De esta cabeza, despues de haberle quitado las hojas, se forma el varejon ó estaca, de un pie de longitud aproximadamente, el cual sirve para la plantacion, como despues

veremos.

«Por último, las raices sonr astreras, fibrosas y nudosas, y los tallos articulados, lisos y relucientes.

«El cogollo se termina en una particula compuesta de muchas y delgadas ramificaciones que llevan multitud de florecillas blancas y sedosas.»

Su historia.

A fines del siglo XIV pasó ella á Siria, á Chipre y á Sicilia. El azúcar que en todos los puntos mencionados se elaboraba, era grasiento y negro.

En 1442 hizo don Enrique, regente de Portugal, que desde Sicilia se introdujese en la isla de Madera, que él acababa de descubrir. Tambien por el mismo tiempo se introdujo en Canarias (1). En ambas partes se cultivó con gran éxito, particularmente en Madera, que era donde el azúcar se elaboraba mejor; pero esta propiedad no debió de ser duradera, puesto que ya en 1767 no quedaba en dicha ciudad mas que un ingenio.

Los portugueses fueron tambien los que la introdujeron en la isla de Santo Tomas, donde en 1520 habia setenta ingenios.

En Provenza se hicieron algunas tentativas que no tuvieron éxito por efecto de su temperatura en invierno (2). Tambien se ha cultivado en España (3), donde aun hay, como asi mismo en Sicilia y en Madera algunos ingenios.

En nuestras antiguas posesiones de América se introdujo poco despues del descubrimiento de Cristóbal Colon. Pedro Atienza la llevó á la Isla Española, hoy Santo Domin go (4). Tal es la via que la caña de azúcar recorriera para introducirse en todas las partes del mundo.

De su cultivo (en España.)

La caña dulce requiere terrenos cálidos ó templados; es muy delicada y teme mucho el frio: gústale la tierra jugosa y de buena calidad porque necesita mucho alimento; pero un

De tal manera está trazada la historia de la caña dulce con la del azúcar, que dificilmente podríamos hablar de la una sin referirnos á la otra. Sin embargo, es de tal importancia la planta que en este momento llama nuestra atencion, interesa de tal manera ála agricultu(1) El irlandés Dillon dice, no sabemos con qué ra, la industria y el comercio, que no podría- motivo, que la caña dulce se trasladó desde Málaga á mos pasar silenciosos sobre sus antecedentes Canarias y desde Canarias á Santo Domingo. (2) No está aun bien analizado si la caña dulce, y progresos, aun que no sea mas que para dar criada en paises poco cálidos, carece absolutamente una sucinta idea las nociones mas precisas para de sal esencial ó azúcar, y contiene solo melaza. Lo conocerlijeramente el origen de un articulo que que los esperimentos hechos han bastado para recierto es que Deyeux no ha podido cristalizarla, y bajo tantos conceptos afecta de una estremi-traer á los labradores de dichos paises de nuevas prodad á otra todos los paises del mundo conocido. Procuraremos ser lacónicos, en cuanto sea posible, y al efecto estractaremos el articulo con que el señor Alvarez Guerra reemplaza en su traduccion la omision del abate Rozier en materia de tanta importancia.

baturas.

introdujo, aunque es probable que la debamos á los
(3) No sabemos cómo ni cuando, ni por quién se
árabes. Nos reservamos un párrafo especial para el
cultivo de la caña dulce en nuestro país.
asegurar que Atienza llevó á Santo Domingo la caña
(4) Ignoramos las razones que tenga Trone para

dulce.

terreno lijero, estando bien preparado y ester- que esta industria agrícola ha ido sucesiva-
colado, mejora la calidad del fruto, aunque mente de menos á menos hasta llegar al triste
éste no sea tan abundante como cuando el estado de postracion casi completa en que hoy
plantio se hace en tierras de huerta, abonadas se encuentra. ¿Y cómo es cierto, sin embargo,
con mantillo. Prepárase la tierra dándole un que durante la dominacion de los árabes, du-
par de rejas, cruzadas, en otoño, estercolán- rante siglos, floreciera y progresara la misma
dola por noviembre y dándole despues hasta industria, en los mismos terrenos, probable-
otras cuatro vueltas, siempre en direccion mente con menos agua y positivamente no
opuesta, y dividiendo el tiempo de manera que contando con tantos elementos económicos
la última se dé à principios de marzo. Prepa- | como hoy tenemos á nuestra disposicion? A no
rado asi el terreno abren los surcos con arado dudarlo, pues que á la tierra no se la pedia mas
de anchas orejeras y á distancia de una vara que lo que podia dar, porque entonces no se
uno de otro, procurando que sean como de una habia generalizado aun la mania de alterar la
cuarta de profundidad sobre media varade an- marcha regular de las cosas, la idea de preci-
cho en el fondo.
pitar de aguijonear el paso mas o menos lento,
Una vez concluidas las operaciones prepa-mas ó menos rápido que la naturaleza marcó
ratorias, procédese á la plantacion, que debe-á cada cosa de por sí; porque no se queria, en
rá empezar á mediados de marzo, poco mas ó fin, abrazarlo todo de una vez.
menos, segun se presente el tiempo. Al efecto No pretendemos por esto, ni mucho menos
se sacan las plantas de la almaciga ó semillero que la manía, que la idea á que aludimos sea
que despues describiremos, se llevan al para- vituperable; todo lo contrario: solo queremos
ge en que deben plantarse (habiendo antes que no se realice, que no se pretenda que el
tomado la precaucion de humedecer el terre-buey ande tanto como el caballo, que la tierra
no) y se recorta la parte superior del vástago,
procurando que quede el pie como cosa de una
cuarta de largo. Hecho esto vánse colocando
los nuevos por hileras de á cuatro á lo ancho
del surco, quedando la distancia de un palmo
de hilera á hilera, y regándolas sucesivamente
á medida que se van plantando á fin de que se
siente la tierra.

Otras veces, sin haber antes humedecido el
terreno, se van plantando las hileras, á las mis-
mas distancias, introduciendo los tallos á cua-
tro dedos de profundidad; los dos de los cos-
tados tocando las paredes del surco, y los
otros dos á distancias proporcionadas, á fin de
que las cuatro guarden una misma entre sí.
De este modo se continúa la operacion hasta
que concluido de plantar todo el surco se le
ilena de agua.

Otros, en fin, hacen esta operacion tendien-
do simplemente las plantas á lo largo del sur-
co y cubriéndolas de tierra, en cuyo caso pue-
den aprovecharse los tallos delgados que para
otra cosa no sirven. El primero de los tres mé-
todos es el mas usitado y el que algunos en-
tendidos autores aconsejan, como nosotros
aconsejamos que se siga, si bien diferimos en
la distancia que deben ocupar las plantas.

La caña, ya lo hemos dicho, requiere un
terreno jugoso, porque necesita y chupa de la
tierra cantidad bastante de sustancia. ¿Cómo,
pues, cualquiera que sea la fertilidad del ter-
reno, podrá suficientemente mantener el nú-
mero de raices que se recarga haciendo la plan-
tacion á las distancias mencionadas? En tal
caso, por mas que se diga, ni la calidad del
fruto puede ser superior, ni muy abundante su
cantidad. Cierto que tal ha sido el sistema que
en España se siguiera cuando en las provincias
de Valencia y de Granada se esplotaba la caña
dulce mucho mas en grande que lo que hoy
se hace; pero ¿cuáles han sido los resultados?
410 BIBLIOTECA POPULAR.

floja produzca los mismos articulos y en tanta
abundancia como la tierra fuerte; en una pa-
labra, que no se quiera hacer que el olmo pro-
duzca peras.

Asi, para el plantio de un cañaveral acon-
sejamos que, siguiendo el sistema á que hemos
dado la preferencia, se hagan los surcos á la
mencionada distancia; pero que las de las hi-
leras sea un poco mayor.

Los plantios de caña dulce sin sujetarse á
ningun sistema periódico, se regarán siempre
y cuando sea necesario, procurando hacerlo
á tiempo oportuno para evitar que se pierda
el jugo.

Una vez nacida la caña so dará una mano
de caba, cuidando no tocar á las raices, y esta
operacion, alternando con los riegos, se irá
sucesivamente repitiendo á medida que la
planta crece: llegando ella á la altura de media
vara se da en los surcos una vuelta de arado
y se les abona con estiercol podrido, ó con
polvo de los caminos, si es posible. Los pies
de las plantas se van apoleando con la tierra
que sale del interior del surco, de manera que
repitiendo esta maniobra dos ó tres veces,
cuando ya no se pueda arar, porque las hojas
de las cañas lo impiden, se habrán formado ca-
ballones de media vara de altos, en cuyo caso,
no siendo posible ya el riego directo, se intro-
ducirá el agua en la especie de zanja que entre
fila y fila de cañas debe haber resultado. Al
efecto se toman las disposiciones y se hacen
las convenientes represas de agua que las cir-
cunstancias y la posicion del terreno permi-
tan y exijan.

Las cañas de azúcar no pueden vivir sin
agua ó sin humedad, ó bien es sumamente
pobre su vegetacion, cuando carece de ella; pero
si durante el verano, pasado San Juan, la rie-
ga la naturaleza y no la mano del hom-
bre, entonces nace ella con mucho mas vi-
T. VII. 2

gor y es mejor y mas abundante su azúcar. | gundo año, no se regará el campo de raices Desde mediados de octubre suele empezar viejas hasta que ellas comiencen á brotar á á madurar la caña dulce, cuya cosecha llega últimos de febrero ó principios de marzo. Enhasta diciembre si el tiempo lo permite. La tonces se abren los caballones por ambos lamadurez de la caña se conoce cuando á ama- dos, se escarda, se arrancan todas las yerbas rillear empieza su color verdoso, cuando se adventinas, se riega, y en una palabra, se van cayendo sus hojas inferiores, que se cui- siguen haciendo todas las operaciones que dará de ir retirando, y particularmente cuan- llevamos descritas, teniendo muy presente el do su gusto es suficientemente azucarado. abono de la tierra.

La caña procedente de raiz vieja no crece tanto ni es tan abundante en jugo como la que procede de plantio nuevo; pero en cambio es mejor el azúcar que produce.

Una vez bien madura la caña, cógese ella, y se inclina hacia un costado hasta que salta ó se rompe por la parte que se desea, lo cual se consigue dando al pie de la caña cierta di- | reccion y haciendo con las manos el conveniente esfuerzo, en la parte de la misma que recógense todas las raices, que despues de se juzgue á propósito: otras veces se agarra secas se queman, por via de abono sobre el la caña por cerca de la soca ó raiz y se rom-terreno que se quiera plantar de cañas y el pe de un tiron oblicuo.

Si asi se quiere, puede dejarse bien cubiertas las raices en el mismo terreno para servirse de ellas un segundo año; pero esto no puede ya hacerse para el tercero. Las cañas que no sirven para la fabricacion del azúcar, bien sea porque no han crecido lo suficiente, por débiles ó por otras razones, cual quiera que sean; siempre que no estén dañadas se apartan y sirven para el plantio del año venidero. Con el mismo objeto se cortan los cogollos de todas las cañas. Las que están en buen estado aunque rotas se llevarán al ingenio.

Terminada la cosecha, árase el terreno,

campo se dedica á hortalizas trigo u otros vegetales. Pasados 4 à 5 años puede el mismo terreno plantarse otra vez de cañas dulces.

En rigor y aunque no lo aconsejamos en manera alguna pudiera un mismo terreno replantarse de cañas dos ó mas años consecutivos, como en América se hace siempre. En este caso se emplea abundantemente el estiercol para reparar la pérdida de sustancia que la tierra ha tenido y se queman sobre ella los despojos de las cañas viejas, que no sirven para otra cosa, operacion bastante útil á la verdad, puesto que calienta la tierra, la divide y la hace muy esponjosa para la planReunidos los cogollos y las cañas de des- tacion, al mismo tiempo que la dispone para echo, colócanse con la debida separacion, en que la penetre mejor la lluvia y las sales de haces ó manojos, del grueso del cuerpo de las cenizas que sobre ella se dejan, destruun hombre y se atan convenientemente, cui-yendo ademas los insectos y con particularidando de dar una misma direccion á la punta dad las hormigas. La quema convendrá que se de las hojas. Abrese en seguida un hoyo re-haga en un dia que haya llovido un poco y dondo, en una de las estremidades del mismo que no haga aire. terreno, de una vara de profundidad y del diametro necesario en proporcion de los haces que haya que enterrar. Colocados estos en el hoyo con la estremidad superior hácia arriba y perfectamente igualadas las puntas inferiores, à fin de que todas ellas toquen de lleno en tierra, apriétanse los haces unos con otros se rellenan con la tierra que para hacer el mismo hoyo se sacara, todas las cavidades que resulten se le sigue echando tierra_encima hasta que quede cubierto con una capa de una vara de espesor poco mas o menos y asi se termina la operacion, no habiendo despues que hacer mas que regar aquel espacio todos los meses una vez.

Es de advertir que cuando el año ha sido malo, cuando las heladas quemaron el cañaveral ó cuando este se perdió por otra causa cualquiera, se deben dejar las raices en tierra para que sirvan de plantio al siguiente año, salvo el caso en que la pérdida haya sido resultado de una enfermedad que afecte à las raices.

Dejando estas sobre el mismo terreno, bien sea por los motivos que acabamos de indicar, bien porque se quiera aprovecharlas un se

Hemos pasado casi en silencio la parte rélativa á los abonos, á pesar de ser ellos tan esenciales en el cultivo de la caña de azúcar, porque desde luego pensábamos dedicarle el parrafito que con el mismo objeto escribió un entendido autor, refiriéndose á los terrenos de América. Dice asi:

«Los primeros colonos de muchas islas de América ignoraron sin duda por mucho tiempo el arte de los abonos, porque á una tierra nueva y fecunda le bastaba para producir cosechas abundantes cabarlas lijeramente. Pero á fuerza de sacar de ella, sin darle nada, se ha dtsminuido su fertilidad y ha concluido por quedar estenuada. Ha sido, pues, necesario, como en el antiguo continente, dedicarse á reparar sus pérdidas. Los escrementos de los animales destinados á diferentes labores, y de los que se crian para alimentar á los colonos, ofrecen los principales medios. En los ingenios se hace uso de mulas y de bueyes, para los cilindros ó tambores de los trapiches que esprimen el jugo de las cañas con que se hace el azúcar, y para acarrear lo que se necesita; se mantie nenen tambien algunos carneros para el consumo del director, capataz y demas empleados

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