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repugna creerlo, ¿cómo habia de aceptar el proyecto de evasion con que en tales circunstancias se le convidala?

Napoleon, á quien interesaba presentar á Fernando á los ojos de la Europa, y principalmente á los ojos de los españoles, como un príncipe que le estaba enteramente sometido, que no pensaba ya ni en el trono ni en las cosas de Españ, y por quien los españoles harían muy mal en seguir derramando su sangre, hacía publicar todas estas cartas en el Monitor, como ántes habia publicado las cartas de Aranjuez pidiéndole una de sus so. brinas por esposa, y las felicitaciones por sus victorias dirigidas desde Valencey. Fernando, no compr ndiendo sin duda los artificiosos designios de Napoleon, y conduciéndose como un inocente, en vez de sentir esta publicidad le daba gracias por ella, y le decia: «Señor, las cartas publicadas en el Monitor han dado á conocer al mundo entero los sentimientos ade perfecto amor de que estoy penetrado á favor de V. M. I. y R., y al pro«pio tiempo mi vivo deseo de ser vuestro hijo adoptivo..... Permitid, pues, «Señor, que deposite en vuestro seno los pensamientos de un corazon que, no «vacilo en decirlo, es digno de perteneceros por los lazos de la adopcion. Que «V. M. I. y R. se digne unir mi destino al de una princesa francesa de su «eleccion, y cumplirá el mas ardiente de mis votos. Con esta union, ademas «de mi ventura personal, lograré la dulce certidumbre de que toda Europa «se convencerá de mi inalterable respeto á la voluntad de V. M. I., y V. M, se digna pagar con algun retorno tan sinceros sentimientos..... (3 de mayo).»>

«que

Aunque los ejemplares del Monitor no se esparcian entonces mucho por España, hiciéronse no obstante venir algunos, porque interesaba al gobierno francés de Madrid y de París hacerlos conocer, y fué en efecto conocida esta correspondencia, no de todo e' pueblo por fortuna, pero sí de bastantes españo'es, y lo fué del Consejo de España é Indias, donde además el consejero conde de Torremuzquiz la denunció, añadiendo: «Que sabía que el emperador de los franceses tenia decretado el enlace de nuestro monarca Fernando VII. con la hija de su hermano José, intruso rey de España, declarándole en su virtud principe de Astúrias con derecho á la corona de España, aun cuando su hermano tenga hijo varon, con la cualidad de que en lo sucesivo no se ha de nombrar Fernando de Borbon, sino Fernando Napoleon, por haberle declarado S. M. I. su hijo adoptivo á consecuencia de la carta que Fernando VII. le habia escrito (1).»

(1) Sesion del Consejo de 9 de junio de 4810. Señores que as stieron: el decano del Consejo, don Manuel de Lardizabal, don Ber

nardo de Riega, don Jos María Puig, don Sebastian de Torres, don José Navarro, don Antonio Ignacio de Cortabarría, don Igna

Los españoles que conocian los documentos insertos en el Monitor tenían. los por apócrifos, y los miraban como una invencion pérfida de Napoleon á fin de desconceptuar á Fernando para con los que por él se sacrificaban. Y no es estraño que pensáran así, porque si parece inverosímil que toda aquella correspondencia fuese fraguada por el gobierno imperial con un designio inícuo, sin que el interesado en ella reclamase de calumnia, y se quejase de la injuria que se le infería, no parece menos inverosímil que el cautivo de Valencey se prosternase á tál estremo, y correspondiera de un modo tan inaudito á los sacrificios que por él esta nacion generosa estaba haciendo. Asi lo interpretó el Consejo, atribuyéndolo á una insidiosa maniobra de Napoleon, enderezada á desacreditar á Fernando y enagenarle el amor de sus súbditos, á ganar en España por la astucia y las malas artes lo que veia serle ya muy dificil, si no imposible, por la fuerza y por las armas, ó á preparar acaso por este medio la realizacion del enlace matrimonial que se suponia solicitaba Fernando.

Parecióle no obstante al Consejo materia harto grave, y pasó la mocion de Torremuzquiz á informe de sus dos fiscales, para que espusieran lo conveniente en negocio de tanta entidad para la nacion. Evacuado por éstos el informe, y visto y aprobado en Consejo pleno, se acordó excitar á la Regencia á que hablára á los españoles de ambos mundos de un modo solemne y por medio de un manifiesto, apropósito para tranquilizar los ánimos, y que entretanto se detuviera la salida de todo buque para América á fin de impedir que se trasmitieran ántes á aquellos paises tan alarmantes noticias. Pero lo notable de esta consulta era que á juicio del Consejo el remedio mejor y mas eficaz para destruir los nuevos artificios de Napoleon y salvar el trono y la nacionalidad española era la pronta celebracion de las Córtes. «El Consejo «entiende (decia) de absoluta necesidad y de sumo interés que en el Mani«fiesto se asegure la pronta celebracion de las Cortes, y que se cumpla y arealice luego luego esta grande obra, pues ella es el medio mas prudente, <«<el mas poderoso, y acaso el único que puede salvarnos.» Y mas adelante: «Las Córtes para luego luego, y del mejor modo posible, pueden ser nuestro «remedio.» Y por último: «Urgen, Señor, las Cortes; y no hay reparo en «que se celebren legitimamente con los diputados posibles, porque la necesi

cio Martinez de Villela, don Miguel Alfonso Villagomez, don Vicente Duque de Estrada, don Tomás Moyano, don Pascual Quilez, don José Salcedo, conde de Torremuzquiz, don Ignacio Omnibrian, don José Pablo Valiente, don Tadeo Galisteo, don Antonio Lopez

Quintana, el baron de Casa Davalillo, dos
Francisco Lopez Lisperguer, don Lope Pe-
ñaranda, don Francisco Javier Romano, don
Vicente Alcalá Galia:o, don Antonio Ranz
Romanillos.

adad dispensa y recomienda lo mismo que en otras circunstancias no deberia «ejecutarse..... (1).» Concluia la consulta pidiendo la libertad de la imprenta, como un medio conveniente á la defensa y felicidad de la nacion.

Ideas notables, y en verdad bien estrañas en boca de una corporacion que pocos meses hacía se habia mostrado hasta desafecta á la celebracion de Córtes, y que en su famosa consulta de 4 de febrero pidió, y lo consiguió, que en la fórmula del juramento de los regentes se suprimiera lo que se re fería á la convocatoria, diciendo que no se tratára de Córtes mientras no mudára mucho el estado de la nacion. Pero cualquiera que fuese la causa de esta novedad en las opiniones del Consejo, sus últimos deseos se vieron cumplidos, puesto que al tiempo de poner los ministros sus rúbricas en la consulta (19 de junio), se encontraron con un decreto de la Regencia, convocando las Córtes del reino para el próximo mes de agosto.

Dado cuenta de este interesante episodio político, cúmplenos abora volver á las operaciones militares que dejamos pendientes.

(1) Consulta del Consejo de 17 de junio.

CAPITULO XI.

PORTUGAL.-MASSENA Y WELLINGTON.

LA GUERRA EN TODA ESPAÑA.

SITUACION DEL REY JOSÉ.

1810.

(Junio á fin de diciembre.)

Fuerza militar francesa que habia en España, y su distribucion.-Preparativos para la famosa espedicion á Portugal.--Sitic de Ciudad-Rodrigo.-Capitulacion y entrega de la plaza.-Abandono en que la dejaron los ingleses.-Proclama de Massena á los portugue ses desde Ciudad-Rodrigo.-Sitio y toma de Almeida. - Desaliento de los ingleses y fir meza de Wellington.-Los franceses en Viseo.-Ataque y derrota de éstos en la montaña de Busaco. Retirase Wellington á las famosas lineas de Torres-Vedras.-Descripcion de estas posiciones.-Detiénese Massena.-Fuerza y recursos respectivos de ambos ejércitos. Impasibilidad de Wellington.-El francés bostigado por todas partes.-Mision del general Foy á París.-Auxi ios al ejército francés.-Sucesos de Extremadura, del Conlado de Niebla y del Campo de Gibraltar.-Espedigiones de Lacy.-Estado del bloqueo de la Isla.-El general Blake en Murcia.-Invade este reino el general Sebastiani.— Retirase escarmentado.-Avion de Baza, desgraciada para los españoles.—Sucesos de Valencia.-Desmanes del general Caro.-Es reemplazado por Bassecourt.-Aragon y Cataluña.-Célebre sitio de Tortosa.-Operaciones de los generales franceses Macdonald, Suchet, Habert y Leval.-Id. de los españoles O'Donnell, Campoverde y otros.Audaz y hábil maniobra de O1⁄2 onnell sobre La Biscal.-Dificultades del sitio de Tortosa.-Movilidad y servicios de Villacampa.-Como fué llevada la artilleria francesa por el Ebro. - Ataque terrible de la plaza.-Capitula la guarnicion.-Organizacion y servicios de las guerrillas en to a España.-R vista de los principales guerrilleros que se movian en cada provincia y en cada comarca del reino.-Disgustosa y desesperada situacion del rey José, y sus causas.

A más de 300.000 hombres hacen subir los escritores españoles las fuerzas que tenia Napoleon en España en junio de 1810: á 270.000 las

reducen los historiadores franceses que quieren ser tenidos por mas imparciales (4). «Con tan considerables fuerzas, dice uno de éstos (y éranlo en verdad, aun suponiendo que no escedieran de la última cifra), lisonjeábase el emperador de someter fácilmente las p'azas de Cádiz y de Badajoz, y de arrojar el ejército inglés de Portugal, creyendo poder dispensarse ya de disimular mas tiempo sus proyectos sobre la España. La espedicion á Pɔrtugal era sin duda el pensamiento que preocupaba más á Napoleon, la empresa en que habia mostrado mas interés, y de la que más se prometia. Como principio de ella, y para no dejar aquel padrastro á la espalda, era menester apoderarse de la plaza española de Ciudad-Rodrigo, fronteriza do aquel reino, cuyo sitio dejamos pendiente en el anterior capítulo, defendiéndose heróicamente los sitiados. Muchos fueron sus actos de heroismo.

El 25 de junio comenzaron el ataque general los cañones, obuses y mor. teros de las siete baterías enemigas, y el 26 batieron en brecha, y derribaron el torreon llamado del Rey. El 28, habiendo llegado ya á su campo el mariscal Massena, intimó Ney á su nombre la rendicion de 11 plaza. «Des«pues de 49 años que llevo de servicios, contestó serenamente el bravo «gobernador Herrasti, conozco las leyes de la guerra y mis deberes milita«res..... Ciudad-Rodrigo no se halla en estado de capitular.» Soldados, hombres y mugeres de la poblacion participaban del espíritu de aquel denodado gefe; ayudabanle gustosos en todo, y nuestros artilleros, dirigidos por el brigadier don Francisco Ruiz Gomez, hacian en los enemigos grande estrago. No content Massena con las obras de ataque de Ney, dedicóse activamente á mejorarlas. El 3 de julio, despues de porfiadas acometidas, ocuparon los franceses el arra! al de San Francisco, aunque volviendo luego los nuestros sorprendieron en él al enemigo y le mataron mucha gente. Con esto se enardecian más cada dia; pero redoblando tambien su fuego las baterías francesas, el 8 abrieron una brecha hasta de 20 tocsas en la mura la alta. Esperando habian estado siempre los nuestros el socorro del ejército in

(1) Estaban distribuidas de la manera siguiente: ejército del Mediodía, en Andalucía, los cuerpos 1.o y 4.o; mariscales Victor y Sebastiani; general en gefe el duque de Dalmacia; fuerza, 55.000 hombres:-ejército de Cataluña, 7.o cuerpo, mariscal Macdonald, duque de Tarento; fuerza, 38.500:-cjército de Aragon, 3.er cuerpo, mariscal Suchet; fuerza, 27.000:-ejército del Centro, Castilla la Nueva, general en gefe el rey José; fue za, 19.000:-ejército de Portugal, cuerpos 2. 6. y 8.o; mariscales, Reynier, Ney, Ju

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not; general en gefe, Massena; fuerza, 64.000:-Estremadura, 5.o cuerpo, mariscal Mortier; no consta su fuerza:-Astúrias y Santander, general Bonnet; 13.000 hombres.-Valladolid, Palencia y Toro, general Kellermann; 16.000:-Burgos, general Dorsenne; 10.500:-Vizcaya, general Thou venot; 40.000:-Navarra, general Dufour; 7.000: -Camino de Valladolid, tropas de refresco que entraron de Francia, 9.° cuerpo; general conde de Erlon; 12.000.

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