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CAPITULO XVIII.

AMBICIOSOS PROYECTOS DEL PRÍNCIPE DE LA PAZ.

Aspiraciones que le fueron atribuidas.-Verdadero pensamiento que tuvo y en que más se fijó.-Silencio de los historiadores sobre este punto.-Principio de sus inteligencias con Napoleon para el logro de su proyecto.-Curso que fué llevando la negociacion:Correspondencia entre Izquierdo y el príncipe de la Paz.-Notas de Bonaparte.- Esplica Godoy sus deseos.-Pretensiones del emperador.-Intervencion de Talleyrand y de -Duroc en este negocio.-Interrupcion que sufrió, y sus causas.-Sentimiento de Godoy y'de Izquierdo.-Importante comunicacion de este negocio diplomático.-Cambia de politica el príncipe de la Paz.-Enoja á Napoleon.-Se arrepiente, y se esfuerza por recobrar su amistad.-Activas gestiones de Izquierdo.-Se reanuda la negociacion interrumpida. Da por resultado el tratado de Fontainebleau.-Si obró ó nó de buena fó Bonaparte en este convenio.-Sospechas de Godoy.-No puede retroceder.-Napoleon buscado por los dos partidos que dividian el palacio real de España -Pábulo que se presenta á su ambicion, y principio de las grandes calamidades que se preparan,

Muchos pensamientos, muchos planes, muchas aspiraciones ambiciosas le fueron atribuidas al hombre que gozó de la privanza de los monarcas en este reinado; con fundamento sin duda algunas, por sospecha solamente otras, algunas confirmadas por datos, otras solo en apariencias y suposiciones apoyadas. Todas ellas fueron como las piezas del gran proceso de culpas y cargos que le formó la opinion pública, y de todas hemos ido haciendo mérito en nuestra historia, presentándolas y apreciándolas en el grado de certeza, de verosimilitud ó de duda á que sujetaban nuestro juicio los documentos que han estado á nuestro alcance, y en tanto que no se descubran otros que nos le hagan variar: que ni sobre éste ni sobre otro algun personage histórico tenemos por costumbre lanzar cargos ó censuras sino cuando nos asisten datos ó razones que por lo menos formen en nosotros conviccion. Y asi como nuestros lectores habrán visto demostrado por nuestra histo ria que no es exacta la vulgar creencia de que Godoy hubiese estado siempre humillado y sumiso á la influencia y á la voluntad de Napoleon, ántes bien

hubo épocas y ocasiones en que mostró con él entereza y fuerza de voluntad, algunas en que, no obstante la alianza, provocó su enojo y arrostro con firmeza sus iras, y otras en que realmente se le vió doblegarse hasta una humillante obediencia y una vergonzosa sumision, asi lo hemos hecho tambien en cuanto á los pensamientos y planes que la ambicion en unos ú otros tiempos ú ocasiones sugiriera al personage á que aludimos.

Pero hubo uno, que es de suma importancia conocer, porque fué en el quo se fijó mas tiempo, el que siguió con mas perseverancia, el que se trató con mas formalidad, el que duró hasta los sucesos que produjeron su estrepitosa caida y el grande y glorioso sacudimiento nacional, y que si bien es conocido en su última forma, y nosotros mismos le hemos trascrito en el capítulo XV., ignorase generalmente cómo y cuándo nació, de qué manera fué conducido, qué vicisitudes sufrió, con otras circunstancias dignas de saberse: sobre lo cual diremos algo nuevo, toda vez que no hemos hallado estas noticias en escritor alguno, y nada diremos que no esté basado en documentos auténticos y originales. Hablamos del propósito de Godoy de formarse una soberanía como la que después le fué destinada en los Algarbes.

En 1805, con motivo de la segunda alianza con el imperio francés, y á consecuencia del convenio celebrado en París (5 de enero) y firmado por Decrés y Gravina, y de las espediciones marítimas de las armadas combinados francesa y española, Napoleon le dijo al príncipe de la Paz que si daba pruebas de celo y energía, procurando recursos y medios para la eficaz cooperacion de España en aquellas empresas y operaciones contra Inglaterra, aseguraria para siempre su estimacion, y tendria en él un apoyo y un protector contra todos sus enemigos interiores y esteriores (1). Esto inspiró al de la Paz gran confianza en la proteccion de Bonaparte; y como uno de los enemigos interiores de Godoy fuese la princesa de Astúrias, que lo era al propio tiempo de Napoleon, y como el agente diplomático del principe de la Paz en París, don Eugenio Izquierdo, le participase que el deseo del emperador era impedir que la princesa de Astúrias, ó sea su esposo Fernando, heredase el trono de Espa ña (2), hablóse entre los dos por escrito acerca de esta sucesion, si bien reconociendo Godoy la dificultad del negocio, y que era propio para tratarlo de palabra, encargándole propusiese, si le parecia, su venida á Madrid para tener una entrevista y que trajese algunas mas bases que pudieran orientarle sobre el particular (3). Ocurrió entretanto la denuncia que hizo Napoleon de poseer

(1) «Qu'alors (decia) dans tous les temps le prince aura appui contre ses ennemis interieurs et exterieurs.>>

(2) Cartas de Izquierdo al príncipe de la

Paz de 3 y 22 de junio, y notas del emperador en Milan y en Plasencia de 28 de mayo y 28 de junio de 1805.

(3) «Otro párrafo (decia Godoy á Izquier

copia de una carta de la princesa de Astúriaз á su madre, en que le participaba los proyectos hostiles que acá tenian ella y su marido contra el príncipe de la Paz. Al comunicárselo á éste Izquierdo, la decia: «¿La carta será cierata? Se tiene la cópia. ¿Y quién la tiene? Quien no puede haberla fingido. ¿So adebe reservar? ¿Deben tomarse precauciones? ¿Se debe acudir de antemano, ay servirse de este motivo para afianzar la palabra dada de sostener contra «todo enemigo, tanto esterior como interior? ¿Deben tomarse otras medidas? "¿Cuáles?-Todos estos puntos me atreveria yo á tratar verbalmente llevado de «mi lealtad..... añadirė; prevenir es querer resguardar, y quien quiere el fin «quiere los medios de conseguirle. Ha llegado la hora en que bendiga el dia «que se pensó enviarme á París: hoy hace un año cabal, etc. (1).»

Al fin Izquierdo, á consecuencia de otra nota que le pasó el emperador desde Saint-Cloud (17 de setiembre, 1803), pidió permiso para venir á España á conferenciar con el príncipe de la Paz: se le dió, y vino. Es evidente que en esta entrevista trataron los dos de la manera de frustrar los proyectos del príncipe de Astúrias contra Godoy. A juzgar por los antecedentes, pensaron tambien en el modo de impedir la sucesion de aquellos al trono, de acuerdo con Napoleon. De esto sin duda se traslució algo, y de aqui los síntomas de discordia que en la familia real se advertian, y las sospechas de que el príncipe de la Paz aspirára á suplantar un dia al heredero de la corona. Lo que sobre esto hubiera de verdad ó de invencion, ni nos consta ni podemos afirmarlo: cosas fueron que se trataron entre los dos verbalmente, y no las hemos hallado escritas, ni visto pruebas que confirmen de un modo legal, ó por lo menos claro, las inculpaciones y cargos que en este sentido se hicieron al príncipe de la Paz.

Lo que nos consta es que, si tal pensamiento tuvo entonces, no perseveró en él, pues á poco tiempo le vemos fijarse en otro diferente, que fué el que lo ocupó hasta su catástrofe, y todo lo que sobre él vamos á decir está comprobado por documentos auténticos de que podemos responder. En enero de 1806

do en carta de 14 de julio) es la subcesion al trono de España: las circunstancias deben decidir este emblema, que no es fácil á nuestro cálculo...... para esto convendria nuestra entrevista; calcúle V. si es posible, y propóngala con solicitud de algunas luces que puedan orientarme mas de lo que espresa la pluma.>>

Hemos visto esta carta original, que le fué devuelta de París, segun él lo encargaba, pues decia: «Devuélvame V. esta carla, pues no debe existir en noticia de otros, y por

supuesto no dejo copia.»

Le enviaba algunas bandas para que el emperador las distr buyera á quien le pareciese, lo mismo que habia hecho antes con los toisones, y le decia: «Va la respuesta con las bandas á disposicion de S. M. I., y si tuviese ocasion de saber si la de la reina nuestra señora seria apreciable á la emperatriz, diga V. que S. M. se la enviaria con el mayor gusto.»

(1) Carta de Izquierdo al príncipe de la Paz: Archivo del Ministerio de Estado.

estaba ya Izquierdo de vuelta en París, con instrucciones de estar á las órde nes del emperador y de hacer en todo su voluntad (4). Escribióle alli Godoy (16 de enero, 1806), que el príncipe de Portugal estaba demente; que las dos princesas que querian disputarle la regencia eran enemigas de España, y que si S. M. I. queria, él se encargaría de la regencia (2). Trasmitido esto á Napoleon, contestó que apoyaria con toda su influencia, y si era menester con sus armas, todo lo que el príncipe de la Paz quisiera hacer relativamente á Portugal; que estaba dispuesto á tomar y firmar todos los compromisos que aquél juzgase necesarios para dicho objeto (3). Animado con esta respuesta, y disgustado por otra parte Godoy con la guerra que acá sus enemigos le hacian, en 20 de febrero desde Aranjuez escribió á su agente diplomático en París lo que ahora verán nuestros lectores, é hizo que el rey y la reina dirigiesen al mismo tiempo á Napoleon cartas sumamente cariñosas, lisonjeras y humildes, y apoyando las indicaciones que en nombre de su ministro le serian hechas por Izquierdo.

«Mi reconocimiento hácia S. M. I. y R. (le decia entre otras cosas Godoy) «es ilimitado. El héroe que hace la gloria y la felicidad de la Francia desea «darme pruebas del interés con que me honra. Mi seguridad está en su pro«teccion; yo puedo esperimentar una desgracia, la muerte de nuestros sobera«nos; me veo obligado, antes que llegue este terrible momento, á procurar un «medio de vivir al abrigo de toda tentativa.-La direccion que he dado á «nuestras relaciones políticas, mi solicitud en todos los ramos de la administra«cion, han espuesto mi persona, y debo tratar, ó de dejar mis funciones mi«nisteriales tan pronto como se firme la paz general, terminar mi vida política «sin mancha y sin remordimientos, procurarme un retiro, poner mi persona «bajo la salvaguardia de S. M. I. y R., gozar en él del bienestar que la tran«quilidad de espíritu, la vuelta á los hábitos de mi infancia, y la armonía de los «trabajos del campo vendrán á ofrecerme, ó bien continuar mi vida política «(pero con independencia), si la paz del continente ú otras razones exigen es«ta medida.-Asi estoy dispuesto á hacerme objeto de las bondades de «S. M. I. y R., la obra de su benevolencia, y si conviene á sus miras, uno de

(4) Nota de 4. de febrero, traducida, que se encuentra en la correspondencia de Izquierdo, en el Achivo del Ministerio de Estado, y dice: «El consejero Izquierdo ha «vuelto del viage que hizo de órden del «príncipe de la Paz y con aprobacion de «S. M. I. y R., y sin mas objeto que estar á alas ordenes de S. M. 1. y depender absolutamente de su voluntad.

(2) Nota de 6 de febrero: ibid.

(3) «L' Empereur appuyera de toute son influence, et, s' il le faut, de ses armes, tout ce que le prince de la Paix voudra faire relativement au Portugal; il est prest á signer et á prendre tous les engagemente que le prince jugera necessaires pour cet objet.»— Enviada por Izquierdo, que certifica haber visto la firma del emperador.

<«<los elementos del gran sistema político que debe, volviendo la paz á la Euro«pa, afirmar la libertad de los mares al mundo.-Todo lo que S. M. I. y R. «proponga, será acogido por SS. MM. nuestros soberanos.>>

Mucho dieron qué discurrir y qué cavilar estas comunicaciones á Izquierdo, y más la ambigüedad con que se esplicaba el príncipe; grande era su apuro, porque conocia bien el carácter de Napoleon (1). Temia perder con él en un dia el terreno que habia ganado en años. Al fin se resolvió á entregarle las cartas (4.0 de marzo, 1806). Las de los reyes las recibió muy bien, y en la apertura de las sesiones del Cuerpo legislativo habló de ellas con elogio, y de España con interés. Pero el dia 11 aun no habia dado respuesta á Izquierdo, y escribia éste lleno de cuidado y de zozobra:

«S. M. no ha contestado aún ni á las notas ni á la carta de V. E.... Yo cs«toy sin sosiego hasta ver la primera nota de S. M. I.»

Y luego se esplicaba de este modo:

«El rey nuestro señor (Q. D. G.) desea que V. E. no abandone los negocios: «que sea premiado como ya tiene merecido: qué de su lado no se aparte, y si ase aleja, pueda estar pronto cerca de su persona: asegura que desea que el «emperador le franquée lo que quiere hacer en favor de V. E. para concurrir «á ello. La reina nuestra señora dice ó dá á entender lo mismo. V. E. desea, «ó separacion de los negocios, seguridad sucesiva y tranquilidad, ó continuacion «de vida política con independencia. Pues yo creo que todo pueda combinar«se, dado que S. M. I. no se esplique antes, proponiendo á S. M. que el no ha«ber tomado una resolucion y comunicádola, en vista de la clara, terminante, acategórica oferta del mas poderoso de los hombres, como del mas enérgico y <mantenedor de lo que dice, ha sido por deferir á cuanto S. M. I. dispusiese; «pero que conociendo por el silencio que ha guardado ser su mente que le pi«dan la asistencia para cuanto pueda contribuir al bienestar del sugeto á «quien ha prometido su favor, las miras eran: 1.° Quitar á los ingleses los «medios de dañarnos, señoreados como están de Portugal. 2.0 Impedir que «la regencia de este reino recaiga en quien dañe á la España. 3.o Asegurar la

(1) Conozco, decia, este terreno, estas personas, estos caractéres, y sobre todo el principal; sé que no le cuadran medios términos, que aborrece los rodeos, que siempre busca resultados, que el arrojo le desagra. TOMO XII.

da, y mucho más la irresolucion; y en fin, que en todo busca amigos sérios, moderados, fuertes, serenos, y tan distantes de la intrepidez como de la inaccion y apatía.

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