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19. Muestra de las tinajas donde los indios del Amazonas guardaban su vino, vino que emborrachaba como el de España según dicen y experimentaron los marañones».

(Procedente de Iquitos y existente en el B. Museum. Fot. A. V. Hull.)

20 y 21. Dos pampanillas o tangas, prendas femeninas. Muestras de la cerámica amazonense que tanto y tan justamente admiró a los expedicionarios.

(Del libro de Algot Lange, The Lower Amazon con licencia de los editores Putnam's Sons, de Londres.)

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marea, cosa completamente imposible en el caso de haber ido por el Negro-Casiquiare, del que no habrían podido pasar según los días de navegación y tampoco navegar por la noche, ni aquí ni en el alto Negro, por los raudales de ambos ríos. En este pueblo fué muerto el soldado Monteverde, según el rótulo que se le puso, por amotinadorcillo».

Después dijo, y en la carta a Felipe II repitió, haberlo muerto por luterano. A éste siguieron, el Capitán Trujillo, de Triana; el Sargento mayor González, de Ayamonte; Juan de Cabañas uno de los no firmantes, deudo y paisano de Ursúa, y a los pocos días, el comendador de Rodas Juan de Guevara, de Murcia. Aguirre dijo que los mataba por conspiradores como afirma también Zúñiga.

En este pueblo hicieron jarcia para los barcos y tomaron otras medidas convenientes para la travesía marina que se acercaba, antes de la cual, pasaron a mejor vida los marañones>> Gutiérrez y Palomo, acusados por un negro de haber dicho ciertas palabras que no necesitaban ser muy graves, como no lo fueron, para atraerles las iras del tirano. Finalmente, después de sufrir apuros y peligros sin cuento en los bajos de la desembocadura del río, y terribles macareos ocasionados por el choque de la marea con la corriente del río, salieron por la boca del Amazonas, situada como sabemos y sabían los cronistas Hernández y Aguilar bajo la línea equinoccial, en la primera semana de Julio. Ya en el mar, Aguirre puso velas hacia Margarita donde arribó el 21 del mismo mes.

Los cronistas detallan costumbres de los indios, pueblos, utensilios, armas, vino que tenían en grandes tinajas finamente decoradas como toda la cerámica cuya perfección les admiró en extremo. Describen también perticularidades del río, de cuya grandeza aparecen asombrados, particularidades que pueden hallarse en cualquier libro. Aunque prescindimos de su repetición, el lector se dará cuenta de algunas por las ilustraciones adjuntas.

La isla de Margarita, descubierta y llamada así por Colón en su tercer viaje, está formada, como es sabido, por dos

montañas unidas por dos estrechas lenguas de tierra que encierran una laguna, La Restinga. (1)

En la parte oriental, única habitable, se alza el monte Copei, que en aquella época debía estar cubierto de árboles, donde encontraron refugio los cronistas Zúñiga y Vázquez, huídos de Aguirre apenas tuvieron tiempo de hacerlo, y después, otros marañones». Dicho monte forma dos valles uno al E., llamado de la Asunción y otro al S. E., el del Espíritu Santo en cuya costa se hallaron bancos perlíferos y se levantó en consecuencia un pueblo, con el mismo nombre, en cuyo puerto quiso entrar Aguirre, no consiguiéndolo entonces por la impericia de los pilotos que al fin dieron con los barcos al N. de la isla uno, y otro al E., en Paraguachi, más arriba del puerto principal. Dicha ensenada se llama desde entonces el Puerto del Traidor y con este nombre figura en el Atlas de Codazzi. Aquella arribada forzosa y entre peñas, produjo la inutilización de los barcos, más bien involuntaria que causada exprofeso por Valladares, como éste pretendió en una de sus informaciones. Se realizó la llegada como hemos dicho y se desprende de las indicaciones algo contradictorias de los cronistas, lunes, víspera de la Magdalena, 21 de Julio.

Aquella noche, se despertó de nuevo el corazón de Aguirre y en consecuencia fueron victimas de tales avisos: Gonzalo Guiral, de Sevilla, a pesar de haber avisado a su mata dor de que los capitanes de don Fernando urdían su muerte, Diego de Balcázar a quien ya intentó dar garrote Lope a poco del motín de Machifaro, y Sancho Pizarro que se hallaba con Martín Pérez, su Maestre de campo desde la muerte de Guzmán. Aguirre debió encargar a su maestre que diese garrote a unos cuantos, pues al recibir el recado dice Almesto-R. bis-que exclamó: «Por vida de tal que yo no se con quien quiere el general hacer la guerra si cada día mata siete u ocho soldados >> y que según pareció le mandaba matar más de media docena».

Los vecinos de Margarita habían divisado con inquietud aquellos barcos que atracaron en su isla, y como habían sido varias veces víctimas de corsarios, se pusieron en armas y despacharon gente por mar y tierra para saber de quien se trataba. Engañados por Aguirre los vecinos llevaron el sosiego al pueblo, especialmente Gaspar Rodríguez, que escribió una carta al pueblo asegurándoles que eran' compatriotas y pagaban

(1) Datos geográficos e históricos de la isla pueden hallarse en la Geografía y Descripción... de Indias de López de Velasco, págs. 136 y 137, on la Geografía de Venezuela de Codazzi, págs. 592-98; en los Apuntes estadísticos del estado Nueva Esparta; en el Mercurio Peruano, t. XII, y en un artículo de Booy, sobre su situación actual en el Boletín de la Unión Panamericana, julio 1916. Sobre el estado de la isla antes y después de la ocupación de Aguirre, vèase la Información de ella que acompaña a la tesis y que aquí se extracta. (Doc. núm. 32).

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