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PRIMERA PARTE.

PERIODO DE PREPARACIÓN DEL DERECHO ESPAÑOL.

CAPÍTULO PRIMERO.

ÉPOCA PRIMERA.

PRIMEROS HABITANTES DE LA PENÍNSULA ESPAÑOLA.—İBEROS,

CELTAS, CELTIBEROS; SU PROCEDENCIA,
DERECHO.

COSTUMBRES Y

La división que de la historia del Derecho español queda hecha en anteriores páginas contiene dos periodos, siendo el primero de estos el que llamamos de preparación, que comprende los tiempos primeros de la ocupación de España, durante los cuales no hubo ciertamente otro Derecho que el importado por los diferentes pueblos que ocupaban su territorio y por el que se habían regido en el de su anterior residencia. Este periodo comprende la ocupación de la península por los Iberos, Celtas, Fenicios, Griegos, Cartagineses y Romanos, y le hemos dividido en tres épocas principales con la subdivisión de la última, que se contrae á la dominación romana, en otros tres periodos perfectamente separados por acontecimientos de importancia y de reconocida influencia en la marcha política y social del pueblo de Roma.

Lo primero que se impone es el conocimiento de quienes fueron los primeros pobladores de España, cual era su origen y cuales sus costumbres y Derecho; esto constituirá la historia de la primera época del periodo de preparación: algo difícil ha de ofrecerse su estudio, porque la fábula nada dice á nuestro objeto, y de lo improbado no se puede deducir más que lo verídico, no lo exacto y verdadero que es lo buscamos.

que

Los aborigenes (1) de todas las naciones de antigüedad remota se hallan, casi siempre, envueltos en la obscuridad; solo, en ocasiones, algún precioso descubrimiento ha difundido clara luz acerca de los primeros tiempos de su historia. Tal sucede con los de la nación española, sin embargo de que podemos gloriarnos de haber llegado á obtener algunos datos de relativa certeza, merced á acertadas investigaciones de la filología, de la numismática, de la arqueología y de otros conocimientos puestos á servicio de la historia, contribuyendo poderosamente á despejar la atmósfera en que se hallaban envueltos los tiempos primeros de España, y que crearon las fábulas de la mitología fenicia, griega y romana. Ya hoy podemos recorrer con más seguro paso el campo de la investigación histórica; ya hoy consideramos suposiciones gratuitas cuanto se refiere á la población de Espapor Túbal y Tarsis, Pan, Hercules, Gerión é Hispalo y á los reyes Ibero, Hispalo y otros citados por Marichalar y Manrique (2), y tenemos por improbada la afirmación de que los Bereberes poblaron las cavernas de la Bética y de la Lusitania (3); ya hoy es admitido por todos los historiadores. que solo pueden decirse aborígenes de nuestra nación

ña

(1) Aborigenes ó indígenas se llaman los primeros pobladores de un pais; alienigenas son llamados los que inmigran posteriormente al mismo.

(2) Historia de la Legislación de España.-Tomo I, pag. 2.

(3) D. Francisco M. Tubino en Los aborigenes ibéricos ó los Beréberes en la Península. Folleto.

á los pueblos Iberos, á quienes siguieron los Celtas, formándose de su unión el pueblo ó raza Celtibera (1).

Aunque reconocemos que para el historiador del Derecho no es de grande importancia el averiguar la procedencia de estos primeros habitantes de España, sin embargo, nos ocuparemos de determinarla porque por ella podemos deducir cuáles eran sus costumbres y aun sus leyes, por las que seguramente se regirían en todos los territorios que ocuparon: esto, si bien no es necesario, ofrece cierta utililidad tratando en este momento de averiguar cómo fué preparándose el Derecho objeto de nuestro estudio.

Los Iberos (hombres del río) según el P. Mariana moraban en Ponto Euxino entre los Colcos y los Armenios, rodeados de los montes Cáucasos: según el P. Fidel Fita procedían de la raza aria que ocupaba la franja meridional del mar negro, y de los T'Accaros, de Tracia y del Asia menor, vinieron los que ocuparon la Italia y la España. Estos pueblos asiáticos, indo-escitas, dice D. Aureliano Fernández Guerra, en sus estudios sobre los aborígenes de la costa Cantábrica, emigraron de sus comarcas primeras en dos grandes grupos, dirigiéndose el uno hacia el Norte subiendo hasta los montes Urales, y el otro después de vadear el Don, el Dnieper y el Dniester llegaron hasta la Tracia, y rebasando por los términos occidentales, poblaron la Liguria y la Aquitania, llegando á España diez y ocho siglos antes de la Era cristiana. Según Niebuhr, la invasión de España por los Iberos se verificó por el África unida enton

(1) El Sr. La Fuente en el apéndice II al tomo primero, edición ilustrada de 1877, refiere el hallazgo, en una cantera del puerto de Tarragona, de cuat ro fragmentos de unas planchas de marmol que cubrían un sepulcro de carácter egipcio primitivo. Este descubrimiento, en sitio en que, por las ruinas halladas, se deduce que existió un antiguo edificio romano, ha hecho sospechar si los egipcios fueron los aborigenes de España; extremo es este no comprobado por ningún otro dato.

ces á Europa por lo que hoy es el estrecho de Gibraltar. Otros escritores, fundados en datos que de su paso se han hallado en el mediodia del Cáucaso, en los Balkanes y otros puntos, creen que entraron en España por el Norte, siendo lo cierto que ocuparon el Mediodia y el Oriente de la península, entonces dividida por grandes lagos y ríos de importancia, llegando á las costas cantábricas por las faldas de los bajos pirineos, dividiéndose primeramente en dos grupos grandes familias, vascones y várdulos, de quienes se cree formadas las regiones que luego se conocieron con los nombres de Vasconia y Vardulia, que en la edad media constituyeron los territorios de Guipúzcoa, Alava, Vizcaya y Na

varra.

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Refiriéndose á escritores griegos y romanos el Sr. La Fuente en su Historia general de España (1), nos dice que los Iberos se dividieron en varias tribus, siendo las principales las de los Turdetanos, Bástulos, Beturios, Bastetanos, Contestanos, Edetanos, Ilercaones, Cosetanos, Ausetanos, Indigetes, Lacetanos, Cerretanos é Ilergetes.

El célebre geógrafo griego Estrabón nos dice de los Iberos y sus costumbres y Derecho, que formaban en sus primitivas regiones cuatro clases sociales; de la primera se elegían los Reyes debiendo designarse á el de más edad entre los parientes próximos del que había dejado de serlo; y que el más anciano después del Rey, ejercía los cargos de administrar la más elevada justicia y acaudillar al ejército; la segunda clase era llamada sacerdotal y la estaba atribuido el decidir en materia de justicia en negocios comunes y entender en cuestiones internacionales: á la tercera clase pertenecían los guerreros y los agricultores; y á la cuarta, los siervos, de quienes únicamente el rey era dueño y señor:

(1) Tomo I, pág. 3.

la familia era dirigida por el más anciano que tenía la administración de cuanto formaba su patrimonio, ciñéndose á previsoras leyes, las cuales no reconociendo la propiedad individual establecían la llamada in-solidum que se distribuía por cognaciones. Raza nómada y blanca puede decirse que su ocupación era la guerra y el pastoreo, y es de creer que, en el territorio de España que ocuparon, se rigieran por los usos y costumbres de su pais.

En el siglo XV antes de J. C. según Fernández Guerra, en el XVII ó XVI según Thierry, otro pueblo de origen asiático, indo-germánico, los Celtas (hombres de los bosques) invadieron la España, pasando los pirineos y ocupando, las más de las veces por la fuerza, los territorios montuosos de Galicia y Asturias, se corrieron luego hácia Portugal y Andalucía. llegando á aproximarse en el interior á las tribus iberas, con las que andando el tiempo se unen en vínculos de familia y amistad formando el pueblo Celtíbero. Eran los Celtas de carácter y costumbres feroces comparadas con las de los Iberos; si estos preferían las llanuras y orillas de los ríos, aquellos vivían en la aspereza de las montañas y en la umbría de los bosques; si aquellos se dedicaban á la cria de ganados y á la agricultura, estos á el pillaje, la guerra y la rapiña, siendo su constante ocupación la conquista de territorio; caracteres y tendencias tan distintas notáronse aun por mucho tiempo después de la unión de unos y de otros en la raza Celtibera, y les vemos separados por sus costumbres en las comarcas que respectivamente habitaban, obteniendo mayor cultura los que ocuparon las del Sur y costas de Levante, que los del Septentrión y regiones del centro, en los que siempre hubo notable atraso y hábitos de holganza: de costumbres rudas y semi-salvajes, los Cántabros, Gallegos y Astures, formaban notable contraste con los Turdetanos, entre los que se vieron flore

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