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habria deseado un capellan como Gomez Escudero y un soldado como Antonio de Cedeño, que me hubiesen puesto de manifiesto los usos y costumbres, el genio y el carácter, las tradiciones y la historia, áun cuando muy incompleta fuera, de los indígenas Tinerfeños. Tomás Nicols ó Midnal (1526) escribe muy poco acerca de ellos, y eso poco en contradiccion á Andrés Bernaldes.

Con tan escasos elementos llegamos á Fray Alonso de Espinosa (1594) quien, se puede decir, es el primer autor que da de los Guanches detalles más circunstanciados, ya fuese porque así le convenia para hacer resaltar los milagros de la Vírgen de Candelaria, objeto principal de su viaje á estas islas, ya porque llamándole acaso la atencion el carácter del pueblo Guanchinesco, quiso que llegasen á la posteridad todas las noticias que del mismo recogiera.

El Bachiller Antonio de Viana (1604), aunque se entretiene en dar un colorido poético á lo dicho por Espinosa, y algo añade de su caudal, no merece entera fé, porque como poeta, es sabido que éstos ven más de lo que realmente existe, y la historia que quiere la verdad desnuda, desconfia mucho de los cantores.

El Caballero Edmundo Scory hace algunas ligeras observaciones, y por su parte el Padre Abreu Galindo, se puede decir, copia á Espinosa, sin que á los anteriores añada cosa alguna D. Juan Nuñez de la Peña.

El Dr. D. Tomás Arias Marin y Cubas se extiende como de costumbre respecto de ellos, repitiendo lo que otros dijeron y añadiendo un poco, debido tal vez á sus particulares investigaciones y natural aficion á las antigüedades Canarias. Los demás escritores han copiado á los que les precedieron, contradiciéndose no pocas veces, aumentando otras, glosando é inventando pasajes que la sana crítica no puede admitir y que la razon rechaza.

Viera y Clavijo, si bien nada nuevo añadió, hizo un gran servicio á la historia despojándola de todo lo ridículo é inverosímil con que algunos escritores la habian desfigurado, aunque por su parte tambien cayó en otros errores, se

gun más adelante haré notar.

Mr. S. Berthelot ha tropezado sin duda con los mismos. inconvenientes con que yo me he encontrado, pues que en sus notables obras sobre las islas, nada de particular agrega á lo conocido respecto de Tenerife, no obstante sus sabias investigaciones, que sólo han dado por resultado el encuentro de algunos objetos pertenecientes á los primitivos habitantes de Nivaria.

Yo no puedo creer por mi parte, que extraviados quizás en algun archivo público ó privado de la isla de Tenerife ó fuera de ella existan manuscritos que puedan revelarnos los secretos de aquel pueblo que bien merece llamar la atencion de todos, como llamó la de sus conquistadores, y por lo mismo invito á los aficionados á nuestra literatura histórica á que hagan cuantos esfuerzos les sean posibles, á fin de llenar un vacío que los verdaderos amantes de nuestras antigüedades debemos lamentar.

I.

ASPECTO DE LA ISLA.

Debido sin duda al terror que inspiraban las erupciones del Teide, fué conocida la isla de Tenerife con el nombre de Isla del Infierno, que acaso la dieron los piratas que trataron de acercarse á ella, si bien pudo atribuírsela aquella denominacion por el carácter de sus habitantes que no consintieron nunca dejarse coger como esclavos, oponiendo á los atrevidos invasores un valor y un denuedo que les hicieron huir escarmentados.

Por lo que queda en aquella isla, milagrosamente salvado del hierro y del fuego de los conquistadores y de la rapacidad de cuantos han tratado de enriquecerse con la destruccion de los montes, Tenerife debió ofrecer en tiempo de

los Guanches un aspecto de sorprendente belleza. Lo accidentado del terreno, la disposicion de sus montañas, entre las cuales se destaca el Teide como el genio del Mar tenebroso, y que dió lugar, tal vez por su imponente aspecto á tantos cuentos y leyendas, todo esto contribuia á dar un tinte de belleza y de grandiosidad á aquellos campos en los que alternaban los bosques con las rocas calcinadas. La vegetacion florestal era en un todo idéntica á la de Gran-Canaria, produciéndose en aquella los mismos árboles que en ésta, con igual vigor y lozanía, siendo de notar tan sólo la falta de las higueras que nunca se conocieron allí. Arroyos abundantes arrastraban sus aguas en la profundidad de los valles, formando en muchos puntos espumosas cascadas. Numerosos bandos de aves indígenas y de África, especialmente de pájaros canarios, alegraban aquellos bosques con su canto. Como una prueba de las bellezas naturales que debia encerrar Tenerife, se muestra aún en nuestros dias el célebre valle de Taoro, hoy de la Orotava, que por mi parte considero á pesar de su esplendidez, como una sombra y no más de lo que debia ser cuando el invasor Alonso Fernandez de Lugo, puso acompañado de los suyos, sus plantas asoladoras en aquellas riquísimas campiñas. Des-· graciadamente llegará un dia en que, continuando el hombre su obra de destruccion, despoje por completo de su manto de esmeralda los escasos montes que todavia se conservan, como ha sucedido en Lanzarote y Fuerteventura, y está aconteciendo en Gran-Canaria y en las demas islas.

II.

FISIOLOGÍA DE LOS SENTIDOS.

El primer autor que nos dá á conocer la constitucion física de los Guanches de Tenerife es Gomez Eannes de

Azurara en aquellas expresiones (1): «Y estos son hombres >>>fuertes y atrevidos». Cademosto (2) nos habla de su agilidad, y lo mismo repite Andrés Bernaldes (3), sin que por su parte Tomás Nicols (4) añada cosa alguna á lo escrito por aquellos. Pero de todos el que mayor crédito debe merecernos sobre este particular, por haber tratado familiarmente á muchos indígenas, es Fray Alonso de Espinosa, que se expresa en los términos siguientes (5): «Esta gente >>era de muy buenas y perfectas fayciones de rostro y dis>>posicion de cuerpo, eran de alta estatura y de miembros «proporcionados á ella.» El poeta Viana que, como médico, debia juzgarlos mejor, dice (6):

Tenian todos por la mayor parte
Magnánimo valor, altivo espíritu,

Valientes fuerzas, ligereza y brio,
Dispuesto talle, cuerpo gigantéo.

Abreu Galindo (7) escribe solamente, «Que eran hom

(1) Gomez Eannes de Azurara, Chronica do Descobrimento e conquista de Guiné, escrita por mandado de el rey D'Affonso V, sob e direcçao scientifica, é segundo as instrucçoes do illustre infante D. Enrique.-Pariz V. J. P. Aillaud, Monlon e C. MDCCCLIV.-Cap. LXXXI, pág. 386.

(2) Aluisio de Cademosto, Este importante viaje, se halla en la historia general de viajes de Juan Temporal, y en la historia general de viajes del abate Prevot y La Harpe, y en otros más.-Pág. 351.

(3) Andrés Bernaldes, Historia de los Reyes Católicos D. Fernando y D. Isabel, cura que fué de la Villa de los Palacios, capellan de D. Diego Deza, Arzobispo de Sevilla.-Sevilla, 1869. Tomo I, pág. 179.

(4) Pierre Bergeron, voyages, ed. MDCCXXXV. T. I, pág. 176.— Description des Canaries de l' an 1526, par un nommé Thomas Nicols, ou Midnal, Facteur anglois.-Pág. 16.

(5) Fray Alonso de Espinosa, de la órden de predicadores, y predicador de ella. Del origen y milagros de Ntra. Sra. de Candelaria que apareció en la isla de Tenerife, con la descripcion de esta isla, Impreso en Sevilla, año de 1594. Reimpreso en Sta. Cruz de Tenerife, imprenta y libreria Isleña.- Regente Miguel Miranda, año de 1848.-Lib. I, cap. VI, pág. 9.

(6) El Bachiller Antonio de Viana, natural de la isla de Tenerife, Antigüedades de las islas Afortunadas de la Gran-Canaria. Conquista de Tenerife, y aparicion de la Sta. Imágen de Candelaria; en verso suelto y octava rima; dirigido al capitan D. Juan Guerra y Ayala, Señor del mayorazgo del Valle de Guerra.-Impreso en Sevilla en 1604, y reimpreso en Sta. Cruz de Tenerife, en la Imprenta Isleña, 1854.-Canto I, pág. 21. (7) El Reverendo Padre Fray Juan Abreu Galindo, del Orden del Patriarca San Francisco, hijo de la Provincia de Andalucia, Historia de la Conquista de las siete islas de Gran-Canaria. M. S. año de 1632. Impreso en Sta. Cruz de Tenerife, imprenta, litografia y librería isleña.Regente Miguel Miranda, año de 1848.-Lib. III, cap. XI, pág. 193.

»bres enjutos». Por último, Nuñez de la Peña, (1) al ocuparse de aquellos naturales, hace intervenir en su constitucion física la influencia de los astros. «Fueron, dice, los natura»>les de estas Islas, por la mayor parte morenos, por el co»lor de la region y clima, amorosos, y agudos de entendi>>miento; por una estrella de cuarta magnitud de naturaleza »de Marte, que pasa apartada del cenit, y clima de estas »islas diez minutos, hácia la parte septentrional, que se lla>>ma el hombro derecho de Géminis; la cual por ser de »>naturaleza de fuego, colérica, hace los cuerpos inferiores, »en quienes predomina é influye su naturaleza, aficionados, »amorosos y agudos, de cuyas partes gozan los que nacen, »y se crian en estas islas: algunos eran de cuerpos agigan»>tados, proporcionados en sus miembros, de perfectas fac»ciones de rostro, alegres, graves, apacibles, de noble, agra»dable y honesto trato, amigos de su palabra, de buena >>memoria, de sutíl entendimiento, muy capaces; hubo entre »ellos, naturales de increible estatura, y membrudos.»>

Marin y Cubas se halla en contradiccion con los precedentes autores, pues dice (2) «que los Guanches (se refiere »á los habitantes de Tenerife) eran medianos de cuerpo.»> Á pesar de la autoridad respetable de este historiador, yo me atengo á lo dicho por Espinosa, Abreu Galindo y Nuñez de la Peña.

De suerte que puede afirmarse que los Guanches de Tenerife eran de hermosa presencia, de fisonomía agradable, alegres y poseedores de esas grandes virtudes que solamente se encuentran en los pueblos en donde no ha entrado la

(1) El Licenciado D. Juan Nuñez de la Peña, natural de la isla de Tenerife en la Ciudad de la Laguna, Conquista y Antigüedades de las islas de la Gran-Canaria y su descripcion, con muchas advertencias de sus privilegios, conquistadores, pobladores, y otras particularidades, en la muy poderosa isla de Tenerife, dirigido á la muy poderosa Imágen de Ntra. Sra. de Candelaria. Impreso en Madrid, año de 1676, y reimpreso en Sta. Cruz de Tenerife, Imprenta Isleña.-Regente Miguel Miranda, año de 1847.-Lib. I, cap. IV, pág. 28.

(2) El Dr. D. Tomás Arias Marin y Cubas, natural de Telde Ciudad en la isla de Canaria. Historia de las siete islas de Canaria, origen, descubrimiento y conquista. Dividida en tres libros. M. S. año de 1694.-Lib. II cap. XX.

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