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doy. Muerte de la princesa de Asturias.

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Sus palabras

antes de morir. — Anónimos. - Serenata. Dicho del in

fante don Carlos. Oscilaciones en nuestra política. — El infante don Antonio. — Tratos de Fernando con el embaCarta de Beau

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jador de Francia. - Cita en el Retiro. harnais. - Carta del príncipe á Napoleon.- Paz de Tilsit.— Asuntos de Portugal. -Entran los franceses en España.Tratado de Fontainebleau. Intenciones de Napoleon. Trabajos literarios de Fernando.-Regalo del principe á su madre. - Consejo de Carlos IV. — Aviso á la reina. — Otro anónimo. — Visita de los reyes á su hijo. - Papeles encontrados. — Terrible respuesta de Caballero. — Rasgo de Maria Luisa. Formacion de causa. Interrogatorio. Arresto. Manifiesto á la nacion. Carta de Carlos IV á Napoleon.-Revelaciones de Fernando. - Diálogo entre el príncipe y Godoy.-Perdon. -Sentencia en la causa del Escorial. Motivos de ella.

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Tibro primero.

España

Libertades antiguas de Es

en sus principios sufrió la servidumbre de Cartago Escipion le impuso el yugo de Roma. Brilló la monarquía templada bajo el reinado de Recaredo; y tuvimos asambleas representativas an- pana. tes que Alemania conociese sus dietas, Francia sus estados generales, é Inglaterra sus parlamentos. Nuestros mayores eligieron rey á Pelayo, levantándole en sus hombros sobre un escudo: el Gran Justicia de Aragon fue una copia del tribunado romano: y sin embargo la nacion mas libre de Europa en aquellos siglos de heroismo y de poder, vió hollada su libertad por el acero conquistador de Carlos I. Estinguiéronla despues las hogueras que encendió Felipe II, y uncióla al yugo de la tiranía el primer monarca de la casa de Borbon que aboliendo sus preciosos fueros, rompió el último dique que restaba á la arbitrariedad de los reyes de Castilla.

Dotado de una fuerza de alina no comun, y de improbo y elevado carácter, subió al trono Carlos III. En su tiempo no se ve desarrollado un sistema que abrazando todas las ramas del arbol gubernativo conduzca los pueblos á su ventura. Pero á falta de unidad brillan á cada paso medidas de ilustracion y de mejora que anuncian rectitud y vigor en el monarca y en sus ministros. Car

Su pérdida.

Reinado de

Carlos III.

de Fernando.

los III abrió caminos y canales, creó institutos científicos, protegió la agricultura, dió vida á la industria y al comercio, robusteció la administracion y removió cuantos obstáculos se oponian al desarrollo progresivo de la poblacion, no obstante la resistencia que encontró, Hermoseó la Capital con el empedrado y alumbrado de las calles, y proveyó á su limpieza: el clero por otra parte habią llegado á la cima de la omnipotencia, y los condes de Floridablanca y de Campomanes, defendiendo con esfuerzo las regalías de la corona, tuvieron las riendas á las desmedidas pretensiones de la curia romana. Dos hechos de la mayor trascendencia caracterizan en diferente sentido la política de aquel gobierno: la espulsion de los jesuitas, y la alianza con el gabinete francés conocida con el nombre de Pacto de Familia. La primera llevada á efecto en todos los puntos del reino en un mismo dia y hora, y secundada por el breve de supresion de la Santa Sede, obtenido por la habilidad de Floridablanca, es un rasgo de entereza que honrará siempre á Carlos III. El Pacto de Familia arrastrándole á la guerra con los ingleses y á la proteccion de la independencia de los Estados Unidos, socavó los cimientos de nuestras colonias de América y preparó su pérdida realizada en nuestros dias.

Tal era el estado de la nacion española cuanNacimiento do en 14 de Octubre de 1784 vino al mundo en el Escorial el príncipe Fernando. Su padre, que despues reinó con el nombre de Carlos IV, distinguíase por la bondad de su corazon, el amor al pueblo, la aficion á la caza y la docilidad de su genio; pero era débil y carecia del talento crea dor que debe resplandecer en el monarca de una nacion poderosa en los turbulentos tiempos que corrian. Su esposa la princesa María Luisa, de fo gosa imaginacion y de un temperamento irritable y

de fuego, tenia sobre su marido todo el ascendiente que debian darle su carácter y el cariño que la profesaba. Las pasiones que hieren silenciosas el corazon del vuigo, atruenan con su estampido si se apoderan de los reyes: exíjaseles enhorabuena bajo el dosel el destierro de todo afecto humano, pero los ojos de la historia no deben penetrar en el retrete, en que despojados de la corona y del manto real, son hombres.

Profecías. núm. 1.)

Los amigos de los jesuitas que habian vituperado su espulsion, y principalmente la parte menos ilustrada pero mas numerosa del clero, que odiaba al ministerio porque sostenia las prerogativas del trono contra las demasías de la curia romana, saludaron el nacimiento de Fernando con himnos y profecías (*). Vaticinaban unos al augusto recien nacido que algun dia resplandecería sobre (4p. lib. 1. su cabeza la aureola de San Fernando: otros veían ya en su tierra mano la espada de Carlos I: y aquellos inspirados sin duda por un numen mas veraz, anunciaban á España que el regio niño elevado que fuese al solio de sus mayores abriria las puertas de la patria y de los conventos á los desterrados discípulos de San Ignacio.

Agrupábanse sobre la Francia espesas nubes en las que ya se reflejaba la turbacion de los tiempos. Aquel espíritu popular tan terrible en sus sacudimientos mugía sordamente y entreveíanse en sus oleadas las futuras tempestades que habian de estremecer la Europa. A su estruendo alarmóse Carlos III, y en sus últimos años una policía suspicaz sostenida por la junta llamada de estado se cebó en persecuciones y tropelías con menosprecio de las leyes fundamentales de la nacion. Murió el an- 3 diciembre 1788.) ciano monarca, y ciñóse la real diadema á los cuarenta años de edad su hijo Carlos IV, que fió el timon de la nave á los espertos pilotos que en el rey.

Carlos IV

reinado anterior la habian' conducido con próspero rumbo. La reina María Luisa, nunca contrariada por el nuevo rey, ejercia su influencia sobre el giro de los negocios; y protegido primero por esta y despues por los dos esposos se presentó en la escena el jóven don Manuel Godoy. Un ingenio privilegiado y muy relevantes prendas se requerian para hacer olvidar las gradas por donde habia subido al favor. Pero no preparado por los estudios ni por la práctica de los negocios á tan dificil gubernalle, orgulloso con su estrella y combatido por los vientos de la envidia y de la discordia interior, estrellóse contra los escollos de la ambicion francesa. Sus enemigos han desfigurado los actos de su administracion y le han pintado como un monstruo; no obstante abonáronle su buen corazon y el deseo del acierto. La juventud no es la edad del fanatismo ni de la desconfianza, madre de las persecuciones. La tormenta habia estaIlado al otro lado de los Pirineos, y el santo oficio. pretendia conjurarla con hogueras. Godoy refrenó sus arranques y le ató los brazos con su poder. Asi es que el odioso tribunal le formó tambien causa por sospechoso de ateismo; pero interceptado un correo en Génova por el gefe de los franceses, envió este los pliegos al ministro español, quien (*Ap. lib. 1. desterró á sus perseguidores (*). Elevado despues núm. 2.) á duque de la Alcudia, árbitro de los destinos de España, protegió las ciencias y la literatura, y llenó sus salones con nuestros mas distinguidos li(*Ap. lib. 1. teratcs (*), num. 3.)

rado en Cortes

Al año siguiente de haber empuñado el cetro Fernando ju- Carlos IV, los prelados elegidos para representar príncipe de As- el clero, los grandes de España, los títulos de Castilla en nombre de la nobleza, y los diputados de las ciudades que gozaban voto y representaban al pueblo, juraron en el monasterio de San Geró

turias.

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