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«El pobre principe de la Paz, que se halla encarcelado y herido por ser amigo nuestro, apasionado nuestro y afecto á toda la Francia, sufre todo por causa de haber deseado el arribo de vuestras tropas, y haber sido el único amigo nuestro permanente. El hubiera ido á ver á V. A. si hubiera tenido libertad, y ahora mismo no cesa de nombrar á V. A. y de manifestar deseos de ver al emperador. >>

"

Consiganos V. A. que podamos acabar nuestros dias tranquilamente en un pais conveniente á la salud del rey (la cual está delicada, como tambien la mia), y que sea esto en compañia de nuestro único amigo, que tambien lo es de V. A.»

«Mi hija será mi intérprete si yo no logro la satisfaccion de poder conocer personalmente y hablar á V. A. ¿Podriais hacer esfuerzos para vernos, aunque fuera un solo instante, de noche ó como quisiérais? El comandante edecan de V. A. contará todo lo que hemos dicho. »

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tamos, y conviene que ignore todos nuestros pasos. Su carácter es falso: nada le afecta es insensible, y no inclinado á la clemencia. Está dirigido por hombres malos, y hará todo por la ambicion que le domina; promete, pero no siempre cumple sus promesas.»>

«Creo que el gran duque debe tomar medidas para impedir que al pobre principe de la Paz se le quite la vida, pues los guardias de corps han dicho que primero lo matarán que entregarie vivo, aunque lo mande el emperador y el gran duque. Estan llenos de rabia contra él, é inflaman á todos los pueblos, á todo el mundo, y aun á mi hijo, que defiere á ellos en todo. Lo mismo sucede relativamente al rey mi esposo y á mí. Nosotros estamos puestos en manos del gran duque y del emperador: le rogamos que tenga la complacencia de venir á vernos, de hacer que el pobre principe de la Paz sea puesto en salvo lo mas pronto posible, y de concedernos todo lo demas que tenemos suplicado.»

«El embajador es todo de mi hijo, lo cual me hace temblar, porque mi hijo no quiere al gran duque ni al emperador, sino solo el despotismo. El gran duque debe estar persuadido que no digo esto por venganza ni resentimiento de los malos tratos que nos hace sufrir, pues nosotros no deseamos sino la tranquilidad del gran duque y del emperador. Estamos totalmente puestos en manos del gran duque, deseando verle para que conozca todo el valor que damos á su augusta persona y á sus tropas, como á todo lo que le sea relativo.>>

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NOTA DE PUÑO Y LETRA DE LA REINA DE ESPAÑA.

«No quisieramos ser importunos al gran duque. El rey me hace tomar la pluma para decir que considera útil que el gran duque escribiese al emperador insinuando que convendria que S. M. I. diese órdenes sostenidas con la fuerza para que mi hijo ó el gobierno nos dejen tranquilos al rey, á mi y al príncipe de la Paz, hasta tanto que S. M. llegue. En fin, el gran duque y el emperador sabrán tomar las medidas necesarias para que se esperen su arribo ú órdenes sin que antes seamos víctimas. Luisa.»

=

CARTA DE LA REINA DE ETRURIA AL

GRAN DUQUE DE BERG, EN MADRID Á 30 DE MARZO DE 1808,, CON OTRA DE SU MADRE, Y UN ARTÍCULO ESCRITO

DE MANO PROPIA DE CARLOS IV.

«Señor y hermano: os remito una carta que mi madre me ha enviado, y os suplico que me digais si vuestra guardia ó vuestras tropas han pasado á guardar al príncipe de la Paz. Deseo saber tambien cuál es el estado de la salud del principe, y qué opina vuestro médico en el asunto. Respondedme al instante, porque pienso visitar á rai madre uno de estos dias, sin detenerme alli mas que lo preciso para hablar y volver aqui. Id pronto, pues solo vos podeis ser mi defensor, y vuelvo á rogaros que me respondais sin detencion: entre tanto soy de corazon nestra afectisima hermana y amiga = María Luisa. >>

CARTA DE LA REINA DE ESPAÑA CI

TADA EN LA ANTERIOR.

«Si el gran duque no toma á su cargo que el emperador exija prontamen→ te órdenes de impedir los progresos de las intrigas que hay contra el rey mi esposo, contra el príncipe de la Paz su amigo, contra mi, y aun contra mi hija Luisa, ninguno de nosotros está seguro. Todos los malévolos se reunen en Madrid al rededor de mi hijo: éste los cree como á oráculos, y por sí mismo no es muy inclinado à la magnanimidad ni á la clemencia. Debe tenerse de ellos toda mala resulta. Yo tiemblo, y lo mismo mi marido, si mi hijo ve al emperador antes que éste haT. I.

ya dado sus órdenes, pues él y los que le acompañan contarán á S. M. I. tantas mentiras que lo pongan por lo menos en estado de dudar de la verdad. Por este motivo rogamos al gran duque consiga del emperador que proceda sobre el supuesto de que nosotros estamos absolutamente puestos en sus manos, esperando que nos dé la tranquilidad para el rey mi esposo, para mi y para el príncipe de la Paz, de quien deseamos que nos lo deje á nuestro lado para acabar nuestros dias tranquilamente en un pais conveniente á nuestra salud, sin que ninguno de nosotros tres les hagamos la menor sombra. Rogamos con la mayor, instancia al gran duque que se sirva mandar darnos diariamente noticias de nuestro amigo comun el príncipe de la Paz, pues nosotros ignoramos todo absolutamente.» EL SIGUIENTE ARTÍCULO ESTÁ ESCRITO DE LETRA DE CARLOS IV.

«Yo he hecho á la reina escribir todo lo que precede, porque no puedo escribir mucho á causa de mis dolores. = Carlos.»>

SIGUE ESCRIBIENDO LA REINA.

«El rey mi marido ha escrito esta línea y media, y la ha firmado para que os asegurcis de ser él quien escribe.»

NOTA DE LA REINA DE ESPAÑA PARA EL GRAN Duque de BERG, REMITIDA POR MEDIO DE LA REINA DE ETRURIA, SIN FECHA EN 1808.

«El rey mi esposo y yo no quisieramos ser importunos ni enfadosos al gran duque, que tiene tantas ocupaciones, pero no tenemos otro amigo ni apoyo que él y el emperador, en quien estan fundadas todas las esperanzas del rey, las del príncipe de la Paz, amigo del gran duque é intimo nuestro, las de mi hija Luisa y las mias. Mi hija me escribió ayer por la tarde lo que el gran duque le habia dicho, y nos ha penetrado el corazon, dejándonos llenos de reconocimiento y de consuelo, esperando todo bien de las dos sagradas é incomparables personas del empera

dor el

Y gran duque. Pero no queremos que ignoren lo que nosotros sabemos, á pesar de que nadie nos dice nada, ni aun responden á lo que preguntamos, 45

por mas necesidad que tengamos de respuesta. Sin embargo, miramos esto con indiferencia, y solo nos interesa la buena suerte de nuestro único é inocente amigo el principe de la Paz, que tambien lo es del gran duque, como él mismo esclamaba en su prision en medio de los horribles tratos que se le hacian, pues perseveraba llamando siempre amigo suyo al gran duque, lo mismo que lo habia hecho antes de la conspiracion, y solia decir: «si yo tuviera la fortuna de que el gran duque estuviese cerca y llegase aqui, no tendria nada que temer.»> El deseaba su arribo á la corte, y se lisonjeaba con la satisfaccion de que el gran duque quisiese aceptar su casa para alojamiento. Tenia preparados algunos regalos rara hacerle; y en fin, no pensaba sino en que llegara el momento y despues presentarse ante el emperador y el gran duque con todo el afecto imaginable; pero ahora nosotros estamos siempre temiendo que se le quite la vida, ó se le aprisione mas, si sus enemigos llegan á entender que se trata de salvarle. ¿No sería posible tomar por precaucion algunas medidas antes de la resolucion definitiva? El gran duque pudiera enviar tropas sin decir á qué; llegar á la prision del príncipe de la Paz y separar la guardia que le custodia, sin darle tiempo de disparar una pistola ni hacer nada contra el príncipe; pues es de temer que su guardia lo hiciese, porque todos deseos son de que muera y tendrán gloria en matarle. Asi la guardia sería mandada absolutamente por las órdenes del gran duque; y si no, puede estar seguro el gran duque de que el principe de la Paz morirá si prosigue bajo el poder de los traidores indignos y á las órdenes de mi hijo. Por lo mismo volvemos á hacer al gran duque la misma súplica de que haga sacarle del poder de las manos sanguinarias, esto es, de los guardias de corps, de mi hijo y de sus malos lados,

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que sino debemos estar siempre temblando por su vida, aunque el gran duque y el emperador la quieran salvar, mediante que no lo podrán conseguir. De gracia volvemos á pedir al gean duque que tome todas las medidas convenientes para el objeto, porque como se pierda tiempo ya no está segura la vida pues es cosa cierta que sería mas facil de conservar si el prín

cipe estuviese entre las manos de leones y de tigres carnívoros. >>

«Mi hijo estuvo ayer despues de comer con Infantado, con Escoiquiz, que es un clérigo maligno, y con San Carlos, que es peor que todos ellos: y esto nos hace temblar, porque duró la conferencia secreta desde la una y media hasta las tres y media. El gentil hombre que va con mi hijo Carlos, es primo de San Carlos; tiene talento y bastante instruccion, pero es un americano maligno y muy enemigo nuestro, como su primo San Carlos, sin embargo de que todo lo que son lo han recibido del rey mi marido á instancias del pobre príncipe de la Paz, de quien ellos decian ser parientes. Todos los que van con mi hijo Carlos son incluidos en la misma intriga, y muy propios para hacer todo el mal posible, y que sea reputado por verdad lo que es una grande mentira. >>

«Yo ruego al gran duque que perdone mis borrones y defectos, que cometo cuando escribo francés, mediante hacer ya cuarenta y dos años que hablo español desde que vine à casar en España á la edad de trece años y medio, motivo por el cual aunque hablo francés, no sé hablarlo bien. El gran duque conocerá la razon que me asiste y disimulará los defectos del idioma en que yo incurra. — Luisa.

NOTA DE LA REINA DE ESPAÑA PARA EL GRAN DUQUE DE BERG, POR MEDIO DE LA REINA DE ETRURIA, SU HIJA, SIN FECHA EN 1808.

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«Ayer recibí un papel de un honés que queria tener una audiencia secreta conmigo despues que el rey mi marido estaba ya en cama, diciéndome que me daria grandes luces sobre todo lo que sucede actualmente. »

«El queria que yo le diese por mi misma seis ú ocho millones, diciendo que yo los podria pedir á la compañía de Filipinas, y que él haria una contrarevolucion, que librase al principe de la Paz, y fuese tambien contra los franceses. »

«El rey y yo lo hicimos prender, sin permitirle comunicacion, y permanecerá preso hasta que se averigue la verdad de todo lo que hay en este asunto, pues creemos que sea emisario de los ingleses para perder

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supuesto que el rey y el principe de la Paz siempre han sido únicamente amigos de los franceses, del emperador, y en particular del gran duque, sin haberlo sido jamas de los ingleses, nuestros enemigos naturales. »

«Creemos tambien por muy neccsario que el gran duque haga asegurar al pobre principe de la Paz, que siempre ha sido y es amigo del gran duque, de quien asi como del emperador esperaba su asilo en la forma que lo tenia escrito por medio de Izquierdo al mismo gran duque, y aun al emperador mismo, bien que no sé si estas cartas habrán llegado á sus

manos. »

« Convendria sacar de las manos de los guardias de corps y de las tropas de mi hijo al pobre príncipe de la Paz, su amigo, pues de recelar es que se le quite la vida ó se le envenene y se diga que ha muerto de sus heridas, y por cuanto no tendrá seguridad de vivir mientras esten á su lado algunos de estos malignos, será forzoso que el gran duque, despues asegurar la del príncipe de la Paz en su poder, tome medidas bien fuertes para conservarle, pues las intrigas cada dia crecen contra ese pobre amigo del gran duque, y aun contra el rey mi marido, cuya vida tampoco está bastante segura.»

de

persona

«Mi hijo hizo llamar al hijo de Biergol, que es oficial de la secretaría de relaciones esteriores. Estuvieron presentes á la sesion Infantado y todos los ministros. Mi hijo le preguntó qué habia de nuevo en el Sitio, y qué hacia el rey mi marido: Biergol respondió lo que habia de verdad, diciendo, no hay nada de nuevo: el rey sale muy poco: la reina no ha salido: se ocupan en preparar una habitacion para el caso de que el gran duque y el emperador vayan alli. Mi hijo le dió órden de volver aqui, y de estar al servicio de su padre hasta que éste emprenda su viaje, porque es uno que interviene en nuestras cuentas como tesorero. A todos los que nos siguen aplican el título de desertores. Yo recelo que traman alguna grande intriga contra nosotros, y que estamos en grande riesgo, porque Infantado y los otros son tan malos y peores que los demas. Me persuado el que rey, y yo y el pobre príncipe de la Paz estamos muy espuestos, porque no mani

:

fiestan sino mala voluntad contra nosotros, y nuestra vida no está segura, si no lo remedian el gran duque y el emperador. Es necesario que tomen algunas medidas para contener las abominables intenciones de estos malignos, y para que mi hijo se canse de dedicarse á pensar todo lo que sea contra su padre, y contra el principe de la Paz. Nosotros hemos tenido esta noticia despues que salió de aqui el edecan. El clérigo Escoiquiz es tambien de los malos. = Luisa. »

CARTA DEL REY CARLOS IV AL GRAN
DUQUE DE BERG, CON OTRA DE LA
REINA SU ESPOSA, EN ARANJUEZ
1. DE ABRIL DE 1808.

«Mi señor y muy querido hermano: V. A. verá por el escrito adjunto que nosotros nos interesamos en la vida del príncipe de la Paz mas que en la nuestra. >>

«Todo lo que se dice en la gaceta estraordinaria sobre el proceso del Escorial, ha sido compuesto á gusto de los que lo publican, sin decir nada de la declaracion que mi hijo hizo espontáneamente, la cual habrán mudado sin duda: ella está escrita por un gentil hombre, y firmada solamente por mi hijo. Si V. A. no hace esfuerzos para que el proceso se suspenda hasta la venida del emperador, temo mucho que quiten antes la vida al príncipe de la Paz. Nosotros contamos con el afecto de V. A. para nosotros tres, fundados en la alianza y amistad con el emperador. Espero que V. A. me dará una respuesta consolatoria que me tranquilice, y comunicará al emperador esta carta mia, con espresion de que yo descanso en su amistad y generosidad. Escusadme lo mal escrita que va carta, pues los dolores que padezco son la causa. En este supuesto, mi señor y muy querido hermano, de V. A. I. R. y soy su muy afectu

Carlos. »

CARTA DE LA REINA.

esta

« Señor mi hermano: yo junto mis sentimientos á los del rey mi marido, rogando á V. A. la bondad de hacer lo que le pedimos ahora; y esperamos que su amistad y humanidad tomará á su cargo la buena cau

sa de su íntimo y desgraciado amigo el pobre príncipe de la Paz, asi como nuestra propia causa, que está unida á la suya, para que asi cese y se suspenda todo hasta que la generosidad y grandeza de alma sin igual del emperador nos salve á todos tres, y haga que acabemos nuestros dias tranquilamente y en reposo. No espero menos del emperador y de V. A. que nos concederá esta gracia, pues es la única que deseamos. En este supuesto, ruego á Dios que tenga á V. A. en su santa y digna guarda. Señor mi hermano de V. A. I. y R. muy afecta hermana y amiga Luisa.»

NOTA DE LA REINA DE ESPAÑA PARA EL GRAN DUQUE DE BERG, REMITIDA POR MEDIO DE LA REINA DE ETRURIA EN 1. DE ABRIL DE 1808.

« Habiendo visto la gaceta estraordinaria que habla solamente de haberse encontrado la causa del Escorial entre los papeles del pobre principe de la Paz, veo que está llena de mentiras. El rey era quien guardaba la causa en la papelera de su mesa , y la confió al pobre príncipe de la Paz para que la diera al gran duque, con el fin de que la presentase al emperador de parte del rey mi marido. Como esta causa se halla escrita por el ministro de la Guerra y de Justicia, y firmada por mi hijo, éste y aquel mudarán lo que quieran como si fuese original y verdadero; y lo mismo sucederá en lo que quieran mudar relativo á los demas comprendidos en la causa pues todos estan ahora al rededor de mi hijo, y harán lo que éste mande, y lo que quieran ellos

mismos. »

« Si el gran duque no tiene la hondad y humanidad de hacer que el emperador mande prontamente hacer suspender el curso de la causa del pobre príncipe de la Paz, amigo del mismo gran duque, y del emperador, y de los franceses, y del rey y mio, van sus enemigos á hacerle cortar la cabeza en público, y despues á mi, pues lo desean tambien. Yo temo mucho que no den tiempo para que pueda llegar la respuesta y resolucion del emperador, pues precipitarán la ejecncion para que cuando llegue aquella no pueda surtir efecto favorable per estar ya decapitado el principe. El

rey mi marido y yo no podemos ver con indiferencia un atentado tan horrible contra quien ha sido intimamente amigo nuestro y del gran duque. Esta amistad, y la que ha tenido en favor del emperador y de los franceses, es la causa de todo lo que sufre; sobre lo cual no se debe dudar.»

« Las declaraciones que mi hijo hizo en su causa no se manifiestan ahora; y caso de que se publiquen algunas, no serán las que de veras hizo entonces. Acusan al pobre principe de la Paz de haber atentado contra la vida y trono de mi hijo; pero esto es falso, y solo es verdad todo lo contrario. No tratan sino de acriminar á este inocente principe de la Paz, nuestro único amigo comun, para infla

mar

mas al público, y hacerle creer contra él todas las infamias posibles.

Despues harán lo mismo contra mi, que tienen la voluntad preparada para ello. Asi convendrá que el gran duque haga decir á mi hijo que se suspenda toda causa y asunto de papeles hasta que el emperador venga, ó dé disposiciones; y tomar el gran duque bajo sus órdenes la persona del pobre principe de la Paz, su amigo, separando los guardias y poniendo tropas suyas para impedir que lo maten, pues esto es lo que quieren, ademas de infamarle, lo que tambien proyectan contra el rey mi marido y contra mi, diciendo que es necesario formarnos causa, y hacer que despues demos cuenta de todas nuestras operaciones.»

«Mi hijo tiene muy mal carazon: su carácter es cruel: jamas ha tenido amor á su padre ni á mí: sus consejeros son sanguinarios: no se complacen sino en hacer desdichados, sin esceptuar el pare ni la madre. Quieren hacernos todo el mal posible, pero el rey y yo tenemos mayor interes en salvar la vida y el honor de nuestro inocente amigo, que nuestra misma vida. »

«Mi hijo es enemigo de los franceses, aunque diga lo contrario. No estrañaré que cometa un atentado contra ellos. El pueblo está ganado con dinero, y lo inflamará contra el principe de la Paz, contra el rey mi marido y contra mí, porque somos aliados de los franceses, y dicen que nosotros les hemos hecho venir.»

« A la cabeza de todos los encni

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