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nos, asolaron varios puertos en África, volviendo ricas y victoriosas. Con tanta gloria lograba decorar los postreros dias de su reinado aquel rey sabio y valeroso, que bajó á la tumba miércoles 30 de Junio de 1109.

Antes de dar por terminado el estudio de los hechos de más monta que caracterizan su política, mencionaremos, aunque de pasada, uno de sus últimos actos de gobierno, por probar hasta qué punto se habia abierto camino la invasion ejercida por usos extranjeros, señaladamente de los muslimes, en las costumbres castellanas de la época que historiamos. Consumada la derrota de Uclés, consultó don Alfonso los sabios de Castilla, sobre el decaimiento que se observaba en el valor de sus gentes, obteniendo por respuesta, que consistia aquel en el abuso de los baños, y en regalos y deleites, no usados en tiempos anteriores. Mandó el emperador en consecuencia destruir todos los baños de sus reinos: dióse con igual empeño á reformar los trajes, prohibiendo los excesivos regalos de la mesa, no sin estimular á sus súbditos á volver á la antigua severidad y dureza en el ejercicio de las armas.

Así pareció arrepentirse en su ancianidad de haber dejado tomar á las costumbres árabes extremado influjo en sus dominios, durante su reinado; pero la voluntad de un hombre no era suficiente á refrenar el torrente de los hechos y de las circunstancias históricas, aun recibido el principal impulso de sus propias manos. Dado este eran inevitables sus consecuencias.

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CAPÍTULO V.

Estado de los reinos de Castilla y de Aragon al ascender al trono doña Urraca.-Efectos probables de la union de ambas coronas.-Rebelion de los muslimes toledanos.-Reinado de don Alfonso VII.-Confirmacion de los fueros de mozárabes, castellanos y francos.Fuero de Avia de Torres.-Mudejalato de Seifadola.-Sumision del rey de Navarra y del conde de Barcelona.-Proclamacion del emperador.-Toma de Oreja.-Triunfo de don Alfonso. Conquista de Coria.-Entrada de Córdoba por Seifadola.-Muerte de este caudillo. Sistema político de don Alfonso VII.-Conquistas de Baeza, Úbeda y Almería, y humillacion de Córdoba.-Muerte del emperador.-Anécdotas sobre los mudejares de su tiempo.

Grandes movimientos se siguieron en España á la muerte del conquistador de Toledo, y la monarquía castellana, como nave sin piloto acosada por recios temporales, padeció graves tormentas. Unidas las coronas de Aragon y Castilla por el enlace de doña Urraca con don Alfonso el Batallador, feudataria de los dos esposos y presa de intestinas disensiones, la parte más granada de los estados muslimes de la Península Ibérica, hubiérase podido pronosticar, con adelanto de cerca de cuatro siglos, la obra total de la reconquista. Fué causa á impedir este suceso la desapoderada codicia de algunos grandes, ansiosos de medrar á la sombra de una mujer poco versada en los consejos de la experiencia, cuando no bastara á desvanecer las mejores esperanzas el áspero carácter del rey, que sobre poco deferente con su esposa, parecia herir más de lo justo el orgullo y altivez castellanos. Las consecuencias de las discordias sembradas por espíritus malévolos, que no se pararon en menos que en la disolucion del matrimonio de ambos príncipes, hubieran sido funestísimas para la cristiandad, á hallarse menos decadente el imperio de los almoravides. Pero si los muslimes no lograron el objeto de sus ambiciones, dados la pujanza y poderío de los estados

cristianos, preciso es confesar que no escasearon los medios de sacudir el yugo en que yacian.

Ya aprovechando la conturbacion ocasionada por el reinado incipiente de doña Urraca, durante la permanencia en Aragon de los dos esposos, comenzaron á moverse los del reino de Toledo, probando sus fuerzas en asonadas y rebatos, dispuestos á alzar por su caudillo á un gobernador de Talavera, llamado Yazmin 1. Hubiera sido el conflicto harto grave, sin la decision del arzobispo don Bernardo, que no solo detuvo los progresos de los rebeldes, pero tambien estorbó el abandono de la capital, á la sazon en que entrando arrogante Ali-ben-Yusuf por Madrid y Guadalajara, llegó hasta la ciudad imperial y devastó sus campiñas. Retirado el almoravide por el valor y gallardo aliento de aquel prelado, repúsose el reino de aquella acometida, apagando las últimas chispas de la rebelion la venida de los reyes á Toledo, donde el Batallador, que comenzaba á titular sobre los estados de su mujer, adoptando el dictado que habian usado anteriormente el sexto Alfonso y don Fernando primero, se hizo llamar emperador de España.

Que pudo tener alguna trascendencia en el estado social de los muslimes de las dos coronas la union, siquiera efímera, que se realizaba de esta suerte, pruébalo la legislacion foral de ambos paises, como quiera que se encuentren notables analogías entre las disposiciones que se aplicaron á los mudejares aragoneses en esta época y las que se habian establecido y se establecieron despues para los muslimes de Castilla. Poco mirado en general don Alfonso en su conducta con el clero castellano, dióse á proteger manifiestamente á algunos muslimes, y cuando en 1111 estallaron las desavenencias entre ambos esposos, dispensó toda suerte de proteccion á los burgueses de Sahagun, moros, judíos y borgoñeses, excitándolos contra los monjes del monasterio, todo en odio, al parecer, del arzobispo toledano, antiguo abad del mismo, que favorecia á la reina.

Mas si estas disensiones y escándalos tuvieron por entonces tregua, merced á la momentánea concordia que logró establecer entre los reyes consortes el antiguo teniente del Cid y conquistador de Cuenca, Alvar Fañez de Minaya; proclamado luego rey de Castilla y de Leon el príncipe don Alfonso Raimundo, en union con su madre doña Urraca, la

1 Sandoval, Cuatro Reyes, cap. XXVI.

separacion fué decisiva, quedando desvanecidas para mucho tiempo las halagüeñas esperanzas concebidas.

Era el nieto de Alfonso VI el monarca más á propósito para hacer olvidar pasados disturbios: descollado en el cuerpo y de hermosa fisonomía, mostrábase esforzado, sin afectacion de valiente, incansable para el trabajo y en los negocios de la defensa y gobernacion del reino, maduro en la opinion y en el obrar diligentísimo. Mal apreciada generalmente su política, como medida casi siempre en razon de circunstancias muy variables, aparece á mejor luz, atendidas las capitulaciones que concedió á las ciudades que se iban recobrando, y los fueros con que las engrandecia y honraba.

No habiendo llegado el momento de examinar en sus pormenores los de mozárabes, castellanos y francos confirmados por él, y reducidos á uno solo en 1118, bastará por ahora á nuestra consideracion sobre el gobierno de este príncipe la importancia que en ellos se concede á la sociedad musulmana, como parece del crecido número de los árabes que confirman tan importante documento y su proporcion con los cristianos 1.

Ni mereció menos atencion al hijo de doña Urraca el incremento de la poblacion sarracena en sus estados, al conceder en 1130 á Avia de Torres los fueros castellano, franco, judío y moro, segun las clases en que la poblacion se hallaba dividida 2.

1 Bajo el signo real firman el arzobispo

de Maqueda Galib-ben-Abdalaziz (

بن عبد العزيز - don Bernardo y varios moradores de Ma

gerit (Madrid), Alfahmin, Talavera y Maqueda. Entre los habitantes de Madrid firman en árabe Alí-ben-Jeir)

2 De sentir es que documento de tanta cuenta para la investigacion que nos hemos

propuesto, permanezca desconocido en su texto, del cual solo podemos formar algunas conjeturas por fragmentos ligerísimos. Cítalo, sin embargo, el Catálogo de

)y Abo-l-hassen-ben-Micayel (Fueros y Cartas pueblas, publicado por la

Habil-ben-Al-Ata (U

Real Academia de la Historia, refiriéndose al MS. D. D. 141, de la Biblioteca Nacional y á Fernandez Sotelo en su Historia del derecho real de España. En el mencio

عبد العزيز بن) Abdalaziz-ben-Hazim عبد الله بن Abdallah-ben-Faqir ,(حازم

entre los de Talavera الحسن بن مكايل Abo هابل بن

mientos de don Pedro Salanova, abogado يولد بن Yulad-ben-Otsman(القتال

entre los عبد الرحمن بن عبد الرحمن

Ishaq (~~¦ μl), Jalaf-Alcatel

(nado MS., que comprende unos Apunta

c) y Abderrahman-ben-Abdirrahman

de los Reales Consejos, bajo el epígrafe de Fueros de España, en su fólio 12, se lee: Don Alonso Remondez á 8 de las Kalen

Fruto fué de semejantes garantías el que cundiese entre los muslimes cierto espíritu de propaganda de dominacion castellana y española contra las vejaciones de los almoravides africanos. Animado de la misma Seifadola-Aben-Hud, que de antiguo monarca de Cesar-augusta, se veia reducido al señorío de Rueda, conocedor de los triunfos obtenidos por Alfonso VII sobre el poderoso monarca aragonés en la vindicacion de sus estados, despachó un mensaje al rey de Castilla, rogándole le enviara alguna persona de su intimidad, con quien pudiera pasar á sú córte. Envióle el rey á Rodrigo Martin y á Gutierre Fernandez, caballeros discretos y esforzados, que se encargaron de conducirle á Toledo. Cuando llegó Aben-Hud á la ciudad de los Concilios, recibióle Alfonso honoríficamente, dándole asiento á su lado, de lo cual se pagaron tanto los muslimes, que manifestaron al rey ser inferior la fama de sus grandes prendas á la realidad que reconocian. Presentáronle en seguida dones de gran valor y estima; y armados caballeros por el monarca castellano Seifadola y su hijo, obligáronse à servirle todos los años de su vida. Ofreciéronle al par y entregaron la ciudad de Rueda, que el rey entregó á su hijo Sancho, para que la poblase de gente cristiana. Esto refiere la Crónica del Emperador 1; pero el historiador Aben-AlAbbar asegura que la ciudad no fué entregada á Alfonso con tanto des

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das de Noviembre, era 1168, rogatu fidelissimi Roderici Gomez, dió fueros á la ciudad de Avia. Dice: do illis forum franco, castellano, iudaeo et mauro, etc. Repite la noticia el historiador citado con una ligera ampliacion y alguna equivocacion en la fecha, que reputamos error tipográfico: «No

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رمند المعروف بالسليطين وعوصه منها - solo este fuero de Escalona, escribe Fer

بنصف مدينة طليطلة وذلك في سهر

permanecid en ذي القعدة سنة ۳۴*

nandez Sotelo (O. C., lib. III, cap. 12), es el único que concedió el rey don Alonso el Séptimo, porque por privilegio expedido en 28 de Octubre (léase 25), era de 1168, esto es, 1130, dió fueros á Avia, que es una villa de Campos, y le concede el fuero franco, castellano, judio y moro, segun los habitadores, y que diese cada uno un denario de la moneda real en el mes de Marzo, y seis denarios en el ofertorio de la misa de San Martin, que no hubiese en Avia sayon, y que los pecados de liviandad con mujeres se castigaran á humo muerto».

Rueda hasta que la desocupó el tirano Adhefonx-ben-Remond, el conocido por el Sultanito, á quien la dió, trocándola por la mitad de la ciudad de Tolétula en el mes de Dzu-l-Caada del año 534 (1140)». Observa Conde (Parte III, cap. XXXIII) que hay error en la fecha, porque en 1140 no vivia Alfonso; mas esto no es exacto, aunque ciertamente sea más admisible la cronología de las crónicas cristianas.

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