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batel, y la mar un poco alta. Ya le pesaba, por hallarse en el batel, y aun á los que con él íbamos tambien; pero quiso Dios que se embarcó. Ya era muy de noche, y como el viento refrescó, sin velas nos levó tanto, que á la mañana volvimos en demanda de la capitana haciendo camino, y no la podimos ver más. Así tomamos nuestra derrota derecho á Sancto Domingo, pensando que la capitana iba delante, y quedaba detrás, porque nos iba aguardando; y como nosotros no supiésemos si la dexábamos ó si la seguíamos, íbamos muy despacio; de manera que nos alcanzó cuatro dias despues. Cosa que cuando el Gobernador vió la nao del Maestre de campo, dió albricias á quien se la mostró primero, porque como nos apartamos dél, creyó quel Maestre de campo se habia ido al Perú ó Tierra firme, por lo cual el Gobernador estaba muy apasionado, porque, de tres naos que habia sacado de España, no podria dar cuenta á los señores de la Audiencia de Sancto Domingo de más de una, porque la almiranta se habia apartado á 20 de Mayo y no la habíamos visto más, y habiéndose apartado la del Maestre de campo tambien, pesábale mucho. Así, habiendo alcanzado á la nao del Maestre de campo, con algun contento más del que llevaba, caminamos nuestra via y llegamos á Sancto Domingo á 17 del mes de Julio, del dicho año de 1559 años. Y allí el Gobernador no quiso tomar la barra de golpe; hízose á la mar, y el Maestre de campo arrimóse á la barra; por donde fue causa que habia nueva de franceses, y como no tuviesen nueva de navíos de España, y nos vieron arrimar mucho al puerto, y era á boca de noche, aunque amainamos velas, no fue parte para que de la fortaleza nos dexasen de tirar, porque nos tiraron dos piezas gruesas con bala. Y de noche fué á re

conocer con un batel el alguacil mayor de la Audiencia, y nos habló, y entró en la nao y tomó relacion, y volvió á dar cuenta á los señores Presidente y Oidores. Y el Maestre de campo no quiso entrar en el puerto hasta que su capitana viniese; y como la capitana estuviese mucho á la mar y fuese tiempo de... canes (1), los señores de la Audiencia mandaron que el Maestre de campo entrase y que no aguardasen al Gobernador. Y el Maestre de campo estuvo en el rio dos dias, que no quiso saltar en tierra hasta quel General entrase, aunque Dios sabe la gana quel pobre mozo tendria, seyendo mochacho y habia tanto tiempo que lo deseaba. Pues llegado el Gobernador y saltados en tierra, como la gente iba tan debilitada y la tierra es enferma, á razon de ser muy cálida y húmeda y á nadie perdona, viérades aquel hospital tan poblado, que en pocos dias no cabia de gente, y la tierra tan llena de gente, que á razon de los muchos necesitados se pedia la caridad.

Luego comenzaron los oficiales de S. M. á proceder contra el Gobernador para cumplir con sus oficios, y los demás agraviados pedian justicia del Gobernador: tantos, que se halló algun dia quel Audiencia no tenia mas pleitos que los del Gobernador. Comenzáronsele á desvergonzar todos de manera, que aunque le topasen en la calle sus soldados, no hacian caso del más que de un gabacho. Al fin él andaba solo, como el mas bajo hombre del armada, que era lástima habelle conocido tan señor, y vello tan abatido; y de aquí se puede colegir que la soberbia no sube al cielo (2).

(1) Falta en el original el principio de esta palabra, que sin duda es huracanes.

(2) Publicamos esta relacion, aunque no contiene en realidad

RELACION BREVE FECHA POR PEDRO DE MONGUIA, CAPITAN QUE FUE DE LOPE DE AGUIRRE, DE LO MAS SUSTANCIAL QUE HA ACONTECIDO, SEGUN LO QUE SE ME ACUERDA, DE LA JORNADA DEL GOBERNADOR PEDRO DE ORSUA, QUE SALIÓ DE LOS REINOS DEL PERÚ PROVEIDO POR EL AUDIENCIA REAL QUE RESIDE EN LA CIUDAD DE LOS REYES, É POR EL VISOREY MARQUÉS DE CAÑETE; É DEL ALZAMIENTO DE LOPE DE AGUIRRE, EL CUAL MATÓ AL DICHO GOBERNADOR PEDRO DE ORSUA É SE HIZO CAPITAN EN ÉL, CON INTENCION DE VOLVER AL PERÚ POR EL NOMBRE DE DIOS PARA HACERSE REY É SEÑOR DÉL, SEGUN LO POBLICA. (1)

A nueve dias del mes de Julio de 1560 salió Pedro de Orsua de los Motilones, que es en la provincia del Perú,

noticias relativas á descubrimiento ni conquista, porque nos parece interesante y curiosa para dar idea de la forma en que se acometian tamañas empresas, con tal escasez de recursos y por hombres en lo general de condicion inquieta y turbulenta. Así que no en balde se ha dicho que eran mayores las dificultades que los primeros conquistadores llevaban consigo mismos, que las que solia ofrecerles la tierra desconocida á que se dirigian y los salvajes que la habitaban. Honra, pues, mayor merecen tambien los que con semejantes elementos llevaron á cabo hazañas que, sin exajeracion, pueden calificarse de épicas.

(1) Coleccion de Muñoz, tomo LXXXVIII.-Pedro de Orsua fue nombrado teniente de su tio, el licenciado Miguel Diaz de Armendariz, juez de residencia y gobernador del Nuevo Reino de Granada; y despues de fundar allí la ciudad de Tudela, no pudiéndose mantener fué á descubrir el Dorado.

el rio abaxo, con toda su armada, que serian trecientos hombres, antes más que menos, veinte y tantos negros, é seiscientas piezas de servicio, de indios é indias, é ciento veinte arcabuceros, é mucha pólvora, é treinta caballos bien aderezados, porque demás de ciento cincuenta caballos que habia para embarcar, se quedaron los demás en los Motilones, donde se embarcaron la gente, porque las chatas, en que se habian de embarcar los caballos, se hicieron pedazos al echar al agua, é de once piezas que eran, quedaron solas cuatro. Y estas chatas son navíos, casi como barcas de Córdoba, y en estas cuatro, que quedaron, y en muchas balazas (1) é canoas se embarcó el Gobernador. Andadas docientas leguas, se le fue al fondo el mejor de los navíos, á las juntas del un rio, que se llama de Veamia, que tambien viene de las provincias de Perú. É de ahí á ciento cincuenta leguas llegó á una provincia, que se llama Manicuri; estas trecientas cincuenta leguas, que quedan atrás, son todas despobladas, é creo que pereciéramos todos, sino fuera por la gran cantidad de huevos de tortugas que se hallaron, é alguna pesquería de anzuelos, por haber salido el armada desproveido é haber tardado dos años en se hacer los navíos. Esta provincia de Manicuri dura ciento cincuenta leguas; andado tres ó cuatro dias por esta provincia, se nos fue otro navío al fondo: remedióse la gente en muchas canoas que tomamos. É luego dimos en otro despoblado de ciento cincuenta leguas, del cual no escapáramos, sino fuera la mucha pesquería é muchos huevos de tortugas que se hallaron. Fue Dios servido de nos sacar deste despoblado, é dimos en un pueblo, principio de las

(2) Asi: sin duda por balsas.

provincias que dicen de Machifaro, en el cual pueblo hallamos mucho maiz y mucha cantidad de tortugas, en corrales de agua, hechos á mano. En este pueblo estuvo el Gobernador veinte y ocho dias, reformando la gente, que venia muy fatigada. A cabo de estos veinte y ocho dias salió deste pueblo, y este dia llegó á otro pueblo que habia quince leguas del uno al otro, en el cual pueblo halló caminos, la tierra adentro, é noticia de mucha gen

luego visto esto, el Gobernador despachó á Sancho Pizarro con cuarenta hombres á que siguiese la noticia é tomase lengua é guias.

É á tres dias despues que salió Sancho Pizarro, fue concierto entre algunos que se huyesen con los navíos que quedaban é las municiones que en los navíos habia; é luego fueron de otro acuerdo, segun paresció, por parescer de Lope de Aguirre é Lorenzo de Salduendo, que matasen á Pedro de Orsua é á D. Juan de Vargas, su teniente general, é que asi se alzasen con toda la gente é fuesen con mano armada al Perú por Tierra firme, con navios que podrian hacer allí, porque habria buen recaudo de oficiales é herramientas. É así acordado en esto, como á las ocho de la noche, entraron en casa del Gobernador los siguientes: D. Fernando de Guzman, su alférez general, é Lope de Aguirre é Juan Alonso de la Bandera é Lorenzo de Salduendo é Alonso de Montoya, Christóbal de Chaves, Alonso de Villena, Martin Perez de Correndo, Juan Calogiral, Diego de Torres, Miguel Serrano é un F. de Miranda, Sebastian Gomez, Pedro Hernandez y Pedro de Trujillo, que era de los que quedó en guarda de las canoas é navíos. É cada uno destos dexaron algunos amigos advertidos é armados, para que, andando al arma, acudiesen é hobiesen desarmado á TOMO IV.

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