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paré esta tierra con el Andalucía, porque es muy rica tierra toda ella.

Desde Cauchi salió derecho á Tanasqui, que tardamos en llegar á él tres dias, por despoblado; es una tierra tan rica, que no sé cómo me lo encaresca.

Desde Tanasqui salió derecho á otro lugar, que se lla ma Solameco, y por otro nombre Chiaha; es tierra muy rica y anchurosa, lugar grande, cercado de rios muy lindos; hay en derredor deste lugar, á legua y á dos leguas y á tres leguas y menos y más, muchos lugares pequeños, todos cercados de rios. Hay unas leguas de bendicion, mucha uva y muy buena, mucho níspero; en efecto es tierra de ángeles.

Desde Solameco salió derecho al Poniente, á un lugar, que se dice Chalahume, á donde tardamos en llegar tres dias, por despoblado, y á donde hallamos sierras más ásperas que la sierra que nombramos. En estos fuertes por donde pasamos es tierra muy rica y agradable y fresca; al subir una sierra destas, hallamos humo de metal, y preguntando á los alquimistas, dixeron con juramento que era de plata; llegamos á Chalahume, que tiene tan buen sitio de tierra, en comparacion, como tiene la ciudad de Córdoba, muy grandes vegas y muy buenas; alli hallamos uvas tan buenas como las hay en España; sé decir ques tierra que paresce que españoles la han cultivado, segun es buena.

Desde Chalahume salió derecho á otro lugar, que está dos leguas de allí, y se dice Satapo, desde donde nos volvimos; es pueblo razonable, de buenas casas y mucho maiz y muchas frutas silvestres, pero la tierra rica y muy agradable; y todos estos lugares y los de atrás situados cabe muy lindos rios.

Desde Satapo habíamos de ir derechos á Cosaque, ereo yo, segun me informé de indios y de un soldado que llegó allá desta compañía, y volvió y dió cuenta de lo que vido, hay cinco jornadas ó seis hasta Cossa, tierra muy poco poblada, porque no hay más de tres lugares pequeños: el primero, que está dos jornadas de Satapo, que se dice Tasqui; en estas dos jornadas hay buena tierra y tres rios grandes; y un poco más adelante, otro lugar, que se dice Tasquiqui, y desde allí, á otra jornada más adelante, otro pueblo destruido que se dice Olitifar, todo buena tierra llana, y desde allí á otras dos jornadas del despoblado, más adelante, está un lugar pequeño, y más adelante de este otro, como una legua. Cossa es pueblo grande, el mayor que hay desde Sancta Elena, por donde fuimos hasta llegar á él; tendrá como hasta ciento cincuenta vecinos; esto es segun el grandor del pueblo, es lugar más rico que ninguno de los dichos; hay en él de ordinario gran cantidad de indios; está situado en tierra baxa, á la falda de una sierra; hay en derredor de la media legua y á cuarto de legua y á legua muy muchos lugares grandes; es tierra muy abundante; está su sitio al sol del Mediodía, y aun á menos de Mediodía. Desde Cossa habíamos de ir derecho á Trascaluza, que es el fin de lo poblado de la Florida. Hay desde Cossa á Trascaluza siete jornadas, y creo que hay en todas ellas dos lugares ó tres; todo lo demás es despoblado. Trascaluza se dice que está al sol del Mediodía, y que desde aquí á tierra de Nueva-España hay, unos dicen que nueve jornadas, otros que once, otros que trece, y lo más comun nueve jornadas; todo de despoblado, y en el medio de todo este camino hay un lugar de cuatro ó cinco casas, y despues, prosiguiendo en el dicho efecto, la primera poblacion que

hay es de Nueva-España, segun dicen. Ruego á Nuestro Señor lo provea como se le haga servicio. Amen.-Fecha en la punta de Sancta Elena, 23 dias del mes de Enero, año de 1569 años.-Juan de la Bandera (1).

MEMORIAL DIRIGIDO POR HERNAN CORTÉS AL EMPERADOR CARLOS V, SOBRE LAS COSAS DE INDIAS (2).

S. C. C. M.

Quisiera tener tanta habilidad y suficiencia para cumplir lo que V. M. me mandó, cuanto tengo deseos de servirle, porque soy cierto que V. M. quedára muy satisfecho; mas tambien sé que este deseo me hará acertar, como he acertado en todas las otras cosas del servicio de V. M. que han sido á mi cargo. Y en esta lo deseo más copiosamente, porque con ella se dá perfeccion á todas las pasadas, que no bastára haber yo conquistado aquellas partes, y dilatado en ellas el Real Patrimonio de V. M., si para conservacion de ellas no dixese lo que alcanzo, mayormente mandándomelo, como V. M. me lo mandó. Suplico á V. M., lo que dixere, se conozca de mí ser dicho con este celo, porque juzgado así, ningun yerro me podrá ser imputado.

(1) Simancas.-Poblaciones y descripciones.-(Nota de MUÑOZ.) (2) Coleccion de Vargas Ponce. En la Real Academia de la Historia.-Tomo LV.

Lo primero, Muy Católico Señor, que á mi me parece que en aquellas partes se debe proveer, para que Dios Nuestro Señor y V. M. en ello sean servidos, es la conservacion y perpetuacion de los naturales de ellas, porque faltando estos, todo lo demás, que se quisiere proveer, seria sin cimiento, como sea notorio que de ellos resultan ambas estas cosas. Y para que esto mejor se haga, V. M. debe imaginar aquella tierra por una heredad que nuevamente ha plantado, y para que esta fructifique, es menester que las plantas se arraiguen, para que más duren y permanezcan; dando órden en que estos naturales sean bien tratados y conservados en sus pueblos y órden que tenian antes en el regimiento dellos, porque, segun la grandeza de sus poblaciones, háse de creer que, si no la tuvieran en ello buena, no se hubieran conservado tantos tiempos, ni disminuido en tan pocos como há que se sacaron de sus costumbres. Y para que de esta conservacion haya más especial cuidado, V. M. debe repartir estos pueblos por los españoles que allá residen y quisieren residir, habiendo respecto de más o menos, segun el merecimiento de cada uno, ó en sugetos, ó en perso

Y que estos, á quien se repartieren, sepan que los tienen por cosa propia, porque como tal la amparen y defiendan; y no solo no los consientan disipar, mas aun trabajen de acrecentarlos, como está notorio que se hará, teniendo por cierto cada uno que es herencia para sus hijos. Resulta de esto otro bien para el acrecentamiento de las rentas de V. M., y es, que cada uno, en la parte que le cupiere, trabajará, considerada la calidad de la tierra, de darse á la granjería y labor del campo, la que fuere más aparejada. Y como en esta tierra haya tanta diferencia de provincias, forzado ha de haber mucha di

ferencia de granjerías; y habiéndolas, no puede V. M. dexar de ser servido y acrecentar sus rentas con la contratacion de ellas.

M. P. S. hasta aquí he dicho, lo más breve que he podido, lo que toca á la conservacion y perpetuacion de las gentes de aquellas partes, como sea el cimiento sobre que se ha de edificar esta obra, y lo he dicho generalmente, dexando el cómo á la Real prudencia de V. M. y de su Consejo, que muy mejor que yo darán en esto parecer, no me apartando de servir con mi talento, si para él fuere necesario. Siguese luego dar órden en cómo estas gentes vengan en conocimiento de su Criador, para que se salven, porque si no se entrase por esta puerta, no seria V. M. dicho buen pastor, como lo es y yo lo sé, por lo que he alcanzado de la Real intencion de V. M., en todo lo que me ha enviado á mandar en este caso; y aunque otras veces yo tengo escrito á V. M. sobre él y, demás de mi parecer, enviado otros algunos de personas santas y religiosas, en especial el de Fr. Juan de Teto, que habrá V. M. conocido, y el de Fr. Martin de Valencia, que fué por principal de los frailes franciscos que pasaron en aquellas partes, que ambos, como varones de Dios y celosos de este bien, se juntaron conmigo muchas veces á hablar en ello; no dejaré aquí de tornarlo á decir, por ser en este tiempo que se ha de efectuar lo que mejor pareciere. Y es que V. M. debe proveer en aquellas partes de pastores de la Iglesia, que sean tales, que imiten á Nuestro Redentor, y que comiencen facere et docere, y que su doctrina no sólo sea verbo, sed exemplo, y que todos los otros ministros de la Iglesia sean conformes á estos pastores y prelados; porque si de otra manera fuesen, no sólo no aprovecharian, mas dañarian gravemente, por

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