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Castilla. Por consiguiente creo más antigua en Cataluña la representación popular, ó sea el tercer estamento, que en aquellos dos reinos, mas no tanto como pretende el señor Bofarull.

En orden á los progresos de los catalanes en la navegación y el comercio que indiqué arriba, no haré más que copiar lo que refiere de aquellos tiempos el señor Capmany en sus Memorias históricas sobre la marina, comercio y artes de la antigua ciudad de Barcelona.

(Historia de la Civilizacion Española; tomo 1, cap. ix, págs. 153 y 154.— Madrid, 1840.)

Acabada la guerra de Sicilia los capitanes y soldados catalanes y aragoneses ansiosos de nuevas glorias, disgustados con el ocio de la paz, y deseosos de aliviar á aquella isla del peso de las armas que ya no eran necesarias en ella, ofrecieron sus servicios al emperador de Constantinopla Andrónico, á quien los turcos hacían cruda guerra. Aceptada la oferta nombraron por su caudillo á Roger de Flor, y partieron para el Oriente. Allí por espacio de once años ejecutaron inmortales hazañas, lidiando con la fiereza de los fanáticos otomanos, y á veces con la perfidia de los astutos griegos; y quedaron al fin vencedores en medio de tantas contradicciones y peligros.

Esta expedición considerada por algunos como una relación histórica de aventuras románticas que excitan la admiración y entretienen la curiosidad, hizo un gran beneficio á los estados cristianos, refrenando el ímpetu de los turcos, que en los primeros tiempos de sus conquistas se derramaban por la Europa como un torrente asolador. Y no sólo se reportó este beneficio, sino que también la civilización de Sicilia, Aragón y Cataluña recibió grande aumento con las nuevas relaciones mercantiles, y frecuente comunicación que entonces tuvieron aquellos pueblos con los más cultos del imperio de Constantinopla.

(Ibid., tomo II, cap. v, págs. 79 y 80.)

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Progresos industriales de las monarquías de Castilla, Navarra y Aragón durante este período. No he tratado expresamemte hasta ahora de esta materia; porque los españoles no hicieron notables progresos en las artes industriales, el comercio y la navegación hasta el siglo XIII, si se exceptúan los guipuzcoanos en el Norte, y los catalanes que por su posición geográfica, y sus relaciones con el Levante, se adelantaron á los demás cristianos de la Península en esta carrera. Y aun del Principado mismo puede decirse que su comercio exterior fué muy precario, hasta que conquistadas las islas Baleares y el reino de Valencia por el rey D. Jaime I, se aseguró la navega

ción del Mediterráneo.

Este monarca fomentó en gran manera el tráfico y la navegación de los barceloneses, disponiendo entre otras acertadas providencias, que las mercancías propias de comerciantes de Barcelona, enviadas desde esta plaza á los puertos de Alejandría y Baruth, hubiesen de ir cargadas en buques nacionales, con exclusión de los extranjeros, á menos que hubiera falta de aquéllos para tales expediciones.

A mediados del siglo XII, debía de ser grande la actividad de los traficantes y la extensión de aquel comercio, puesto que en 1266 fué preciso establecer cónsules en las escalas ultramarinas para protección de los navegantes.

Pero lo que más acredita la cultura y pericia de los catalanes en aquella época, es el código de leyes del consulado de Barcelona, que por más de cinco siglos sirvió de guía para la decisión de los juicios en aquel tribunal; y formando la base de la legislación marítima de la Edad Media, fué adoptado en todas partes como el derecho común de la jurisprudencia mercantil. Debíose este utilísimo trabajo á los antiguos prohombres de mar de Barcelona, que ilustrados con la experiencia y las luces de los primeros navegantes de su patria, compilaron las costumbres marítimas, que por loables prácticas tradi

cionales, tal vez dispersas y desordenadas, gobernaban á los pueblos mercantiles de Levante.

El gran Concejo municipal de Barcelona que constaba á los principios de doscientos prohombres de todas las clases de la república, esto es, de todos aquellos cuyo interés particular era inseparable del general, procuraba por todos medios promover los aumentos de la navegación y del comercio, fomentándole con el auxilio de loables providencias que cimentaron la prosperidad común. Por otra parte la institución de una Lonja consular y del Banco público, la policía del muelle, de los seguros, de los cambios y de las corredurías, con otras muchas providencias económicas, manifiestan el celo y vigilancia de aquellos magistrados; de que no son la menor prueba las continuas mediaciones con sus propios reyes para ajustar la paz ó evitar las guerras, en beneficio general de todo el comercio y navegación.....

En el siglo XIV el comercio de Cataluña había hecho los mayores progresos, así por la decadencia que experimentó el de otros pueblos marítimos, como por las sabias reglas de economía mercantil que en diferentes Cortes celebradas en los reinados de D. Pedro IV, Don Juan I, y D. Martín se habían establecido.....

La navegación de los catalanes no se limitaba á un tráfico puramente pasivo, sino que tenía por principal objeto la exportación de los frutos y artículos industriales del país; y aunque en el día no sea posible determinarlos todos, muchos de ellos se hallan especificados en el reglamento de las leudas de Barcelona justado por el rey D. Jaime I, en 1221, en la tarifa de las del puerto de Tamarit ordenada en 1243, y en las que se exigían por práctica en el puerto de Colibre en el Rosellón.

Extraían de su país los catalanes cueros curtidos, miel, sal marina, vino, pez, sebo, alquitrán, hierro, vidriado, harinas, cotonías, zumaque, vermellón, coral, frutas secas, y otros renglones de menor consideración. Pero el más importante del comercio catalán era la exportación

EUGENIO DE TAPIA

151 de sus manufacturas de lana; ramo de industria que mereció la mayor protección y fomento, así de parte de los reyes y las Cortes, como de los magistrados municipales. Este era el principal artículo que llevaban los comerciantes barceloneses á Italia, Egipto, Siria y otros países de Levante, sin contar los reinos de Nápoles, Sicilia y Cerdeña que por espacio de dos siglos se proveyeron casi exclusivamente de las fábricas de Cataluña.

Las manufacturas de algodón conocidas en Barcelona desde el siglo XIII formaron también un ramo lucrativo de su comercio exterior, además de otros artefactos propios del país, que acreditaban el floreciente estado de la industria catalana.

(Ibid., tomo II, cap. x, págs. 161 á 171.)

La protección que dispensó á las letras el rey D. Jaime I, las conquistas de las islas Baleares y Valencia que pusieron á los catalanes y aragoneses en inmediata comunicación con los cultos árabes, aumentaron en graħ manera la civilización de aquéllos. Por otra parte los adelantamientos que hicieron desde el siglo XIII en Cataluña la navegación y las artes industriales, suponen la instrucción indispensable en las matemáticas, la astronomía, la arquitectura naval, y otros conocimientos. auxiliares, sin los que no se puede dar un paso con acierto en aquellos ramos de la pública prosperidad.....

Al paso que los doctos se ocupaban en tan serios estudios, escribiendo obras filosóficas, jurídicas, médicas y teológicas, cuyo catálogo y juicio crítico puede verse en los escritores de historia literaria citados antes, resonaban en los siglos XIII y XIV los agradables acentos de la poesía provenzal en Cataluña y Valencia.

Como esta materia ofrece en el día tanto interés, y está siendo objeto de serias investigaciones en toda Europa, me extenderé algo más sobre ella, dando principio con algunas noticias históricas acerca del idioma provenzal. Pulióse éste cuando el conde de Barcelona Don

Ramón Berenguer III habiéndose casado con la condesa Dulcia, que le llevó en dote los estados de Provenza, fué á establecer allá su corte en 1112. Desde entonces empezaron á cultivar con ardor esta lengua catalanes y franceses; de manera qué llegó á hacerse muy rica y célebre en Europa, especialmente por las obras de los trovadores. Adoptáronla después los reyes de Aragón, según el testimonio de Zurita que dice así: «Era esta general afición de los reyes; porque desde que sucedieron al conde de Barcelona siempre tuvieron por su naturaleza y antiquísima patria á Cataluña; y en todo conformaron con sus leyes y costumbres, y la lengua de que usaban era la catalana; y de ella fué toda la cortesanía de que se preciaban en aquellos tiempos. >>

Efectivamente, el rey D. Jaime I escribió en el antiguo catalán una crónica de los sucesos de su tiempo, y algunas otras obras. El rey D. Pedro III de Barcelona y IV de Aragón compuso en el propio idioma la historia de las guerras y victorias del rey D. Alonso su padre, y las de su tiempo hasta el año de 1380;.....

(Ibid., tomo II, cap. XI, sección segunda, págs. 217, 219 y 220.)

Por lo que hace Cataluña, el señor Capmany cita la carta escrita en 1491 por Jerónimo Paulo á un amigo suyo residente en Roma, haciéndole una exacta descripción de lo más primoroso que entonces contenía Barcelona. Entre los artefactos que celebraba de aquella ciudad, y que en aquel tiempo eran muy estimados en la misma corte romana, encarecía la vajilla de loza, antiguamente muy apreciada: todo género de cuchillería, y en especial las navajas de afeitar, y las herramientas quirúrgicas; las mantas de cama; la cristalería y vasería de vidrio, que disputaban la preferencia á las de Venecia.

(Ibid., tomo II, cap. XIII, pág. 267.)

La revolución del Principado procedió de las vejaciones que cometían allí las tropas españolas con manifiesta

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